"Hoy, más solidarias que nunca con Bolivia y más repugnadas por Estados Unidos"
Al finalizar la marcha del jueves 16 de octubre de 2003, habló Hebe de Bonafini
Bueno, ahora Demetrio, el poeta de la casa, les va a decir algo a las Madres. Demetrio: Un poco asumo la representación de todos los compañeros que estamos militando junto a las Madres en la Casa de las Madres, en la Librería, en la Biblioteca, en la Videoteca, en la Universidad, en la Feria, en la Editorial, en el programa de radio, en el periódico, en el Congreso, en el Café Literario, aquí en la Plaza. Con mucha humildad, compañeros, creo que todos quisiéramos decirles a las Madres lo importantes que son para nosotros, el ejemplo que significan para nosotros, el amor que nosotros sentimos por las Madres, amor a través del cual aprendimos también a querer a los hijos de las Madres y, lo que es más importante todavía, lo que los hijos de las Madres querían, que era la Revolución, que era la libertad, que era la vida digna para todos nosotros, la vida feliz, la alegría y la justicia. Creo que es eso solo: agradecerles a las Madres por hacernos seres políticos, con esperanzas, con sueños, con ganas de cambiar todo, firmes, fértiles, capaces de, a pesar del tiempo que pase y de lo mucho que suframos, cambiar esta realidad. Muchas gracias, Madres.
El domingo es verdad, es el Día de la madre, que es casi todo el año, casi todos los días, pero parece que hay algo que nos dice que ese día tenemos que estar acompañadas por los nuestros, en nuestras casas, en nuestros hogares, en nuestros lugares, donde no hay sillas vacías, no. No hay sillas vacías porque las Madres, como siempre decimos, tenemos a nuestros hijos a nuestro lado. Y las sillas no están vacías porque ellos tienen una presencia demasiado fuerte como para pensar que no están. Son los que nos acompañan, los que nos marcan el camino, son los que nos dan fuerza, son por lo que luchamos, son los que nos hacen sentir cada mañana ese "hola, mami". Esos no se van.
Hoy hay un pueblo que sufre, en Bolivia, allí donde millones de madres no sé si alguna vez habrán podido festejar el Día de la madre. Hoy más que nunca tenemos que estar al lado de ese pueblo que sufre y resiste con mucha claridad. Es un pueblo que tiene miles de años de lucha, que la tiene clarísima. Ya han tenido cantidad de golpes pero tienen campesinos, mineros e indígenas con mucho amor a la tierra y a su pueblo, a su raza, a su gente, a su suelo y al poderío económico que tienen bajo su suelo y en las montañas.
Hoy más solidarios que nunca con ese pueblo y más repugnadas de pensar que Estados Unidos sigue matando y sigue asesinando. ¿Por intermedio de quién?: No importa, asesinan igual. Mañana todos tenemos que ir a la marcha, es una cita de honor. Las Madres están citadas a las cinco en nuestra Casa, porque no vamos a caminar todo el trecho, ya que es muy largo. Los organizadores quieren que encabecemos la marcha, entonces nos encontraremos a una diez o doce cuadras del punto final del acto que van a hacer todos los compañeros bolivianos, todos los piqueteros, todas las organizaciones sociales y de derechos humanos. Tenemos que gritarle al mundo, que acompañamos a ese pueblo. Ellos necesitan de nuestro grito, de nuestra fuerza, de nuestras ganas. Y ojalá no tuviera una pierna rota, porque seguro que me hubiera ido para allá. Seguro que me hubiera ido para estar con ellos.
Aquí siguen pasando cosas. Por suerte Zaffaroni entró a la Suprema Corte. Precisamos mucho más: van a tener que cambiarlos a todos.
Seguimos con la represión en Jujuy, que es terrible. Estos tipos, estos gobernadores, estos jefes de policía… El jefe de policía de allí actuó en Tucumán, junto con Bussi. No sólo con Bussi, él estuvo en el Operativo Independencia, en la montaña. Así que miren qué jefe de policía. Y qué gobernadores.
Hay que arrastrar con toda esa basura. Y si el Presidente Kirchner no toma medidas con estos gobernadores, que reprimen y matan al pueblo que reclama por la vida de los suyos, el Presidente va a dejar de tener el ochenta y siete por ciento del apoyo que tiene ahora.
Hasta el jueves que viene.