CLASE PÚBLICA
realizada en el Auditorio de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo
Estreno exclusivo del mediometraje "LIBERTAD", realizado por el GRUPO ALAVIO
(Duración: 45 minutos)
Palabras de familiares, abogados y médicos de Carlos Bértola y Diego Quintero
Coordinación: Fernando Krichmar
Luego de la proyección de la película "LIBERTAD", y con la presencia de Mónica Romero (madre de Diego Quintero), Fabián Pierucci (realizador del film), el Dr. Ricardo Zambrano (quien operó y atendió a Diego), y con la coordinación de Fernando Kirchmar (del Grupo Cine Insurgente), por la ausencia obligada - por estrictas razones de salud - del compañero Herman Schiller, se realizó la Clase Pública del jueves 24 de Octubre. Las siguientes son las intervenciones de los panelistas, a las que siguió un debate con el público.
Fernando Krichmar:
Están con nosotros los realizadores. Está Fabián, por el Grupo Alavío, que realizó esta película, que aún está en proceso. Ustedes habrán notado algunas imperfecciones técnicas, pero con el adelantamiento del juicio a Diego y Carlos, hubo que adelantar el trabajo, y de hecho es una película que está en mutación permanente, a la par de las mutaciones que tiene el caso, y la cambiante realidad política argentina. Así que probablemente, más adelante vean una versión distinta, con algunos agregados y cambios, en función de que se vayan definiendo situaciones.
Pero lo más importante aquí es la presencia de los compañeros de la Comisión, que además del hecho estético de la película, nos van a explicar en qué estado está la lucha por la libertad de los compañeros, y cuáles son las cuestiones en las que se puede colaborar con los compañeros en este momento crucial, en el cual el poder que gobierna en esta Argentina - un poder ilegítimo a extremos pocas veces vistos - está disponiendo sobre la vida de dos compañeros luchadores.
Siempre en esta Universidad se trató este tema, tratando de impulsar un debate, pero no sucedió así en otros ámbitos militantes, lamentablemente. Invitamos a los compañeros a que pasen aquí, y podamos generar un diálogo con ellos.
Mónica Romero:
Buenas noches. Quiero invitar al Dr. Zambrano, que está presente, a que nos acompañe aquí, y aclarar que se había anunciado que iban a estar presentes los abogados, los familiares, el Dr. Zambrano, pero con el comienzo del juicio en el día de hoy, se hizo complicado que estuvieran los abogados, que están trabajando a toda máquina en estos momentos. Mañana tenemos jornada completa, el lunes también, y los abogados pidieron disculpas por no poder llegar, pero vamos a charlar un poco de lo que sucedió hoy, de cómo fue el juicio, y luego se generará un debate, si alguien quiere preguntar algo.
Los compañeros de la Comisión por la Libertad de Diego y Carlos, se van a reunir en algunos minutos, porque están preparando toda la campaña de estos días.
El compañero Herman Schiller no está hoy aquí. Está internado, tuvo un pico de presión, Por eso todo se nos hace un poco más difícil, pero trataremos de llevar esto lo mejor posible...
Dr. Zambrano:
Pido permiso a los compañeros para hablar ahora, porque tengo una reunión. Quiero informarles que me llamó Herman Schiller. Él está con un ataque de presión, pero quiero explicarles por qué está con un ataque de presión. Ayer estuvo trabajando en la legislatura, en un acto con el Dr. Monner Sans, y otros compañeros que denuncian a la policía, las torturas. Me decía Ángela - su compañera - que anoche no durmió, y que hoy arrancó ya para el juicio. Entonces le decía: "Herman, cuidate", y recién me sonó el teléfono celular y era Herman, que está pendiente de lo que está pasando aquí...
Estoy muy emocionado. La película me pareció bárbara, y me hace acordar a otra película, que yo viví en el exilio, cuando - no sé como - consiguieron filmar en la década del ’70, una película que llegó a Francia, donde yo estaba exilado, sobre los compañeros desaparecidos. Supongo que era un equipo de Montoneros, que la filmó, y se proyectó mucho en Europa, muchísimo. Una película realizada con todo este calor, y me acordaba de esa época.
Para nosotros, los médicos, es una obligación el atender a los compañeros. Yo les voy a confesar algo: no es la primera vez que yo atiendo a un compañero. En realidad, el exilio al que me tuve que ir, fue por esa tarea...
Y para mí es un honor, desde el punto de vista de la profesión. Porque en realidad, uno jura atender a todos, incluso a los represores. Y yo lo cumplo, yo atiendo a todos. Lo que me permite tener una autoridad moral, y de alguna manera, ser respetado.
Yo quiero dejar este pensamiento, y con esto me voy a ir.
El juez Canicoba Corral, que es un terrible sinvergüenza, por decir otros adjetivos, sabía perfectamente lo que estaba pasando. Además, tampoco voy a hablar del médico que atendió de entrada a Diego, y a mí no me llamaron cuando quedó herido. Y me podrían haber llamado, porque yo hago cirugía reconstructiva. Podría haber intentado salvarle el brazo. Yo me enteré de esto quince días después. Y me entero que lo estaban curando con azúcar, le iban a poner limón. Y estaba abierto el tórax, la pierna, el muslo, bueno...
Además, este compañero tenía roto el tímpano de un oído, y el otro también lesionado. O sea, estaba muy mal. Y lo que es peor, en un lugar que no es un hospital, ni siquiera una enfermería, lleno de cucarachas...
Yo en ese momento hice una nota, pero no la dirigí al juez. El juez entendió que se venía una campaña que no le iba a hacer perder el laburo: ¡lo iba a meter en cana! No sólo por abandono de persona, por torturas. Y por tortura y abandono de personas, no perdés el laburo: ¡vas preso! Entonces el tipo, en dos horas, tuvo un "ataque de comprensión" y ahí lo largó, le permitió salir a Diego.
Yo quiero decir acá otra cosa. Realmente, una de las cosas que más me conmueven es la actitud de Carlos Bértola, ese compañero que se queda "bancándolo" a Diego herido. Podría haberse "rajado".
Esa actitud tan digna, y las cartas que escribe, y todo... Eso es de una dignidad extraordinaria, y es un ejemplo para todos nosotros.
Por eso también, estoy conmovido. Incluso conmovido por lo que hemos hecho, todos juntos. Me acuerdo el día que hablé con Mónica, la madre de Diego, que estaba desesperada, en la cárcel de Devoto; y le decía "quedate tranquila, esto va a salir bien," porque no es la primera vez que yo lo hago.
Y efectivamente fue así: Diego estuvo en el Hospital Santojanni ¡un año y medio! En realidad - vamos a confesarlo - no le dábamos el alta a propósito, hasta que no tuviéramos la garantía de que él no volvía a la cárcel de Devoto. Él tenía que ir a la cárcel de Ezeiza, donde estaba Carlos. Y empleamos argumentos médicos muy fuertes, porque para su rehabilitación era muy importante que estuviera junto con su compañero.
Cuando sale el juicio del juez Canicoba, y pasa a tribunal oral, y ahora Diego está en la cárcel de Ezeiza, lo cual es - dentro del horror - beneficioso en dos aspectos: primero, que no volvió a donde los tipos lo iban a estar esperando para vengarse. Porque no nos engañemos, los tipos iban a tomar revancha. Esto no quiere decir que los de Ezeiza sean buenos, pero no cabe duda que iba a ser así. Y la otra cuestión es que en la cárcel de Ezeiza, iba a estar con Bértola. Y de alguna manera, era compartir. Y eso yo lo pongo también como un esfuerzo, que nosotros no lo dejamos salir del Hospital Santojanni hasta no tener esa seguridad. Eso fue un logro.
Yo quiero que esto lo compartamos, porque fueron muchos meses - más de un año - donde veíamos a Diego prácticamente todos los días, hablábamos. En el hospital no todos piensan como yo, pero hay algo que yo les quiero transmitir, que es esa autoridad - que no es autoritarismo - que el enemigo sabe que puede hacer una porquería, pero que va a encontrar una respuesta que lo va a dejar mal parado. Una denuncia, una acusación, y eso ello lo temen. Entonces, esa seguridad que nosotros tenemos, de actuar bien, esa fuerza que nos da la convicción, hace que ellos retrocedan. Retrocedió Canicoba, retrocedió todo el mundo.
Esto es un símbolo de lo que pasa en este país, donde hay una insurrección de la ciudadanía. Hay asambleas, hay movilización.
Esta película está muy bien hecha, y tiene esa espontaneidad que transmite, y que nos emocionó a todos.
Quiero compartir con ustedes este momento, y yo les voy a informar a mis compañeros, con los que me voy a encontrar ahora, de esta experiencia. Quería dejarles este testimonio, y bueno... a Mónica, la mamá de Diego; a Valentín, el papá; a la compañera; y felicitaciones al realizador de la película.
Fabián Pierucci:
Otra vez nos encontramos. En estos meses tuvimos varias oportunidades de compartir material. La realización de películas es un oficio, como el carpintero, como el herrero. Se va construyendo artesanalmente, pedacito por pedacito, una historia que a uno lo conmueve, que lo moviliza de alguna manera y lo pone en estado de necesidad de contarla, de compartir con otros esta experiencia.
Esta película surgió y fue creciendo por necesidad. El tema de la causa de los chicos no es un tema fácil, es un tema que cuesta mucho para el común de la gente, abordarlo sin que uno se encuentre enseguida con prejuicios.
Entonces fuimos empezando a ver cuál era la forma en la cual se podía contar la historia, contextuarla, y generar la sensación de que "hay que hacer algo por esto", por lo menos, tomar partido.
Comenzó como un informe de cinco minutos, que se incluyó en un video-informe de Argentina Arde. Después, al año de la detención, el 12 de abril, decidimos proyectarla en Plaza Congreso; allí la ampliamos y creció a doce minutos; en otra proyección creció a diecisiete, luego a veintidós; y ayer terminamos esta versión de cincuenta minutos, que tampoco es la definitiva. Como decía Fernando, la película va cambiando a medida que van ocurriendo acontecimientos, a medida que vamos pudiendo perfeccionar la estructura de la película, corregir detalles. Por ejemplo: el cierre, es de hoy. Las imágenes de los Tribunales son de esta mañana. Tuvimos la oportunidad en este rato, entre la una y las seis de la tarde, que vinimos acá, de "tocar" un poquito las imágenes, y hacer este pequeño video-clip.
Esto tiene que ver con una concepción de que los materiales no son algo para valorarse como una realización de arte, sino un instrumento para llegar a la gente, y que nos permita a todos conocer, reflexionar, y poder accionar sobre las cosas que tienen que ver con la vida, sobre las cosas que tienen que ver con la construcción de una sociedad sin explotación.
Y nuestra primera obligación, nos parece, es la defensa de los compañeros que están en una situación difícil, justamente por su decisión de oponerse a los poderosos, a los patrones, a la policía, al gobierno.
Nuestra primera obligación como compañeros es defender a los presos políticos, a Carlos y Diego, y a todos los demás presos que hay hoy, y a todos lo que pueda haber en el futuro.
Nos gustaría saber qué les pareció, en qué se puede modificar la película, cómo mejorar este proceso de comunicar.
Mónica Romero:
Quería agregar a lo que dijo Fabián, que esto de la película también nos demuestra un poco todo lo que sucedió en este año y medio, las luchas afuera y el tiempo que estuvieron Diego y Carlos detenidos. Con la causa en sí por la que se los detiene. Con una causa que era excarcelable, después empieza esto de la "intencionalidad".
Y es lo que estamos peleando hoy. No va a ser fácil, el juicio, y hoy quedó comprobado. Nos mostraron hoy las pruebas que tenían ellos para acusar a Carlos y Diego. Las pruebas que mostraron son las de los allanamientos, y realmente hasta al tribunal le causaba como vergüenza ver lo que sacaron de cada allanamiento. Sacaron una bolsa, y dijeron al tribunal: "estas son las pruebas del allanamiento a la casa de Diego Quintero". Y empezaron a sacar material de las Madres, el pañuelo, las revistas de las viejas, los afiches del Che. Es increíble pensar que eso sirviera como una prueba por lo que se los acusaba.
De la casa de Carlos Bértola, era todo material de HIJOS, de desaparecidos, videos del parto de Lucía, la compañera de Carlos.
Luego trajeron un bidón con nafta, diciendo que era otra de las pruebas. Lucía y Carlos viven en el campo, en La Plata, y eso lo utilizan para hacer funcionar la máquina de cortar pasto... fue todo muy ridículo.
Los chicos hoy se negaron a declarar. Lo que se comprobó hoy, nuevamente, es que no hay más elementos para acusarlos que la "intencionalidad". Hoy quedó mucho más demostrado.
Y esto tiene que ver con la película: si nosotros dejamos que este juicio siga adelante, y que los condenen a ellos con la carátula de "intencionalidad" , es terrible, porque entonces, a todo luchador, a cualquiera que salga a la calle, le van a agregar la "intencionalidad", condenando por algo que es subjetivo, que no existen pruebas, y de última, vendrá la "propia convicción" de un juez. Un juez puede condenar por "propia convicción". Si un juez está convencido que un compañero estaba en la puerta de un banco porque lo quería robar, entonces lo condenará.
En la película, un poco lo que vemos es eso: que ante todo un pueblo que lucha y se rebela - en este año y medio que llevan Carlos y Diego detenidos - entonces tendríamos, por la "intencionalidad", cualquier cantidad de presos. Esta es una de las causas donde tenemos que defender eso. El juicio va a seguir, mañana, viernes, de 9 de la mañana hasta las 4 de la tarde, el lunes en el mismo horario, el martes hasta el mediodía, y seguiría hasta el viernes de la próxima semana.
Hoy, cuando llegamos a los Tribunales, a las 9 de la mañana, no había nadie en la calle. No había un alma...Pero la sorpresa fue cuando salimos del juzgado: encontrarnos con una cantidad de compañeros muy grande. Pero lo más importante, en este tiempo, con la Comisión por la Libertad de Ciego y Carlos, que nos planteamos que la lucha es por todos los presos , que podamos unirnos alguna vez por la libertad de todos los presos, y que ese era el camino: lograr - mientras nosotros peleábamos por Carlos y Diego - la unidad de todos los grupos que, dentro de las diferencias que podamos tener, nos unamos en la lucha por la libertad de los presos políticos.
Hoy, la alegría más grande fue cuando vimos, al salir del juzgado, logrado ese objetivo. Pero no sólo por nosotros, sino por los compañeros, porque Diego y Carlos quieren eso. Ellos siempre nos dicen que todo lo que se haga es para poder, después, no tener que volver a empezar nuevamente. Es terrible tener que empezar de cero, cada vez que tenemos un compañero preso.
Por eso resolvimos que la Comisión - ojalá la semana que viene Diego y Carlos estén nuevamente con nosotros - aunque ellos estén en libertad, va a seguir peleando por todos los presos. Y vamos a tratar de seguir con esta unidad que conseguimos, con todas las organizaciones. Estamos muy contentos, no nos sentimos solos, y es cierto que la presión llegó "adentro". Ellos no podían creer lo que tenían afuera...
Vamos a seguir acompañando a los chicos en estos días. Es difícil, porque son muchas horas, pero aspiramos a mantener la presencia en el tribunal. Así que, todos los compañeros que puedan venir estos días, desde las 9 hasta las 4 de la tarde, nos vamos a ir turnando para que puedan salir algunos compañeros y entrar otros en la sala. Así demostraremos que los chicos no están solos, que vamos a seguir peleando. Fue muy lindo verlos hoy a los dos, muy fuertes.
Hubo momentos también difíciles, cuando se les pregunta a cada uno de ellos su nombre. El juez le pregunta a Diego por su nombre: "Diego Quintero". ¿Dónde vivís?: "Tal lugar". ¿Nombre de tu padre?: "Tal". ¿Vive?: "Sí". ¿Trabaja?: "Sí" . ¿Nombre de tu madre?: "Tal" . ¿Vive?: "Sí" . ¿Trabaja?: "No". Ahí Diego se niega a declarar, y se retira.
Cuando le toca a Carlos, fue diferente ese momento, porque cuando le pregunta ¿Nombre de tu padre? "Tal nombre". ¿Vive? "No, está desaparecido". ¿Nombre de tu mamá? "Tal" . ¿Vive? "No, está desaparecida". ¡Fue muy fuerte ese momento! ¡Muy fuerte!
Por él, por su mujer - Lucía - que también es hija de desaparecidos, porque esta es la misma "justicia" que hizo desaparecer a sus viejos.
Esto quedó muy claro en la película: si es hijo de desaparecidos, ¿qué iba a hacer, no? Y si Diego es militante de derechos humanos, y siempre estuvo con las Madres, y sus padres siempre estuvieron en la calle ¿qué iban a hacer?
Pero acá no se trata de lo que "iban a hacer", sino que está totalmente claro que se los está enjuiciando por ser militantes. Eso sí quedó confirmado hoy.
Nosotros jamás dudamos en contar lo que sucedió con Diego y Carlos. Acá nunca hubo nada "preparado", desde el primer día. Salimos a hablar claramente, con una realidad, yendo "de frente", diciendo la verdad. Por eso acá no hay otra cosa que la condena a los compañeros, como militantes.
Entonces, queremos agradecer a todos los compañeros que nos apoyaron desde el primer momento, y a mucha gente que demostró que no hacía falta conocer a los chicos para apoyarlos, que se pusieron a trabajar, que no les importaba de dónde eran , que nunca nos preguntaron qué llevaban, y eso también es importante. Porque lo primero que "salta" es de qué organización son, qué hacían, y ahí después, decidimos si los defendemos o no... Tenemos que aprender de esto, defenderlos inmediatamente, sin tantos cuestionamientos.
Ojalá no tengamos más presos políticos, pero mientras tanto, hasta que no saquemos de adentro a todos, ¡vamos a seguir peleando!
Gracias.