Tras la marcha del jueves 20 de marzo de 2003, habló Hebe de Bonafini
Vengo de Italia, de participar en varias marchas contra la guerra, sobre todo en una de Camp Derby, frente a la base de los militares. Pensaba contarles qué pasó en el viaje, pero la guerra precipitó todo y hace un rato - me comentaba Luis, que lo escuchó por la radio - que ya estaban invadiendo con todo, con todas las armas, con todos los preparativos, los genocidas de EE.UU.
Esta guerra, que nadie quiere pero que está, va a transformar un montón de cosas. Va a transformar quién es el dueño del petróleo, va a transformar toda Latinoamérica porque ellos ya dijeron que después de Iraq están Colombia y Venezuela. Y después vendrán por nosotros, porque también somos un país rico, aunque a nosotros nos tienen más domados, más domesticados, porque los políticos corruptos, ladrones, chorros, mentirosos y traidores, ya han entregado casi todo.
¡Hoy es un día muy terrible, de muchísimo dolor! Porque en este momento hay miles y miles que han muerto y quién sabe cuántos más van a asesinar... Asesinatos que nadie paga, que casi todos justifican, pero que nos tienen que causar a cada uno de nosotros la misma repugnancia que el genocidio nazi.
¡Hitler hoy es Bush, y peor! Y como tal tenemos que denunciarlo y tenemos que gritarle.
Ya no va a ser sólo el genocidio de los nazis. Ahora es el genocidio que están haciendo los norteamericanos, con un pueblo - o más de la mitad-, apoyando la guerra, con muchos países apoyando la guerra, justificándola, hablando del terrorismo.
En Italia, me decían los compañeros, todos somos terroristas. Cada uno que sale a la calle es terrorista. Y en España, también. Ayer me decía un compañero que para el gobierno, la mitad de Barcelona es de la ETA, porque es con la única que te tiran abajo.
Yo quiero decirles que cuando estuve en España y las Madres denunciamos cómo De la Rúa le regalaba el petróleo a Aznar, levantaron la campaña contra las Madres acusándonos de apoyar a la ETA. Hoy Aznar está sacando la cuenta de con cuánto petróleo se va a quedar por apoyar a Bush. No sólo le alcanza con llevarse el de acá, sino que también cree que le van a dar algo.
El imperialismo, el capitalismo o como le quieran llamar, también se caerá alguna vez como se han caído tantos imperios. Sólo que acá nos ha costado demasiadas vidas. Cuando España vino con Colón aquí, mataron millones de indios, también, con la excusa de mejorar, de colonizarnos, porque éramos salvajes.
Y con la misma excusa, apoyan a Bush, contra el salvaje, dicen ellos, de Saddam Hussein. Tienen la misma lengua que la de aquellos años. Como acá cuando Roca decía que había que matar a todos los indígenas para mejorar la raza.
Y hoy yo le decía a un compañero de una radio de Corrientes, que hubiera sido muy bueno que el Papa y todos los obispos y los arzobispos que están al pedo en el Vaticano, se pusieran de escudo humano en el medio de las plazas de Iraq... porque si el cielo es tan bueno y es tan lindo, como ellos dicen, entonces ellos se hubieran ido a pasar a la otra vida, que según ellos dicen es muy buena.
Así que, compañeros, a las cinco de la tarde haremos una conferencia de prensa, porque todavía todo sigue y la marcha del domingo tiene que ser grande, y el acto desde las tres de la tarde tiene que ser muy grande.
Vamos a hablar de la guerra, vamos a hablar de qué significó la dictadura. Basta de la cárcel para los asesinos, sino qué significó la dictadura: desocupados, muertos, gente sin casa, niños que se mueren de hambre, eso también es la consecuencia de la dictadura.
Y a las seis, vamos a ir todos a la marcha contra la guerra. Aunque la guerra esté desatada tenemos que seguir diciéndole, aunque sea por nuestras propias convicciones, por nuestra propia salud mental, tenemos que seguir diciéndole: ¡No a la guerra!
Y ese ¡No! que tiene que salir desde nuestras tripas, porque la guerra nos va a ir matando poco a poco a todos.