Jueves en la Plaza, con las Madres
Al término de la marcha del jueves 19 de junio, habló a todos los concurrentes la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.
Compañeros, hoy tenemos el honor de tener en la Plaza, a dos compañeros
del País Vasco y a una compañera de los Sin Tierra de Brasil,
que vinieron a acompañar esta marcha, y nosotros también les decimos
a ellos que somos solidarios con sus pueblos, con sus luchas, con su trabajo.
Bienvenidos, compañeros, a esta Plaza.
Esta tarde, a las 19 horas, Aleidita, la hija del Che, va a dar una conferencia en la Universidad de las Madres. Tenemos el honor de compartir con ella, hoy, una actividad.
Pero pasan tantas cosas todavía. La matanza de Margarita Belén fue una de las matanzas más grandes que hubo en el país, uno de los crímenes más terribles, más ocultos, más tapados, que más se quiso disimular. Sin embargo, parece que hay un juez y la gente que lo sigue, que han conseguido que a tres de los asesinos –entre ellos uno que está en la embajada Argentina en Italia como agregado militar y otros que están aquí-, les ha exigido que vayan al juzgado, que se presenten. No alcanza, pero es más o menos lo que le dijimos al presidente. Cuando estuvimos con él, las Madres le dijimos que no alcanzaba con descabezar a seis de la cúpula, que quedaban muchos otros. Que no alcanzaba con seis, porque todos los que quedaban habían estudiado en los mismos libros, se habían preparado de la misma manera, estaban convencidos de ser fuerza de ocupación de su propio país. Y esto que pasa hoy nos da la razón: que no alcanza con seis, que hay que seguir escarbando, que hay que seguir sacando a esta mugre que está dispersa por todos lados.
Y hay una cosa, también, que nos preocupó muchísimo, y es que Scioli haya ido a la gusanera, a Miami, a hablar mal de Fidel, a hablar mal de Chávez, y a decir lo que dijo.
¡El gusano es el vicepresidente, el gusano es Scioli!
Y yo estoy esperando que el señor Presidente le diga algo, porque no puede ser que el presidente los reciba y él los insulte. Es una gran diferencia.
Ahí está pasando algo y, entonces, le pedimos al señor presidente que se pronuncie, porque realmente lo que hizo Scioli en la gusanera es una mierda. Ir a ese lugar, a hablar mal de dos compañeros que vinieron acá, que se jugaron, que hablaron, que nos emocionaron, compañeros que todo el pueblo ama. Porque lo que pasó con Fidel fue una cosa maravillosa y como Scioli es tan pobre persona y tan poca cosa, claro, le dio bronca que Fidel sea tanto y él tan poco. Y se juntó con los que son como él, con los gusanos.
Pero hay que tener cuidado, no se puede tener dos discursos. Así que las Madres, preocupadas, como hacemos siempre, denunciamos lo que nos parece que no está bien.
Hoy finalizan las jornadas que se realizaron en la Universidad Popular, sobre la vida del Che. Hemos tenido unas jornadas muy fructíferas, muy lindas y muy fuertes. Todos amamos al Che, todos queremos al Che. Muchos queremos parecernos al Che. Así que ese hombre nuevo que él quería, era un hombre de mucha entrega.
Y estamos convencidas que todos nuestros hijos, que vieron en el Che, que se miraron en ese espejo, soñaron las mismas cosas que soñamos nosotros, que no son imposibles, que se hacen a veces más difíciles, pero que no son imposibles.
Estamos convencidas que esa figura del Che, que tantos reivindican, de la que tanto se habla, esa figura que era ese hombre nuevo que él quería y que amaban nuestros hijos, para alcanzarla, para ser como ellos, hay que dejar de ser un poco el hombre común, exigirse cada día un poco más, exigirse un poco más en lo que uno quiere y en lo que uno ama, ir entregándose.
Para llegar a ser el hombre nuevo no basta con leer, no basta con meterse adentro de los libros. Hay que hacer una entrega de la vida, sin tener un minuto de duda y sin pensar cuánto tiempo le estoy dedicando a lo que hago.
La vida entera no alcanza para formar un revolucionario. Un revolucionario no nace, se hace. Y se hace cuando entrega su vida de verdad por lo que quiere. Y no se queda a medias. A medias no se hace el hombre nuevo. El hombre nuevo es de una entrega total.
Hasta el jueves que viene