Compañeros, venimos eufóricos de Uruguay. Fuimos unos cuantos compañeros de la Universidad y con otros que siempre están junto a nosotros. Realmente se vivió una fiesta increíble. Las banderas de las Madres tenían un lugar muy destacado, todo el mundo las quería. Y a nosotras mismas nos dieron un lugar muy fuerte, donde pude presenciar todo lo que tenía que ver con el aspecto más diplomático, digamos. Y después, la calle. En la mitad, más o menos, del acto oficial, salí a la calle porque soy una mujer de la calle, quería estar con la gente, compartir la alegría. Y ayer tuve la felicidad de poder estar al lado de Hugo Chávez, en un discurso increíble, fantástico, impresionante, comprometido y siempre con el tema de la unidad para el socialismo, la unidad latinoamericana. Y terminó su discurso diciendo "Patria o Muerte, Venceremos", que para un presidente latinoamericano es un discurso muy fuerte y sumamente comprometido.
Acá hay unos compañeros que vienen porque fue profanada la tumba de Rubén Batallé. Algunos lo conocieron, otros escucharon hablar de él. Fue un revolucionario, un tipo comprometidísimo, que siempre reivindicó la lucha de él y la de nuestros hijos. La gente está mal por esto; yo pienso qué estúpidos los que creen que profanando una tumba o enterrando ahí a alguien, matan a esa persona. Yo creo que Rubén Batallé no está en esa tumba, no está porque ningún revolucionario está en una tumba. Estúpidos los que creen que cuando matan a un revolucionario y lo tiran o lo entierran o los tiran en fosas clandestinas, como ha pasado con nuestros hijos, matan a esas personas. Lo hemos dicho muchas veces: ¡Estúpidos e ignorantes los que se creen que matando un cuerpo matan al revolucionario! Al contrario.
Rubén murió de una enfermedad, pero de una enfermedad que lo fue matando de a poco por todo lo que él fue pasando en su vida, porque él fue un hombre súper comprometido. No me interesa qué pasa con su tumba. Que la deshagan, él esta acá cada jueves, va a estar en la marcha del 24 de marzo, va a estar en todas partes como lo están nuestros hijos. Estúpido el que cree que cuando mata a un revolucionario y lo entierra, enterró sus ideas. Sus ideas, sueños y esperanzas están cada vez más vivos. Así que no nos aflijamos. Los estúpidos, los ignorantes, los fascistas, siempre atacan las tumbas porque ellos creen en la muerte. Y nosotras, las Madres, no creemos en la muerte de un revolucionario. No creemos en la muerte, creemos en la vida. Quién puede decir que mataron a Víctor Jara cuando le cortaron las manos y lo mataron y lo enterraron, si cada vez que alguien canta y cada vez que alguien lee sus poemas está él vivo y lo trae a la vida. Cada uno de nosotros pensamos en lo que hacían nuestros hijos, en la vida tan rica que entregaron, para que este país hoy pueda caminar un poco más libre, un poco, porque todavía nos falta mucho.
Ayer, cuando tuve que hablar en Uruguay, hablé en un estadio y yo dije que el triunfo era de todos los pibes y pibas desaparecidos, no sólo de Uruguay sino también de Latinoamérica, que habían puesto su sangre para que ahora Uruguay o Argentina o Brasil tengan un poco más de libertad. Es de ellos la victoria. Por eso no podemos preocuparnos porque profanen una tumba. En la época de Menem la Casa de las Madres fue profanada y asaltada en 45 días, 11 veces. Y eso hizo que volvamos a empezar y hoy tenemos más fuerza que todas las veces de antes. O sea, que hoy Rubén aquí vuelve a empezar, hoy Rubén Batallé aquí vuelve a empezar porque volvemos a recordar su vida, su historia, sus ganas, su fuerza, su dignidad. Esto es lo más importante. Rubén Batallé no está en esa tumba que ellos profanaron. Eso es un montón de tierra que no tiene ningún sentido. Estúpidos e ignorantes: pueden profanar todas las tumbas que quieran, pueden matar a todos los revolucionarios que quieran, cada vez que matan uno hay cien manos que se levantan para defender a su pueblo.
Gracias.