UN TEATRO PARA CREAR PODER POPULAR
Por: Inés Vázquez*
Conversación con el director Raúl Serrano, en torno a la obra La Madre (Brecht-Gorki), recientemente estrenada en Buenos Aires, celebrando los 25 años de lucha de la Asociación Madres de Plaza de Mayo.
El martes 3 de septiembre se estrenó, por primera vez en la Argentina, La Madre, versión teatral de Bertolt Brecht y música de Hanns Eisler, sobre la novela de Maxim Gorki, en el Teatro del Artefacto, con dirección de Raúl Serrano y Carlos Branca.
La acción transcurre en Rusia, entre 1905 y 1910, cuando Pelaguia Vlasova, madre del obrero metalúrgico Pavel, aunque en un principio critica el compromiso político de su hijo, siguiendo el dictado de sus intereses personales que la instan a proteger a la familia, poco a poco va tomando conciencia de las injusticias y deviene, con el desarrollo de los acontecimientos, en una revolucionaria. En ella vencen, al final de la obra, las fuerzas tendientes a la solidaridad hacia los demás hombres.
Funciones: Sábados a las 21 horas. el costo de la entrada es de 5 pesos y de 3 pesos para jubilados y estudiantes.
Teatro del Artefacto: Sarandí 760
-Han estrenado La Madre, de Brecht, obra escrita en 1932, como homenaje a los 25 años de lucha de las Madres de Plaza de Mayo. Queríamos saber cómo surgió esta idea y por qué, ahora, esta vinculación.
RS: Soy profesor en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo y estando allá, me encontré con Hebe, que medio en broma, medio en serio, me dijo que el sector de teatro de la universidad debía adherirse con algún festejo particular a los veinticinco años que se celebraban de la creación del movimiento. En ese momento le dije que lo iba a pensar, que no era una cosa tan sencilla producir un evento teatral. Me fui preocupado de allí y me acordé de la novela de Gorki, La Madre, que todos nuestros padres y abuelos han leído y muchos de ellos todavía recuerdan emocionados como una de sus primeras lecturas proletarias; porque fue una de las primeras novelas proletarias del mundo. Después recordé que Brecht había hecho una adaptación de La Madre, y salí a buscarla, sin muchas esperanzas de encontrarla, pero por la primera librería que pasé, la encontré.
Cuando empecé a leer el texto, encontré que tenía una actualidad apabullante, y en consecuencia, me decidí a que fuera eso lo que hiciéramos. En principio, habíamos decidido hacerlo con el sector de teatro la Universidad, pero la envergadura de la obra requería gente con un poco más de experiencia que la que tenemos allá, con un poco más de capacidad organizativa y eso... y entonces, confluimos con el Teatro del Artefacto, que yo dirijo, y organizamos este evento como parte de la celebración de los 25 años de las Madres, con cuya lucha hace rato que estamos identificados.
-¿Qué toma Brecht de la obra de Gorki?
RS: Toma la historia de Gorki en lo que tiene de más anecdótico y superficial, pero, en realidad, el tratamiento que le da Brecht a la obra es muy distinto, porque él se preocupa por mostrar el proceso de toma de conocimiento y la cantidad de choques dialécticos que va sufriendo la madre y los demás personajes, que los va transformando enfrente de los espectadores; es una toma de conciencia que me parece particularmente didáctica, y, como vos decís, es una obra que se estrenó en Alemania en el '32, y en el '33, hubo de suspenderse por la llegada de Hitler al poder y, desde entonces, dificulto que se haya hecho en muchas partes porque es la obra más política de Brecht.
Sus otras obras tienen un contenido político también bastante evidente, pero son metáforas, son cuentos, historias con un contenido político visible. Esta obra no es metafórica, incluso tiene un cuadro dedicado a mostrar la diferencia que hay entre la propiedad privada en general y la propiedad privada de los medios de producción. Porque ésta es una gran confusión que tiene la gente con respecto a los movimientos comunistas.....
-...que le van a sacar todo...
RS: Sí, ésta es la historia de por qué la pusimos, y un poco la historia de la obra.
La tarea que nos dimos se fue postergando porque, aparte de las dificultades artísticas de la obra, hubo dificultades con el tema de los derechos, porque resultó que había que comprar no solamente los derechos de la obra, sino los derechos de la música de Hanns Eisler, que son anexos y no se podía hacer una cosa sin la otra, y todo esto en moneda europea; lo cual es bastante dinero, irrecuperable, para nosotros, en el contexto en que estamos viviendo. Así se fue postergando el estreno hasta que, al fin, logramos hacerlo, en el mes de septiembre; cabe decir que con mucho éxito, porque desde el primer día, estamos rebotando gente, estamos rechazando diez o quince personas por noche, lo cual es una buena señal.
-Tal vez, relacionado con que nunca se había estrenado en Argentina...
RS: Yo creo que, particularmente, debido al contexto en el que estamos, que la ha tornado sumamente de actualidad e interesante para mucha gente, que hace unos meses quizás, o unos años, hubiera considerado que esta obra es demasiado política y ahora siente necesidad de reflexionar sobre estos temas. El mismo elenco que ahora asume la puesta, yo no sé si hubiera estado dispuesto a asumirla hace un par de años, la hubiera considerado una obra demasiado dogmática, digamos...
-O directa, ¿no?, por lo que vos decías de las metáforas en Brecht...
RS: Vos sabés, cualquier teoría cuando se hace en el teatro, está bien. Por ejemplo, hay miles de obras hechas en base al psicoanálisis, no hay ningún problema; hay miles de obras hechas en base al pragmatismo, a cualquier filosofía... pero en cuanto el marxismo aparece como filosofía, esa obra es dogmática y baja línea... Es la única teoría que pareciera no estar bien. Un poco esto también me indujo a mí a poner una pica en Flandes y decir ¿y por qué no?, vamos a ver qué pasa... Y, por lo que vemos, no sólo la gente que tiene ya una cierta experiencia de vida y podría decirse que le importan estos temas... no, no, los jóvenes, que no han vivido esto, se vienen llenos de preguntas a hablar con nosotros y a decirnos cosas, así que... creo que uno de los méritos fundamentales, aparte de estar inscriptos en la campaña de celebración del aniversario de las Madres, es el haber conectado con las preocupaciones de la realidad... me parece que ése es uno de los méritos de la puesta.
-Claro, todos los otros temas que trata, además de la concientización de 'la madre', que son reconocibles en nuestra realidad: la desocupación, la explotación extrema, la represión, la matanza de manifestantes...
RS: Sí, claro, vos date cuenta que, en realidad, lo primero que me surgió a mí fue ver que la historia de Pelagueia Vlasova era muy parecida a la historia de Hebe de Bonafini o a la de cualquier otra de las Madres que están allí. Madres que al principio tenían cierto reparo a que sus hijos estuvieran en una zona que ellas creían de peligro, y que, poco a poco, van ocupando su lugar.
-Lo que muestra bien la obra es ese sentido de protección o de egoísmo, respecto del hijo, de cuidarlo, salvarle la vida, y cómo, la conciencia que ella toma es la conciencia de su propia clase. Esa miseria que ella siente en su cocina, es lo mismo que está sucediendo afuera...
RS: Brecht es un escritor sumamente inteligente y algunas de las frases que tiene ahí, son impactantes y vos te las llevás puestas, como esa que dice la madre, cuando viene una vecina y le pregunta: ¿pero su hijo no tenía miedo a la muerte? Y ella le contesta: Sí, pero más le temía a una vida miserable. ¡Es formidable!
-Clarísimo, sí. A mí me gustó mucho algo que, creo, en la puesta está resaltado a través de un silencio previo; es un momento en que se refleja, de algún modo, la duda o la conflictividad del hijo a punto de ser asesinado, cuando, con toda la seguridad de luchar contra ese enemigo y enfrentarlo, piensa que los que le apuntan son sus mismos 'compañeros de clase', para decirlo de alguna manera, y eso no lo puede comprender. Este personaje que comprendía tantas cosas, eso no podía comprenderlo. Me pareció un hallazgo de humanidad total, de gran profundidad...
RS: Sí, Brecht ha sido un artista revolucionario que tuvo que resistir a las presiones del realismo socialista. Y fue capaz de hacerlo en base a su inteligencia, porque ni se exilió ni se pasó al otro bando ni se declaró ofendido, sino que fue dando la batalla tal como se le presentaba, y no sólo ha producido alguna de las obras más valiosas de la literatura revolucionaria del siglo XX, sino algunos de los documentos teóricos acerca de la literatura revolucionaria y de lo que el realismo es o debiera ser, totalmente opuestos a la línea conservadora que planteaba el así llamado, realismo socialista.
-Esta pieza está entre el grupo de las que él mismo llamaba 'piezas didácticas', y justamente tenían esa pretensión. ¿Cómo ves esto, después de tantos años, te parece que cumple esa función...?
RS: La intención nuestra, cuando en el estreno invitamos a las Madres, a los dirigentes de todos los partidos políticos de izquierda, a los dirigentes de los organismos de derechos humanos, a los piqueteros, a los desocupados, fue comenzar a conectarnos con ese tipo de realidad y no con la gente habitué del teatro. Yo no sé en qué medida lo vamos a poder hacer, si bien puedo decir que es notorio que la gente que está viniendo tiene una extracción distinta a la del público habitual de teatro. La intención es crear, justamente estos vínculos distintos. Creo que hay que evadirse de la publicidad en el Clarín, por eso es bienvenido esto que estás haciendo ahora, y lo que puede aparecer en las radios alternativas. Quienes consideren que estamos en el mismo bando, pues bienvenidos, que vengan ha hacer la crítica y la difusión de este espectáculo, y nosotros intentaremos conectarnos con estos grupos de la mejor manera que podamos, porque hay que hacer circuitos alternativos, hay que crear poder popular.
-Da la sensación que esto rebalsa de la misma obra, ¿no?
RS: No tenemos que estar dependiendo; si vienen subsidios, bienvenidos, si vienen notas en Clarín, en La Nación, bienvenidos, pero si no vienen, nosotros tenemos que tener nuestros propios recursos para llegar a la gente que nos interesa.
-Eso cumple además con los principios de Brecht, para eso hacía estas obras...
RS: Por supuesto, por eso te decía que el intento es que se vaya identificando una serie de puntos de producción artística, periodística, radial, que creo que como nunca el movimiento popular tiene ahora, porque hay un montón de radios alternativas, salas, teatros, periódicos que están comenzando a tener un vínculo entre sí, y me parece bien esto.
-Hay un tema que se aparta un poco de lo que estamos hablando, pero que tiene que ver con las Madres. Entre las representaciones culturales de Occidente, la que más se ha asociado con las Madres ha sido 'Antígona'; en menor medida y tomada más por la resonancia del nombre, aparece 'Madre Coraje'. Esto es notable en las citas que pueden verse. Creo que es la primera vez que la figura de las Madres se vincula con 'La Madre', de Brecht-Gorki, además, con un hecho tan explícito como es el estreno de la obra en celebración de sus 25 años, con el agregado de que, a través de esta obra, se las asocia a un personaje que se acerca mucho más a la experiencia de las Madres como colectivo...
RS: La madre, en nuestra cultura cristiana, es La Pietá, 'la llorona', 'la dolorosa', la que tiene a su hijo muerto y se lamenta ante alguien...no la que lucha, no la que ocupa su lugar, no la que sale a hacer lo que estaba haciendo el hijo, no la que rechaza el pago que dio el estado burgués diciendo ninguna reparación económica, no la que retoma las banderas. Hay una imagen muy clara en la obra, una manifestación en donde el que lleva la bandera cae, y es la madre la que la retoma... Lo que ocurre es que el arte occidental puede ocuparse de todos los temas: de la prostitución, del amor descarriado, del dolor en todas sus formas, del cielo... pero no de la política. Cuando te ocupás de la política, esto ya es mala palabra, ahí te convertís en un dogmático. Y no, yo creo que se puede hacer poesía de la política, y que éste es uno de los vínculos que el hombre adopta para con la realidad. Cuando me preguntan qué aspiro a ser en la vida, yo digo aspiro a ser un hombre rico, pero en el sentido en que Marx decía que había que serlo, rico en vínculos con la vida, rico en vínculos afectivos, laborales, estéticos..., ¡ y políticos! Cuanto más vínculos tenga un hombre con su entorno, con el lugar en donde está viviendo, tanto más rico humanamente es... y no cuanto más dinero tenga en su cuenta bancaria, como lo demostró el corralito....
-Es cierto. Ahora, sobre el tema de Antígona...
RS: Pero Antígona no es madre...
-Exactamente. Hay un rasgo de oposición al Estado, un rasgo de valentía, que son comunes, pero no es madre, y además, ella lo dice explícitamente, 'yo voy a perder mis posibilidades, del amor, de los hijos, por defender la ley ancestral'...
RS: Mirá, en realidad nosotros, a dos mil quinientos años de la historia de Antígona, la tomamos como la lucha de un individuo por su libertad en contra de la opresión del estado, pero en realidad, en el contexto de la Grecia Antigua, lo que están dirimiendo Antígona, y Sófocles ahí, es si ella tenía que respetar la ley antigua religiosa, que obligaba a enterrar a los muertos o la ley nueva de la ciudad, de Creonte, que decía no enterremos a nuestros enemigos. Así que, al oponerse a Creonte, Antígona, estaba tomando una actitud reaccionaria en el fondo. Estaba adoptando la ley religiosa antigua, en contra de la ley de la ciudad; por supuesto que nadie está obligado a poner la obra en contexto. Alguna vez intenté escribir una obra en donde el héroe era Creonte y no Antígona...¡porque es Creonte el que está defendiendo la ciudad!, y es la otra que, por llorona, le da igual que sean enemigos o amigos, y es la nueva ley la que está defendiendo Creonte, la ley que defiende los intereses de la ciudad en contra de unos intereses aparentemente trascendentes que llegan al cielo...
-Es muy interesante lo que decís. Yo pienso, respecto de la asociación que se hace con las Madres, hasta qué punto es diferente la historia de 'Antígona' en relación con ellas, que precisamente a las Madres no les interesa recuperar a esos muertos, de esa manera en que el Estado terrorista los ha configurado como muertos...
RS: Claro, por supuesto...
-Hay todo un rechazo allí, que para mí tiene una profundidad que ni nosotros mismos alcanzamos a reconocer en todos sus alcances...
RS: Me parece que habría que buscar por otro lado, en el tema de Las suplicantes, por ahí capaz hay temas más interesantes, en la mitología griega, para encontrar...
-...Lo digo porque, como registro, surge que, en general, cuando se ha querido asir, de alguna manera, esta experiencia de las Madres, tan revolucionaria, las representaciones culturales que se han tomado recurren a 'Antígona'; está la obra de Griselda Gambaro, que es muy interesante, 'Antígona Furiosa' (1986), que incluso en una de sus puestas, aunque en la obra no está marcado así, la protagonista aparece con un pañuelo blanco, es decir, hay una vinculación directa; sin embargo, se da mucho menos la relación con estas obras de Brecht; con 'Madre Coraje', hay un poco más de referencias en relación con el nombre, no creo que con el personaje...
RS: Madre Coraje es al revés, es la madre que hace negocios con la guerra. Sabés que Gorki tiene una obra de teatro que se llama Vasa Yeleznova y a la que se la conoce como la otra Madre, porque es la madre burguesa, es la madre que mata a su marido y entrega a su nuera para la continuidad de la empresa familiar, es... la madre burguesa.
-En el año 80, cuando le entregan el Premio Nóbel de la Paz a Pérez Esquivel, él hace una primera referencia, por lo menos de la que tengo registro, a lo que estamos hablando. Cuando le preguntan por ellas, dice 'yo prefiero llamarlas Madres Coraje'. Y hay una serie de referencias posteriores. Por eso me llamó la atención y creo que es un acontecimiento político-cultural esto que vos hiciste de relacionar tan directamente la obra 'La Madre' con las Madres. Aunque hay diferencias, me parece, porque el personaje comienza a tomar conciencia cuando su hijo está todavía vivo, por lo menos es lo que muestra la obra, que es distinto de lo ocurrido con las Madres en términos generales, pero de todos modos, es lo más aproximado y lo más político..... es decir, la obra más políticamente ligada a la experiencia de las Madres...
RS: A mí me pareció que era así y el estreno parece haberlo demostrado por el grado de conmoción que tenían las Madres, ¿no?
Sí, fue impresionante... un estado de emotividad muy grande y muy especial, mirá que para hacer llorar a Hebe, ¡hay que esforzarse..!
RS: Sí, es verdad... A mí una de las cosas que más me emocionaron en ese estreno, es que un par de Madres, de las más humildes, dejaron de lado a todos los otros actores, y se acercaron al actor que hacía de Pavel y le tocaron la cara ...le tocaron la cara... Eso, a mí, me conmovió porque ahí había un grado de compenetración que hacía difícil ver cuál era la verdad y cuál la ficción...
-Sin duda que hay escenas de la obra que las Madres las han vivido, esa interpenetración de la actividad revolucionaria del hijo en la casa, las madres la conocen, tienen como retazos de esa historia.
RS: Me lo dijeron, sí.
-Me gustó mucho cómo esta resuelto en la puesta el tema de la violencia directa, que siempre es tan complicado, el fusilamiento, la humillación, los destrozos en la casa...
RS: Está resuelto de manera convencional. Es para des-patetizarlo, para que la emoción no pase por encima de las ideas, que era lo que quería Brecht. Es que no queremos esconder ninguno de los artificios, como para que la gente quede hipnotizada y creyendo que es verdad. No, nosotros construimos la realidad teatral, que es suficientemente verdadera como para impactar, pero mostrando al mismo tiempo el artificio, para que la reflexión pueda darse.
Obras literarias citadas:
La Madre, de Bertolt Brecht y Hanns Eisler
Madre Coraje y sus hijos, de Bertolt Brecht
Antígona, de Sófocles
Antígona Furiosa, de Griselda Gambaro
Las Suplicantes, de Esquilo
La Madre (novela), de Maxim Gorki
Vasa Yeleznova, de Maxim Gorki
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