Al término de la marcha del jueves 26 de diciembre de 2002, habló a los presentes Mercedes de Meroño (Porota)
Compañeros, a pesar del calor acá estamos. Primero me gustaría comentar las elecciones internas de los partidos políticos. Fijate cómo contarán los votos cuando votan todos, que ellos todavía no terminaron y no se sabe quién ganó.
De los radicales todavía no sabemos quién es el candidato. Los peronistas parece que no las van a hacer, porque parece que los candidatos son tantos que tienen miedo de cómo contarlos. Vivan las elecciones para ellos, por eso no creemos en las elecciones burguesas, nosotros creemos en la revolución, no en las elecciones.
También les quiero decir por qué las Madres decidimos hacer el 19 una clase pública y no venir a la Plaza el 20, porque muchos de los que convocaban habían estado debajo de la cama el 20 de diciembre anterior, no habían estado luchando ni habían estado cuando mataron a los compañeros. Entonces, las Madres decidimos hacer esa clase, que nos parece que fue buenísima. Estamos muy contentas, nos encantó todo lo que hablamos y me parece que una cosa buena.
Pero también fue muy bueno lo del 20. Fue muy bueno porque a pesar de la propaganda oficial en todos los medios de comunicación, respecto de que iba a ver muchos problemas, de las agresiones, de todo lo que iba a pasar, el pueblo salió a la calle, a pesar –como dije antes- de que iban por todos comercios y les preguntaban a los comerciantes si estaban armados para evitar los saqueos. Se imaginan todo lo que esto podría haber influido en el pueblo. Pero por suerte, no pudieron hacer nada.
Los compañeros piqueteros les demostraron que estaban muy bien organizados, que no agreden a nadie, que salen a defender sus derechos y que no se olvidan de los compañeros que cayeron el 20, que la policía mató. Y quedó clarísimo que si los servicios no se disfrazan de piqueteros, todo es tranquilo. Los que hacen los desmanes son los servicios y la policía.
Los piqueteros salieron a la calle con sus hijos y lo único que reclamaban era un trabajo digno. Por eso, hay que demostrar que cuando la policía está es cuando pasan todos los problemas, que cuando la policía no está todo tranquilo, compañeros.
Y también el 20, desde el mismo palco los compañeros que hablaron fueron muy claros y hablaron de la burocracia sindical. Y no tuvieron pelos en la lengua, dieron nombres y apellidos: la CTA, calladita, se fue por la calle Defensa. Los despreciaron desde arriba del palco.
Y después quiero cerrar este jueves hablando de nuestra Marcha de la Resistencia, del 11 y 12 de diciembre; de lo que sentimos cuando en esta Plaza cantamos La Internacional, cuando se la dedicamos a nuestros hijos. Y les decimos: "Vieron chicos... ¿vieron que se puede?’. Ya empezamos, hay que seguir y no hay que aflojar. Así vamos a llegar a hacer esa revolución por la que ustedes dieron la vida".
Y como decía Mario Benedetti: ‘No me ensucie las palabras / no les quite su sabor / y límpiese bien la boca / si dice revolución’."
Ya finalizado el discurso y mientras los compañeros se desconcentraban, las Madres tomaron nuevamente el micrófono para hacer público el presente que dos miembros del elenco de la obra teatral "La Madre", de M. Gorki, en versión teatral de B. Brecht, dirigida por Raúl Serrano –docente de la Universidad Popular-, entregaron a las Madres, en reconocimiento a su lucha.