El viernes 28, partió la caravana en apoyo a la fábrica Zanon, a causa de los pedidos de desalojo por parte de la jueza neuquina Norma Pozza. Tres colectivos de Buenos Aires y muchos compañeros de todo el país se dieron cita en Neuquen para repudiar los aprietes del gobierno y defender con el cuerpo este sueño que hoy es una realidad indiscutida: Zanon bajo control obrero.
En los primeros asientos de uno
de los micros, Las Madres se acomodaban y hablaban con todos: docentes, estudiantes
de la UPMPM, integrantes de la Comisión de Solidaridad con las Fábricas
Ocupadas y piqueteros del MTR. El primer colectivo de la caravana que se dirigió
a Neuquén para apoyar la lucha de los obreros de Zanon, arrancó
desde la Casa de las Madres a las cuatro de la tarde. Por delante quedaban dieciséis
horas de viaje y varias paradas por el camino para estirar las piernas y tomar
un café bien caliente.
A las nueve de la mañana del sábado, el colectivo disminuyó
la velocidad y se desprendió de la ruta hasta detenerse frente a la fábrica.
En las rejas, ya se veían banderas de distintas organizaciones que habían
llegado para solidarizarse con los obreros. Entre abrazos y saludos, las Madres
entraron. En el playón central, el sol ya comenzaba a asomarse sobre
las nubes, mientras los obreros armaban puestos con artesanías y un escenario.
Luego de los saludos, las Madres fueron invitadas a dirigirse al comedor. Café,
té, tortas fritas y pan casero era la bienvenida preparada por los trabajadores
y trabajadoras de la fábrica. El frío neuquino, a esa altura,
había quedado atrás, y las conversaciones en el comedor eran otra
forma de templar el ambiente.
Afuera, como siempre, la fábrica seguía moviéndose, reafirmando
una realidad que comenzó hace un año y medio: Zanón bajo
control obrero, cuestionando hasta la médula las bases del sistema capitalista.
La dignidad proletaria, resistiendo y demostrando que sí, QUE SE PUEDE.
A las once se realizó la conferencia de prensa. Representantes del MTD
neuquino, piqueteros de todo el país, representantes de varios gremios
provinciales, asambleas populares, estudiantes y docentes levantaron la voz
para defender y comprometerse en la defensa de los puestos de trabajo que hoy
peligran en la fábrica. Luego de agradecer por el apoyo recibido y afirmar
la emoción por la presencia de tantos pañuelos blancos,
Raúl Godoy, dirigente de los ceramistas de Neuquén, comenzó
a hablar en nombre de los trabajadores de Zanon:
Venimos de hace muy poco, de haber estado bastante sensibilizado y siguiendo
con bastante atención lo que ha pasado con los compañeros de Sasetru,
una fábrica en Buenos Aires que estuvo cerrada por veinte años,
sin que a nadie le interesara en lo más mínimo, pero cuando un
grupo de trabajadores la pone en marcha y quiere empezarla a producir, y producir
fideos, por ejemplo, para los comedores, aparecen la policía, la gendarmería,
la montada, la marina y toda esa mugre, que estamos acostumbrados a ver reprimiendo
a los trabajadores. Es la mejor muestra de cuáles son los planes del
gobierno, qué es lo que defiende esta justicia, qué es lo que
defiende los gobiernos, qué es lo que defiende toda esta gente. Y es
precisamente mantener fábricas cerradas, millones de compañeros
desocupados, para venir después y hacer demagogia con un bolsón
de comida, con un plan
Godoy aseguró que los trabajadores no están dispuestos a dar un
solo paso atrás y luego se refirió al conflicto de Zanon:
Vamos a defender estos puestos de trabajo con lo que sea necesario. Acá
nadie va a entrar a pasear y a jugar con la dignidad y el futuro de cada una
de estas familias. Y no es solamente nuestro, esto no es solamente de los obreros
de Zanon. Hemos dicho que es del pueblo y puede sonar a un slogan, pero no lo
es. Los más de cuarenta puestos de trabajo que se han generado a partir
de esta gestión creo que lo demuestran. El tema de haber podido colaborar
con comedores, con hospitales, con escuelas y que esta fábrica se haya
puesto en funcionamiento es una pequeña muestra de lo que se ha podido
hacer.
También dijo que van a repudiar cualquier intento de desalojo
y continuó: Nosotros venimos acá a trabajar, venimos acá
a llevar el sustento de nuestras familias y vamos a hacer uso del legítimo
derecho de defensa que tenemos los trabajadores para poder seguir llevando esto
adelante. Antes del final, Godoy reclamó la expropiación
de todas las fábricas que estén de alguna manera gestionada
por los trabajadores.
Por último pidió a las distintas organizaciones que todos
tenemos que estar en esto. En un país con más de la mitad de la
población bajo la línea de la pobreza no hay emprendimiento que
ande bien, y eso lo sabemos. Y por eso también nuestra lucha es hermanada
con los distintos sectores, con los compañeros de distintos sindicatos
y organizaciones de desocupados. Somos hermanos de clase y así tenemos
que luchar y así tenemos que defender esta fábrica. Zanon es del
pueblo y entre todos la vamos a defender.
Luego fue el turno de Hebe, quién dijo que la lucha de Zanon es
la lucha de nuestros hijos. Hebe afirmó que la fábrica
nos pertenece, desde el lado de qué significa defender una fábrica.
No porque nos pertenezca por lo que hacen ellos, que son los que laburan, los
que la hacen trabajar, los que hacen la venta, los que pusieron el cuero hace
un año y medio. Nos pertenece porque cada cosa que se privatiza o se
vende deja de pertenecer al pueblo. Y, si esta fábrica dejamos que se
la lleven, es que realmente no sabemos defendernos.
También dijo que la fábrica se defiende no con papelitos,
no con adhesiones, no con cartitas, porque con las cartitas los milicos se van
a cagar de risa. Lo que tenemos que poner es el cuerpo y que la obligación
de todos es con los hijos de los trabajadores de Zanon. A ellos, a los
pibes o a los más grandes, a ellos les tenemos que decir: chicos, estamos
acá para defender la fuente de trabajo de sus padres. Porque nosotros
necesitamos que esos pibes, que esos jóvenes, mañana, no digo
en ellos, sean nuestros dirigentes. Y para que sean nuestros dirigentes tienen
que estar bien comidos, bien educados, bien preparados, bien formados.
Las últimas palabras de Hebe fueron concisas y resumieron la realidad
de la situación: Si se pierde esta fábrica, vamos a ir todos
a la lona, por eso hay que defenderla. ¡Y defenderla como sea!
Al finalizar la conferencia de prensa, un grupo de Madres comenzó una
recorrida por el interior de la planta. Guiadas por los obreros, escucharon
cómo levantaron y pusieron en funcionamiento la planta, cómo planifican
la producción, cómo la mantienen y proyectan hacia el futuro,
garantizando la fuente de trabajo para casi 300 personas, e incorporando a nuevos
puestos laborales a las organizaciones de desocupados de la zona.
En el inmenso playón de entrada, se podía escuchar un programa
radial en vivo, conducido por el periodista neuquino Elio Brat junto a los obreros
de la fábrica. Transmitiendo en directo para una radio local y otra de
la provincia de Córdoba, pasaron por la radio abierta entrevistas a las
Madres y la solidaridad de distintas organizaciones que pasaban a contar sus
experiencias.
Por la tarde, los trabajadores de Zanón, las Madres, y todas las organizaciones
presentes en la jornada solidaria, protagonizaron un encuentro para reafirmar
su decisión de defender la fábrica recuperada y coordinar las
acciones necesarias ante un eventual intento de desalojo.
A las seis, partió una gruesa caravana hacia la ciudad de Neuquen. Cerca
de dos mil personas dibujaban la columna que marchaba por una de las avenidas
principales de la ciudad. Cantando contra la familia Zanon (los antiguos patrones)
y contra el gobierno provincial de Sobich, la marcha se desplazaba hacia la
plaza San Martín, donde se realizaría el cierre de la jornada
solidaria.
Al frente los pañuelos blancos, seguidos por las camisas marrones de
los combativos ceramistas, bombos, redoblantes, puños en alto, decisión
de vencer, muchas banderas azules de las Madres, muchos carteles identificando
a las organizaciones populares que acompañan la lucha de Zanón.
Los bombos y las consignas retumbaban en el centro de Neuquén, como para
que quien quiera oír, que oiga la firme disposición
de defender esta histórica experiencia.
Una experiencia que hoy miran con atención y respeto los trabajadores
de aquí y el mundo, y con seria preocupación los poderosos. Parece
que el señor Fukuyama regó fuera de la maceta, cuando pronosticó
la muerte de la lucha de clases.
Luego de seis cuadras de marcha, y ya frente al monumento a San Martín,
abrió el acto Lolín, una de las Madres de Neuquen, quien comenzó
señalando la masividad de la jornada por la defensa de Zanon. Yo
veo hay atrás a los compañeros saltando, gritando y los veo felices.
Hoy se hicieron muchas promesas, se impartieron algunas decisiones y espero
que todas se concreten. Yo sé de algunos cómo hicieron ese compromiso,
de otros no lo sé, pero de las Madres sabemos que lo hemos hecho, porque
pensamos en nuestros treinta mil hijos, que hubieran estado aquí, y en
todos estos otros hijos que nos han nacido en la lucha.
Cuando le tocó el turno a Hebe, la noche comenzaba a despertarse en el
cielo y el frío se colaba entre los cuerpos. Esto no fue un impedimento
para que la voz de Hebe calentara la plaza. El gobernador, la jueza, los
jueces, los secretarios y los diputados tienen que saber que si deciden ir a
Zanon para desalojar van a pasar por muchos de nosotros, por arriba de nuestros
cuerpos, porque estamos dispuestos a defenderlos con la vida. Les va a costar
muy caro, no les va a ser fácil, vamos a venir todos, de todas partes.
Desde acá le decimos a la jueza y al gobernador: ojo con lo que van a
hacer, porque ya Zanon recorrió el mundo, ojo con los que van a hacer,
porque no atacan solo a los compañeros, sino también a sus hijos
y a sus familias.
Hebe dijo que Zanon era un ejemplo, no solo para Argentina, sino para toda América
Latina y que los capitalistas, imperialistas que nos gobiernan, que son
una manga de atorrantes y ladrones, quieren hacer lo mismo que están
haciendo en otros países, en referencia a los ataques de Estados
Unidos contra el pueblo iraquí. Después afirmó que con
la fábrica Zanon no van a poder, porque hoy nos hemos comprometido y
aún más, las Madre nos hemos juramentado: nos quitaron una vez
treinta mil hijos, no vamos a permitir que nos quiten una fábrica, porque
en ella están involucrados miles y miles.
Antes de darle paso a Raúl Godoy, Hebe, con la voz firme y clara, dijo:
Todavía no aprendimos a defendernos como corresponde. Zanon nos
pone a prueba. Que nadie nos diga violentos, la violencia es la de arriba. Los
pueblos hacemos la revolución y la violencia es la del Estado. Compañeros,
sin una fuerte resolución de defender la fábrica como sea y con
lo que sea, no vamos a poder salir de este brete. Las Madres estamos comprometidos
a venir y a defenderla con lo que los compañeros resuelvan, cómo
sea y con lo que sea. Y no es violencia y no es subversión, es revolución.
En la plaza, los obreros saltaban, hacía sonar los bombos y redoblantes
y no permitían que las banderas descansaran un solo momento. Sobre el
monumento a San Martín, la bandera de los ceramistas de Zanon resaltaba
sobre todas las otras.
Luego de agradecer el apoyo recibido, Raúl Godoy aseguró que los
ceramistas tenemos que hacer valer semejante apoyo y estoy seguro que los vamos
a hacer. Afirmó que se deben seguir abriendo fábricas y,
a su vez, defenderlas bajo la consigna si tocan a una, tocan a todas
y que con la sola defensa no basta: Tenemos que ir por más, y ese
ir por más significa exigir la expropiación de la fábrica,
la estatización y puesta al servicio de la comunidad bajo control obrero.
Finalizando el acto, Raúl Godoy dijo que queda mucho trabajo por hacer:
recorrer cada colegio, cada barrio, cada sindicato, cada gremio, impulsar
un petitorio, pero también ir preparando las condiciones, porque no va
a quedar solamente en una declaración, ni va a quedar solamente en un
papel y estamos convencidos que va a hacer así. Acá nadie se va
a atrever a tocar a Zanon y si se animan, va a haber un paro general, va a haber
piquetes, va haber cortes, va a haber ocupación en distintos lugares
y como dicen muchos: ¡no pasarán, no pasarán y no pasarán.
En Neuquen, la noche y el frío se mezclaban con la alegría y los
agradecimientos mutuos. Las Madres ya emprendían el regreso, luego de
pasar por una verdadera guardia de honor, un callejón humano
de obreros de Zanón que las besaba, las abrazaba, en su camino hasta
la puerta del micro que las traería a Buenos Aires, mientras desde las
calles se escuchaba un solo grito: Madres de la Plaza, el pueblo las abraza.