La Fogata con las Madres
|
Editorial de ˇNi un paso atrás! Programa del jueves 11-03-2004
El Presidente presentó como un "empate" el acuerdo alcanzado con el FMI, luego de haber pagado puntualmente más de 3000 millones de dólares.
Seguidamente el doctor Kirchner confirmó que se mantiene la quita del 75 % sobre los bonos de los privados (aunque simultáneamente algunos de los funcionarios del gobierno informaban que la oferta se perfeccionaría); el acuerdo con Merrill Lynch, la Unión de Bancos Suizos y Barclay para la negociación con los deudores, ya está a la firma.
Ann Krueger mencionó la normalización del sistema bancario, contratos y deuda de las privatizadas, reformas fiscales, eliminación del impuesto al cheque, coparticipación federal, todo como discusión pendiente.
Al final de la segunda guerra mundial, EE.UU. organizó una conferencia donde las potencias mundiales se reunieron para reorganizar las relaciones económicas de postguerra. Como en otros casos los yanquis transformaron el foro internacional en un procedimiento para convalidar "su" plan.
El Fondo Monetario es un instrumento de la política expansionista norteamericana desde su origen. Aunque se intente presentarlo como un órgano internacional, con derechos democráticos para todos sus miembros… EE.UU. tiene el as de espada.
A poco de la creación del organismo, Latinoamérica fue fondomonetarizada.
El Presidente de la Nación informó que la discusión con la directora del Fondo fue firme, pero cordial.
Y sí… Los capataces de la economía y las finanzas de América, en recorrida por sus dominios, no suelen usar botas ni latigazos, no son tiempos, pero son muy efectivos en la imposición de sus "recomendaciones".
El FMI rebasa el control de las relaciones monetarias; analizar históricamente su práctica, aún superficialmente, revela su esencia neocolonialista.
Estabilización, ajuste fiscal, libertad de mercado, eliminación de barreras comerciales, achicamiento del Estado, libre circulación de capitales, es la receta del FMI, y en los países latinoamericanos esto se ha escrito con sangre; el propio Presidente lo ha definido con toda claridad.
La deuda es un "caballo de troya" que los norteamericanos dejaron en América latina. Del vientre del caballo salieron los funcionarios y las dictaduras que ataron a Latinoamérica con cadenas de dependencia económica, financiera y militar; de su vientre fueron los que tejieron la trama del estancamiento, el hambre, la muerte, la traición.
La deuda no debe pagarse, porque es el centro de todos los males.
Hasta ahora Latinoamérica sólo ha podido ofrecer inconsecuentes, fugaces y aisladas formas de resistencias a las imposiciones del FMI.
Para enfrentar esta situación es preciso movilizar el pueblo, fortalecer la solidaridad latinoamericana. Desde la honda comunidad histórica y cultural que ata nuestros destinos, unir las acciones de todas las fuerzas que pretenden defender su soberanía para contrarrestar la ofensiva del imperialismo yanqui. La deuda externa no se debe pagar; cada dólar que sale del país es un niño que se muere de hambre.
Lo que resulta indispensable es la acción consecuente. De las palabras solas no queda más que el viento.