Libros sí, Alpargatas también
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"La educación es el camino para solucionar muchas cosas"
Guillermo Griecco
En el Centro Cultural Bernardino Rivadavia se presentó el libro "La Esperanza Educativa-Escuelas Esperanza" de Marta Fehrmann y Carlos del Frade. En diálogo con el eslabón, la docente se refirió al estado actual de la educación pública y manifestó sus esperanzas en poder revertir esta situación adversa por la que atraviesan maestros y alumnos santafesinos
Una maestra muy gorda, despeinada, pintada con exageración, de lentes
enormes, transformó la sala del entrepiso del Centro Cultural Bernardino
Rivadavia en un aula. En esa sala se presentó el libro "La Esperanza
Educativa-Escuelas Esperanza" de Marta Fehrmann y Carlos del Frade. La que hizo
de maestra es una actriz que animó la previa de la presentación del ensayo con
frases y dichos característicos de una histérica directora de escuela. La breve
actuación sirvió para aflojar el ambiente.
"La escuela pública se ha convertido en el último lugar de resistencia de los
sueños colectivos de nuestro pueblo. Este libro tiene como finalidad servir a
los docentes para pensar su propia práctica y también para que padres y alumnos
conozcan mejor la realidad educativa desde otro lugar", anticipa la contratapa
del ensayo que editó Ciudad Gótica.
Marta Fehrmann es Profesora y Licenciada en Letras. Desde 1973 es Profesora de
Lengua y Literatura en Escuelas de Enseñanza Media para Adultos (Empas) y en la
Escuela de Enseñanza Media N° 433 Manuel Belgrano. Publicó junto a Liliana Isaad
"Una apuesta a la Educación en Medios" y este es su segundo libro. Marta hace
tiempo que pelea contra una enfermedad, sin embargo nada detuvo su pasión y
dedicación para escribir este ensayo que reivindica la labor del docente y
manifiesta "esperanzas" dentro de una educación provincial cada vez más aplazada
por dirigentes de turno.
-¿Por qué se decidió a escribir este libro?
-Siempre que hice una experiencia didáctica creativa o con la que me
entusiasmé, llevé un registro. Esto lo aprendí en un taller de investigación de
la propia práctica docente. Uno tiene que llevar un registro de lo que hace
porque de esta manera uno puede tomar distancia y reflexionar sobre su propia
práctica. Además del placer que siento por la escritura. Circunstancias de salud
me llevaron a tener que pedir licencia y tuve que pensar en la posibilidad de
jubilarme después de treinta años. Uno siente que se cumple un ciclo y hace un
ejercicio de memoria para escribir sobre aquellos aspectos que le interesan.
Además, pensé que es un momento clave para el debate en la educación, entre las
autoridades, gremios, docentes. De esto habla el libro. La mía es una visión
vivencial como docente, el aporte de Carlos del Frade es un ensayo interesante
como periodista de investigación.
-¿También es especial por el momento actual que viven los docentes en esta
provincia?
-Sí, sobre todo después de una reforma educativa que nos dejó muy
descolocados, angustiados. Por eso es necesario el debate, si no, se tapan los
conflictos como si nada pasara, pero pasan muchas cosas.
-¿Qué reflexión hace después de terminar de escribir el libro?
-Es muy lindo pensar en que hay gente que puede leerlo y el objetivo
primordial estaría cumplido si de alguna forma diera lugar al cambio de ideas,
al debate entre todos los involucrados en el tema educación. A veces en las
escuelas los docentes no pueden hablar en profundidad de lo que pasa porque
están en el vértigo de lo cotidiano.
-¿Por qué eligió para el título la palabra esperanza?
-Yo tengo mucha esperanza y la educación es el camino para solucionar muchas
cosas. Para mí es el futuro y no tengo dudas de eso. Pero por supuesto que eso
lo tenemos que lograr entre todos. Tenemos que hacer que la escuela recobre el
sentido histórico, que sirva para crear seres críticos, democráticos y éticos.
Pero vivimos en una sociedad y tiene que haber un cambio general. La escuela no
es una isla •