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Libros sí, Alpargatas también

11 de junio de 2003

La rebeldía de Metallica

Pascual Serrano
Rebelión
Para los que siguen reivindicando el carácter subversivo y rebelde del rock les recomiendo las declaraciones del grupo de heavy metal Metallica el pasado 3 de junio. Para empezar comparten hotel de lujo en el paseo de la Castellana de Madrid con los líderes acreditados de la cumbre de la OTAN.
Tras la noticia de que el ejército de EEUU tortura a los prisioneros iraquíes con música de este grupo, su líder James Hetfield responde que "Es algo que no puedes controlar. Por otra parte, si esa gente no ha escuchado nunca música occidental, nos halaga que lo primero que oigan sea Metallica". Sobre la guerra de Iraq, añade que "como cantante de Metallica, no tengo nada que decir sobre lo que ha pasado en Iraq. Como humano y como padre, me da miedo que el terrorismo haya llegado hasta Estados Unidos".
Sus principios ideológicos sobre la música no tienen desperdicio: "Cuando la música sale del corazón, es porque viene de Dios".
La puntilla son sus comentarios sobre la grabación de un vídeo en la cárcel de San Quintín con "presos de verdad", según la ridícula expresión de su compañía discográfica: "Fue una experiencia distinta. Sobre el papel, era buena idea. Pero, a medida que se acercaba el momento, nos fuimos poniendo nerviosos. No podíamos ir de azul o naranja porque es como visten ellos, cualquier detalle podía resultar peligroso. Y hasta nos podían convertir en rehenes. La verdad es que daba un poco de miedo. Pero, al final, todo resultó bien. Cuando salí, abracé a mi familia más fuerte que nunca". Ni el chico más pijo del barrio de Salamanca madrileño se hubiera expresado con la misma estupidez. Eso sí, ponen caras raras ante las cámaras, llevan el pelo largo, vaqueros desgastados y ponen cuernos delante de los flash de los fotógrafos. Supongo que en sus conciertos adoptaran posturas soeces y gestos obscenos. Es lo que entienden por revolución.
No es el único ejemplo. Recordemos a Mick Jagger visitando el Palacio de La Moncloa con Felipe González, Bob Dylan arrodillándose ante el Papa o Bruce Springteen pregonando su adhesión al Partido Republicano. Es evidente que hace ya mucho que la copla del malogrado Carlos Cano superó en rebeldía a muchos de estos supuestos enfants terribles del rock.