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" Foro Social Mundial en Mumbai ( India)" del 16 al 21 de enero del 2004

26 de enero del 2004

Movimiento por la Justicia Global

Un arma que necesita ser afilada
Arundhati Roy
Masiosare
Las marchas, aunque sean en todo el mundo y en ellas participen millones de personas, no bastan. La escritora india Arundhati Roy, una de las voces m�s reconocidas del llamado Movimiento por una Justicia Global, alerta sobre el riesgo de que ese movimiento se convierta en un "teatro pol�tico" y en "un activo para nuestros enemigos". Para ella, es preciso afilar y reimaginar el "arma preciosa" de la resistencia mundial. "Necesitamos enfocarnos en blancos reales, librar batallas reales e infligir un da�o real". En otras palabras, realizar acciones que afecten de verdad los intereses del poder econ�mico y pol�tico global. Porque al se�or George W. Bush, las marchas domingueras le tienen sin cuidado

MUMBAI.- El pasado enero, miles de nosotros, de todo el mundo, nos reunimos en Porto Alegre, en Brasil, y declaramos -reiteramos- que "Otro Mundo es Posible". A unos miles de kil�metros al norte, en Washington, George W. Bush y sus asesores pensaban lo mismo.

Nuestro proyecto era el Foro Social Mundial. El suyo, continuar lo que muchos llaman El Proyecto por un Nuevo Siglo Estadunidense.

En las grandes ciudades de Europa y Estados Unidos, donde hace unos a�os estas cosas s�lo podr�an haber sido pronunciadas en voz baja, ahora la gente habla abiertamente sobre el lado bueno del Imperialismo y la necesidad de un Imperio fuerte que patrulle un mundo ind�cil. Los nuevos misioneros quieren orden a costa de justicia. Disciplina a costa de la dignidad. Y superioridad a cualquier precio. Ocasionalmente invitan a algunos de nosotros a "debatir" el asunto en plataformas "neutrales" provistas por los medios corporativos. Debatir el Imperialismo es un poco como debatir los pros y contras de la violaci�n. �Qu� podemos decir? �Que realmente la extra�amos? En cualquier caso, el Nuevo Imperialismo ya est� aqu�. Es una versi�n remodelada, aerodin�mica, de lo que alguna vez conocimos. Por primera vez en la historia, un solo Imperio, con un arsenal de armas que podr�a arrasar con el mundo en una tarde, tiene una absoluta hegemon�a unipolar econ�mica y militar. Usa diferentes armas para abrir a la fuerza diferentes mercados. No existe pa�s en la tierra de Dios que no est� en la mira del misil crucero estadunidense y la chequera del FMI. Argentina era el modelo a seguir si quieres ser el chico predilecto del capitalismo neoliberal; Irak, si quieres ser la oveja negra.

Los pa�ses pobres que son de valor estrat�gico geopol�tico para el Imperio, o que tienen un "mercado", de cualquier tama�o, o infraestructura que puede ser privatizada, o, ni lo quiera Dios, recursos naturales de valor -petr�leo, oro, diamantes, cobalto, carb�n- deben hacer lo que se les diga o se convertir�n en blancos militares. Aquellos con las mayores reservas de riqueza natural son los que m�s est�n en riesgo. A menos de que voluntariamente entreguen sus recursos a la m�quina corporativa, la agitaci�n civil ser� fomentada, o habr� guerra. En esta nueva era del Imperio, en la que nada es lo que aparenta ser, se permite que los ejecutivos de empresas interesadas influyan en las decisiones de la pol�tica exterior. El Center for Public Integrity, en Washington, encontr� que nueve de los 30 miembros de la Junta de Pol�tica de Defensa del gobierno estadunidense estaban relacionados con compa��as a las que se dieron contratos de defensa por 76 mil millones de d�lares entre 2001 y 2002. George Schultz, ex secretario de Estado estadunidense, fue presidente del Comit� para la Liberaci�n de Irak. Tambi�n forma parte de la junta de directores de Bechtel Group. Cuando se le pregunt� si exist�a un conflicto de intereses, en el caso de una guerra en Irak, dijo: "No s� si Bechtel se beneficiar�a en particular de una [guerra]. Pero si hay trabajo que hacer, Bechtel es el tipo de compa��a que podr�a hacerlo. Pero nadie lo ve como algo de lo cual uno se beneficia". Tras la guerra, Bechtel firm� un contrato por 680 millones de d�lares para la reconstrucci�n en Irak.

El Nuevo Racismo

Este esquema brutal ha sido usado una y otra vez en Am�rica Latina, Africa, Asia Central y Sudeste. Ha costado millones de vidas. Sobra decir que cada guerra emprendida por el Imperio se convierte en una Guerra Justa. Esto, en gran medida, se debe al papel que han jugado los medios corporativos. Es importante entender que los medios corporativos no s�lo apoyan el proyecto neoliberal. Son el proyecto neoliberal. No se trata de una posici�n moral que escogieron asumir, es estructural. Es intr�nseco a los intereses econ�micos de los medios masivos.

La mayor�a de las naciones tiene secretos familiares adecuadamente atroces. As� que los medios no necesitan mentir a menudo. El punto est� en qu� se enfatiza y qu� se ignora. Digamos, por ejemplo, que escogen a la India como blanco de una guerra justa. El hecho de que unas 80 mil personas han sido asesinadas en Cachemira desde 1989, la mayor�a de ellas musulmanas, la mayor�a a manos de las Fuerzas de Seguridad Indias; el hecho de que en febrero y marzo de 2002 m�s de 2 mil musulmanes fueron asesinados en las calles de Gujarat, las mujeres sufrieron violaciones tumultuarias, quemaron a ni�os vivos y 150 mil personas fueron sacadas de sus hogares mientras la polic�a y la administraci�n miraban, y a veces participaban activamente; el hecho de que nadie ha sido castigado por estos cr�menes y que el gobierno que los supervis� fue relegido... todo esto dar�a titulares perfectos en los peri�dicos internacionales en el pre�mbulo de la guerra.

Lo siguiente que sabr�amos es que los misiles Crucero apuntar�n hacia nuestras ciudades, nuestros pueblos ser�n cercados con alambre concertina, los soldados estadunidenses patrullar�n nuestras calles, y Narendra Modi, Pravin Togadia o cualquiera de nuestros populares fan�ticos intolerantes estar�n, como Saddam Hussein, bajo custodia estadunidense, revis�ndoles el cabello en busca de piojos y las amalgamas de sus dientes ser�n examinadas en horario triple A.

Pero mientras nuestros "mercados" est�n abiertos, mientras a corporaciones como Enron, Bechtel, Halliburton, Arthur Andersen se les d� manga ancha, nuestros l�deres "elegidos democr�ticamente" pueden, sin temor alguno, borrar las l�neas divisorias entre la democracia, el mayoritarismo y el fascismo.

La cobarde disposici�n de nuestro gobierno de abandonar la orgullosa tradici�n de India de ser No Alineado, su prisa por ser el primero en la fila de los Completamente Alineados (la frase de moda es "aliado natural" -la India, Israel y Estados Unidos son "aliados naturales") le ha dado el espacio para convertirse en un r�gimen represor sin comprometer su legitimidad.

Las v�ctimas de un gobierno no s�lo son aquellos a quienes mata y aprisiona. Aquellos que son desplazados y despose�dos y sentenciados a una vida de inanici�n y privaciones deben ser incluidos entre las v�ctimas. Millones de personas han sido despose�das por proyectos de "desarrollo". En los pasados 55 a�os, s�lo las Grandes Presas han desplazado entre 33 y 55 millones de personas en la India. No tienen acceso a la justicia.

En los �ltimos dos a�os ha habido una serie de incidentes donde la polic�a ha abierto fuego sobre manifestantes pac�ficos, la mayor�a adivasi y dalit. Cuando se trata de los pobres, y en particular de las comunidades dalit y adivasi, los matan por invadir tierras forestales, y los matan cuando tratan de defender las tierras forestales de invasiones -de presas, minas, plantas sider�rgicas y otros proyectos de "desarrollo". En casi todas las ocasiones en las que la polic�a abri� fuego, la estrategia gubernamental ha sido decir que el tiroteo fue provocado por un acto de violencia. Aquellos contra los que abrieron fuego inmediatamente son llamados militantes.

En todo el pa�s, miles de personas inocentes, incluso menores de edad, han sido arrestados bajo la POTA (Ley de Prevenci�n del Terrorismo) y se les mantiene en la c�rcel indefinidamente y sin juicio. En la era de la Guerra contra el Terror, la pobreza es astutamente mezclada con el terrorismo. En la era de la globalizaci�n empresarial, la pobreza es un crimen. Protestar contra un mayor empobrecimiento es terrorismo. Y ahora, nuestra Corte Suprema dice que irse a huelga es un crimen. Criticar a la Corte es, claro, un crimen tambi�n. Est�n sellando las salidas.

Como en el viejo Imperialismo, el �xito del Nuevo Imperialismo tambi�n depende de una red de agentes -elites locales corruptas que sirven al Imperio. Todos conocemos la s�rdida historia de Enron en la India. El entonces gobierno Maharashtra firm� un acuerdo de adquisici�n de energ�a que le dio a Enron ganancias que ascendieron a 60% de todo el presupuesto de desarrollo rural de la India. �Se le garantiz� a una sola compa��a estadunidense una ganancia equivalente a los fondos para el desarrollo de infraestructura para unas 500 millones de personas!

A diferencia de tiempos pasados, el Nuevo Imperialismo no necesita caminar penosamente por el tr�pico arriesg�ndose a contraer malaria o diarrea o una muerte temprana. El Nuevo Imperialismo puede ser conducido a trav�s del correo electr�nico. El vulgar racismo del Viejo Imperialismo, que se aplicaba abiertamente, ya pas� de moda. La piedra angular del Nuevo Imperialismo es el Nuevo Racismo.

Perdonar al pavo

En Estados Unidos, la tradici�n de "otorgar el perd�n al pavo" es una maravillosa alegor�a del Nuevo Racismo. Todos los a�os, desde 1947, la Federaci�n Nacional del Pavo le entrega al presidente estadunidense un pavo para "la Acci�n de Gracias". Cada a�o, en un show de ceremonial magnanimidad, el presidente le perdona la vida a ese p�jaro (y se come otro). Tras recibir el perd�n presidencial, el Elegido es enviado a Frying Pan Park, en Virginia, para acabar de vivir su vida natural. El resto de los 50 millones de pavos que se criaron para la Acci�n de Gracias son sacrificados y comidos el D�a de Acci�n de Gracias. ConAgra Foods, la compa��a que gan� el contrato del Pavo Presidencial, dice que entrena a los suertudos p�jaros para que sean sociables, para que convivan con los dignatarios, los ni�os escolares y la prensa. (�Pronto hasta hablar�n ingl�s!)

As� funciona el Nuevo Racismo en la era empresarial. A unos pocos pavos cuidadosamente criados -las elites locales de varios pa�ses, una comunidad de adinerados inmigrantes, banqueros de inversi�n, uno que otro Colin Powell o Condoleezza Rice, algunos cantantes, algunos escritores (como yo)- se les da la absoluci�n y un pase a Frying Pan Park. Los millones restantes pierden el empleo, son desalojados de sus hogares, les cortan sus conexiones de electricidad y agua, y mueren de sida. B�sicamente, son para la cazuela. Pero las Afortunadas Aves en Frying Pan Park la pasan bien. Algunas de ellas hasta trabajan para el FMI y la OMC - as� que, �qui�n puede acusar a estas organizaciones de estar en contra de los pavos? Algunos son miembros de la Junta de la Comisi�n que Elige los Pavos -as� que, �qui�n puede decir que los pavos est�n en contra del D�a de Acci�n de Gracias? �Participan en �l! �Qui�n puede decir que los pobres est�n en contra de la globalizaci�n empresarial? Hay una estampida por entrar a Frying Pan Park. �Y qu� si la mayor�a muere en el camino?

El Nuevo Genocidio

Parte del proyecto del Nuevo Racismo es el Nuevo Genocidio. En esta nueva era de interdependencia econ�mica, el Nuevo Genocidio puede ser facilitado a trav�s de sanciones econ�micas. Lo cual significa crear las condiciones que lleven a una muerte masiva sin tener que, efectivamente, salir a matar gente. Denis Halliday, el coordinador humanitario de la ONU en Irak entre 1997 y 1998 (despu�s, disgustado, renunci�), us� el t�rmino genocidio para describir las sanciones en Irak. En Irak, las sanciones rebasaron los mejores esfuerzos de Saddam Hussein y cobraron la vida de m�s de medio mill�n de ni�os.

En la nueva era, el Apartheid, como pol�tica formal, es anticuado e innecesario. Los instrumentos comerciales y financieros internacionales supervisan un complejo sistema de leyes comerciales multilaterales y acuerdos financieros que mantienen a los pobres en sus bantustanes [enormes guetos]. Su prop�sito es institucionalizar la inequidad. �Por qu� otra raz�n habr�a Estados Unidos de tasar una prenda hecha por un manufacturero de Bangladesh 20 veces m�s que lo que tasa una prenda hecha en Gran Breta�a? �Por qu� m�s ser�a que los pa�ses que cultivan 90% del cacao s�lo producen 5% del chocolate en el mundo? �Por qu� m�s ser�a que los pa�ses que cultivan el cacao, como Costa de Marfil y Ghana, son expulsados del mercado a trav�s de impuestos si intentan convertirlo en chocolate? �Por qu� m�s ser�a que los pa�ses ricos, que gastan m�s de mil millones de d�lares al d�a en subsidios a los agricultores, demandan que los pa�ses pobres, como la India, retiren todos los subsidios agr�colas, incluyendo la electricidad subsidiada? �Por qu� m�s ser�a que despu�s de ser saqueados por los reg�menes colonizadores durante m�s de medio siglo, las ex colonias est�n hasta el cuello en deudas contra�das con esos mismos reg�menes, y les pagan unos 382 mil millones de d�lares al a�o?

Por todas estas razones, el descarrilamiento de los acuerdos comerciales en Canc�n fue tan crucial para nosotros. Aunque nuestros gobiernos intentan atribuirse el �xito, sabemos que fue el resultado de a�os de lucha de muchos millones de personas en muchos, muchos pa�ses. Lo que Canc�n nos ense�� es que para poder infligir da�o real y forzar un cambio radical, es vital que los movimientos de resistencia locales hagan alianzas internacionales. De Canc�n aprendimos la importancia de globalizar la resistencia.

Cuando los h�roes se hacen chiquitos

Ninguna naci�n individualmente puede enfrentarse sola al proyecto de Globalizaci�n Empresarial. Una y otra vez hemos visto que cuando se trata del proyecto neoliberal, los h�roes de nuestro tiempo de pronto se hacen chiquitos. Cuando los extraordinarios y carism�ticos hombres, gigantes de la Oposici�n, toman el poder y se convierten en Cabezas del Estado, se vuelven impotentes en el escenario global. Estoy pensando en el presidente Lula de Brasil. Lula fue el h�roe del Foro Social Mundial el a�o pasado. Este a�o, est� atareado poniendo en pr�ctica los lineamientos del FMI, reduciendo los beneficios de jubilaci�n y purgando a los radicales del Partido de los Trabajadores. Tambi�n pienso en el ex presidente de Sud�frica, Nelson Mandela. A los dos a�os de su toma de posesi�n (1994), su gobierno se arrodill�, sin que mediara advertencia, ante el Dios del Mercado. Instituy� un programa de privatizaci�n y ajuste estructural que ha dejado a millones de personas sin hogar, sin trabajo y sin agua y electricidad.

�Por qu� sucede esto? No tiene caso golpearnos el pecho y sentirnos traicionados. Lula y Mandela son, a todas luces, hombres magn�ficos. Pero en el momento en que cruzan el umbral entre Oposici�n y Gobierno, se vuelven rehenes de un espectro de amenazas -la m�s mal�vola es la amenaza de la fuga de capitales, que puede destruir a cualquier gobierno de la noche a la ma�ana. Imaginar que el carisma de un l�der y un curr�culum de lucha har�n mella al Cartel Empresarial es no tener la m�s m�nima compresi�n de c�mo funciona el Capitalismo, o, si a esas vamos, de c�mo funciona el poder. Un cambio radical no puede ser negociado por los gobiernos; s�lo puede ser realizado por el pueblo.

Maravilloso, pero insuficiente

En el Foro Social Mundial, algunas de las mejores mentes del mundo se juntan para intercambiar ideas sobre lo que pasa a nuestro alrededor. Estas conversaciones afinan nuestra visi�n del tipo de mundo por el cual estamos luchando. Es un proceso vital que no debe ser socavado. Sin embargo, si todas nuestras energ�as son desviadas hacia este proceso a costa de una acci�n pol�tica real, entonces el FSM, que ha jugado un papel tan crucial en el Movimiento por una Justicia Global, corre el riesgo de convertirse en un activo para nuestros enemigos. Necesitamos urgentemente discutir las estrategias de resistencia. Necesitamos enfocarnos en blancos reales, librar batallas reales e infligir un da�o real. La Marcha de la Sal de Gandhi no s�lo fue teatro pol�tico. Cuando, en un simple acto de desaf�o, miles de indios marcharon hacia el mar e hicieron su propia sal, rompieron las leyes de impuestos sobre la sal. Fue un golpe directo al sost�n econ�mico del Imperio Brit�nico. Fue real. Si bien nuestro movimiento ha ganado algunas victorias importantes, no debemos permitir que la resistencia no violenta se atrofie y se convierta en un teatro pol�tico inefectivo, de buenas intenciones. Es un arma preciosa que constantemente necesita ser afilada y reimaginada. No podemos permitir que se vuelva mero espect�culo; una oportunidad de foto para los medios.

Fue maravilloso que el 15 de febrero del a�o pasado, en una espectacular demostraci�n de moralidad p�blica, 10 millones de personas en cinco continentes marcharan contra la guerra en Irak. Fue maravilloso, pero no fue suficiente. El 15 de febrero cay� en fin de semana. Nadie tuvo que perder un d�a del trabajo. Las protestas de vacaciones no paran las guerras. George Bush lo sabe. La confianza con la que desair� la arrolladora opini�n p�blica deber�a de ser una lecci�n para todos nosotros. Bush cree que Irak puede ser ocupado y colonizado -como se hizo con Afganist�n, como se hizo en Tibet, como se hace en Chechenia, como antes se hizo en Timor del Este, como a�n se hace en Palestina. Piensa que lo �nico que tiene que hacer es mantenerse agachado y esperar a que los medios, obsesionados con las crisis, habi�ndose comido esta crisis hasta el hueso, la tiren y contin�en su camino. Pronto, el cad�ver cae en la lista de popularidad de los best-sellers, y todos nosotros, los indignados, perderemos inter�s. O eso esperan que suceda.

Este movimiento nuestro necesita una gran victoria global. No es suficiente tener la raz�n. A veces, aunque sea s�lo para probar nuestra determinaci�n, es importante ganar algo. Para ganar algo necesitamos estar de acuerdo en algo. Ese algo no necesita ser una predestinada ideolog�a suprema en la cual hagamos que quepan a la fuerza nuestros seres encantadoramente facciosos y argumentativos. No necesita ser una lealtad incondicional a una u otra forma de resistencia que excluya todo lo dem�s. Podr�a ser una agenda m�nima.

Si todos nosotros efectivamente estamos en contra del Imperialismo y en contra del neoliberalismo, entonces volteemos la mirada hacia Irak. Irak es la inevitable culminaci�n de ambos. Bastantes activistas contra la guerra han retrocedido confundidos desde la captura de Saddam Hussein. �No est� mejor el mundo sin Saddam Hussein?, preguntan con timidez.

De una vez por todas, miremos esta cosa a los ojos. Aplaudir la captura de Saddam Hussein y, por lo tanto, justificar la ocupaci�n de Irak, es como deificar a Jack El Destripador por destripar al Estrangulador de Boston. Y eso, despu�s de un cuarto de siglo de ser socios, tiempo durante el cual Destripar y Estrangular era una empresa com�n. Se trata de un altercado en casa. Son compa�eros de negocios que disputaron por un negocio sucio. Jack es el ejecutivo en jefe.

As� que si estamos en contra del Imperialismo, �estaremos de acuerdo en que estamos en contra de la ocupaci�n iraqu� y que creemos que Estados Unidos debe retirarse de Irak y pagar indemnizaciones al pueblo iraqu� por el da�o ocasionado por la guerra?

�C�mo comenzamos a armar nuestra resistencia? Comencemos con algo realmente peque�o. El asunto no es apoyar la resistencia en Irak contra la ocupaci�n o discutir exactamente qui�n constituye la resistencia. (�Son viejos baatistas Asesinos, son fundamentalistas isl�micos?)

Tenemos que convertirnos en la resistencia global a la ocupaci�n. Nuestra resistencia debe comenzar por rehusarnos a aceptar la legitimidad de la ocupaci�n estadunidense de Irak. Lo cual significa actuar para hacer que sea materialmente imposible que el Imperio logre sus metas. Significa que los soldados se deber�an de rehusar a pelear, la reserva se deber�a de rehusar a servir, los trabajadores se deber�an de rehusar a cargar los barcos y aviones con armas. Definitivamente significa que en pa�ses como la India y Pakist�n debemos bloquear los planes del gobierno estadunidense de enviar soldados indios y paquistan�es a Irak a limpiar tras ellos.

Sugiero que escojamos, de alguna manera, dos de las principales empresas que est�n lucrando con la destrucci�n de Irak. Luego podr�amos enumerar todos los proyectos en los cuales est�n involucrados. Podr�amos localizar sus oficinas en todas las ciudades y todos los pa�ses en todo el mundo. Podr�amos ir tras ellos. Podr�amos hacer que cierren sus oficinas. Se trata de juntar nuestra sabidur�a colectiva y experiencia de luchas pasadas y aplicarlas hacia un solo blanco. Se trata de desear el triunfo.

El Proyecto del Nuevo Siglo Estadunidense busca perpetuar la injusticia y establecer la hegemon�a estadunidense al precio que sea, aunque sea apocal�ptico. El Foro Social Mundial demanda justicia y supervivencia.

Por estas razones, debemos de considerarnos en guerra.

(Traducci�n: Tania Molina Ram�rez. Se publica con la autorizaci�n de la escritora)

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