Casa de las Madres de Plaza de Mayo
Buenos Aires, 28 de junio 2003.

"Hola amigos de este espacio tan lindo. No sólo a los amigos de Neuquén, porque sé que está saliendo por otros lugares. Está saliendo por Rebelión y también llega a Suecia. Así que a todos los que escuchan y nos leen, que tal. Estamos contentas. Estamos trabajando muchísimo.

Les quiero contar, como siempre dije que les voy a contar algunas cosas. Estuve en Córdoba, firmando con la Casa del Trabajador en Córdoba un convenio para que las alas de la Universidad se desplieguen cada vez más. Los compañeros de Córdoba ya están trabajando. Ellos tienen ya un trabajo hecho, la gente de la Casa del Trabajador, un trabajo muy lindo, muy sólido. Muy importante, que están haciendo con unos médicos que son talleres de promoción y educación para la salud. Con unos objetivos muy muy importantes: Compañeros que están educando en los barrios, capacitación de promotores de salud para política popular para prevenir. Para la salud, para la infancia, para el control del niño, salud y adolescencia, salud y mujer. Realmente están haciendo un trabajo muy lindo y las Madres vamos a extender nuestras alas hasta ahí y seguramente llevaremos algunos de nuestros seminarios. Y porqué no, el año que viene a lo mejor alguna carrera.

Es posible también que lo hagamos en la ciudad de La Plata. Estamos viéndolo. Pensamos que la Universidad Popular tiene que crecer y que crecer con esta forma que tenemos las Madres: de sorprender a la gente con las ideas y con el crecimiento. Así que esta semana también voy a viajar a Mar del Plata y a Tandil, donde también tenemos un convenio con la Universidad de Tandil.

Como les había prometido, les voy a contar algo sobre la charla que dio Aleida, Aleidita la hija del Che, en la Universidad. Se acuerdan que les dije que les iba a contar. Realmente fue una maravilla.

Aleidita, que yo la conozco de hace muchos años, tiene un discurso mucho más politizado. Mucho más fuerte, mucho más convencida. Ella decía que le tocó en suerte la hija del Che, así como una cosa genética. Pero que ella es hija de la Revolución Cubana.

Ella se siente cubana y orgullosa de su padre, por supuesto. Y nos contó partes muy tiernas de la vida del Che, de la vida con sus hijos, de la vida con su mujer. De cuándo su mujer recién lo empezó a llorar después que llevaron los restos a Cuba. Y como ella desde niñita se acordaba de su padre, de lo poco que lo vio porque tenía cuatro años.

Hizo una película. Y la trajo y la pasó también. Bueno, la gente aplaudió muchísimo todo lo que ella decía, con esa ternura que tiene Aleida, que es médica de niños, para hablar.

Así que fue un acto enorme. Vino muchísima gente. Mucha, mucha gente que no entró, no cabía. Pero nosotras orgullosas que ella haya venido a hablar a la Universidad y que haya pasado también esa película que ella hizo acordándose de todos los momentos que ella vivió con su padre, desde la cosa tierna de padre e hija, de hija padre, de mujer e hijos, de madre padre e hijos. Esas cosas que parece que a veces nos falta a los que luchamos y no es así. Todos los que luchamos, luchamos porque amamos. Y el Che amaba, amaba mucho a su familia. Y Aleidita lo que dijo y en la película lo mostró.

Así que fue muy muy lindo. Estamos muy contentas y muy satisfechas.

Esta semana es una semana donde se cumple un año de la muerte, del asesinato de Darío y de Maxi. Ese asesinato tan espantoso. Ese hecho que nos marcó a todos. Que nos dejó muy conmocionados, no porque no conociéramos a los chicos sino justamente porque los conocíamos. Yo a Darío lo conocía bastante. El había venido mucho con las Madres. No tanto lo conocí a Maxi, que estaba recién participando.

(silencio) No matan a cualquiera. Es mentira. No es al azar. Alguna vez caerá alguno al azar, pero eligen a quien van a matar estos asesinos. Por eso es que tienen que ir a la cárcel. Más allá de toda condena que hagamos los pueblos. Mas allá de todos los juicios que hagamos los pueblos. Más allá de todos los insultos.

El señor Presidente dijo que se va a ocupar de que sean condenados todos los responsables, no uno o dos.

Y ahora sale un libro, sale un libro que lo presentamos en la Casa de las Madres. Un libro que se llama "Darío y Maxi: dignidad piquetero" - El gobierno de Duhalde y la planificación criminal de la masacre del 26 de junio en Avellaneda.

Es un libro, no sé si decir lindo. Es un libro duro. Es un libro donde se explican muchas cosas o tratan de explicarnos muchas cosas. Tal vez a uno no le alcance que le expliquen en muchos libros y en muchas charlas. A veces uno no puede entender porqué pasan estas cosas.

Y hay una parte de alguien que escribe en la contratapa que dice así:

"Desde el inicio de la represión Darío había ayudado a organizar al repliegue con el grupo de compañeros con más experiencia. Ya habíamos pasado de largo la estación. ¿Por qué entonces él decidió volver? Darío volvió por todos. Por su hermano y su novia. Por sus compañeros del barrio y los demás. Por Maxi agonizante. Por todos que ante el peligro no nos decidimos a volver. Había dicho en la última Marcha de la Resistencia con las Madres de la Plaza de Mayo: "Nos pesa mucho la valoración de todos aquellos que dieron la vida. Más de 30 mil compañeros que pelearon por lo mismo que estamos peleando hoy". Lo que sentimos en carne propia es que somos los mismos que pelearon en aquellos años. Somos la continuidad de esa Historia. Por aquellos compañeros caídos, que reencarnan en cada piquetero en lucha y que volvían a caer con Maxi, Darío volvió. A dejar testimonio con su vida de que aunque nos sigan matando seguiremos resistiendo".

Grandes palabras. Mucha sabiduría. Darío con su cuerpo protegió y le dio calor, hasta último momento, al cuerpo de Maxi. Y Maxi y Darío nos siguen dando hoy calor, fuerza y dignidad a todos los que sabemos que la lucha empieza cada mañana cuando sale el sol.

Gracias. Hasta la próxima semana".