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7 de septiembre del 2002
Este mundo es un misterio
Eduardo Galeano
Un grupo de extraterrestres ha visitado recientemente
nuestro planeta. Ellos querían conocernos, por pura curiosidad o quién
sabe con qué ocultas intenciones.
Los extraterrestres empezaron por donde tenían que empezar. Iniciaron
su exploración estudiando al país que es el número uno
en todo, número uno hasta en las líneas telefónicas internacionales:
el poder obedecido, el paraíso envidiado, el modelo que el mundo entero
imita. Empezaron por ahí, tratando de entender al mandamás para
después entender a todos los demás.
Llegaron en tiempo de elecciones. Los ciudadanos acababan de votar, y el prolongado
acontecimiento había tenido a todo el mundo en vilo, como si se hubiera
elegido al presidente del planeta.
La delegación extraterrestre fue recibida por el presidente saliente.
La entrevista tuvo lugar en el Salón Oval de la Casa Blanca, ahora
reservado exclusivamente a los visitantes del espacio sideral para evitar
escándalos. El hombre que estaba concluyendo su mandato contestó,
sonriendo, las preguntas.
Los extraterrestres querían saber si en el país regía
un sistema de partido único, porque ellos sólo habían
escuchado a dos candidatos en la televisión, y los dos decían
lo mismo.
Pero tenían, también, otras inquietudes:
¿Por qué han demorado más de un mes en contar los votos? ¿Aceptarían
ustedes nuestra ayuda para superar este atraso tecnológico?
¿Por qué siempre vota nada más que la mitad de la población
adulta? ¿Por qué la otra mitad nunca se toma la molestia?
¿Por qué gana el que llega segundo? ¿Por qué pierde el candidato
que tiene 328 mil 696 votos de ventaja? ¿No es la democracia el gobierno de
la mayoría?
Y otro enigma los tenía preocupados: ¿Por qué los otros países
aceptan que este país les tome examen de democracia, les dicte normas
y les vigile las elecciones? ¿Será porque este país los castiga
cuando no se portan como es debido?
Las respuestas los dejaron todavía más perplejos.
Pero siguieron preguntando.
A los geógrafos: ¿Por qué se llama América este país
que es uno de los muchos países del continente americano?
A los dirigentes deportivos: ¿Por qué se llama Campeonato Mundial ("World
Series") el torneo nacional de beisbol?
A los jefes militares: ¿Por qué el Ministerio de Guerra se llama Secretaría
de Defensa, en un país que no ha sido nunca bombardeado ni invadido
por nadie?
A los sociólogos: ¿Por qué una sociedad tan libre tiene la mayor
cantidad de presos en el mundo?
A los sicólogos: ¿Por qué una sociedad tan sana engulle la mitad
de todos los sicofármacos que el planeta fabrica?
A los dietistas: ¿Por qué tiene la mayor cantidad de gordos este país
que dicta el menú de los demás países?
Si los extraterrestres hubieran sido simples terrestres, este absurdo pregunterío
hubiera acabado mal. En el mejor de los casos, hubieran recibido un portazo
en las narices. Toda tolerancia tiene un límite. Pero ellos siguieron
curioseando, a salvo de cualquier sospecha de impertinencia, mala educación
o mala leche.
Y preguntaron a los estrategas de la política externa: Si están
ustedes amenazados por enemigos terroristas, como Irak, Irán y Libia,
¿por qué votaron junto con Irak, Irán y Libia contra la creación
del Tribunal Penal Internacional, nacido para castigar el terrorismo? Y también
quisieron saber: Si ustedes tienen, aquí cerquita, una isla donde están
a la vista los horrores del infierno comunista, ¿por qué no organizan
excursiones, en vez de prohibir los viajes?
Y a los firmantes del tratado de libre comercio: Si ahora está abierta
la frontera con México, ¿por qué muere más de un bracero
por día queriendo cruzarla?
Y a los especialistas en derecho laboral: ¿Por qué MacDonald's y Wal-Mart
prohiben los sindicatos aquí y en todos los países donde operan?
Y a los economistas: ¿Por qué, si la economía se duplicó
en los últimos veinte años, la mayoría de los trabajadores
gana menos que antes y trabaja más horas?
Nadie negaba respuesta a estos raritos, que seguían con sus disparates.
Y preguntaban a los cuidadores de la salud pública: ¿Por qué
prohíben que la gente fume, mientras fuman libremente los autos y las
fábricas?
Y al general que dirige la guerra contra las drogas: ¿Por qué las cárceles
están llenas de drogadictos y vacías de banqueros lavadores
de narcodólares?
Y a los directivos del Fondo Monetario y del Banco Mundial: Si este país
tiene la deuda externa más alta del planeta, y debe más que
todos los demás, ¿por qué ustedes no lo obligan a recortar sus
gastos públicos, ni a eliminar sus subsidios? ¿Será porque hay
que ser cortés con los vecinos?
Y a los politólogos: ¿Por qué los que aquí gobiernan
hablan siempre de paz, mientras este país vende la mitad de las armas
de todas las guerras?
Y a los especialistas en medio ambiente: ¿Por qué los que aquí
gobiernan hablan siempre del futuro del mundo, mientras este país genera
la mitad de la contaminación que está acabando con el futuro
del mundo?
Cuantas más explicaciones recibían, menos entendían.
Poco duró la expedición. Los extraterrestres empezaron su visita
por la potencia dominante, y por ahí terminaron. La normalidad del
poder estaba fuera del alcance de estos turistas.