Muchas ilusiones, muchos olvidos
En respuesta a Horacio Verbitsky
Gloria P. (CeProDH), hermana de desaparecidos
(Polémica con las opiniones de Horacio Verbitsky vertidas en una columna
de opinión en Página/12 el miércoles 21 de agosto).
A principios de esta semana, la embajada de los EEUU entregó a la cancillería,
al ministerio de justicia y a un sector de los organismos de derechos humanos
locales (CELS, Abuelas y Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora) documentos
acerca de la última dictadura militar, desclasificados por el departamento
de estado de EEUU.
El 21 de agosto, se publica en Página/12 la noticia y una llamativa columna
cuyo autor es Horacio Verbitsky. Todo el que hubiera esperado encontrar en este
progresista periodista una denuncia a las aberraciones que los yanquis cometieron
antes, durante y después de la dictadura, se llevará una enorme
decepción.
Verbitsky militó con dos de mis hermanos, en la Agrupación Montoneros,
se llamaban Rosita y Guillermo y desaparecieron los dos en el '77; ellos, como
los 30.000, fueron torturados y asesinados por los genocidas argentinos que
actuaban bajo órdenes expresas de los yanquis y se entrenaban en la Escuela
de las Américas del Canal de Panamá. Hoy Verbitsky rememora el
éxito de su entrevista en agosto de 2000 con Madeleine Albright, nada
menos que una de las responsables de la carnicería llamada "misión
humanitaria" en los Balcanes. Esta reunión se sucedía mientras
esta asesina se paseaba por Argentina y Latinoamérica buscando apoyo
político para el Plan Colombia.
Verbitsky parece olvidar esto y se refiere a ella como una demócrata
defensora de los derechos humanos gracias a la cual tenemos en nuestro país
documentación sobre el horror de los campos y la política de exterminio
a los luchadores.
Estas desclasificaciones de archivos se hicieron también en Chile, en
El Salvador y Nicaragua; parece que lo que era secreto, después de más
de 25 años se hace público con la confianza de que el manto de
impunidad y las heridas cerradas los amparan. Pero las llagas las tenemos todavía
al aire y nos asquea que nos digan en la cara que hicieron con nuestros compañeros
para limpiar su conciencia, mientras ningún funcionario yanqui, ni que
decir de los nuestros, ha pagado por los crímenes.
La nota se llama "Ilusiones perdidas", aludiendo a que "si algún dinosaurio
de las pampas, o el foro que los congrega, creyó que esas novedades permitirían
alguna suerte de reivindicación de la guerra sucia militar contra la
sociedad argentina, ayer debe haber sido un día de ilusiones perdidas".
Estimado Horacio, ¿no es suficiente reivindicación del genocidio haberlo
comandado? Parece que no, que ya lavaron sus culpas y complicidades mandando
cuatro cajas con documentos que están, aunque no le guste y sea terrible,
manchados con la sangre de los desaparecidos, y sobre ellos los demócratas
con los que Usted simpatiza y deposita muchas ilusiones y los republicanos con
los que un poco menos, cometieron el peor de los genocidios en este continente
para poder pasar sus planes miserables y terminar con los dirigentes obreros,
estudiantiles, de organizaciones guerrilleras, partidos de izquierda y toda
una generación que se jugó el todo por el todo peleando por una
sociedad diferente. Y hoy no están.
Pero varias cosas pasa por alto y en pos de la memoria y de los 30.0000 compañeros,
aclaremos ciertas cuestiones.
Luego de algunas líneas donde cae en un terreno lindero a la adulación
hacia Jimmy Carter y Cyrus Vance, viene el párrafo que cito: "un cuarto
de siglo más tarde, demócratas y republicanos mantienen discrepancias
sobre muchas cuestiones del presente, pero ambos expresan un consenso básico
sobre aquellas vinculadas con el pasado argentino. Es difícil imaginar
personalidades tan distintas como la académica centroeuropea Albright
y el general afroamericano Collin Luther Powell, por no hablar de Clinton y
Bush.
Sin embargo todos ellos coinciden en un punto de extrema importancia para nuestro
país y éste es que la desaparición forzada de personas,
las torturas a detenidos, las ejecuciones clandestinas constituyen crímenes
contra la humanidad, que la comunidad internacional no consiente, bajo ninguna
circunstancia". Y concluye muy convencido: "Nada más importante que el
mensaje que su envío (las cajas con documentación) transmite.
Eso no se hace" Ahora bien, ¿qué opinan todos ellos, demócratas
y republicanos, la comunidad internacional y usted sobre los bombardeos a Irak,
sobre la Guerra del Golfo, sobre la masacre en los Balcanes, sobre Yugoslavia,
sobre el exterminio al pueblo palestino que Israel con la inestimable colaboración
de EEUU llevan adelante, sobre Afganistán después del 11 de septiembre,
sobre el Plan Colombia, sobre la situación de los presos afganos en los
campos de concentración de la base yanqui de Guantánamo, sobre
los prisioneros cubanos en EEUU, sobre las cárceles yanquis para detenidos
políticos, casi todos árabes o latinos, sobre su implacable lucha
mundial contra "el terrorismo internacional"? ¿Eso sí se hace? Verbitsky:
usted parece trabajar para el olvido, para alivianar las culpas de los mayores
violadores de los derechos humanos en el mundo. ¿No pensó, mientras escribía,
qué diría cualquiera de sus compañeros de lucha que hoy
no están, leyendo su nota y descubriendo entre otras cosas que se olvida
de la principal e histórica bandera de todos los organismos de derechos
humanos del país? Imagínelo. Porque aunque nos den cuatro, diez
o mil cajas con documentación, la bandera de cárcel a todos y
cada uno de los asesinos y sus cómplices en todo el mundo no la bajamos
y seguiremos exigiendo, como lo hacen los pueblos oprimido del continente, que
se vayan los yanquis de toda América Latina, demócratas incluidos.
Porque no habrá olvido, perdón ni reconciliación.
(Nota: la columna de opinión que citamos se puede leer en www.pagina12.com.ar
del 21/08/02)