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La Fogata con las Madres

JUEVES EN LA PLAZA, CON LAS MADRES
"Hay que destituir a los jueces que son cómplices de los milicos"

Marcha del jueves 5 de febrero de 2004
Hebe de Bonafini

Esta semana pasó algo sobre lo cual las Madres ya sabemos bastante, que es acerca de las escapadas de los militares a fiestas, festicholas, comidas, reuniones, misas y lo que sea, que para nosotras no es nuevo.
Cuando nosotras denunciamos que no estaban presos en el penal de Magdalena sino que tenían allí su casa, que salían, los alemanes sacaron una película extraordinaria que mostraba a los milicos peleándose por tener cada uno su quincho y su piscina para nadar dentro del penal de Magdalena. Los alemanes hicieron una película increíble sobre eso. Y ahí también se descubrió que ellos salían. Nos avisaron que Massera tenía un casamiento, porque Massera es medio pariente de una Madre de La Plata, de Alconada Aramburú, y él salió a comprar unos anteojos. A partir de la denuncia de las Madres lo vieron, lo fotografiaron, fue denunciado, pero igual fue al casamiento, fue a la despedida, se compró traje y anteojos con un descaro total.
Permanentemente las Madres los hemos estado investigando. Cuando a Videla lo llevaron a su casa de la calle Cabildo, las Madres lo que hicimos fue hacer un seguimiento y comprobamos que salía a comer a un restaurante, donde le habían armado un reducto para comer con su familia y sus amigotes.
O sea, que esto que pasó ahora tiene la gravedad de que hay un embajador involucrado, aunque no nos extraña que un presidente como Lucio Gutiérrez, que es un militar fascista, tenga embajadores como éste, que preparó la fiesta y llevó al club a Suárez Mason.
Mucha gente creía que era mentira, no: es verdad. Se recibió la denuncia tanto en la Cancillería como en las Madres. El Canciller Bielsa me llamó y me dijo "Hebe". "Sí, –le digo- tenemos la denuncia". Me dijo que iba a pedir que se retire el embajador. Bueno… lo que todos sabemos que pasó.
Pero no tenemos que dejar de alarmarnos, porque tengan en cuenta que las Madres hace tiempo que decimos que la prisión de los militares es una mentira, que esa prisión domiciliaria es un chiste. Que los que lo cuidan a Videla son sus propios hijos, que son militares. Esto lo denunciamos las Madres y no nos cansamos de seguir diciéndolo, para que nos tengamos que seguir alarmando, porque no podemos permitir esto. ¿Pero qué pasa?
Más allá de las buenas intenciones del presidente, o de Bielsa, o del ministro, o de quién sea, están los jueces inamovibles que son los jueces de la dictadura. Jueces y fiscales de la dictadura que ahora enviaron a Suárez Mason a Marcos Paz, pero que dentro de ocho días, cuando todos nos olvidemos, cuando todos hablemos de la falta de trabajo, del piquete o de lo que tengamos que hablar, van a volver a tener prisión domiciliaria.
Y ese es un privilegio que sólo gozan ellos. Las cárceles están llenas de hombres y mujeres de setenta años y más, que no pueden ni salir a ver a su familia. Está el caso de una mujer que tiene más de setenta años, que mató al marido en defensa propia y hace cuarenta años que está presa y no se puede conseguir la salida de esta persona, que ya está bien y que tendría que estar en su casa.
Entonces, nos tenemos que seguir alarmando pero tenemos que seguir repitiendo que esto no es nuevo y que a los jueces, no sé cómo, pero hay que removerlos, hay que sacarlos, hay que echarlos, hay que destituirlos, porque son más hijos de puta que los milicos, porque son los mismos que nos decían: "Señora, su hijo se fue con otra mujer o su hija se fue con otro hombre". Y a estos jueces, que tienen tantos compromisos con los milicos, hay que sacarlos de alguna manera. No va a bastar con buenas intenciones, ni con sacar al embajador de Ecuador, que lo llevó en su auto de vidrios polarizados y le armó la fiesta. Pero resulta que los jueces que les dan el beneficio de estar en la casa están atornillados en el sillón.
Así que las Madres seguramente haremos un pedido: hay que destituir a los jueces que son cómplices de los milicos. Porque es por eso que en este país no va a haber justicia, al menos hasta que no se haga un recambio serio. No alcanza con cambiar a la Suprema Corte.
Hoy las Madres fuimos a apoyar a la nueva juez que pareciera que va entrar a la Corte, la doctora Carmen Argibay. Pero claro, la Iglesia no quiere que entre, porque ellos quieren sólo curachones. Sin embargo, no alcanza. Tenemos que cambiar a todos los jueces. Como cuando se descabezó a la cúpula militar, donde va a tener que seguirse limpiando, porque hay demasiada mierda, también hay que empezar a descabezar a los jueces. Hay que sacarlos, destituirlos, echarlos y que vayan a sembrar papas. Porque la verdad, los sueldos que cobran son una vergüenza. Y cobran sueldos para estar al lado de los más asesinos, los más torturadores, los más violadores, o de Menem o el que sea.
Así que esto es lo que nos tiene que quedar claro. Fantástico que el presidente y Bielsa hicieron que se vaya este señor, o este atorrante. Pero quedan los jueces, que son quienes les permiten la prisión domiciliaria. Ahora la revocaron, porque fue demasiado vergonzoso, pero cuánto va a durar. Ni bien pongan unos mangos, porque los jueces se mueven a coimas, porque son los más coimeros que hay, van a volver a sus casas, a decirnos que la prisión domiciliaria les pertenece o les corresponde por tener más de setenta años.
Pero un semejante asesino tiene que estar en la cárcel, junto con los comunes. Yo quisiera saber si realmente sale al patio con los comunes. Estos son tan bravucones cuando están solos con nuestros hijos para torturarlos, cuando los atan a una cama y los torturan a ellos y a los presos. Pero vamos a ver si son tan valientes de bancarse a los comunes. Ojalá que los agarren y les rompan bien la cabeza.
Hasta el jueves