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La Fogata con las Madres

Editorial de ˇNi un paso atrás! Programa del 17/07/2003
EE.UU. o Europa: El imperialismo otra vez

En definitiva, el lenguaje da para todo. Como el idioma no pregunta para qué o con cuáles intenciones, quienes lo abordan tranquilamente pueden florearse a la hora de exponer las verdades más hondas o las mentiras más impertinentes. No obstante, las palabras pesan. Todo lo que el lenguaje dice o nombra queda señalado con marca indeleble, que el tiempo no alcanza a borrar y es condensado para siempre por la realidad y los hechos concretos de la historia.
El gobierno del país más expansionista de todos los siglos, tradicionalmente prepotente y pirata y poderoso, poseedor de colonias en los cinco continentes y con un historial de infinitas y cruentas guerras de ocupación, se permite la hipocresía de ser el anfitrión en una cumbre de gobiernos... progresistas. Humillante.
Tan grosera es la burla del gobierno de Inglaterra que ni falta hace poner mayor énfasis en condenarla. Sin necesidad de impugnaciones, esta vez alcanza con el silencio avergonzado que guardan los hombres y mujeres honestos y decentes, cuando escuchan o leen la palabra "progresista" al lado del nombre Tony Blair, copiloto de Bush en la última avanzada imperialista sobre el pueblo de Irak e inventor de la famosa y engañadora "Tercera Vía", que de novedosa tiene poco y de continuista con el conservadurismo de la señora Tatcher, tanto más.
Entre los invitados al convite de Londres del fin de semana pasado estuvo el presidente Néstor Kirchner, que en la agenda de asuntos "progresistas" a tratar en su gira por el viejo continente, debió padecer la indignante presión por parte de algunos líderes europeos en favor de las empresas públicas privatizadas en Argentina, de capitales español, alemán, francés, inglés e italiano, sin patria definida aunque con vocación absolutamente imperialista y déspota.
Esa misma Unión Europea es la que días antes se había subido por el furgón al tren pronorteamericano y condenado vilmente a Cuba, sincronizando las condiciones políticas para que el martes pasado los terroristas de la mafia anticastrista, que anida en las costas de Miami y tiene sus contactos en la Oficina de Intereses Norteamericanos en La Habana, secuestraran a punta de pistola otras dos embarcaciones con el manifiesto objetivo de desestabilizar al gobierno revolucionario cubano.
La excusa, en todos los casos, sigue siendo la defensa a ultranza de los supremos valores "occidentales" y "cristianos" del dios San Dinero: el libre mercado y la propiedad privada, aunque con eufemismos e insinuaciones tales como "seguridad jurídica", "libertad de expresión", "democracia", "derechos humanos". Porque, se sabe, siempre habrá a mano un neologismo o término que –según convenga-, aclare o nuble, despeje o tergiverse cualquier idea o hecho, demostrando que el lenguaje también es escenario donde se libra la descarnada lucha entre clases sociales contrapuestas. Ejemplo, la hiriente derecha habla de "reinsertarse al mundo alineándose con Europa o EE.UU. y pagando puntualmente la deuda externa", pero los pueblos de los países tercermundistas ya aprendieron a decirlo de una sola palabra, a viva voz, sin vacilaciones: ˇAbajo el imperialismo!