Editorial de ¡Ni un paso atrás!
Programa del 26-09-02
Perversiones
El orden social que propone el capitalismo es funesto. No lo arregla un psicólogo ni una docena de elecciones todas juntas adonde resulte ganador el candidato menos malo, el más honesto, el que mejor se ríe. Los pueblos que padecen el capitalismo necesitan una revolución que lo tumbe definitivamente y les abra la posibilidad de construir otro sistema, sostenido sobre pilares de solidaridad, justicia, humanidad, sin clases explotadas ni otras que las exploten.
En el capitalismo la muerte y la impunidad son ley no escrita y la injusticia es condición indispensable para que el sistema dure. Los funcionarios políticos, económicos, policiales sirven a la burguesía matando a los pobres de hambre, de olvido, a tiros. De ahí que la policía no obligue a los negros, los villeros, los que recogen basura para sobrevivir, a tirarse al Riachuelo porque sí. La represión de la burguesía a las clases subalternas es prioritaria y no sólo se comete con gases lacrimógenos a la salida de una movilización. También incluye la tortura cotidiana, la humillación y el miedo permanentes, el odio de clase. Los patrones necesitan imponer a través de las leyes y las fuerzas de seguridad su autoridad para perpetuar la explotación. Esa autoridad implica también burla, prepotencia, soberbia que asesina. De que esa autoridad sea sólida depende la continuidad de este sistema de opresión.
Después de un año de grandes luchas populares, de rebeliones callejeras que voltearon dos presidentes, de piquetes crecientes en reclamos y organización, las muertes de Ezequiel, de los pibes masacrados en Floresta, de Darío y Maximiliano, entre otras tantas, son necesidad excluyente para que los pobres se vayan para atrás y los ricos mantengan su privilegio.
Sólo así se entiende la razón profundamente política de la sinrazón que mató al pibe encontrado en el Riachuelo. No hay recambio en la cúpula de la comisaría ni renuncia del jefe de la Federal que reparen aquel asesinato.
Sólo cuando madure la revolución y el socialismo sea será posible vivir en paz y libertad, humanamente, en armonía con la entera sociedad, sin que ocurran estas perversiones o patologías, como aquella otra denunciada por las Madres de Plaza de Mayo esta semana.
Se sabe que las Madres levantan una posición contraria a la participación electoral. Que no votan por ningún candidato, así sea con ideas de izquierda. Que se mantienen al margen del mercado de ilusiones adonde la burguesía legitima su poder. Por lo tanto, se desprende que no están afiliadas a ningún partido político. Para verificar que esa posición haya sido respetada y que ninguna sigla las haya inscripto en sus listas de afiliados, las Madres concurrieron a los juzgados electorales de Capital Federal y la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, allí detectaron que no sólo tres de ellas habían sido burladas por los partidos del régimen y afiliadas de prepo, sino también sus hijos desaparecidos.
Asco y bronca contra el capitalismo y su excusa electoralera sintieron las Madres cuando descubrieron que Alberto Berrocal, hijo de María del Carmen, desaparecido desde 1977, se hallaba anotado desde enero de 1983 en las filas de un partido de derecha, de nombre Conservador Popular. Sus 25 años de lucha dura y radicalizada se vieron más justificados que nunca.
La inmoralidad exime de todo comentario. La injusticia extrema de desaparecer a 30000 revolucionarios y su plus de burla al afiliarlos a los partidos de la derecha que cometió el genocidio, no pueden más que alentar a las generaciones nuevas a la rebeldía y la lucha. Por cada nueva perversión del capitalismo, miles serán los compañeros que se levanten para tirar al tacho de la historia este sistema inhóspito e inclemente hasta para la telita humana más íntima.
"ASOCIACION MADRES DE PLAZA DE MAYO" <