Marta Harnecker
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11 de junio de 2000
Textos preliminares del libro
"La izquierda en el umbral del Siglo XXI".
Segunda Parte - 1
Revoluciones
tecnológicas
y crisis estructurales
Elementos para reflexionar sobre la actual situación
mundial desde una perspectiva menos coyuntural
Marta Harnecker / Rebelión
Este
texto es un resumen de los principales planteamientos de la investigadora venezolana
Carlota Pérez. Para hacerlo hemos estudiado ocho de sus principales artículos,
comenzando por su primer trabajo de 1983 y terminando con uno de este año
[1998] todavía no publicado. Nos hemos decidido a hacer este esfuerzo por
la importancia que atribuimos a sus planteamientos en este momento tan crítico
del mundo que nos llena de incertidumbres y de búsquedas. Creo que quienes
creemos en la necesidad de un mundo solidario que se imponga a la barbarie individualista
y excluyente de hoy y queremos contribuir concretamente a su construcción
encontraremos en estas líneas conocimientos y reflexiones muy enriquecedores,
que nos permiten poner los pies más firmes en la tierra, para poder tomar
el cielo por asalto.
I. Cuándo
hablar de revolución tecnológica
1. Schumpeter
sostenía que cuando una innovación era capaz de transformar todo
el sistema productivo se podía hablar de revolución tecnológica.
2. El
economista austríaco distingue entre invención, innovación
y difusión. La invención se refiere al descubrimiento realizado
en el terreno científico- técnico. Este puede permanecer durante
un largo tiempo o para siempre en esta esfera sin trascender a la esfera económica.
3. La
innovación se produce cuando una invención es introducida
a la esfera económica. Esta puede dar resultados en la esfera comercial
o fracasar.
4. Cuando
una innovación se implanta en forma masiva Schumpeter habla de difusión.
La difusión es lo que en última instancia transforma lo
que fue una invención en un fenómeno económico-social.
(Pérez, 1986, pp.44-45).
5. Puede
ocurrir que una innovación tecnológica encuentre resistencia en
la sociedad para difundirse, sea porque los capitalistas no han amortizado suficientemente
sus inversiones, sea por ausencia de financiamiento, sea porque un sector de
la sociedad se opone a su utilización como es el caso de la energía
nuclear y otras razones.
6. Las
revoluciones tecnológicas se producen, entonces cuando un producto o
proceso radicalmente nuevo, produce una ruptura y es capaz de iniciar un
proceso tecnológico nuevo (Pérez, 1986, p.46).
7. Generalmente
se trata de constelaciones de innovaciones interrelacionadas técnica
y económicamente que afectan a varias ramas del aparato productivo y
tienden a englobar a casi la totalidad de la economía.
8. Estas
revoluciones son parte importante de la explicación tanto de los de los
grandes auges de la economía mundial como de los períodos de crisis
(Pérez, 1986, p.48).
-Kondratieff
9. Según
la investigadora venezolana, fue Kondratieff, en los años veinte, quien
sostuvo por primera vez que el sistema capitalista funcionaba por ondas largas
que se extendían por cinco o seis décadas y que terminaban en
crisis. Este funcionamiento no se debería a factores fortuitos, sino
que sería inherente al sistema como tal (Pérez, 1983, p.1-2).
Se producirían 20 a 30 años de fuerte crecimiento seguidos por
20 a 30 años de crecimiento inestable, desigual y lento con recesiones
y aún más, depresiones.
-Schumpeter
10.
Schumpeter, por su parte, reconociendo el comportamiento cíclico
de la economía, atribuye estas largas fluctuaciones al surgimiento
de revoluciones tecnológicas sucesivas y a las dificultades
de su asimilación (Pérez, feb. 1998, p.3) y afirma que su principal
agente es el empresario innovador.
11.
Si una innovación logra éxitos, es decir, si el empresario
innovador entre otras cosas, logra con ella "ganancias extraordinarias", eso
induciría a otros a seguirlo con productos o métodos iguales o
similares (Pérez, 1983, p.4). Pero luego, una vez que el producto está
en el mercado, llega un momento en que la oferta se hace mayor que la demanda
y para que el equilibrio se restablezca se requiere la eliminación
de ciertos "viejos" productos o productores ineficientes. Este es el papel de
la recesión y la razón por la cual ocurre. Sin embargo, el nuevo
equilibrio se alcanza en un nivel que aún siendo más bajo que
el máximo de prosperidad anterior es más alto que el punto de
partida. Es así como se produciría el progreso a largo plazo y
la razón por la cual toma una forma cíclica, lo cual lejos de
ser patológico constituiría el verdadero modus operandi del sistema
(Pérez, 1983, p.3).
12.
El economista austríaco definía las crisis como procesos de
destrucción creadora y describía los grandes auges de las ondas
largas de Kondratieff como el despliegue de una revolución tecnológica
y la absorción de sus efectos (Schumpeter, citado por Pérez,
1986, p.54).
13.
La diferencia principal entre ciclos cortos, medianos y largos tiene su
explicación, según el autor, en el grado de importancia relativa
de la innovación o grupo de innovaciones que los generan. Las ondas
largas de Kondratieff en particular serían generadas por una serie de
innovaciones interrelacionadas. Cada gran ciclo consistiría en "una 'revolución
industrial' y la absorción de sus efectos".
14.
La crítica fundamental de Carlota Pérez a Schumpeter se debe
al reduccionismo economicista de sus explicaciones. Según Schumpeter,
la sociedad sufre y se beneficia de un permanente proceso económico de
"destrucción creadora", donde las condiciones sociales y el
marco institucionales están excluidos del mecanismo causal del comportamiento
cíclico y, por lo tanto, si bien establece las bases para una
teoría de la naturaleza cíclica de la economía capitalista,
<...> no explica los ciclos largos de Kondratieff (1983, pp.4-5).
-APORTES
DE Carlota Pérez
15.
Por su parte, Carlota Pérez, inspirada en Schumpeter, pero con una
visión propia mucho más profunda, sostiene -en un enfoque que
a mi entender refleja el núcleo central del pensamiento de Marx- que
tanto los períodos de grandes auges como los de crisis estructural no
son un mero fenómeno tecno- económico sino el resultado de todo
el conjunto del sistema socio-económico e institucional a nivel nacional
e internacional (Pérez, 1885, p.1). Coincide con el economista austríaco
en que cada revolución tecnológica es un huracán de
destrucción creadora que transforma, destruye y renueva el aparato productivo
mundial (Pérez, feb.1998, p.2), pero se diferencia de éste
en que no localiza los cambios únicamente en la esfera económica
sino también en la esfera socio-institucional. El nuevo auge sólo
puede ser desencadenado mediante vastas innovaciones socio-institucionales que
favorezcan la transformación total del aparato productivo, según
los requerimientos del nuevo paradigma. (1986, p.56).
15b. A
continuación explicaremos los elementos fundamentales del pensamiento
de Carlota Pérez.
II. El
sistema capitalista: dos subsistemas y sus ritmos propios
16.
La autora concibe el sistema capitalista como una estructura única
sumamente compleja, formada por varios subsistemas y donde cada uno de ellos
tiene distintos ritmos de evolución. Los dos subsistemas
fundamentales serían: el tecno-económico y el socio-institucional,
siendo el primero mucho más sensible a las innovaciones que el segundo.
1. Ciclos
largos e Innovaciones motivadas por búsqueda de ganancias
17.
Los ciclos largos serían, entonces, fases sucesivas de evolución
del sistema en su conjunto o sucesivos modos de crecimiento. El motor básico
de la dinámica de crecimiento del sistema sería la búsqueda
de la máxima ganancia <...> (Pérez, 1983. p.5).
2. Paradigma
tecno-económico y revolución tecnológica
18.
Cada modo de crecimiento está marcado por un patrón tecnológico
específico, entendido como una especie de paradigma de la forma más
eficiente y racional de organizar la producción aprovechando la estructura
general de costos. La autora lo ha denominado también paradigma tecno-
económico o estilo tecnológico (Pérez, 1983,
p.7).
19.
Un nuevo paradigma tecnológico cristaliza cuando se produce una
constelación de innovaciones inter-relacionadas, tanto técnicas
como gerenciales u organizativas, que permiten alcanzar un nivel general de
productividad física nítidamente superior a lo esperable con el
patrón tecnológico anterior y eso es lo que constituye una
revolución tecnológica (Pérez, 1983, pp.6-7).
(1) Lento
y doloroso cambio
20.
16. El proceso de substitución de un paradigma por otro no se caracteriza
por una brusca erradicación del patrón anterior, sino un lento
y doloroso cambio en la proporción de lo nuevo en relación con
lo viejo. Sin embargo, implica finalmente un cambio radical en las estructuras
involucradas. Las cosas ocurrieron de esa manera cuando los vagones de carga
y los barcos fueron gradualmente reemplazados por camiones y aviones; cuando
las fibras naturales fueron sustituidas por fibras sintéticas, o cuando
las radios fueron reemplazadas por televisores, o cuando los discos plásticos
fueron reemplazados por CD. Todos, desde los productores hasta los consumidores,
deben adaptarse en una u otra forma, y estos cambios suelen implicar una reubicación
relativa de todas las piezas en juego. (Pérez, 1998, p.5).
(2) Rejuveneciendo
viejas industrias
21.
17. Es necesario señalar que no siempre un nuevo sistema tecnológico
deja fuera del juego al sistema anterior, ni que una innovación radical
en el producto dejen fuera el anterior producto maduro. Carlota Pérez
pone el ejemplo de la industria del automóvil. Esta parecía haber
llegado a su madurez a comienzos de los 70 -en ese momento comenzó a
estancarse la rentabilidad-. Pero luego, las nuevas formas de organización
de la producción y del mercado introducidas por la industria japonesa
-en lugar de conducir a una monopolización del mercado por este país,
como se estimó ocurriría en un momento- condujo a un relanzamiento
de todas las empresas de este género en distintas partes del mundo.
Mediante la combinación de un nuevo estilo de gestión y la introducción
de tecnología de la información en el proceso y en los productos,
en la administración y en los mercados, la industria fue completamente
renovada. (Pérez, 1998, p.7).
22.
18. Puede ocurrir entonces que en épocas como la señalada,
que son épocas de maduración del nuevo paradigma, la difusión
de un nuevo set de tecnología sea capaz de rejuvenecer las viejas tecnologías
y transformar prácticamente todas las industrias, al mismo tiempo que
crea un nuevo grupo de industrias dinámicas, en el centro del sistema
tecnológico radicalmente nuevo. Estas son las revoluciones tecnológicas
descritas por Schumpeter como "huracanes de destrucción creadora". Han
ocurrido cada cincuenta o sesenta años y es este fenómeno el que
está en la raíz de las llamadas ondas largas en el crecimiento
económico.
23.
Schumpeter y muchos otros después de él han recalcado
la naturaleza dinámica de cada una de éstas grandes ondas de nuevas
tecnologías así como su capacidad para modificar profundamente
el mundo a su alrededor. (Pérez, 1998, p.7).
(3) Numerosos
procesos interconectados
24.
Ahora bien, el despliegue de cada sistema tecnológico involucra
numerosos procesos interconectados:
25.
El desarrollo de servicios alrededor de ellos (infraestructura requerida, proveedores
especializados, servicios de mantenimiento, etc.).
26..
Una adaptación "cultural" a la lógica de las tecnologías
interconectadas involucradas (entre los ingenieros, empresarios, vendedores
y personal de servicio, consumidores, etc.).
27.
La creación de facilitadores institucionales (reglas y regulaciones,
entrenamiento especializado y educación) (Pérez, 1998, p.5).
(4) Papel
del entorno
28.
Carlota Pérez advierte que esta adaptación del contexto económico,
cultural e institucional a los requerimientos de la nueva tecnología
no es una adaptación pasiva, sino que este contexto influye, a su vez,
en la forma que va adoptando el desarrollo tecnológico. Un ejemplo de
ello sería el gran rechazo que ha recibido la energía nuclear.
Por eso es que el entorno social llega a ser un poderoso mecanismo de selección
para la inclusión o exclusión de innovaciones particulares (Pérez,
1998, p.5).
29.
La difusión del nuevo paradigma tecno-económico a lo largo
y ancho de la esfera productiva, tiende a afectar toda la economía y
termina por transformar la forma de producir, la forma de vivir y la
geografía económica del mundo (Pérez 1998, p.7).
(5) Los
obstáculos a su desarrollo
30.
El proceso de instalación de un nuevo paradigma no es algo fácil
y puede tomar décadas. Al comienzo parece todo marchar viento en popa,
las empresas pioneras en el uso de la nueva tecnología logran obtener
durante bastante tiempo un crecimiento impresionantemente rápido y con
alta rentabilidad, pero luego empiezan encontrar límites a su pleno desarrollo
en el entorno del viejo paradigma.
31.
Una de las áreas de mayor resistencia a su difusión
se encuentra en la dirección de las firmas establecidas. Es difícil
de creer que la forma "normal" de hacer las cosas ha llegado a transformarse
en un estilo viejo e inefectivo. Pero la amenaza de la caída de la
rentabilidad junto al éxito que obtienen las empresas que emplean la
nueva tecnología son elementos que finalmente inclinan la balanza a favor
de los cambios.
32.
Otro de los obstáculos que se presenta es la inexistencia de condiciones
externas adecuadas. El nuevo paradigma tecno-económico requiere de toda
una nueva infraestructura para poder operar. Por ejemplo, el desarrollo de la
información necesita un vasto sistema de telecomunicaciones que tiene
que ser confiable, de bajo costo, poderoso y de alta capacidad y flexibilidad.
Mientras ésta no exista esto se transforma en un obstáculo, cuando
se logra, el ritmo de expansión del nuevo paradigma se acelera (Pérez,
1998, p.8).
33.Pero
existen presiones irresistibles que actúan en la esfera económica
impulsando su difusión aún contra obstáculos culturales,
institucionales y de otro tipo, y que a la larga vencen. Por muy reacio que
pueda ser un empresario o un gerente, la superioridad de quienes aprovechan
el nuevo paradigma se impone en el mercado. La competencia amenaza la sobrevivencia
de los rezagados y los impulsa a emprender el camino de la modernización.
34.
Este no es el caso de las estructuras de gobierno, los partidos políticos,
los sindicatos, el sistema educativo o las asociaciones empresariales. Ninguno
vive las amenazas ni el peligro de desaparición, que acicatean a la empresa.
Las transformaciones a nivel político e institucional obedecen a presiones
y juegos de intereses de otra índole. Los ritmos y los resultados de
las batallas entre las fuerzas a favor y en contra del cambio son impredecibles.
La inercia en este terreno es mucho mayor y está profundamente enraizada
en intereses creados.
35.
Ello conduce a un creciente distanciamiento entre los ritmos de cambio en lo
técnico- económico y en el marco social e institucional. De hecho,
el desacoplamiento entre esas dos esferas es, precisamente, la causa de fondo
de estos períodos de inestabilidad.
36.
En consecuencia, durante las décadas de despliegue inicial de una revolución
tecnológica, el aparato productivo forzado por la competencia a una transformación
cada vez más acelerada, trata de desplegar su nuevo potencial enfrentado
a un marco socio-institucional que continúa fuertemente atado a las prácticas,
ya ineficaces, del paradigma anterior. Es entonces cuando se viven las épocas
de turbulencia y crecimiento desigual, como la actual. Sólo cuando se
logra el reacoplamiento de ambas esferas, vuelven los períodos de prosperidad,
vividos (al menos por los países desarrollados de la época) como
"edades de oro" y tiempos de "vacas gordas. Esta incorporación de lo
socio-institucional a las relaciones causales, es una de las diferencias fundamentales
entre la interpretación que les estoy presentando y la teoría
tradicional de ondas largas. Tanto ésta como sus detractores, al tratar
de demostrar la existencia o la inexistencia de los ciclos largos, se han limitado
a analizar y medir la evolución de variables como el PTB, los precios
u otras, de carácter estrictamente económico. (Pérez,
feb.98, pp.5-6).
III. El
paradigma tecnológico y su factor clave
37.
Pero, ¿por qué dentro de las múltiples innovaciones tecnológicas
radicales que surgen, sólo algunas se transforman en paradigmas tecno-económicos?
38.
Según Carlota Pérez, una o varias innovaciones se transforman
en un nuevo paradigma cuando éste se organiza en torno a un insumo o
conjunto de insumos de costo relativamente bajo y descendente; de oferta
ilimitada; de múltiple uso; y con capacidad para reducir
los costos del capital, del trabajo y de los productos. (1983, p.8; 1986,
p.49).
39.
Este factor clave (1983, p.7) habría sido el algodón
barato correspondiente a la primera onda de Kondratieff (1770s-80s a 1830s-40s;
el carbón y el transporte barato, a la segunda onda (1830s-40s
a 1880s-90s); el acero barato, a la tercera (1890s-1890s a 1940s): la
energía barata bajo la forma de petróleo y otros
materiales energo-intensivos, a la cuarta onda (1930s-40s a 1980s-90s; y la
microelectrónica barata a la quinta onda (1980s-1990s a ?) (1988,
pp.50-57).
1. El paradigma
del petróleo barato
40.
Veamos a continuación una breve descripción de cómo
opera un paradigma tecno-económico. El paradigma anterior al actual habría
tomado forma básicamente en los años veinte y treinta del siglo
XX, y explicaría el crecimiento logrado por la economía a partir
de la Segunda Guerra Mundial, siendo su factor clave el petróleo barato
junto con los materiales energo-intensivos, especialmente los plásticos.
El modelo de eficiencia para la organización del trabajo en planta
era el proceso continuo o línea de ensamblaje para la producción
masiva de productos idénticos. El tipo ideal de empresa era la "corporación",
manejada por una jerarquía administrativa y gerencia, de carácter
profesional y claramente separada de las actividades de producción; su
estructura incluía un departamento de investigación y desarrollo.
La competencia en el mercado tomaba forma oligopólica. Las ramas motrices
eran las empresas gigantes petrolera, petroquímicas, del automóvil
y otras productoras de bienes masivos energo-intensivos para los mercados de
consumo y militares. El crecimiento complementario de estas ramas-núcleos
indujo la proliferación del sector servicios (desde las estaciones de
gasolina y los supermercados hasta la industria publicitaria y el sector financiero
diversificado), al igual que el de la industria de la construcción. El
sistema requería cantidades crecientes de mano de obra especializada,
tanto de planta como de oficina. Se beneficiaba de economías de aglomeración
y se basaban en y propulsaba el extensivo crecimiento de una red de carreteras
y de un sistema de distribución del petróleo y sus productos (incluyendo
electricidad), para alimentar un sistema energo-intensivo de producción,
de transporte y de modo de vida de la población (1986, p.53).
También requiere, para funcionar plenamente, de cambios socio-institucionales
como la existencia de un Estado fuerte, capaz de planificar la producción
de masa.
2. El nuevo
paradigma tecnológico
41.
En las últimas décadas, con la amplia disponibilidad de microelectrónica
barata y el bajo costo del manejo de información se está conformando
y difundiendo un nuevo paradigma tecno-económico. Ya no parece de "sentido
común" continuar por el camino -ahora caro- del uso intensivo de energía
y materiales. (1986, p.53-54).
42.
43. Los dos componentes principales de la actual revolución
tecnológica son, por una parte, la informática y las telecomunicaciones
y, por la otra, el nuevo modelo gerencial introducido originalmente por los
japoneses y adaptado y adoptado desde entonces en múltiples maneras <...>
a lo largo y ancho del mundo empresarial global. (Pérez, feb. 1998,
p.4).
44.
Y entre los cambios más importantes que el actual paradigma tecno-económico
introduce en el aparato productivo están: la búsqueda de la adaptabilidad
o flexibilidad que permite pasar de la fabricación a gran
escala a una fabricación variada correspondiente a una demanda cada vez
más diferenciada; el paso de un modelo de producción intensivo
en energía y materia prima a un modelo intensivo en información,
conocimientos y servicios; el paso de una estructura jerárquica y
vertical a una red flexible y descentralizada con una dirección
estratégica y alta autonomía en cada nodo. (Pérez,
feb.1998, p.4-5).
45.
El perfil ocupacional tiende a reducir los requerimientos de calificaciones
medias y a aumentar los de los extremos superior a inferior de la escala, al
mismo tiempo que demanda menos especialización estrecha y más
capacidades básicas multipropósito para manejo de información.
En todas las esferas parecen surgir tendencias hacia el establecimiento de redes
y sistemas, mientras la diversidad y la flexibilidad tienden a sustituir la
uniformidad y la repetitividad como prácticas óptimas de "sentido
común". (1986, p.53-54).
3. Se cierran
ramas y se abren nuevas. Clasificación de éstas
46.
Otro señalamiento interesante de Carlota Pérez -y que tiene
mucho que ver con la discusión actual sobre el futuro del empleo en el
mundo- es el cambio de perfil de las inversiones que se produce al introducirse
el nuevo patrón tecnológico. Hay ramas que tienden a desaparecer
y otras que tienden a adquirir un gran desarrollo. La autora distingue tres
tipos de ramas:
(1) Ramas
vectoras
47.
Las ramas vectoras: son las que hacen uso intensivo del factor clave: automóviles,
tractores, y artículos eléctricos en el caso del paradigma anterior;
computadoras, equipos de telecomunicación e industrias de software en
el caso del paradigma actual.
48.
Estas ramas son las más adecuadas para la nueva organización
óptima de la producción e inducen a una serie de inversiones tanto
aguas arriba y aguas abajo ???? OTRA FORMA DE DECIR ESTO, por ejemplo, en
el tipo de infraestructura específica a cada período: carreteras,
redes eléctricas y telefónicas, distribuidoras de petróleo
y sus derivados y, en consecuencia, se convierten en las portadoras del patrón
tecnológico y tienen gran influencia en el ritmo general de crecimiento
económico.
(2) Ramas
motrices
49.
Las ramas motrices, son las responsables de la producción
del factor clave y otros insumos directamente relacionados con éste como
grandes empresas petroleras, automotrices y petroquímicas características
del paradigma anterior, o las fábricas productoras de semiconductores
en el actual paradigma.
50.
Y como estas ramas tienen la función de mantener y profundizar la
ventaja comparativa de dichos insumos en cuanto a sus costos, permitiendo así
que el nuevo patrón tecnológico se expanda, el crecimiento
a su vez de su propio mercado depende directamente del ritmo de generalización
del nuevo paradigma en el aparato productivo.
(3) Ramas
inducidas
51.
Las ramas inducidas surgen como consecuencia del crecimiento de las ramas
vectoras y son complementarias a ellas, y suelen utilizar precisamente el tipo
de mano de obra que las ramas vectoras desplazan: gasolineras, supermercados,
en el paradigma anterior; servicios de software, sistemas variados de asesoría,
redes de distribución y servicios de mantenimiento, en el actual paradigma.
52.
Estas ramas sólo despliegan todo su potencial, multiplicándose
en forma acelerada, cuando las innovaciones socio-institucionales necesarias
han abierto el camino para la fase ascendente durante la cual el nuevo patrón
tecnológico culmina su generalización.
53.
54. Por supuesto que siempre habrá muchas otras ramas,
produciendo bienes o servicios necesarios, utilizando tecnologías viejas
con menor productividad o tecnologías "raras", altamente específicas.
Lo importante es que el crecimiento complementario de las ramas vectoras y motrices
es el motor que impulsa la economía y que esas ramas tenderán
a concentrarse cada vez más en manos de las empresas más grandes
del período. (Pérez, 1983, pp. 9 y 10).
55.
Por otra parte, resultan impresionantes los ritmos de crecimiento y los
niveles de ganancia que ostentan los nuevos productos y las empresas que motorizan
el salto tecnológico <...> El resultado de este crecimiento
explosivo de los nuevos productos, de sus insumos y de la nueva red de infraestructura
que generalmente acompaña su despliegue es el surgimiento de polos de
crecimiento en regiones y sectores distintos de los tradicionales, impulsando
un proceso de cambio en la estructura de la economía y del empleo en
cada país y en el mundo.
56.
Tales reacomodos forzados del tejido productivo van acompañados de fuertes
desajustes en la dinámica de los precios relativos. Para tener una idea,
a fines de los años sesenta se podían adquirir cinco automóviles
por el precio de un solo computador, ahora se compran 20 computadores por el
precio de un automóvil. Lo mismo ocurrió con el precio relativo
de los automóviles en su época. También se produce un realineamiento
entre países, regiones y empresas, moviéndose hacia las posiciones
de punta aquellos que dominan las nuevas tecnologías. Eso ocurrió
con Alemania y EEUU frente a Inglaterra, a comienzos de siglo, y lo hemos visto
en estos tiempos con el salto de Japón hacia la punta y con el avance
de varios países rezagados de Asia hacia la condición de desarrollados.
(feb. 1998, p.3.
57.
Estas consideraciones nos parecen muy importantes para discutir luego las
perspectivas del empleo.
IV. Depresiones
y crisis estructurales. Ondas largas y patrones tecno-económicos
1. Ciclo
de vida de cada patrón tecnológico
58.
Pero el ciclo de vida de cada paradigma tecno-económico no
se corresponde con el ciclo de cada onda larga. Las innovaciones tecnológicas
que conforman este paradigma aparecen cerca de la cresta de una onda Kondratieff
y este paradigma tiene su culminación alrededor de la cresta de la siguiente.
(Pérez, 1983, p.2).
59.
El auge económico global no se produce en los primeros años,
ni siquiera en las primeras décadas de difusión del nuevo paradigma
tecno-económico. Los elementos que han de conformarlo aparecen gradualmente
en el seno de un mundo dominado por el paradigma anterior. Fue en la década
del sesenta, en plena expansión del petróleo barato, cuando se
empezaron a difundir los primeros ordenadores, los circuitos integrados, las
máquinas herramienta de control numérico e incluso algunos robots.
Pero, a medida que una empresa tras otra, que una rama tras otra van
agotando su trayectoria y van viendo estancarse su productividad y amenazados
sus niveles de ganancia, se acelera el ritmo de adopción de los diversos
elementos de lo que será el nuevo paradigma y la generación de
innovaciones complementarias, con lo cual se van creando las condiciones para
la prospectiva global. (Pérez, 1986, pp.55-56).
60.
Es, por lo tanto vital distinguir entre la difusión inicial de un patrón
tecnológico, la cual se realiza con excedentes ociosos de capital en
un período de prosperidad -y por ello pueden hacerse innovaciones
tan primitivas, costosas y riesgosas- y la difusión imitativa de un
patrón tecnológico probado, lo cual constituye la opción
de inversión más natural en épocas de depresión,
siempre y cuando hayan de realizarse nuevas inversiones en esas condiciones
(Pérez,1983,pp.12).
2. Período
de transición de un paradigma tecnológico a otro, fase de descenso
de la onda larga de Kondratieff y crisis estructural
61.
Estos cambios ocurren poco a poco y los cambios sólo se perciben
cuando las transformaciones han alcanzado proporciones críticas. Ese
proceso de abandono gradual de un modelo productivo en declinación y
la adopción creciente del nuevo modelo -que Carlota Pérez denomina
período de transición de un paradigma tecno-económico
a otro (Freeman y Pérez, 1988, p.63)- caracteriza las décadas
de descenso de las ondas largas de Kondratieff.
62.
Y como la difusión de la nueva tecnología a través
de todo el sistema económico no puede realizarse mediante pequeñas
innovaciones dentro de los parámetros tecnológicos ya existentes,
ni la ampliación de la capacidad en algunas industrias ya existentes,
sino que involucra al conjunto de los sectores económicos, provoca una
crisis profunda -como la de los años 30 o la de los 80- la cual es equivalente
a las recesiones cíclicas típicas del modo de operar del capitalismo,
sino que constituye una crisis estructural, es decir, según propone Carlota
Pérez, un fenómeno global que refleja el colapso de la armonía
entre el subsistema económico y su marco socio-institucional. Estos períodos
de depresión en una onda larga se diferencian de los períodos
de recesión económica -como la de los 50 y la de los 60-,
porque los primeros implican, no una crisis coyuntural sino lo que Carlota Pérez
denomina crisis estructural, es decir, un fenómeno global que
refleja el colapso de la armonía entre el subsistema económico
y su marco socio-institucional. La crisis sería entonces, la expresión
del doloroso y conflictivo proceso mediante el cual se restablece esa armonía
(Pérez, 1983, p.358) y las ondas largas no son sino serían, una
sucesión de modos de crecimientos distintos, en respuesta a una sucesión
de patrones tecnológicos, también distintos. (1983, p.2).
63.
Durante las crisis estructurales, las instituciones sociales y
el marco general de regulación socio-económica enfrentan una situación
caótica y desacostumbrada, frente a la cual las recetas por largo tiempo
eficaces se muestran impotentes. (1986, pp.55-56).
64.
Según Carlota Pérez y Christopher Freeman, durante la crisis
estructural aumenta la inestabilidad de las inversiones por una serie de
razones: las industrias de punta que liderean el nuevo paradigma avanzan tan
rápido que tienden a sobrepasar la existencia de mano de obra calificada
para ese nuevo tipo de trabajos. Sin embargo, el ímpetu precipitado para
incrementar la capacidad mientras las viejas empresas siguen funcionando conduce
también a una crisis de capacidad ociosa, debido a que no hay manera
en que la oferta pueda conocer anticipadamente cuál va a ser el crecimiento
de la demanda. Y a esto se agrega que la nueva tecnología está
cambiando tan rápidamente que los equipos nuevos que se generan quedan
rápidamente obsoletos.
65.
Un ejemplo de ello es el tempestuoso crecimiento de la industria de los
chips en los 70 y 80 que se expresó en una crisis de sobreproducción
de corta duración. Los problemas en el resto de las ramas son aún
más graves. Industrias que estuvieron en la producción de punta
durante el anterior paradigma tecnológico, ahora tienen tasas de crecimiento
mucho menores o simplemente decaen. Pueden también caer en crisis de
capacidad ociosa y racionalización como ocurrió con las
industrias energo-intensivas en los 70 y 80, como el acero, las petroquímica
y las fibras sintéticas. Lo mismo ocurrió con las líneas
férreas y las industrias ligadas a eso así como con el carbón
y los textiles en anteriores crisis estructurales.
66.
Esto sucede también con sectores manufactureros y de servicios que
todavía tienen un amplio potencial de desarrollo, pero que confrontan
la necesidad de cambiar su proceso de producción, su combinación
de productos, sus formas gerenciales, sus perfiles de eficiencia y su
comercialización para poder responder plenamente al nuevo paradigma tecnológico.
Este es un doloroso y difícil proceso de ajuste que involucra, como
hemos visto, una especie de revolución cultural tanto como una necesidad
de reequipamiento mayor. Estos problemas pueden verse muy claramente hoy
en las industrias de impresión, vehículos y máquina-herramientas,
así como en servicios como los seguros, distribución y transporte.
(Freeman y Pérez, 1988, pp.61-62).
67.
A medida que la contracción de la vieja dinámica y las inesperadas
tendencias generadas por el nuevo perfil de inversiones conducen a desequilibrios
que se van manifestando en los diversos mercados (monetario, de trabajo, de
insumos, de equipos), aumenta la presión sobre el Estado exigiéndole
encontrar nuevos modos de estimular o manejar la economía. Los Keynes
y los Schumpeter ofrecen teorías radicalmente nuevas, los Roosevelt y
los Hitler establecen mecanismos totalmente nuevos de administración
política y económica, mientras muchos otros insisten en aplicar
rígidamente más y más de la misma receta hasta entonces
eficaz. (Pérez, 1983, p.13).
68.
El descenso es por tanto un período de experimentación en todos
los niveles organizativos de la sociedad, caracterizado por la proliferación
de re-evaluaciones, de propuestas de solución, de comportamiento de ensayo
y error, acicateado por la creciente gravedad de la crisis. (...)
69.
Para la población trabajadora se trata generalmente de un período
de grandes sufrimientos, porque , junto con los países más
débiles a nivel internacional, quienes tienden a llevar la carga del
reacomodo del sistema. (Pérez, 1983, p.14).
70.
El crecimiento del desempleo es un fenómeno típico de este
período debido a un conjunto de causas concurrentes: desaparición
de empresas, de industrias y de tecnologías, obsolescencia de oficios,
elevación de la productividad, redefinición de procesos o productos,
reubicación geográfica de actividades, etc. Todo ello ocurre bajo
el resplandor del éxito de las empresas nuevas (donde se generan muchos
empleos con calificaciones distintas) y frente al crecimiento de las ostentosas
fortunas, a menudo asociadas a las grandes burbujas financieras, que acompañan
a cada revolución tecnológica. (Pérez, feb.1998, p.6).
3. Crisis
estructural de los 80
71.
72. Freeman y Pérez, en su artículo de 1988, consideraban
que ya en esa época comenzaban a estar presentes, aunque de una manera
algo diferente, las mismas fuentes de inestabilidad que dieron origen a la crisis
de los años 30: la situación de la deuda internacional, el
extremo desequilibrio en los pagos internacionales, la debilidad de los precios
agrícolas, inestabilidad en la precios de intercambio, al solapado intervencionismo,
la ausencia de una adecuado sistema de regulación de la economía
internacional, y especialmente la ausencia de un adecuado sistema de préstamos
internacionales como último recurso, desorden en la profesión
de economista y falta de una visión a largo plazo en la elaboración
de políticas. Y pronosticaban entonces que esa ola de cambios
técnicos por la que atravesaba la economía mundial probablemente
exacerbaría los problemas de inestabilidad de las inversiones,
y del cambio estructural a nivel nacional e internacional y el desequilibrio
asociado a la economía internacional (1988, p.63), pronóstico
que han ido siendo ratificados plenamente.
V. Innovaciones
socio-institucionales para impulsar generalización de nuevo paradigma
73.
Las revoluciones tecnológicas producen cambios tan profundos en la
economía que esos cambios exigen transformaciones igualmente profundas
en lo institucional y en el marco social. El inicio de un largo período
de recesión indica, según la autora, el creciente grado de
falta de armonía entre el subsistema tecno-económico y el antiguo
marco socio-institucional. Muestra la necesidad de una total reacomodación
del comportamiento social e institucional para que se adapte a los requerimientos
y potencialidades de los cambios que han tenido lugar en una considerable magnitud
en algunas áreas de la esfera tecnológica. (Pérez,
1988, p.59).
74.
La mayoría de los viejos modelos explicativos y orientadores de la
acción política ya no resultan convincentes ni eficaces y las
nuevas interpretaciones que surgen no han adquirido todavía legitimidad.
Por ello, según Carlota Pérez son tiempos para la experimentación,
la discusión y las aperturas de modelos alternativos (Pérez,
feb. 1998 p.1). y se abren oportunidades para que la izquierda busque una salida
a la crisis acorde a sus planteamientos solidarios.
75.
Este reacomodo se produce como resultado de un proceso de búsqueda
política, de experimentación y de adaptación. Cuando esto
se logra, la plena armonía entre los cambios operados en el terreno económico
con los efectuados en el terreno político y social es cuando se facilita
la fase de ascenso de la onda larga. Se crea así un clima de confianza
para el surgimiento de nuevas inversiones por la apropiada combinación
de mecanismos regulatorios que impulsan el pleno desarrollo del nuevo paradigma
tecnológico.
76.
Las numerosas innovaciones institucionales que se introdujeron luego de
la Segunda Guerra Mundial, fueron las que hicieron posible el desarrollo ampliado
del nuevo paradigma tecnológico basado en el petróleo barato,
el que requería ordenar el crecimiento de la demanda para la producción
en masa. Fue necesario superar las nociones prevalecientes sobre la superioridad
de los mecanismos de libre mercado e implantar la intervención masiva
y sistemática del Estado en la economía, siguiendo los principios
keynesianos <...> La superación de la crisis el establecimiento
de nuevas reglas de juego, nuevos mecanismos de regulación y nuevas instituciones.
(Pérez, 1986, p.57).
77.
Para dar cuenta de estos cambios se requería de un Estado fuerte,
con un gran papel en la economía; una rápida expansión
de la educación media y superior para obtener la calificación
requerida de la mano de obra; un sistema de crédito al consumidor que
impulse el consumo de masas y el desarrollo de la publicidad y de la industria
de comunicación de masas para estimular el consumismo; el reconocimiento
oficial de sindicatos, la negociación colectiva y el establecimiento
de la seguridad social, pasando por una reducción importante de la jornada
de trabajo. Y en lo internacional, una reglamentación de los flujos internacionales
como la de Bretton Woods que estableció una sólida base para ello.
En ese momento nace el GATT, el Plan Marshall, el FMI y el Banco Mundial. (Pérez,
1983, pp.21-23; 1998, p.11).
78.
Hoy día casi todas estas innovaciones relativamente efectivas y ampliamente
aceptadas hasta el inicio de los 70, están cuestionadas. Algunas ya han
sido parcial o totalmente modificadas en una u otra forma. Y la posibilidad
de llevar adelante una transición exitosa dependerá de capacidad
para establecer nuevas reglas del juego, es decir, mecanismos e instituciones
reguladoras adaptados a las nuevas condiciones. (Pérez, 1998, p.11).
79.
Y algo muy importante, como el logro de la armonía entre lo económico
y lo socio-político es un proceso conflictivo y ocurre en forma desigual
en diferentes contextos nacionales y culturales, la forma que éste adopte
puede ejercer una enorme influencia en la determinación de cuál
país será el que asuma el liderazgo tecnológico internacional
y cuáles serán los patrones internacionales de su difusión.
80.
Si la revolución keynesiana y la profunda transformación de
las instituciones sociales durante la II Guerra Mundial y sus secuelas fueron
necesarias para producir el ciclo de ascenso de la cuarta onda de Kondratieff,
innovaciones sociales, institucionales y políticas de la misma envergadura
son necesarias hoy para lograr el ciclo de ascenso de la quinta onda larga.
81.
Es necesario, sin embargo, tener en cuenta -como veíamos anteriormente-
que existe una inercia natural de las instituciones, reforzada por éxitos
pasados e intereses particulares y que esta inercia normalmente sólo
logra ser vencida mediante la presión social por cambios políticos
que se genera a partir del proceso de "destrucción creadora" en la
economía, que empieza a manifestarse a fines de los 90 <...>
En un cierto sentido, se podría decir que las fases de descenso de
las ondas largas tienen un origen tecno-económico y soluciones socio-institucionales.
(Pérez, 1997, p.2).
1. Determinismo
estructural y papel de las fuerzas sociales
82.
No se trata entonces de un mero determinismo tecnológico,
como Carlota Pérez subraya. Lo que un paradigma establece es el espacio
dentro del cuál pueden ocurrir las cosas. Es dentro de ese espacio que
las fuerzas sociales escenifican las confrontaciones, experimentos institucionales
y arreglos de compromiso o cooperación, cuyo resultado es el marco que
en última instancia moldea, orienta, selecciona y regula el curso definitivo
que asumirá el nuevo potencial (Pérez, 1986, pp.57-58).
83.
La efectividad con la que cada grupo social y cada país puede
influir sobre <...> el futuro depende de hasta dónde comprende
-o intuye- el carácter específico de esa revolución y de
las opciones que abre (Pérez, feb. 1998).
2. Rasgos
comunes y Diferentes formas políticas que adopta un mismo paradigma
84.
La autora señala las diferentes formas de expresión política
que asumió el paradigma tecnológico basado en el petróleo
barato: la democracia keynesiana, el fascismo, el socialismo soviético
y el "estatismo desarrollista" en el Tercer Mundo. A pesar de sus diferencias
todos estos modelos comparten rasgos comunes que provienen de un mismo paradigma
de producción de masas que está a su base.
85.
Entre estas características comunes estarían:
86.
a) El papel importante que juega el gobierno central, comprometido activamente
en la economía, sea directa o indirectamente;
87.
b) La asunción por parte del estado del papel de redistribuidor de
la riqueza;
88.
c) Una tendencia hacia la "homogeneización" de los estilos de consumo
dentro del Estado- nación, mediante un esfuerzo para reducir las diferencias
internas de nacionalidades, lenguas, etc;
89.
d) Representación de las provincias en el gobierno central, generalmente
a través de formas de elección directa;
90.
e) Carácter de masa de los partidos políticos y otras asociaciones;
91.
f) Formas de gobernar a través de uno o muy pocos partidos políticos
(excepto en algunos países del Tercer Mundo);
92.
g) Separación entre dirección política y gestión
técnica. (Pérez, 1997, pp.5-6).
93.
Carlota Pérez señala que es sintomático que estos rasgos
comunes sólo se hacen visible ahora que se están difundiendo los
principios de la desestabilización y que cada vez se cuestiona más
el anteriormente aceptado papel del Estado.
94.
Y por otra parte, es sólo ahora que se hace más visible el
paralelo que existe entre la forma tradicional de organización de las
grandes corporaciones y de los hospitales, universidades, ministerios y el gobierno
en general. (Pérez, 1998, p.12).
95.
Cada crisis, cada período de transición tecnológica,
por lo tanto, es un momento de indeterminación en la historia. Un salto
cualitativo en productividad potencial abre el camino para un gran aumento
en la generación de riqueza, pero los bienes específicos que conformen
esa mayor riqueza y la forma de su distribución son determinados por
el marco socio-político que se establezca. Históricamente, cada
transición ha modificado tanto las condiciones internas de las diversas
capas y grupos sociales en cada país como la posición relativa
de los países en la generación y distribución de la producción
mundial.
96.
Para cada país, cualquiera sea el nivel de desarrollo alcanzado
en el curso de la onda anterior, se plantea la necesidad de efectuar las transformaciones
internas y de participar en la conformación del nuevo marco a escala
mundial. (Pérez, 1986, p.58).
VI. Patrón
tecno-económico y alternativas
1. Utilidad
política de sus reflexiones
97.
Vivimos tiempos angustiosos, plenos de confusión e incertidumbre.
El deterioro del nivel de vida de la mayoría de la población,
incluyendo el grueso de la clase media es alarmante, mientras que los esfuerzos
por revertir el retroceso desembocan en la frustración y la impotencia.
La mayoría de los viejos modelos explicativos y orientadores de la acción
política se han derrumbado, los nuevos no logran demostrar su efectividad
en términos de crecimiento con equidad. (Pérez, feb.1998,
p.1).
98.
Son tiempos que exigen reflexión, discusión y búsqueda
de alternativas y pensamos que Carlota Pérez hace una importante contribución
a este esfuerzo, porque nos proporciona un marco explicativo para entender lo
que está ocurriendo y con ello nos permite convertir la experiencia del
pasado en una fuente importante de aprendizaje. Al mismo tiempo, nos permite
extraer criterios para elaborar propuestas alternativas.
(1) Buscar
los caminos más apropiados para superar la crisis
99.
La investigadoraplantea que sólo un conocimiento a fondo del
nuevo paradigma tecno- económico y su posible influencia en el resto
de la sociedad puede proporcionarnos elementos para lograr una representación
adecuada del carácter de la crisis actual y las vías para superarla,
y ser la mejor manera de obtener criterios para realizar una transición
exitosa y dar un salto en el desarrollo. <...> Delinear el contorno
del nuevo paradigma define el espacio abierto para la creatividad y la toma
de decisiones, tanto en ramas específicas como para la economía
en su conjunto y revela algunas de las nuevas opciones socio-institucionales
(Pérez, 1986, pp.58), al mismo tiempo que permite elaborar políticas
anti-cíclicas. (1983, p.2).
100.
La comprensión de la naturaleza del nuevo paradigma -repetirá
trece años más tarde- puede entregarnos los más valiosos
instrumentos para llegar a ser actores completamente conscientes y efectivos
en el proceso de modernización institucional. (1998, p.12).
101.
Lo que el paradigma nos ofrece no son las metas sino las formas y los instrumentos
técnicos y organizacionales que podemos usar para perseguirlas, o, si
se quiere, un conjunto coherente de principios que constituyen la forma más
avanzada, eficaz y eficiente de organización e interrelación que
posee la sociedad actual. (Pérez, feb. 1998, p.7).
(2) La
cuestión política es definitoria
102.
Cómo se apliquen estos principios, cómo se usen estos instrumentos
técnicos y organizacionales, dependerá mucho de las fuerzas sociales
que los hagan suyos, pero será dentro del espacio por él señalado.
El nuevo paradigma es el marco que moldeará, orientará, seleccionará
y regulará en última instancia los caminos que tomará el
nuevo potencial. (Pérez, 1998, p.14).
103.
Los cambios sociales e institucionales pertenecen al ámbito de la
política. Y en este terreno las diferentes ideologías y los intereses
particulares en juego tienen mucho que ver con el rumbo y el ritmo que pueda
adoptar el proceso de transición de un paradigma tecno-económico
a otro.
104.
Al mundo en su conjunto y a cada país le corresponde decidir
en esta época si se construirán rejas y se montarán ejércitos
privados para proteger a los ricos de la violencia de los pobres; si se lanzarán
al olvido los ideales de justicia social o si, más bien, escogeremos
el círculo virtuoso de la prosperidad conjunta, con estructuras estables
y sustentables, en una sociedad solidaria. (Pérez, feb. 1998, p.10).
105.
Según Carlota Pérez, durante los períodos de transición,
la habitual confrontación entre "izquierda" y "derecha"; entre posiciones
solidarias e individualistas en el espectro político se vuelven más
complicadas. A medida que la lógica del nuevo paradigma se difunde, una
nueva división surge dentro de cada grupo entre las ideas viejas y las
modernas; los que miran hacia atrás y los que miran hacia adelante; los
que proponen caminos para cumplir sus objetivos e ideales que son coherentes
con el nuevo potencial creador de riqueza y aquellos que se aferran a los métodos
antiguos. (1997, p.7).
106.
No se trata de que los valores morales o sociales hayan cambiado, sino que
lo que ha cambiado son formas organizacionales que permiten alcanzarlos.
107.
Y en relación con esto estima que está ocurriendo algo preocupante.
El neoliberalismo, la propuesta política más ampliamente aplicada,
logra generar crecimiento bajo las condiciones de la globalización, aunque
al mismo tiempo exacerba los rasgos centrífugos del mundo actual en lugar
de disminuirlos.
108.
Es sin duda una propuesta individualista, pero no puede dejar de reconocerse
que, sin embargo, es una propuesta que mira hacia adelante (Pérez,
1997, p.7), y que, a través de las medidas que ha impulsado, ha permitido
desmontar el pasado (Pérez, 1998, p.6), mientras que la
mayoría de los programas solidarios -levantados por la izquierda- tienden
a mantener sus sueños de prosperidad colectiva muy ligados a ideas de
redistribución centralizadas y verticalistas. Hay muy pocos que puedan
ser claramente situados entre aquellos que tienen posiciones solidarias y que
miran hacia adelante. (1997, Pérez, p.7).
109.
Por eso considera que el debate entre los "estatistas" y los "libre-mercadistas"
es profundamente estéril porque es una discusión sobre la acción
frente al pasado. Aquellos lo añoran, estos lo quieren destruir y lo
destruyen. Pero también es un debate entre el pasado y el futuro. Quienes
se aferran al viejo modelo estatista en nombre del bienestar colectivo retrasan
la construcción de las nuevas estructuras. Por una parte, en su defensa
ciega del Estado, protegen en la práctica y le sirven de escudo a los
burócratas y a los corruptos <...> Por la otra, en su lucha feroz
contra los neo-liberales <...>, terminan calificando todo lo nuevo de
malo y nocivo, botando al bebé con el agua del baño.
110.
El diseño de un programa a la vez viable y solidario pasa
por superar ese "impasse". Es necesario mover el terreno del debate y el de
la imaginación hacia las visiones de futuro <...>. (feb. 1998,
p.10).
2. Principios
que deben orientar a una izquierda que mira hacia adelante
111.
Carlota Pérez no pretende ofrecer respuestas acabadas sino más
bien propuestas de reflexión o lo que ella denomina rutas de búsqueda
(feb.1998, p.11) para la construcción de una sociedad solidaria
(p.12) obtenidas del análisis del nuevo paradigma tecno-económico
que se expande por el mundo.
112.
Existirían según ella alrededor de cuatro grandes ejes de
transformación cuando se pasa de la producción en masa a la producción
flexible y ellos serían el paso de la homogeneidad a la heterogeneidad;
de la compartimentación a la integración; de la centralización
a la descentralización y de la confrontación al consenso.
(Pérez, feb.1998, p.11).
113.
Luego analiza cada uno de ellos e imagina las transformaciones que requerirían
las organizaciones e instituciones para adecuarse a las nuevas exigencias. Invita
a una reflexión colectiva sobre la futura sociedad solidaria que queremos
construir en oposición a la sociedad individualista y polarizada que
nos ofrece el modelo neoliberal.
(1) De
la homogeneidad a la diversificación
114.
El anterior paradigma tecno-económico, como ya se ha señalado
en este trabajo, era un modelo que tendía hacia la homogeneización
no sólo de los productos sino de patrones de consumo completos era la
dinámica fundamental de la producción en masa. Mientras más
idénticos fueran los productos y más masiva su fabricación,
más barato era cada uno y más masivo se podía hacer su
consumo. (Pérez, fe. 1998, p.12); era esencialmente estandarizador,
tendía a borrar las diferencias culturales, de idiomas, de formas de
consumo.
115.
Esto se tradujo a nivel educacional, por ejemplo, en el establecimiento
de la educación básica y universal. Otro instrumento de igualación
fue el masivo desarrollo de la publicidad y los medios de comunicación.
(p.12)
116.
Estas fuerzas homogeneizadora de los modos de vida se tradujeron
ideológicamente en diversas formas de igualitarismo. (p.12).
117.
El nuevo patrón tecnológico tiende por el contrario a la diversidad
y el cambio constante. La adaptabilidad y la mejora continua son sus rasgos
más característicos.
118.
Carlota Pérez aclara que la nueva noción de diversidad
es muy compleja. No se trata de la simple variedad. Se trata de una forma de
conservar las ventajas de la homogeneidad en gran escala, superando sus limitaciones
a través de una gran adaptabilidad. El mismo computador, producido en
billones de unidades según estándares globales de compatibilidad,
le sirve a un ingeniero para sus cálculos, a un novelista para escribir,
a una empresa para llevar la administración, a un niño para jugar
y a una tejedora para controlar la máquina de tejer según sus
diseños. La secuencia que va de un hardware universal, a través
de un software general, hasta un uso específico definido por el usuario
sirve de metáfora para la estructura típica de la "diversidad"
en este paradigma. (p.12-13).
119.
Otro ejemplo es la TV por satélite. El sistema es el mismo
para todos, pero, a diferencia de la vieja programación televisiva, ofrece
centenares de canales con las especializaciones más variadas: cine de
terror o deportes, documentales educativos o música pop, noticias o comiquitas.
(p.13).
120.
Por otra parte, la flexibilidad y adaptabilidad del nuevo paradigma genera
la posibilidad de producir en pequeñas cantidades, facilitando la salida
de un sinnúmero de productos raros y locales. En el patrón de
producción y consumo conviven y se entrecruzan la artesanía
y la alta tecnología, lo natural, lo sintético y lo biotecnológico.
(p.13).
121.
La participación exitosa de cada empresa, región o país
en los mercados globales se sustenta en su especificidad local y en las ventajas,
naturales o adquiridas, que le dan un carácter propio y moldean su especialización.
En el trabajo se señala que Marc Humbert, un investigador francés,
ha definido este fenómeno como glocalización. (p.13).
122.
Esto se traduciría a nivel social en una tendencia a favorecer múltiples
estilos de vida y de trabajo en un mismo ambiente global. No es un azar el que
estemos presenciando el resurgir de las pequeñas nacionalidades y de
las religiones. El rescate de la identidad cultural se ha venido reinsertando
en el corazón de las propuestas políticas, a medida que las viejas
promesas del desarrollo "igualitario" van perdiendo credibilidad. (p.13).
123.
Desde el punto de vista educativo plantea que para vivir en un mundo
de constante cambio, habrá que reemplazar la educación de masas
y las especializaciones estrechas para toda la vida, por una formación
inherentemente flexible y de excelencia. Aquello de aprender a aprender pasa,
de ser una excelente estrategia pedagógica, a convertirse en la mejor
preparación para la vida. La movilidad social y la capacidad para la
auto-realización en el trabajo dependerán de una sólida
formación, signada por la creatividad y la capacidad para la adaptación
y el cambio, junto con medios y modos de acceso a la re-educación y la
re-especialización a lo largo de la vida.
124.
En el terreno ideológico, en lugar de promover el igualitarismo el
nuevo paradigma tiende a propiciar la diferenciación y la diversidad.
La autora aclara que la diferenciación puede darse en forma vertical
aumentando la distancia entre los ricos y los pobres, pero puede también
enrumbarse hacia una diversificación "horizontal, favorecedora del
florecimiento de múltiples y distintos estilos de vida, donde, sin tener
un sólo rasero de medición del bienestar <...>, todos
los ciudadanos puedan disfrutar de un nivel de satisfacción equivalente
y de bienestar creciente. Eso probablemente pasaría por el rescate y
la dignificación de las identidades culturales dentro de cada Estado-Nación
y en todo el planeta. Esto último sería la forma de evitar que
el resurgir de los nacionalismos y las religiones condujera a la formación
de ghettos y a violentos enfrentamientos y guerras. En la alternativa más
solidaria se daría, no la mera tolerancia, sino la aceptación
y celebración de la diversidad y todos aprenderíamos a prosperar
en ella. Obviamente, el rango de lo posible contiene todas las combinaciones
y puntos intermedios. (Pérez, feb. 1998, pp.13-14).
(2) De
la compartimentación a la integración
125.
El segundo eje tiene que ver con la forma de incorporación
de las personas al trabajo. Los principios tayloristas de separación
nítida entre los que piensan y los que hacen, entre diseño y elaboración,
entre decisión y ejecución, tuvieron su traducción organizativa
en las estructuras piramidales, con sus compartimientos estancos por nivel,
por función y por tarea. <...> Sólo la capa más alta
de la jerarquía abarcaba el todo. (Pérez, feb.1998, p.14).
126.
Para la gran mayoría su realización personal estaba fuera
del trabajo, identificándose trabajo y empleo asalariado. El que no obtenía
un empleo de este tipo era considerado un excluido y el trabajar por cuenta
propia es visto como una opción minoritaria, casi de auto-marginación.
(Pérez, feb.1998, p.14).
127.
Este modelo de estructuración del trabajo tuvo su manifestación
social en la separación entre dirigentes activos y dirigidos pasivos,
de la que hablamos anteriormente, y se expresó políticamente en
los partidos de masas y en la democracia representativa que supone que los gobernantes
electos encarnan los intereses de los electores y deciden en representación
de ellos. También en esto se basó la separación entre dirigentes
políticos y gerentes técnicos, según la cual los primeros
eran los verdaderos estrategas y los segundos los encargados de realizar los
planes. (Pérez, feb.1998, p.14).
128.
Según Carlota Pérez, en contraste con esto, el nuevo paradigma
abre el camino a la reintegración del trabajo mental y manual y de las
actividades de decisión y ejecución y se traduce en cambios en
la estructura de remuneraciones, en la organización del trabajo, en horarios
flexibles, desarrollo profesional y otros elementos cualitativos que constituyen
temas básicos en las relaciones industriales modernas. (Pérez,
feb.1998, p.14).
129.
El nuevo modelo gerencial se basa en equipos plurifuncionales, donde
cada integrante participa de manera plena en el análisis y mejora de
los procesos, incluidos aquellos aparentemente más simples y manuales.
En cada nivel y en cada ámbito, las personas y los grupos tienen poder
decisorio en su espacio de acción y nutren sus decisiones de la permanente
retroalimentación de los resultados. Para que esa delegación de
poder rinda frutos efectivos y convergentes, la organización moderna
se empeña en que cada uno de sus miembros tenga una visión del
todo y se ubique a sí mismo y a su grupo en el contexto general, conociendo
el impacto de su trabajo sobre los resultados. (Pérez, feb. 1998,
pp.14- 15).
130.
Esta actitud emprendedora estimulada y enseñada dentro de
las grandes empresas se desborda hacia afuera y contribuye a la proliferación
de un nuevo tipo de trabajador por cuenta propia, desde el consultor de más
alto nivel hasta la más sencilla de las microempresas.
131.
En uno y otro caso se va legitimando y viabilizando la aspiración
de vivir el trabajo como auto-realización. Lo que fuera privilegio de
artistas, intelectuales y dirigentes puede convertirse en una actitud generalizada.
(Pérez, feb. 1998, p.15).
132.
En el terreno social esto se debería traducir en un impulso hacia
la auto-gestión en todos los planos y exige profundos cambios en el sistema
educativo, tanto en los contenidos como en las prácticas pedagógicas.
Fortalecer la autonomía del estudiante, quien se acostumbra a gerenciar
su propio aprendizaje y a trabajar en equipo, requerirá otra relación
profesor-alumno.
133.
En el nivel político una de las expresiones de esta tendencia
es la proliferación de propuestas e iniciativas de democracia participativa.
Otra es el surgimiento de las llamadas ONG's <...> En lo individual
no es de extrañar que esa necesidad de reintegración de la persona
haya hecho florecer un vasto campo de actividades, publicaciones y negocios
dirigido a desarrollar y difundir diversas técnicas de "desarrollo personal".
(Pérez, feb. 1998, p.15).
134.
Pero como toda posibilidad abierta por cualquier paradigma tecnológico,
esta tendencia a la reintegración del trabajo manual e intelectual abre
un amplio espectro de opciones: desde una sociedad dual en que sólo un
mínimo porcentajes de trabajadores se beneficia de las nuevas condiciones
de trabajo hasta una sociedad en que sea posible optar por incluir al 100%
de la población en el mundo de la auto- realización y del conocimiento.
Carlota Pérez reconoce que ésta es una meta de altísima
exigencia pero señala que tratar de lograrla no significa sólo
obtener resultados humanos, sino que también allí se juega también
el éxito económico de cada país. (Pérez, feb. 1998,
p.15).
(3) De
la centralización a la descentralización
135.
En el paradigma anterior, las decisiones y las instrucciones bajaban
desde arriba y desde el centro, por canales verticales en organizaciones piramidales
de fronteras cerradas. <...> El logro de la optimización
estratégica por la vía del centro único coordinador y distribuidor
de metas y tareas era la noción aceptada y la que mejor se adaptaba a
la producción en masa con cambio dosificado y programado. (Pérez,
feb. 1998, p.15).
136.
Estas estructuras centralizadas se trasladaron más allá de
las industrias a una forma de estatismo planificador y redistributivo
que se extendía a gobiernos, ministerios, servicios públicos,
al igual que alos partidos políticos, las asociaciones sindicales o gremiales,
el sistema educativo y de salud, los medios de comunicación, etc.
137.
La autora no desconoce la efectividad que esta estructura tuvo en el pasado
para potenciar el anterior paradigma, pero considera que el deterioro de
las grandes "burocracias," públicas o privadas, y el desplome de los
países de economía controlada centralmente se debe a su incapacidad
para superar su rigidez y adaptarse a las nuevas condiciones que plantea el
nuevo paradigma. (Pérez, feb. 1998, p.16).
138.
La tendencia a la descentralización, estructurada en redes, se ha
venido traduciendo al terreno político a través del fortalecimiento
de los gobiernos locales en paralelo con la formación de estructuras
supranacionales. Aunque parezca paradójico, la descentralización
integrada moderna y la globalización mismo
fenómeno. El lema de los ecologistas "pensar globalmente y actuar localmente"
bien puede ampliarse tanto al mundo de los negocios como al de la política,
bajo el nuevo paradigma.
139.
De hecho, el manejo de un mundo globalizado requerirá instancias
con autoridad a nivel mundial. Hay fenómenos como el flujo intangible
de la información y las finanzas o como el ambiente, cuyo carácter
planetario exige formas globales de regulación. <...>
140.
Por otra parte, las múltiples experiencias de éxito en promoción
del desarrollo a nivel local confirman cada vez más que las cuestiones
de la calidad de vida y de superación de la pobreza pueden enfrentarse
más eficazmente en cada comunidad, aprovechando la especificidad de cada
territorio para generar riqueza.
141.
Pero, no toda descentralización supone la incorporación al
desarrollo de todo el territorio y de todos los ciudadanos. Dentro del espectro
de opciones cabe descentralizar hasta el individuo, dejando que cada uno se
defienda con sus propias fuerzas, dejando que compitan los fuertes con los débiles
y llevando a una sociedad donde se intensifican las desigualdades y van surgiendo
caciques, propiciando la formación de redes autoritarias. Ese es posiblemente
el rumbo de una sociedad de mercado puro, bajo este paradigma.
142.
Otra alternativa es contrabalancear la acción del mercado con un
marco regulatorio que se ocupe de garantizar la verdadera equivalencia de oportunidades
para todos y se afinque en una red de redes intermedias constituyendo una malla
de seguridad para los individuos en cada pedazo del territorio. Estas redes
pueden asumir múltiples formas y estar basadas en distintas alianzas,
desde gobiernos locales hasta asociaciones y grupos privados, actuando en diferentes
niveles y terrenos, a propósito de oportunidades o problemas amplios
o específicos, de corto, mediano o largo plazo. Una tal red de redes
funcionaría a escala humana, identificando las posibilidades de acción,
creando los espacios para la participación y el consenso y cooperando
para construir de mil maneras un ambiente que fortalezca y propicie las iniciativas
individuales y colectivas de generación de riqueza y de elevación
del nivel de vida de cada comunidad. Esta forma de valorización de todo
el territorio podría frenar y en parte revertir el drenaje de talento.
143.
Opciones similares se plantean a nivel mundial. La globalización
puede ser excluyente marginando a países o continentes completos de las
redes de producción mundial y de sus beneficios o puede incluir a todos,
valorizando las diferencias y ampliando el tejido y la interrelación
entre los mercados mundiales y locales hasta cubrir el planeta entero. (Pérez,
feb. 1998, pp. 16-17).
(4) De
la confrontación al consenso
144.
El último eje se refiere a la cuestión del ejercicio del poder.
Según Carlota Pérez, la esencia de las estructuras piramidales
propias del paradigma tecno-económico ya superado es la disciplina jerárquica,
las decisiones tomadas por los de arriba y seguidas disciplinadamente por los
de abajo o lo que ella denomina "centralismo democrático" y yo defino
como "centralismo burocrático". Los eslabones intermedios se limitan
a garantizan la ejecución de los planes elaborados desde arriba. La autora
considera que esa estructura de comando, control y obediencia, supone la confrontación
de intereses como punto de partida y posee una tensión latente que estalla
de vez en cuando en forma de conflictos y enfrentamientos. (Pérez, feb.
1998, p.17).
145.
Según la investigadora venezolana, la clave de la efectividad de
las organizaciones en red es el consenso. Las redes no funcionan si no hay acuerdo
sobre la visión perseguida. La vieja imposición de la autoridad
o de la decisión de la mayoría no funciona: obedecer, estando
en desacuerdo, es factible, pero es imposible ser creativo, sin estar verdaderamente
compenetrado con el rumbo común. Y el logro de ese consenso supone el
acceso a toda la información requerida para tomar esas decisiones. (Pérez,
feb. 1998, p.17).
146.
Esta necesidad de contar con la cooperación voluntaria y entusiasta
de todos ha llevado en lo organizativo a relaciones de suma positiva, donde
todos contribuyen a incrementar el "tamaño del pastel" para luego beneficiarse
todos en el reparto. Ello exige la aceptación explícita de la
legitimidad de intereses de todas las partes, de tal manera que los criterios
de reparto acordados puedan ser satisfactorios para todos. (Pérez, feb.1998,
p.18).
147.
Otro aspecto sumamente importante es la relación cada vez más
explícita que se establece entre esfuerzo, resultados y recompensa. En
estructuras que suponen el trabajo creativo en equipo, sin definición
detallada de cargos ni planificación desde arriba, el reconocimiento
material y moral del esfuerzo emprendedor de cada individuo y de cada grupo,
es el impulso crucial para el éxito del conjunto. La homologación
de la remuneración por cargos no tiene el más mínimo sentido
en las estructuras flexibles, al igual que no se puede dejar la evaluación
de cada persona en las manos únicas de su superior inmediato sino que
en ella participan también sus compañeros, sus subalternos y cualquier
otra persona cuyo juicio sea relevante. (Pérez, feb. 1998, p.18).
148.
Y más adelante agrega: El secreto del liderazgo moderno está
en abrir las compuertas de la iniciativa individual, facilitando las condiciones
del éxito, al mismo tiempo que se busca que esas iniciativas converjan
en la dirección del bien colectivo. (Pérez, feb. 1998, p.18).
149.
La autora reconoce que hay consensos y consensos. Puede existir un consenso
entre unos pocos. En el terreno productivo es concebible un mundo escindido,
donde una élite restringida de gerentes, técnicos y trabajadores,
con creciente conocimiento y nivel de vida, excluyen a las grandes mayorías,
colocándolas en una situación precaria de inseguridad, de trabajo
temporal y a destajo. También es posible el desarrollo de grandes empresas
globales de avanzada, utilizando amplias redes satelitales de pequeñas
empresas proveedoras bajo alta presión de plazos, precios e irregularidad
en los contratos. La alternativa frente a eso es un amplio desarrollo de la
creatividad y la capacidad productiva de todos, en una sociedad de plena actividad
(no de pleno empleo, porque el trabajo emprendedor por cuenta propia o en grupos
cooperativos ocuparía a una parte creciente de la población).
Ambas tendencias están presentes en el mundo actual. (Pérez, feb.
1998, p.18).
150.
Y en lo político se puede dar un consenso excluyente tipo "mafia"
que favorece a sus miembros. Esto a nivel nacional o internacionales puede expresarse
en grandes polos que concentran lo fundamental del poder, o puede darse un consenso
democrático-participativo basado en la construcción gradual de
visiones compartidas, a nivel local, regional, nacional y supranacional, reconociendo
la legitimidad de los intereses de corto, mediano y largo plazo de cada uno
de los individuos y grupos involucrados. Ello requeriría también
establecer, en cada caso y al nivel adecuado, los mecanismos de cooperación,
facilitación, regulación y monitoreo que permitiesen su fluida
realización, bajo reglas de juego comunes y aceptadas. (Pérez,
feb. 1998, p.19).
3. Conclusión
151.
Tener entonces nostalgia por las recetas del pasado no es productivo.
152.
Insistir en la dicotomía Estado-Mercado como las soluciones alternativas
automáticas sólo prolonga la agonía y retarda el establecimiento
de un marco socio-institucional adecuado para el pleno desarrollo del nuevo
paradigma en función de un proyecto solidario. Es mucho más fructífero,
según la economista venezolana, ver el presente como una transición
entre dos modos de crecimiento.
153.
Esto significa aceptar el pasado con sus ideas e instituciones, sus éxitos
y fracasos, sus promesas y sus logros, como la manera en que las sociedades
de esa época consideraron utilizar mejor las ventajas del potencial de
un paradigma tecno-económico específico, ya agotado. Significa
también mirar el futuro con la decisión de construir un aparato
capaz de permitir el mejor uso social del potencial de creación de riqueza.
Esto implica una disposición a lograr una profunda comprensión
de las características y requerimientos del nuevo paradigma y la voluntad
de asimilar el cambio y promover la creatividad en todos los niveles y en todas
las esferas (Pérez, 1997, p.9).
154.
Se necesitan nuevas alternativas que se expresen a través de programas
viables y realistas, que contengan ideas y políticas efectivas y atractivas,
capaces al mismo tiempo de aumentar la cantidad de riqueza, de proteger el planeta
y mejorar la calidad de vida de los miembros de la sociedad, en cada nación
y en el mundo.
155.
El presente desafío implica el empleo de gran audacia y creatividad.
Y usar la imaginación para pensar y construir el mejor futuro posible,
partiendo de una comprehensión de las nuevas condiciones de la actual
situación.
156.
Los objetivos humanistas y solidarios siguen siendo válidos y pueden
ser aún más ambiciosos que en el pasado; los medios y métodos
para lograrlos todavía no han sido inventados. Esta es la tarea de esta
transición; ésta es la responsabilidad de la presente generación.
(Pérez, 1997, p.9).
157.
Carlota Pérez espera -y yo comparto con ella esa esperanza- que una
mejor comprensión de la naturaleza de transformación pueda ayudar
a aliviar el costo social y a acelerar el éxito de la tarea de experimentación
institucional (1998, p.14).
VII. Datos
de Carlota Pérez
Investigadora
venezolana. Titulada en Ciencias Sociales Interdisciplinarias, lo cual incluye
la economía en un lugar central pero también las otras ciencias
sociales. Su especialización es temática - en cambio tecnológico-
y no disciplinaria. Desde el año 1977 está desarrollando su teoría
por cortos períodos ya que entre ellos ha sido funcionaria pública
(Ministerio de Fomento y Ministerio de la Industria de Venezuela); investigadora
de la Science Policy Research Unit de la Universidad de Sussex, Brighton, Inglaterra;
asesora; consultora; conferencista y mil otras cosas fuera del mundo académico.
Ha trabajado
desde 1983 estrechamente con Christopher Freeman -gran conocedor de la innovación
tecnológica-quien se ha encargado de divulgar las ideas de Carlota Pérez
por estar convencido que éstas son el instrumento más poderoso
que se ha producido para explicar las ondas largas y validar su existencia.
VIII. Obras
empleadas en este resumen:
1983, Structural
Change and Assimilation of New Technologies in the Economic and Social Systems,
Futures, Vol. 15, Nº 4, octubre, pp.357-375. Uso una traducción al español
no publicada.
1986, Las
nuevas tecnologías: una visión de conjunto, en: La
tercera revolución industrial (impactos internacionales del actual viraje
tecnológico), Rial, Buenos Aires, pp.43-89.
1988, Structural
Crises of Adjustment, Business Cycles and Investment Behaviour (con C. Freeman),
en Technical Change and Economic Theory, Francis Pinter, Londres, pp.38-66.
1992, Cambio
Técnico, Reestructuración Competitiva y Reforma Institucional
en los Países en Desarrollo (escrito en diciembre de 1989), El Trimestre
Económico, Vol. LIX(1), Nº 233, pp. 23-64, enero-marzo.
1997, The
Social and Political Challenge of the Present Paradigm Shift, Colección
fascículos de Norsk Investorforum, Vol. 2, Nº 5/97, Oslo.
1998, Desafíos
sociales y políticos del cambio de paradigma tecnológico en
M.Pulido ed., Venezuela: Desafíos y Propuestas, UCAB-SIC, Caracas (no
publicado).
1998, Technological
revolutions, paradigm shiftsand socio-institutional change, Caracas, Venezuela
and SPRU, University of Sussex, Inglaterra. Paper forth coming in E. Reined
ed. Evolucionary Economics and Income Equality, Edward Elgar Addershot.
Notas:
La mayor parte de las citas de páginas corresponden a textos impresos
por Marta Harnecker.
Martha Harnecker es educadora popular chilena. Autora de numerosos trabajos
de investigación sobre la izquierda latinoamericana.