Miguel Ángel Ferrari
Desde la Gente
En Rosario las iglesias evangélicas cuentan con admirables pastores. Pastores
con un profundo compromiso con los humildes, con los derechos humanos, con las
causas de los pueblos oprimidos. Una de las figuras emblemáticas es el Obispo
Emérito de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina, Federico Pagura. Cumplen
con su magisterio de pastores, como también lo hacen numerosos sacerdotes católicos
o ministros de otras religiones junto a los que sufren, con una coherencia que
muchas veces supone inmensos sacrificios.
Lamentablemente, como ocurre en todo tipo de actividad humana, hay quienes no
realizan la tarea que dicen realizar. Muchos burócratas sindicales que dicen
representar a sus compañeros de trabajo, en realidad defienden los intereses
de los poderosos y ejercen la traición como actitud cotidiana. Otros tantos
dirigentes políticos, cuya tarea fundamental consiste en promover el bien común,
actúan como gerentes de los grandes grupos económicos o -simplemente- en su
propio interés, perjudicando a los ciudadanos que depositaron su confianza en
ellos. Quizás uno de los casos más graves de los largos últimos tiempos sea
el de los policías, cuya tarea consiste en procurar seguridad a los habitantes
y muchos de ellos, lejos de cumplir con ese cometido, participan de delitos
de toda calaña, llegando incluso -en muchos casos- al crimen. Podríamos seguir,
lamentablemente, hasta el hartazgo con estos ejemplos. Pero en todos los casos
hay un común denominador: la inautenticidad y la impostur a.
Entre los religiosos ocurre, a su modo, algo similar. Entremezclados entre muchos
hombres y mujeres de bien, dedicados a su prójimo, se encuentran aquellos impostores
que aparecen como lo que no son.
Un acontecimiento -diríamos- local, cuya realización está anunciada en Rosario,
de pronto ha cobrado interés nacional e internacional. Uno de los más importanes
predicadores de la extrema derecha fundamentalista estadounidense vendrá a nuestra
ciudad a realizar un supuestamente cristiano "Festival de la Esperanza". Se
trata de Franklin Graham, el actual líder de la organización que montara su
padre, el también predicador Billy Graham.
Billy Graham, quien -en los años sesenta- también estuvo en Rosario, fue consejero
espiritual del tristemente célebre presidente estadounidense Richard Nixon,
destituido a causa del affaire conocido como Watergate. El predicador
Billy Graham asistió a la asunción de nueve presidentes norteamericanos a quienes
les prodigó su apoyo espiritual y la dosis de fundamentalismo necesaria para
justificar todas y cada una de las atrocidades que el imperio cometió en América
latina y en el mundo durante las últimas décadas, bombardeos con napalm a Vietnam
incluidos.
Su hijo Franklin, el próximo visitante de nuestra ciudad, no es responsable
- obviamente- por la inconducta de su padre. El jóven predicador ya ha acumulado
en su actividad "religiosa" suficientes méritos como para hacerse acreedor del
repudio de la gente honesta, amante de la paz y de la convivencia entre los
seres humanos y entre los pueblos, más allá de sus pertenencias étnicas, políticas
o religiosas.
En una reciente declaración difundida por la Fundación Kairós, una conocida
y respetable organización evangélica de nuestro país, titulada "Franklin
Graham es éticamente impresentable", se señala claramente que el predicador
estadounidense que estará entre el 20 y el 22 de este mes en Rosario, es el
consejero religioso de George W. Bush, lo cual se torna "francamente ofensivo,
entre otras cosas, por el apoyo explícito del predicador a la invasión de los
Estados Unidos a Irak. Mientras el mundo entero, y muchísimos argentinos y argentinas,
perciben la acción bélica de los gobiernos de George Bush y Tony Blair como
un acto criminal, ¿ cómo podemos los evangélicos argentinos darle la bienvenida
a alguien que contribuye a utilizar nuestra fe para justificar dicho acto?",
señala la declaración.
Este "buen" señor, con su organización denominada "Samaritan´s Purse" (cuya
traducción es "La Bolsa del Samaritano"), no sólo es un firme partidario de
la "guerra preventiva" del imperio, a la que contribuye con su respaldo espiritual,
sino que además predica el odio interreligioso especialmente contra los fieles
que profesan el islamismo, denominando "perversa" a esta religión a la que le
atribuye una directa vinculación con "el mal". Seguramente se cuidará muy bien,
en nuestro país, de incurrir en delitos que pena nuestra legislación. Caso contrario,
habrá que apelar al Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia
y el Racismo, creado por ley Nº 24.515, más conocido por su sigla INADI.
Sus actividades -como se puede comprobar- no están solamente vinculadas a alegres
festivales, sino -y fundamentalmente- a la prédica de la intolerancia, maquillada
como mensaje de amor. Este predicador, en la actualidad, es una suerte de capellán
del Pentágono, donde el último viernes santo encabezó una ceremonia religiosa.
También su prédica se puede oir en el Departamento de Estado de los Estados
Unidos.
La confesión con la que la familia Graham ha sido asociada generalmente: los
Bautistas del Sur tiene una repugnante historia en los Estados Unidos. Fue
fundada por segregacionistas extremistas para excluir a los negros de sus iglesias
y, un siglo más tarde, durante el florecimiento de los Derechos Humanos -en
los años 50 y 60 del siglo XX-, los bautistas sureños fueron mejor conocidos
por su oposición al trabajo del Dr. Martin Luther King que por el apoyo que
le prestaron.
"A las palabras se las lleva el viento" dice un refrán popular. Hay veces que,
o no hay viento o no son dichas a la intemperie, de modo que esas palabras permanecen.
Las palabras de los fundamentalistas como Franklin Graham, como Pat Robertson
o como Jerry Falwell, uno de los miembros más ofensivos de la derecha religiosa,
que llamó "terrorista" a Mahoma, no sólo que no las dispersan las corrientes
de aire, sino que juegan un papel fundamental en la comisión de delitos.
Los delitos motivados por el odio a árabes y a musulmanes en los Estados Unidos
aumentaron un 1.700 por ciento luego de los atentados de setiembre de 2001,
señala un informe de la organización "Human Rights Watch" (Observatorio de los
Derechos Humanos). Entre las agresiones registradas por la mencionada organización,
figuran entre tres y siete asesinatos, al menos otros 49 ataques violentos,
docenas de actos de vandalismo y otros tipos de daños contra propiedades, en
especial contra mezquitas.
La denominada "fiesta de la esperanza" está inscripta en el doble discurso al
que aludíamos al comienzo de esta nota. Esperanza tiene su raíz en la palabra
esperar. Los argentinos y los latinoamericanos no esperamos para nuestro país,
ni para nuestro continente un futuro de discriminación y de odio. Tampoco esperamos
un futuro de guerras de agresión, como la de Irak, a las que le da sustento
"teológico" este predicador. De modo que esa "esperanza" para nosotros no es
ninguna fiesta, sino todo lo contrario.
Nota emitida en el programa radial "Desde la Gente", de LT8 Radio Rosario,
República Argentina, el martes 11/11/03. Publicada en el sitio www.hipotesisrosario.com.ar