El
sistema
Por Eduardo Galeano
1/El poder
En 1998, en el crepúsculo
del siglo y de su propia vida, Julius Nyerere conversó con la plana mayor
del Banco Mundial en Washington. Este campeón de la unidad africana había
gobernado Tanzania durante veinte años, desde la independencia hasta
1985, y había aplicado una política basada en la agricultura comunitaria,
la propiedad social y la autodeterminación.
–¿Por qué ha fracasado usted? -.le preguntaron los expertos del Banco
Mundial.
Nyerere respondió:
–El Imperio Británico nos dejó un país con un 85 por ciento
de analfabetos, dos ingenieros y doce médicos. Cuando dejé el
gobierno, teníamos un nueve por ciento de analfabetos y miles de ingenieros
y de médicos. Yo dejé el gobierno hace trece años. Entonces,
nuestro ingreso per cápita era el doble que ahora; y ahora tenemos un
tercio menos de niños en las escuelas y la salud pública y los
servicios sociales están en la ruina. En estos trece años, Tanzania
ha hecho todo lo que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional exigieron
que se hiciera.
Y Julius Nyerere devolvió la pregunta a los expertos del Banco Mundial:
–¿Por qué han fracasado ustedes?
2/Los modelos
Artes de magia de la era
cibernética: Bill Gates, que hasta hace un rato nada tenía y,
por lo tanto, nadie era, se ha convertido, en un parpadeo, en el número
uno del género humano.
También sus clones ofrecen un ejemplo a imitar para los niños
y jóvenes del mundo, aunque sea el Tercer Mundo. En el Uruguay, el modelo
es el joven empresario Fernando Espuelas, creador y propietario de StarNet,
que brilla en la zona latinoamericana de los cielos de Internet.
Los medios locales han difundido, con orgullo patrio, la biografía de
este hombre que prueba que también los uruguayos podemos ser exitosos.
Fernando tenía, desde chiquito, pasta de triunfador. Comenzó su
carrera a los seis años de edad, alquilando sus juguetes a los niños
del barrio, con tarifas por hora o por día. A los diez años, ya
había fundado una empresa de seguros y un banco: aseguraba útiles
escolares contra robos y accidentes y prestaba dinero, a interés, a sus
compañeritos de clase.
3/La mano dura
George Bush, hijo de aquel
Bush que invadió Panamá y casi borró a Irak del mapa, es
el favorito en la carrera por la presidencia del planeta.
Aunque sus discursos hablan de compasión, el prestigio del junior proviene
de su mano dura. Siendo gobernador de Texas, capital mundial de la pena de muerte,
Bush envió al muere, sin pestañear, a cien personas. Más
de uno podrá creer, quién sabe, que ahí está la
solución para el problema de la superpoblación carcelaria. En
Estados Unidos, que viene a ser algo así como la cárcel más
grande del mundo, hay medio millón de prisioneros más que en China,
que tiene una población cuatro veces mayor.
Desde siempre, y también ahora, el candidato republicano se opone a cualquier
control en la venta de armas. Bush es el más fervoroso aliado de Charlton
Heston, que abandonó Hollywood para cumplir el papel principal en la
National Riffle Association, donde defiende el derecho de comprar armas como
si fueran aspirinas. La delincuencia acecha y obliga a disparar primero y preguntar
después.
Las armas de fuego matan trece niños norteamericanos cada día.
La edad de los asesinos, y de sus víctimas, va disminuyendo. Tenían
seis años los protagonistas del caso reciente de mayor resonancia. Al
paso que vamos, pronto los bebés disputarán a tiros el chupete.
4/La guerra
En vísperas de la
guerra contra Yugoslavia, el Departamento de Estado de Estados Unidos informó
que medio millón de albaneses habían sido asesinados por los serbios
en Kosovo, lo que resultaba intolerable para la conciencia humanitaria del mundo.
La guerra era inevitable.
Ya habían comenzado los bombardeos, cuando el secretario de Defensa,
William Cohen, declaró que los albaneses asesinados eran "unos cien mil".
Cuando la guerra terminó, un comunicado oficial de la OTAN redujo la
cifra a diez mil.
Según altas fuentes militares, citadas por la prensa norteamericana en
tiempos más recientes, las víctimas albanesas "sumarían
alrededor de siete mil".
5/Los medios
Albert Einstein fue elegido
el hombre del siglo por poderosos medios de comunicación de varios países.
Las elegías cantadas en su honor olvidaron mencionar un detalle: este
genio de la ciencia era socialista, y tenía una pésima opinión
del sistema capitalista. El olvido había sido proféticamente explicado
por el propio Einstein, en un artículo que publicó, en mayo de
1949, en el primer número de la revista Monthly Review: "En las condiciones
actuales, los capitalistas privados inevitablemente controlan, directa o indirectamente,
las principales fuentes de información (prensa, radio, educación).
Es, por lo tanto, extremadamente difícil, y en la mayoría de los
casos imposible, que el ciudadano llegue a conclusiones objetivas y pueda hacer
un uso inteligente de sus derechos políticos."