"
Foro Social Mundial en Mumbai ( India)" del 16 al 21 de enero del
2004
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20 de febrero del 2004
Los foros de Mumbai
Foro Social Mundial y Mumbai Resistencia 2004
Rémy Herrera
El Foro Social Mundial de Mumbai (Bombay) podría marcar un momento crucial en el desarrollo del movimiento "antiglobalización" o "altermondialista". Por cinco motivos:
· En primer lugar la cantidad y composición de los participantes en el FSM del 16 al 20 de enero de 2004: es muy probable que haya habido más de 150.000 delegados, en este evento multicolor e inquieto, en su mayor parte venidos de India.
· Luego, el tono y el contenido de los discursos: muchos de entre nosotros percibimos una neta radicalización no sólo en las críticas formuladas contra el sistema mundial, sino además en las propuestas de transformaciones, algunas "revolucionarias".
· La conciencia de límites decisivos de este tipo de encuentro: las insuficiencias de los Foros sociales mundiales, múltiples y en algunos casos insuperables, serán en el futuro totalmente evidentes. La discusión debe desembocar en la acción.
· La realización y el relativo éxito popular de Mumbai Resistencia 2004: junto al FSM, y en parte en su contra, fue otra manifestación de movimientos más radicales, insatisfechos con la vía seguida por el "altermondialismo".
· La incertidumbre sobre el porvenir de los Foros sociales mundiales: el refuerzo futuro del movimiento mundial sigue frágil debido a la ausencia de la mayoría de las organizaciones de masas, obreras y campesinos.
La confirmación del desarrollo del movimiento mundial
La primera característica del FSM de Mumbai es el crecimiento de la cantidad y la renovación de la composición de sus participantes.
Hubo 78 000 delegados acreditados desde el comienzo; la marca de 100.000 fue sobrepasada el día siguiente; al final del Foro, la prensa india mencionó una cifra de más de 150.000 participantes. Es más que el último FSM de Porto Alegre (100.000 personas). En los pasillos del Foro incluso mencionaron cálculos de entre 200.000 y 250.000 participantes efectivos... Más allá de la querella de las cifras, el FSM de Mumbai fue un éxito por la masa que supo movilizar. Algunos, en India, ya han relativizado este hecho recordando que igual son pocos en relación con la cantidad de miembros de los sindicatos de trabajadores indios, que son millones.
En Mumbai, la composición del FSM se ha visto sobre todo profundamente modificada: la inmensa mayoría de los delegados eran por cierto indios, o asiáticos - el costo del viaje evidentemente limitó los desplazamientos a los « habitúes » y a los activistas más organizados en sus respectivos países… En esas condiciones, y en términos relativos, los representantes de Europa y de América del Norte fueron, sin duda, más numerosos que los de América Latina (en particular de Brasil), y sobre todo de África (menos de 500 delegados en total, sobre todo surafricanos… ) Además hay que subrayar que, además de las sesiones plenarias, visitadas por un público heterogéneo, la participación en numerosos seminarios - realizados a menudo en inglés, algunas veces en español o en francés - pareció mucho menos "popular" y menos "mezclada" que la multitud de los pasillos y de las salas de exposición del Foro.
No deja de ser, a pesar de todo, que la confluencia del FSM con Asia es fundamental, sobre todo después de la Cumbre del Clima de Johannesburgo donde parecían dibujarse los contornos de una nueva Tricontinental (entre África, Asia y, con el impulso de Cuba, América Latina), tal vez también de una nueva solidaridad Norte-Sur. América Latina constituye actualmente un frente de primerísima importancia en la lucha contra el imperialismo de Estados Unidos. Es el continente en el que los pueblos unen sus esfuerzos por rechazar el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), el proyecto estadounidense de re-colonización de América Latina, cuya entrada en vigor es prevista para 2005. En esa batalla continental por los derechos de los pueblos a la soberanía y al desarrollo, el papel de Brasil será absolutamente decisivo, en particular en circunstancias en las que se expresan cada vez más abiertamente inquietudes sobre las posibilidades reales (y sobre las voluntades profundas) del gobierno Lula de cerrar el paso al neoliberalismo y en particular al ALCA.
Pero no podemos olvidar que una parte de la suerte de los pueblos del mundo, como ser las condiciones futuras de sus luchas por un "mundo diferente", se juega también en Asia. Evidentemente en Irak y en Afganistán, donde el combate contra la invasión militar de EE.UU. es abierto y violento. También en Palestina, donde es permanente el enfrentamiento con una de las excrecencias del imperialismo, el sionismo de extrema derecha (el mismo que se esfuerza escandalosamente por confundir antisionismo y antisemitismo y por reducir la lucha de liberación del pueblo palestino a una manifestación de odio anti-judío). Y también en China y en Vietnam, donde numerosos compañeros siguen resistiendo y realizan la lucha de clases incluso dentro del partido comunista, porque "transición" no rima para ellos con "capitalismo". Y en tantos otros países, como Nepal, o incluso en ciertas regiones de India, donde la vía "electoral" ya no es percibida como un medio eficaz para abatir sistemas semifeudales, sometidos a los dictados de Estados Unidos.
A pesar de los discursos sobre el "milagro" de su crecimiento, Asia sigue siendo un continente ardiente, en resistencia activa. Y Asia, es la cantidad: la población de India (más de mil millones de habitantes desde el año 2000) podría sobrepasar la de China en una o dos décadas; el minúsculo Nepal, encerrado entre los dos océanos humanos de India y China, cuenta con una población que se acerca a la de Venezuela… Los países de Asia representan también, y sobre todo, necesidades sociales gigantescas y urgentes. ¿Qué delegado ha podido evitar las barreras de miserables mendigos, o ha dejado de ver la inmensidad de los barrios de chabolas que hubo que atravesar para ir a Goregaon, en el suburbio norte de Mumbai, donde se realizaba el FSM?
Un proceso en vías de radicalización
Dentro del Foro (único sitio de la ciudad sin mendigos o villas miseria… ), el espectáculo era seductor. Desde la entrada, pancartas que proclamaban las consignas: "¡FMI fuera del Sur!", "¡Alto a la privatización de los servicios públicos!" o "¡Deuda: No debes, no pagues!". Sin interrupción se sucedían las manifestaciones por la defensa de los derechos de los hombres, de las mujeres o de los niños (que desaparecen por decenas de miles cada año en India para alimentar los tráficos de la prostitución, de órganos… ) El 16 de enero por la noche, la ceremonia de apertura - precedida por un eslogan lanzado por el micrófono, evidentemente no previsto por loa organizadores: "¡Socialismo, viva, viva!" - vio cantar lado a lado a grupos de rock paquistaníes o de música tradicional india, provocando el júbilo del joven público. La bandera de Brasil ondeaba apaciblemente al viento.
Pero el FSM también reservaba sorpresas - no todas felices. Al lado de los movimientos locales que llegaron con muy pocos recursos, habían hecho el viaje numerosas organizaciones no-gubernamentales occidentales, asociaciones humanitarias y / o religiosas, obras de beneficencia… , equipadas y visiblemente acaudaladas. Grupos folclóricos, con flamantes trajes nuevos, rodeados de camarógrafos y fotógrafos, habían sido generosamente financiados para animar los pasillos, hundiendo al militante en un ambiente típicamente "turístico" - y en la nostalgia de los años 70 en el recuerdo de sus locas andadas por Katmandú. No llevemos la indecencia hasta preguntar quién financió la presencia masiva, por ejemplo, de monjes tibetanos o de refugiados de Bhután, pero después de todo… También habría que incluir eslóganes como "¡Sé moralista, sé 'proutista'!", "¡Haz lo tuyo, hace la diferencia!" o "Por una sociedad compasiva, por la paz y la armonía, por meditación y salud!"… así como algunas eminentes personalidades del sistema mundial, entre ellos numerosos representantes de las organizaciones internacionales, que los dirigentes del FSM habían decidido invitar… Dejémoslo… porque el Foro no fue eso… Como en Porto Alegre, reunió, sobre todo en la Asamblea General de los movimientos sociales, una gran cantidad de militantes y de progresistas, actuando en contextos muy diferentes, apuntando a objetivos también muy diferentes, pero a menudo convergentes. En estos tiempos de imperialismo neoliberal y guerrero, los estragos sociales y los sufrimientos impuestos a los pueblos por el sistema del capitalismo mundial bajo la hegemonía estadounidense, se unen, más allá de las diferencias y de las especificidades. Es lo que dijeron delegados que llevaban la voz de los campesinos sin tierra, de India, de Zimbabue o de Brasil, todos empobrecidos y confrontados a extremas dificultades desde casi dos decenios. Es también lo que dijeron los delegados que relataron la manera como sus elites locales, aliadas con la finanza global, han continuado enriqueciéndose a pesar de las crisis financieras por las que han pasado en Corea del Sur, en Rusia o en Argentina. La miseria tiene la misma cara, y las mismas causas, en los suburbios de Yakarta, de El Cairo o de Lagos, en el Bihár indio, el Sahel burbinabé o en el altiplano boliviano… Sin pretender extraer alguna síntesis de las múltiples intervenciones del Foro - es imposible sin el sesgo de la observación -, hay que reconocer que numerosos discursos convergen actualmente sobre dos ejes mayores, expresados por una radicalidad cada vez más definida: el anti-imperialismo y el anti-capitalismo.
Las declaraciones no fueron a menudo solamente críticas del sistema, sino verdaderamente constructivas, y orientadas hacia la ofensiva. No se trata sólo de oponerse a la guerra, sino de combatir el imperialismo, y ante todo el imperialismo estadounidense, que se militariza cada vez más, que agrede y amenaza a los pueblos. El objetivo señalado por buena parte de los delegados ya no es que se dote a la globalización de un "visaje humano", como hace algunos años, ni siquiera oponerse al neoliberalismo dejando intactas las estructuras sociales del capitalismo, sino proponer directamente transformaciones radicales del orden económico a niveles nacionales e internacionales.
Y se pudo escuchar voces proclamando que lo que Estados Unidos aportan al mundo, ya no es el libre mercado, la democracia y la paz, sino la explotación capitalista más brutal, el saqueo salvaje del planeta y la guerra total contra los pueblos. O que las empresas nacionalizadas pueden ser mejores que el sector privado, respondiendo eficazmente a las necesidades sociales y aplicando criterios sociales de gestión y de eficiencia ( y no puramente financieros). O que el empobrecimiento de los Estados- nación es un fenómeno reversible, que las sociedades civiles deben reconstruirse en el marco de organizaciones de masas poderosas y democráticas, que la voluntad de los pueblos debe imponerse a los Estados contra las burguesías compradoras… O incluso que, en ciertos casos, el recurso a la violencia es legítimo. Por ejemplo, cuando un pueblo es atacado directamente por el imperialismo, en Irak u otros sitios… La inflexión radical de los discursos se hizo muy perceptible en el plano semántico: la globalización se llama imperialismo.
Los límites de los Foros sociales
Es decir que para muchos de los participantes en el FSM de Mumbai, (¿la mayoría?), los límites de estas manifestaciones han quedado perfectamente claros. Dos límites, por lo menos, pueden ser identificados.
¿Para qué sirven exactamente los Foros sociales (mundiales, regionales o nacionales), en circunstancias de que no se adopta una resolución final, por preocupación (o por pretexto) de no dividir el movimiento y preservar su unidad, y que no se decide y pone en acción ningún programa de lucha? Estos Foros han sido, y siguen siendo, indudablemente necesarios para reunir a los progresistas del norte y del sur, conocer las complejas realidades del mundo contemporáneo, combatir la propaganda y la manipulación de las conciencias por los grandes medios, confrontar las experiencias y los puntos de referencia teóricos y culturales, discutir problemas específicos o comunes, conducir simplemente a que se tome conciencia de que la protesta es posible, tal vez incluso servir como "centros de formación" de militantes.
De acuerdo. Pero, salvo si se cree, de manera utópica, que el fracaso de la OMC en Cancún se debió sobre todo a la movilización del movimiento altermondialista, la realidad es que estos Foros no han resultado hasta ahora en ningún progreso significativo. Si la acción sin discusión puede resultar peligrosa, la discusión sin acción, sin articulación sobre luchas populares, concretas y organizadas, las únicas susceptibles de llevar a progresos para los pueblos, también lo es: arriesga incluso de desviar de la acción.
¿De qué mecanismos internos dispone el FSM para asegurar en su seno el respeto de un mínimo de democracia en la toma y aplicación de decisiones? Los organizadores se han dotado por cierto de una estructura "horizontal", queriéndose "no- jerárquicos", con un Consejo internacional que completa el Comité organizador, compuesto de más de un centenar de organizaciones (con recursos harto desiguales)... ¿Pero quién podría responder quién exactamente toma las decisiones más decisivas: por ejemplo las que excluyen del Foro a ciertas organizaciones? ¿Cuál es la representatividad de las potencias que invitan al Foro, y especialmente de las ONGs que participan, respecto a las organizaciones de masas, y cómo ver el desarrollo del movimiento altermondialista sin asociar estrechamente a los trabajadores? Sectores enteros de sociedades civiles, y en primer lugar del mundo del trabajo, los grandes sindicatos obreros y campesinos, los partidos políticos de izquierda..., no se han integrado todavía a esta dinámica, sea porque se niegan por diferentes motivos, sea porque son pura y simplemente excluidos. Las retóricas del "apoliticismo", tan a la moda, y del "antidogmatismo", por cierto bienvenido, separan y privan en la actualidad al movimiento de las fuerzas movilizadoras, motrices, las únicas susceptibles de obtener verdaderos adelantos. Y son numerosos aquellos para los que las tergiversaciones y escrúpulos sentidos ante la exigencia de tomar partido político deberían manifestarse con la misma espontaneidad a propósito del financiamiento del FSM (polémicas sobre los fondos "públicos" recibidos en el Foro social europeo de Saint-Denis o de la Ford Foundation en Mumbai) o por la grosera manipulación de ONGs (a veces "caballos de Troya" del Banco Mundial). Si la base social de los FSM parece más bien corresponder a las clases medias empobrecidas por el neoliberalismo, y si esta base se radicaliza actualmente - y creemos que es el caso -, la tarea prioritaria que se posa es la de una alianza de clases, para una acción común, entre esas clases medias y las clases populares. Son los pueblos víctimas del sistema los que hacen, y no dejarán de hacer todavía, la historia. Nadie fuera de ellos. Esos límites, que parecen insuperables en la situación actual, esas pesadas críticas dirigidas al FSM, no alteran en nada el hecho de que constituye el sitio de convergencia privilegiada de muchísimos progresistas, para ciertos revolucionarios, que prefieren mantener una actitud positiva al respecto, y de acompañar, del interior o del exterior, su desarrollo. Es tanto más importante que las tendencias radicales se consoliden y puedan incluso llegar a ser mayoritarias. Los revolucionarios pueden y deben quedarse en la medida en que pueden todavía aumentar su influencia, presentando sus argumentos y atrayendo a un público muy receptivo a las ideas de transformaciones profundas del sistema mundial, proponiendo proyectos sociales auténticamente progresistas y democráticos,.
La alternativa Mumbai Resistencia 2004
A pocas decenas de metros del FSM se realizó un encuentro alternativo, Mumbai Resistencia 2004, muy poco publicitado - hasta el punto que la mayoría de los delegados del FSM ni siquiera fueron, a falta de informaciones. La línea política del MR2004 estaba a la vez dirigida "contra la globalización imperialista y la guerra" y contra la desviación socialdemócrata y reformista del FSM.
Para sus iniciadores, que reunían a movimientos revolucionarios comunistas, sobre todo (pero no sólo) asiáticos, a menudo de tendencia maoísta, no se trata tanto de denunciar in abstracto al imperialismo, sino dar un apoyo real a las acciones de resistencia orientadas en su contra. Esto ocurre por la necesidad inmediata de derrotar al imperialismo (« smash imperialism! ») y por el apoyo a los pueblos iraquí y afgano en sus combates contra los ejércitos de ocupación estadounidenses, (¡Fuera de Irak!", tal como se decía otrora "¡Fuera de India!"). Para ellos tampoco se trata sólo de criticar el capitalismo o de repetir que "otro mundo es posible", sino de afirmar que "otro mundo no es posible sin socialismo". Lo que pasa por la expresión de una solidaridad total con los partidos políticos, incluyendo a los que recurren a la lucha armada, considerando que la única vía de emancipación social y nacional es más que nunca la del socialismo.
La oposición a las orientaciones adoptadas por el FSM se había manifestado ya en Brasil. Más recientemente, durante el Foro social asiático de Hyderabad, se inició un Foro contra la globalización imperialista (FAIG, por sus siglas en inglés) que reunió, según sus organizadores, cerca de 10.000 personas. Se ha dicho que en Mumbai Resistencia 2004 habrían participado apenas unos 2.000 delegados. Todos los presentes en las sesiones plenarias pudieron constatar, sin embargo, que asistieron mucho más que 2.000 personas. Una multitud compacta, organizada, muy politizada, india en su inmensa mayoría: comunistas, "de tez morena" y evidentemente pobres; en una palabra, un auditorio que contrastaba singularmente con el del FSM. Había compañeros filipinos, activos.
Para la mayor parte de los occidentales presentes, Mumbai Resistencia 2004 fue incluso la primera ocasión de encontrar a presentantes de las guerrillas asiáticas... Y para algunos de saber que al otro extremo de Maharastra -¡cuya capital es Mumbai! - hay campesinos que han tomado las armas en Dandakaranya (Naxalbari) y que ejercen su control sobre un territorio que desborda a varios Estados: Maharastra, Madhya Pradesh, Orissa, Karnataka… O que en Nepal, una buena parte del país ha sido liberada por la "guerra del pueblo" que conduce el Partido comunista nepalés (maoísta), contra un régimen semifeudal "democratizado" que negocia actualmente para beneficiarse de la ayuda militar estadounidenses en su lucha contra el "terrorismo".
Porque las fotos de la guerrilla nepalesa se parecen a esas, antiguas, de la Sierra Maestro, o, actuales, de las FARC-EP... Hombres y mujeres luchan también con las armas en la mano, en el fondo de Asia, contra oligarquías sin piedad... Ante la pregunta de un joven compañero, que trataba de comprender por qué incluso los occidentales más progresistas, ayer fervientes admiradores de las luchas de liberación argelina o vietnamita, se muestran hoy tan reticentes en el apoyo a los pueblos en armas, que combaten por un mundo simplemente humano". Confieso, queridos amigos, que no supe qué responder...
En Mumbai Resistencia 2004, los discursos fueron claros y cortantes. Contra la ficción de la democracia burguesa: "Los extranjeros nos dicen que India es una democracia, pero ¿de qué democracia nos hablan?" . Contra las castas: "Se nos dice que la sociedad está dividida en cuatro castas, jerarquizadas, los intocables reducidos a una condición infrahumana. ¡Nosotros, nosotros hablamos de lucha de clases!" Contra las alianzas de clases dominantes: "Como delegado de Bangladesh, agradezco al pueblo indio su ayuda en nuestra lucha por la independencia, pero no olvidamos que la concepción de la 'solidaridad' de nuestras clases dirigentes, subimperialistas y antipopulares, no es la nuestra". Discursos y cantos revolucionarios, la Internacional cantada (evidentemente en hindi) con el puño en alto: "¡Imperialismo yanqui, abajo, abajo!" "¡Socialismo, arriba, arriba!... y después, tarde por la noche, en la cantina, carpas que se convierten en inmensos dormitorios para las familias, humildes y solidarias, venidas de toda India... Fue eso, también, Mumbai Resistencia 2004.
El futuro del FSM
En 2005, con la experiencia india, el FSM volverá a Porto Alegre, donde nació. Las empresas brasileñas aplauden ya ese retorno: el FSM es también para ellas un negocio considerable... Sin embargo, la incertidumbre planea sobre el lugar y la realización del encuentro siguiente. Podría ser, en efecto, que el FSM 2006 no tuviera lugar, incluso cuando que los africanos manifiestan, con justa razón, su deseo de asociar su continente al movimiento mundial, acogiendo el Foro. Hay delegados que apoyan ya la candidatura de Suráfrica, que hace poco todavía parecía estar en buena posición. Militantes marroquíes - cuyo gobierno acaba de infligir a su pueblo la vergüenza de ceder a las presiones estadounidenses al abstenerse del voto en Naciones Unidas contra el bloqueo impuesto a Cuba - y egipcios - cuyo gobierno es uno de los pilares del orden estadounidense en el mundo árabe - también han expresado su interés.
En todo caso, con o sin Foro social mundial, el mundo debe cambiar. Y no cambiará si no es por la voluntad y la acción de los pueblos, aplastados por la miseria, cuando no lo hacen las bombas. Para muchos, la idea de revolución, de revolución socialista, se ha vuelto a convertir en una exigencia. Porque las causas que han provocado las revoluciones del pasado, las que antes de surgir parecían imposibilidades totales, no han desaparecido. Porque los estragos planetarios de la explotación y del sistema mundial capitalistas, el "fascismo sonriente" del imperialismo actual, el apartheid mundial, la negativa de las clases dominantes a escuchar las voces y las aspiraciones al progreso y a la democracia de los pueblos del mundo se han hecho inaceptables.
El objetivo prioritario para todos los progresistas es ahora hacer converger sus energías hacia las luchas anticapitalista y antiimperialista. Y tanto mejor si en Mumbai Resistencia 2004, Marx seguía siendo la referencia inevitable, Lenin y Mao, los grandes liberadores de los pueblos, y las revoluciones rusa y china los modelos a seguir.
« Enough is enough! » (¡Estamos hartos!) como dicen en India y en casi todas partes.
Enero de 2004