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La Fogata con las Madres

A UN AÑO DE LOS ASESINATOS EN AVELLANEDA

JUICIO POPULAR EN EL PUENTE PUEYRREDÓN

Jueves 26 de Junio de 2003


Foto: Indymedia Argentina

DISCURSO DE HEBE DE BONAFINI EN EL PUENTE PUEYRREDÓN, DURANTE EL JUICIO POPULAR A LOS RESPONSABLES DE LA MASACRE DEL 26 DE JUNIO DE 2002 (Buenos Aires, 26 de Junio de 2003)

Queridos compañeros:

¡Y no me dirijo solo a ustedes, queridos compañeros Darío y Maxi, que están aquí, volando sobre nosotros, para exigirnos lo mismo que hicieron ellos: ser dignos, darnos la mano, sentir su fuerza!

¡No habrá revolución posible si los hombres y las mujeres no nos hacemos revolucionarios!

El Che decía que la verdad ajustaba como un guante, que a veces hay que abandonarlo todo, hasta la familia, para iniciar el camino de la revolución, que hay que entregar la vida al servicio del otro para que la vida tenga valor. Y Darío y Maxi, pero sobre todo Darío, mostraron que su vida hoy es lo más grande, lo más importante que tenemos para mirarnos en ellos.

Nuestros hijos, que todos los días nos decían: "mirá mamá, la vida vale si la ponemos al servicio del otro", nos mostraron que sus vidas hoy no quieren una memoria de mierda.

Quieren que se imite lo que ellos hicieron, sus vidas revolucionarias. ¡No hay revolución posible si los pueblos no aprendemos que tenemos derecho a la violencia!

¡Y que se dejen de joder con que nos digan violentos! ¡Ellos nos violentan, ellos nos dejan sin trabajo, ellos nos sacan la comida, ellos nos dejan sin educación!

¡Ellos nos matan los hijos de hambre y después nos llaman violentos!

Le exigimos al gobierno de Kirchner que libere, que desprocese a todos los compañeros que están procesados por pedir lo que corresponde.¡No que los perdone, porque no cometieron ningún delito, no es delito pedir trabajo, es delito robar y no juzgar!

Y le exigimos al Señor Presidente que meta el cuchillo hasta donde sea necesario, caiga quien caiga y cueste lo que cueste, para condenar a todos los hijos de puta que hicieron la masacre del 26 de junio del año pasado.

¡No importa quien caiga Señor Presidente! Si tiene que llegar hasta Duhalde, que lo haga, porque si no será otra mentira más. Será otra promesa más que no se cumpla.

Todo lo que se dice hay que exigir que se cumpla. Tenemos una gran necesidad los pueblos de que se condene a los asesinos, pero también tenemos que abrir bien los ojos, porque las leyes nunca son para nuestra clase.

El FMI, el capitalismo, EEUU y todos los hijos de remil putas que los apoyan, que los escuchan, hacen las leyes para ellos. Nosotros tenemos que hacer nuestras propias leyes, porque los pueblos podemos, ¿quien dijo que no se puede?

Los pueblos tenemos que tener nuestras propias leyes, y si queremos la revolución - y lo dijo muchas veces el presidente Chávez, y lo dijo Fidel -, una revolución sin armas no es posible, es una cagada, porque siempre nos pasa, ellos nos reprimen, ¿y nosotros qué...?

Se habla mucho de revolución, democracia, productiva y de lo que sea, y nos cagan a balazos, a palos ¿y nosotros qué...? Siempre tenemos que ser buenitos, todavía no hemos aprendido a defendernos.

La revolución está lejos, pero esto que pasó el año pasado, y el 19 y 20, nos va acercando cada vez más.

Nuestros hijos, a los que reivindicamos cada vez con más fuerza, a los que amamos, ¡nuestros queridos y amados guerrilleros!, se levantaron en armas, porque se hartaron de que los pisoteen, se hartaron de que los engañen, se hartaron de ver la muerte de tantos chicos.

¡Y no nos dá vergüenza decirlo! Al contrario, es el orgullo más grande el haber tenido hijos con semejantes pelotas para enfrentar al sistema, al imperialismo, porque en aquella época ya se venía marcando qué era el Fondo Monetario, y quién Estados Unidos, el país más terrorista que existe. Sin embargo todavía se los escucha, todavía se los recibe.

¡Estamos hartas, de las bases militares norteamericanas en nuestro país!

¡Estamos hartos de que venga el FMI a decirnos cómo tenemos que vivir, y qué es lo que tenemos que hacer!

¡Estamos podridos de que nos maten!

¡Estamos llenos de que nuestros hijos no puedan estudiar!

¡Estamos hartos, muy hartos de que cada vez que hay una manifestación nos tiren gases hasta matarnos, porque también los gases matan!

Porque también nos van recortando nuestro poder de salir a la calle.

Compañeros, es muy duro lo que ha pasado aquí hace un año, es muy duro y muy terrible lo que pasó desde 1976 en adelante. Hace 26 años que las Madres nos propusimos no abandonar un solo día la lucha. No abandonar un solo día la reivindicación de la revolución, no abandonar un solo día la reivindicación de nuestros queridos y amados hijos.

Hoy, nosotras vemos en ustedes a nuestros hijos.

Nuestros hijos nacieron en los piquetes, en las fábricas ocupadas y en producción, nacieron en los puentes y nacen cada día como nace el Hombre Nuevo.

El Hombre Nuevo no es una utopía, el Hombre Nuevo nace cuando cada uno de nosotros deja de ser un hombre común para plantarse en la calle y decirles ¡basta! a estos hijos de mil putas que nos quieren masacrar.

No van a poder con nosotros, ¡no les va a ser fácil, compañeros! Las Madres también nos hemos convertido en piqueteras, y por eso estamos hoy aquí, no solo reivindicando la lucha de ustedes sino también la de todos aquellos que en todas partes del país se levantan hartos de lo que está pasando.

Este presidente prometió muchas cosas, no es igual a Duhalde, no es igual a Menem, pero ojo, ¡ojo con lo que promete, lo que promete lo va a tener que cumplir!

Así que compañeros, nosotros pedimos la cárcel, y el castigo para todos, que llegue hasta donde tenga que llegar.

No es como dicen estos infelices que dicen que tenían un proyecto para el 26. La policía, los gendarmes, los de civil, no tienen proyecto, son como raviol de fonda: cuadrados y sin seso. ¡El proyecto es de los que gobiernan, ellos tienen el proyecto para nosotros.! Ellos son unos pobres infelices hijos de remil putas que por unos pocos pesos son capaces de matar a la madre.

Eso tengámoslo claro: Fanchiotti no tenía ningún proyecto, a ese lo mandaron y vino. ¡Hay que llegar hasta el hueso, hasta donde sea necesario! Nosotros tenemos la responsabilidad de no callarnos.

¡Darío y Maxi! Su cuerpo, su espíritu, su entusiasmo, sus ganas, su vida, nos tienen que hacer sentir responsables de no fallarles.

Nosotras a nuestros hijos no les fallamos, no los vamos a abandonar, no vamos a dejar de reivindicarlos, no vamos a vender su sangre, no somos de aquellos que creen que con un poquito de justicia ya está arreglado.

La única justicia posible es que el pueblo sea feliz, ahí habrán sido vengados nuestros hijos y todos nuestros muertos, cuando el pueblo sea feliz. Y el pueblo será feliz cuando la revolución esté en marcha.

Gracias.