"Refuzniks"
Por Juan Gelman
Hay héroes de guerra y héroes de la paz en tiempos de guerra.
Los primeros suelen ser producto del coraje, o de la irreflexión y aun
del azar. Los últimos, de una conciencia con valores lastimados que procuran
reparar. Así ocurre con los reservistas de las fuerzas armadas israelíes
que se niegan a servir en los territorios palestinos ocupados. Eran –al viernes
10 de mayo– 455 oficiales, suboficiales y soldados que fundamentan sus razones:
"No seguiremos peleando más allá de los límites (existentes)
en 1967 para dominar, expulsar, hambrear y humillar a un pueblo entero... Entendemos
ahora que la práctica de la ocupación es una pérdida del
carácter humano de las Fuerzas de Defensa de Israel y la corrupción
de la sociedad israelí entera". Dicen que seguirán desempeñándose
"en cualquier misión destinada a la defensa de Israel. Las misiones
de ocupación y opresión no sirven ese propósito y no participaremos
en ellas". Los llaman "refuzniks".
El teniente paracaidista Guy Grossman, veterano de la guerra del Líbano,
menciona algunas de las dificultades que tal decisión acarrea: enfrentamientos
con familiares y amigos, camaradas de armas que le niegan el saludo y la palabra,
imposibilidad de trabajar en 35 municipios que resolvieron no dar empleo a los
"refuzniks", el riesgo de ir a prisión que ya castiga a decenas
de ellos. Pero otras cosas resultaron más duras a este israelí
"criado en los valores sionistas del sacrificio de sí mismo y del
compromiso con la supervivencia nacional de mi pueblo y con los valores universales
de justicia y derechos humanos": el proceso –"arduo y de profundo
examen de conciencia"– le exigió "desafiar algunos mitos que
mi país alimenta, así como un doloroso cambio de identidad. Yo
era un héroe y ahora me rehúyen, hasta me motejan de traidor".
Y algo tal vez más duro todavía: "La diaria humillación
de los retenes, los cierres arbitrarios (de circulación) y la destrucción
de casas" en los territorios ocupados llevaron al teniente Grossman a observar
que "los niños (palestinos) crecen con odio en sus ojos. Ojos que
me daba vergüenza mirar".
Otros "refuzniks" no ahorran ásperos ataques al gobierno. Idan
Landau: "Habíamos olvidado cuán insensibles y siniestros
pueden ser nuestros dirigentes. Olvidamos el poco valor que le dan a la vida
humana, con qué facilidad nos mandan a matar o ser muertos... Tal vez
éste sea el comienzo del fin de la democracia israelí". Michael
Ben-Yair: "Hemos establecido un régimen de apartheid en los territorios
ocupados... Es una dura realidad que está provocando la pérdida
de la base moral de nuestra existencia como una sociedad justa y libre, y es
una amenaza a largo plazo para la supervivencia de Israel". Haim Baram:
"(Sharon) piensa como un jefe de la mafia, no como un jefe de Estado moderno.
El hecho de que las autoridades de EE.UU. aprueben el modus operandi de semejante
hombre es casi increíble". Los "refuzniks" no son precisamente
complacientes con el terrorismo árabe. "La matanza (de civiles israelíes)
del 27 de marzo en Netanya sacudió a la nación entera –dice Haim
Baram– y produjo sentimientos colectivos de inocencia herida y justa cólera".
La reservista Sarah Shartal reflexiona: "Nunca habrá una respuesta
militar a los atentados suicidas. La gente que tiene esperanzas de futuro no
se vuela a sí misma".
El movimiento "refuznik" comenzó en 1982 cuando Israel ocupó
el sur del Líbano: 168 efectivos fueron encarcelados por negarse a participar
en la campaña. Renace ahora en un Israel en que el 58 por ciento de la
población apoya a Sharon y tampoco los civiles escapan al clima de intolerancia
imperante. La mítica cantante Yaffa Yarkoni, de 77 años, que desde
la guerra de 1948 ha acompañado todas las batallas de las tropas israelíes,luego
de mirar un noticiero con escenas de Jenín declaró a la radio
del ejército: "Cuando vi a los palestinos con las manos atadas a
la espalda, hombres jóvenes, me dije ‘es lo mismo que nos hicieron en
el Holocausto’. Somos un pueblo que atravesó el Holocausto. ¿Cómo
somos capaces de hacer esto?". Reuven Rivlin, ministro de Comunicaciones,
calificó esas palabras de "blasfemia" y se suspendió
un homenaje a Yarkoni que se venía preparando desde hacía dos
años: no por presiones del gobierno, sino del público. O: 43 profesores
universitarios firmaron una declaración para impedir que Yossi Beilin,
ex ministro de Justicia de Israel, impartiera una conferencia en la Universidad
Ben Gurión. El genetista Arieh Zaritsky, uno de los firmantes, concluyó
que había que enjuiciar a Beilin porque había participado en la
elaboración de los acuerdos de paz con los palestinos concertados en
Oslo en 1992. "Para mí (Beilin) es un delincuente", remachó.
Estos casos de odio entre judíos llevaron al rabino Michael Lerner a
decir: "Si un pueblo está involucrado en la brutalidad hacia fuera,
es seguro que la crueldad y el odio se reflejarán también dentro
de esa comunidad".
El número de "refuzniks" es poco más del uno por mil
de los 400.000 reservistas del ejército israelí. En otro contexto
y por otras razones, escribió Luis Cernuda: "No importa qué
tan pocos lo sean:/uno, uno tan sólo basta como testigo irrefutable/de
toda la nobleza humana".