Según informan los diarios, el embajador norteamericano en Argentina, James Walsh, se reunió el miércoles once de septiembre con autoridades de la Escuela Superior de Guerra.
En esa reunión "especial", en un "día especial", y delante de cientos de oficiales, el embajador Walsh habló dentro del marco de un "seminario sobre política y estrategia".
En su intervención, en la que los que lo escucharon no tuvieron la posibilidad de hacer preguntas, Walsh dijo que su país "ha llamado a todos los países del mundo a que se unan en una coalición contra la amenaza del terrorismo".
Además, el embajador señaló que "en la concepción de EE.UU.
el poder militar es una herramienta clave en la llamada 'guerra contra el terrorismo'. Más adelante, también dijo que "el terrorismo global será derrotado a través de una respuesta global".
Luego, para completar la injuria, hizo un llamado a la participación de los militares asesinos en esa tarea, lo que constituye una amenaza a abrir la puerta para un nuevo genocidio.
Para terminar alertó sobre la infiltración en ONG de las ("bandas terroristas") FARC, IRA, ETA y Al Qaeda, que encuentran en esas organizaciones "la forma de financiar sus ataques terroristas". Exactamente habló de "instituciones de caridad y organizaciones originalmente legítimas", pero podría haberse estado refiriendo a algunas organizaciones de derechos humanos, que en un principio fueron "legítimas" pero luego maduraron hacia posiciones revolucionarias.
Malos recuerdos nos traen estas prácticas. Esta reunión nos recuerda a aquella otra de 1975, en Chile, donde los embajadores de EE.UU. en nuestros países se reunieron con los jefes de militares y de policía de Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay y Uruguay, para coordinar la represión y determinar el Plan Cóndor.
El país más terrorista del mundo, que más seres humanos asesina, tiene el coraje de llamar terroristas a los que luchan. Sabemos que los "señores" del FMI y el Banco Mundial exigen cada vez más bases militares en Misiones, Salta; la entrega de la Patagonia, el petróleo, el agua de los glaciares, y cuando acaben con todo esto, entonces vendrán por nosotros, los que luchamos todos los días para conseguir trabajo, salud, vivienda, educación.
Los pueblos nunca somos terroristas. Los pueblos aprendemos a defendernos de los caníbales insaciables que son los Bush y sus sirvientes, entre los que se cuentan los Duhalde y todos los asesinos de las Fuerzas Armadas.
Las Madres decimos: No pagar la deuda externa porque no les debemos nada. Ellos nos deben a nosotros, y nos deben vidas, y alguna vez se las cobraremos.
Hebe de Bonafini Presidenta ASOCIACIÓN MADRES DE PLAZA DE MAYO Buenos Aires, 12 de septiembre de 2002