XXIII MARCHA DE LA RESISTENCIA
"Presidente, le exigimos el desprocesamiento
de todos los piqueteros y la libertad de los compañeros de Mosconi y de Salta!"
Quince mil personas acompañaron el cierre de la Marcha de la Resistencia
de las Madres. En los discursos estuvieron presentes casi todas las luchas
del continente, en la voz de sus propios protagonistas. La jornada fue alegre,
ruidosa y plena de movimiento, poesía y revolución. El reclamo de la unidad
latinoamericana y la exigencia de no pagar la deuda externa fueron la demanda
central de todos los oradores. Hebe requirió al presidente Kirchner el desprocesamiento
y libertad de los luchadores populares y los piqueteros de Salta.
Tras veinticuatro horas de marcha continua alrededor de la
pirámide de Mayo culminó el jueves 11 la 23ª Marcha de la Resistencia. Alrededor
de quince mil personas acompañaron el cierre de la jornada, mientras los enormes
barriletes, las banderolas multicolores y las fotos con el rostro de los treinta
mil desaparecidos que cubrían la pirámide, flameaban en el viento que amanecía
con el atardecer. Al momento de los discursos tuvieron representación casi todas
las luchas del continente, narradas a través de sus propios protagonistas.
Representantes de Haití, de Venezuela bolivariana, de Bolivia, de Chile, de
Uruguay y de Argentina compartieron la tribuna con Hebe de Bonafini, que cerró
el acto. Hasta pronunció su discurso un eurodiputado del País Vasco, ampliando
aún más el acentuado carácter continental e internacionalista de la jornada. El
reto de lograr la unidad latinoamericana y la exigencia de no pagar la deuda
externa estuvieron entre los tramos más destacados de cada orador, como lo
demandaban los lemas convocantes.
Por la puesta artística y visual, quizás la Marcha
de la Resistencia número veintitrés haya sido la más impactante de los últimos
años. Simbólicamente, hizo recordar al estremecimiento de la marcha de las
máscaras, a la de las siluetas, o a aquella otra más cercana en el tiempo,
cuando la Avenida de Mayo amaneció cubierta con las fotos sin nombre de los
desaparecidos, que la cruzaban de vereda a vereda atadas a hilo de tanza.
Esta vez, las Madres se propusieron hacer una
marcha alegre, festiva, ruidosa, que refleje el sentir y el hacer cotidiano de
las vastas poblaciones latinoamericanas. Para ello, durante las semanas previas
varias decenas de estudiantes de la Universidad Popular y compañeros cercanos a
las Madres emprendieron la confección de barriletes multicolores y enormes
banderolas, que simbolizaran la cultura de los pueblos del continente, tan unida
a la resistencia y la lucha política contra los colonizadores primero y los
explotadores autóctonos después. Sentidas consignas plenas de poesía y
revolución fueron escritas sobre las banderolas, al tiempo que figuras
artísticas propias de las culturas de los pueblos originarios adornaron el nylon
de los barriletes. Además, mientras se giraba incesantemente en el centro de la
Plaza de Mayo, un sin fin de muestras de arte popular se sucedieron entre los
que marchaban: malabaristas, músicos que ejecutaron sus charangos, flautas y
tambores, acróbatas montados sobre bicicletas de una sola rueda, murgas y
demostraciones de arte colectivo.
Cuando los locutores Liliana Daunes y
Pedro Lanteri presentaron a Hebe de Bonafini, que tardó unos minutos en
subir al escenario debido a que aún se encuentra en recuperación su pierna
derecha fracturada a la altura de la tibia, ya habían pasado nueve oradores.
Pacientemente, la concurrencia aguardó que Hebe se acomodara delante del
micrófono y emprendiera con toda su fuerza y su típica voz de suave licor
fatigado el comienzo de su discurso. Debajo y detrás de la triple hilera de
Madres sentadas sobre las baldosas de la Plaza de Mayo, se ubicaba la multitud.
Entre el gentío se observaban banderas de los agrupamientos piqueteros CTD
Aníbal Verón, MTD Aníbal Verón, Movimiento Sin Trabajo Teresa Vive, Barrios de
Pie, MTR, M-29 de mayo; de las organizaciones políticas Quebracho, Venceremos,
PC, FOS, PTS; de los trabajadores ceramistas de Zanon y las obreras costureras
de Brukman; de las diferentes carreras de la Universidad Popular, además de no
pocos compañeros independientes, no encuadrados en agrupamientos políticos o
sociales.
De Haití al Chile, un solo puño
liberador
El primer orador fue un luchador haitiano.
Henry Boison arremetió con una alocución breve y contundente. En su
perfecto español, agradeció a las Madres por permitir la voz del pueblo de Haití
en la Marcha. "A Haití se lo conoce generalmente como el país más pobre, sin
embargo no dicen que es el primer país independiente en Latinoamérica. La
primera revolución y la única revolución antiesclavista victoriosa en la
historia de la humanidad", expresó. Enseguida fustigó duramente al
guerrerista imperialismo norteamericano y pronosticó que "si llegan a tocar a
Cuba, América y el mundo se levantan, y si llegan a tocar a Venezuela, América y
el mundo se levantan".
Tras él, expuso sus conceptos un eurodiputado
vasco. Aldo Gorostiaga denunció la injusticia cometida con Josu Lariz
Iriondo, que se encuentra actualmente detenido en las cárceles argentinas, tras
su ilegal secuestro en Uruguay y su posterior envío a Buenos Aires. "Esta
mañana he estado con él y me ha dicho que en estos momentos quiere que transmita
en su nombre la emoción que le ha dado ver la respuesta popular de este pueblo,
que ante un vasco desconocido, que fue secuestrado y traído desde Uruguay, por
un decreto de su presidente de gobierno, señor Batlle, a las órdenes del
gobierno de Madrid, sin ningún tipo de garantías, tras haber ganado dos juicios
en los que la jurisdicción uruguaya decretó que no había lugar a la
extradición", narró Gorostiaga sin poder recordar el nombre del compañero
vasco, debido a la visible emoción que lo embriagó al momento de su
alocución.
Enseguida, se expresó Eduardo Fachal, un ex
trabajador de la empresa Mercedes Benz, que denunció la responsabilidad de la
patronal automotriz en la desaparición de algunos miembros de la comisión
interna gremial durante la dictadura y la siniestra complicidad de la burocracia
sindical de la conducción de SMATA. "Ya que hoy estamos protestando contra la
deuda externa, queremos decir que la empresa Mercedes Benz Argentina, en la
época de Cavallo, transfirió su deuda privada por 92 millones de dólares a la
deuda externa que tenemos que pagar todos. Eso y el 1% que le pagaban al SMATA
para erradicar los elementos perturbadores que había en las fabricas sirvieron
para engrosar las cuentas de los burócratas que hoy están reciclados en este
Congreso", manifestó luego de hacer referencia, también, a Carlos Ruckauf.
Hugo de Mello, de la
petrolera ANCAP de Uruguay, y César Quiroz, del chileno Frente Patriótico
Manuel Rodríguez, fueron coincidentes en el reclamo de lograr la unidad de las
distintas fuerzas populares para librar las próximas batallas contra el
imperialismo. A su turno, ambos dirigentes reivindicaron a Ernesto Che Guevara y
demás héroes de la resistencia y la lucha por el socialismo en América latina.
"Un hombre que aún en los momentos más difíciles, siempre, estaba pensando
que la victoria en el marco de la unidad y la razón de nuestros pueblos, era
posible. Ese hombre nació en este país y es un ciudadano de América, y un
peleador por las ideas del socialismo en el mundo, nos dejó una enseñanza:
siempre, en los peores momentos pensaba en la victoria y nos decía que esto era
posible. Los convoco, nos convocamos: ¡Hasta la victoria, hasta la victoria,
siempre!, como quería el comandante inmortal", enfatizó el uruguayo en
referencia al Che.
Los obreros sin patrón y los piqueteros
Francisco Morillas fue el compañero que los ceramistas
neuquinos enviaron a la Plaza para testimoniar la lucha de los obreros de Zanon.
Envuelto en su camisa marrón de trabajo y de lucha, Morillas denunció al
gobernador Sobisch y tras narrar los cruentos hechos de represión de las semanas
anteriores, señaló que "es un gobierno al que le funciona una sola oreja, y
es la derecha. Y que le sirve para escuchar a sus amigos del poder, para
escucharlo a Patti, para escucharlo a Bussi, para escucharlo a Romero, y también
escucha a las multinacionales, a los empresarios corruptos, a las petroleras que
se están llevando las riquezas de la provincia. El oído izquierdo no le
funciona, porque con ese tiene que escuchar al pueblo y no funciona".
Sin embargo, no dejó de puntualizar que "el gobierno de
Sobisch tiene un problema. Y un problema que somos nosotros, porque a él le jode
que un grupo de trabajadores haya tomado una fábrica y la haya puesto a
producir. Eso le jode al gobierno represor de Sobisch. Le jode que los
trabajadores no tengan un patrón que se quede con los pulmones de los compañeros
en los bolsillos de estos empresarios corruptos, eso le jode. También le jode
que la gestión de los trabajadores cree trabajo genuino para los desocupados,
eso le jode. Le jode que nosotros nos garanticemos nuestros propios salarios,
eso también le jode".
Cuando José "Pepino" Fernández, de la UTD de General
Mosconi, fue presentado, la gente saludó su asistencia cantando "piqueteros,
carajo" durante algunos minutos. De frente a la multitud, el salteño esperó muy
cortésmente que los manifestantes acabaran con sus cánticos. Una vez logrado el
silencio, Pepino arrancó con un discurso corto pero muy franco y sin grandes
gestos de elocuencia. Tal vez su disertación haya sido la más emotiva de la
tarde, junto a la de Hebe de Bonafini.
"En el norte, en General Mosconi, el 95 por ciento (de la
población) trabajaba relacionado a YPF. El 85 por ciento en el Yacimiento
Norte, que comprende las provincias de Salta, Jujuy y Formosa. Actualmente en
las compañías que están operando como TPETROL; PLUPETRU, PANAMERICAN ENERGY,
REFINOL, REPSOL YPF, solamente trabaja el 7 por ciento de la gente", graficó
para explicar las razones que lo llevaron a su pueblo a encarar la lucha.
Luego, con naturalidad y sin rodeos, el experto en petróleo y
líder de los desocupados del extremo norte del país, donde la selva salteña,
denunció al menemista Juan Carlos Romero como narcotraficante y el saqueador más
grande de recursos naturales. "Nadie se anima a decirle a Romero lo que
verdaderamente nos roba. El es narcotraficante de la Republica Argentina.
Romero, el gran saqueador de los recursos naturales del norte argentino; Romero,
el expropiador de las tierras, tanto en Coronel Moldes como en Tabacal",
detalló.
Bolivia y Venezuela boliviariana, por la unidad latinoamericana
Ya en el tramo final de la extensa lista de oradores, intervino
Osvaldo "Chato" Peredo, del MAS de Bolivia. El boliviano mantuvo un
altercado con algunos manifestantes, que le reprocharon el reconocimiento que
Peredo hizo del mandatario argentino, por su mediación en la rebelión popular
boliviana que desembocó en la renuncia de Sánchez de Lozada, en octubre último.
"Se abren esperanzas en nuestros países, como el Brasil, con Lula, o como
aquí, en Argentina, con el actual presidente", había dicho Peredo. Cuando
llegó el turno de Hebe, la presidenta de las Madres desautorizó a quienes había
interrumpido al dirigente del MAS, señalando que "la revolución no es pegar
cuatro grititos de contra en una plaza".
"No vamos a mezquinar el cuerpo en esa lucha, sabemos que la
unidad es lo único que puede garantizar el triunfo definitivo y no solamente la
unidad en el pueblo de Bolivia, en el pueblo de Argentina, sino la unidad, la
integración de todos los pueblos de América latina y el Caribe. Es la hora de
América Latina o, como diría Martí, es la hora de los hornos", precisó El
Chato casi al final de su intervención, poniendo de relieve el espíritu de
unidad latinoamericana de toda la Marcha de la Resistencia.
El penúltimo orador fue el alcalde de la ciudad de Caracas. El
bolivariano Freddy Bernal, luciendo la boina roja chavista, subió con su
esposa y sus hijos al palco y pronunció un vibrante discurso, en el que recorrió
el proceso que encabeza Hugo Chávez, fustigó los intentos golpistas y
fraudulentos de la oposición venezolana y enumeró los logros de la Revolución
Bolivariana. "Tengan ustedes en Venezuela, no solamente un país amigo, tengan
ustedes en Venezuela una trinchera de lucha de América Latina. Esta es la hora
grande de la América Latina. Nosotros en Venezuela estamos convencidos que llegó
la hora de la integración latinoamericana. Solos no podremos, seguro no
podremos. Venimos de unas mismas raíces, una misma idiosincrasia, unos mismos
valores y tenemos unas mismas desgracias", expresó en sintonía con quienes
lo precedieron en la tribuna.
Hebe: "Mientras llega la revolución, no desperdiciemos los
pequeños espacios que se nos abren"
Como cierre aconteció la palabra más esperada. Hebe de
Bonafini apoyada firmemente sobre un trípode, se refirió en los primeros
minutos de su intervención a la deuda externa y adelantó que "vamos a empezar
a trabajar para anular esta deuda, que nos asfixia, porque se puede anularla,
compañeros! ¡Si todos nos ponemos a trabajar en serio y usamos lo político, lo
jurídico, lo económico y lo social! Si derribamos la deuda derribamos parte del
capitalismo con el que el imperialismo nos asfixia, nos aplasta y nos
margina".
Seguidamente, declaró que "estamos orgullosas de ser
piqueteras" y exclamó a viva voz, con toda su fuerza: "¡Desde aquí, desde
esta tribuna, le digo al Presidente Kirchner, que las Madres exigimos el
desprocesamiento de todos los piqueteros y la libertad, y la libertad ya,
Presidente, ya, señor Kirchner, ya, de los compañeros de Mosconi y de Salta!
Romero es un mafioso, las provincias están gobernadas por mafias y eso nos va a
asfixiar la pequeña lucecita que se nos abre en esta Latinoamérica". El
reclamo frontal al presidente Kirchner fue repetido dos veces más, e incluso
sirvió como remate de su discurso. Además, explicó que "estamos peleando y
luchando por ese juicio de Kosteki y Santillán, en el que las Madres también nos
hemos comprometido, porque Kosteki y Santillán están aquí, en esta Plaza. Porque
ellos nos enseñaron y nos demostraron como nuestros hijos, como lo hizo
Santillán, que mirando al suelo a su compañero dijo ‘el otro soy yo’. Ese grande
que fue este pibe nos dejó una herencia y no la podemos desperdiciar".
Más adelante señaló que "ojalá que podamos tener en esta
América latina una televisión y una agencia que nos representen, una radio donde
podamos contar todo lo que hacemos, pero que sea de todos los
latinoamericanos" y expuso la visión de las Madres sobre el particular
momento histórico que atraviesan el país y el continente: "Sabemos que el
Presidente Kirchner no es ni socialista ni revolucionario. Pero yo creo que hay
muchas cosas, si nos ponemos las pilas, que podemos conseguir". Casi
enseguida razonó que "mientras llegan la revolución y el socialismo no
desperdiciemos los pequeños espacios que se nos abren".
El cierre final fue la repetición de la exigencia al presidente
Kirchner por la libertad y el desprocesamiento de los piqueteros y luchadores
populares y el deseo compartido por la multitud y el resto de Madres, de que
"mañana tengamos buenas noticias".
Tras el último punto y aparte del discurso de Hebe, comenzó a
sonar la legendaria canción revolucionaria La
Internacional, que todas las Madres cantaron con el puño en alto.
Después vinieron la marcha por Avenida de Mayo hasta la sede de la Universidad
Popular, donde desconcentró la manifestación, mientras los incansables
compañeros que militan junto a las Madres desmontaban de la Plaza de Mayo, los
cientos de banderas y barriletes, pasacalles y fotos con el rostro de los
desaparecidos, iluminadas de rojo sol a la altura de sus ojos más vivos que
nunca antes.