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EVA PERON Y EL PUEBLO :
DIALOGO DEL RENUNCIAMIENTO 22 DE AGOSTO DE 1951
-Con Evita, con Evita, con Evita ...
"Es el pueblo, son las mujeres, los niños los ancianos, los trabajadores que están presentes, porque han tomado el porvenir en sus manos y saben que la justicia y la libertad las impondrán únicamente teniendo al General Perón dirigiendo a la Nación. Ellos saben bien que antes del General Perón vivían en la esclavitud y por sobre todas las cosas habían perdido las esperanzas de un futuro mejor.
-¡Evita con Perón!, ¡Evita con Perón!, ¡Evita con Perón!
... Que fue el General Perón quien dignificó social, moral y espiritualmente. Y saben que la oligarquía, que los mediocres, que los vendepatrias todavía no están derrotados. Desde sus guaridas asquerosas. atentan contra el pueblo y contra la libertad.
--¡Leña!, ¡leña!, leña ...
"Por eso , porque yo siempre tuve en el General Perón mi maestro y mi amigo y porque él siempre me dio el ejemplo de su lealtad acrisolada y la fe a los trabajadores, es que todos estos años de mi vida he dedicado las noches y los días a atender a los humildes de la patria sin importarme ni los días, ni las noches, ni los sacrificios, mientras ellos, los entreguistas, los mediocres y los cobardes, de noche tramaban la intriga y. la infamia del día si YO, una humilde mujer, no Pensaba en nada ni en nadie, sino en los dolores que tenía que liquidar y consolar en nombre de vos, mi General, porque sé el cariño entrañable que sentís por los descamisados y porque yo llevo en el corazón una deuda de gratitud con los descamisados que el 17 de Octubre de 1945 me entregaron la vida, la luz, el alma y el corazón al entregarme al General.
Yo no soy más que una mujer del pueblo argentino. Yo no soy más que una mujer de esta bella patria. ¡Pero descamisada de corazón! Porque siempre he querido confundirme con los trabajadores con los ancianos, con los niños, con los que sufren, trabajando codo a codo, corazón a corazón con ellos, para lograr que lo quieran más a Perón y para ser un puente de paz entre el General Perón y los descamisados de la patria. No me interesó jamás la injuria ni la calumnia cuando se desataron las lenguas desatadas contra una débil mujer argentina. Al contrario, me alegré íntimamente porque serví a mi pueblo y a mi General. Yo siempre haré lo que diga el pueblo.
"Pero yo les digo que así como hace cinco años he dicho que prefería ser Evita antes que la mujer del presidente, si ese Evita era dicho para aliviar algún dolor de mi patria, ahora digo que sigo prefiriendo ser Evita. Yo, mi General, con la plenipotencia espiritual que me dan los descamisados, te proclamo, antes que el pueblo vote el 11 de noviembre, presidente de todos los argentinos. La patria está salvada porque la gobierna el General Perón."
Habla Perón. Finalizado su discurso, la masa pide que vuelva a hablar Evita. El secretario general de la CGT, José Espejo, dice:
-Señora, el Pueblo le pide que acepte su puesto ...
Eva Perón responde:
-Yo les pido a la Confederación General del Trabajo y a ustedes por el cariño que nos profesamos mutuamente, que para una decisión tan trascental en la vida de esta humílde mujer, me den por lo menos cuatro días.
-No ... no. ¡Paro general ... ¡Vamos a la huelga!
-Compañeros. Compañeras..., compañeros. Compañeros: yo no renuncio a mi puesto de lucha, yo renuncio a los honores ... Yo haré, finalmente Jo que decida el pueblo.
-¿Ustedes creen que si el puesto de vicepresidenta fuera un cargo y si yo hubiera sido una solución no habría contestado ya que si?
-¡Contestación, contestación!
-Compañeros: por el cariño que nos une, les pido por favor no me hagan hacer, lo que no quiero hacer. Se lo pido a ustedes como amiga, como compañera. Les pido que se desconcentren. Compañeros: ¿cuándo Evita los ha defraudado? ¿Cuándo Evita no ha hecho lo que ustedes desean? Yo les pido una cosa: esperen a mañana.
José Espejo habló otra vez:
-Compañeros: la compañera Evita nos pide dos horas de espera. Nos vamos a quedar aquí. No nos moveremos hasta que no nos dé la respuesta favorable.
-Esto me toma de sorpresa ... Jamás en mi corazón de humilde mujer argentina pensé que podía aceptar ese puesto ... Denme tiempo para anunciar mi decisión a todo el país en cadena.
LA RENUNCIA
El 31 de agosto, a las 20.30, la cadena de radios trasmitió la respuesta de Eva Perón:
"Quiero comunicar al pueblo argentino mi decisión irrevocable y definitiva de renunciar al honor con que los trabajadores y el pueblo de mi patria quisieron honrarme en el histórico Cabildo Abierto del 22 de agosto. Ya en aquella misma tarde maravillosa, que nunca olvidarán mis ojos y mi corazón, yo advertí que no debía cambiar mí puesto de lucha en el movimiento peronista por ningún otro puesto. Desde aquel momento, después de aquel diálogo entre mi corazón y mi pueblo,, he meditado mucho en la soledad de mi conciencia y he reflexionado fríamente. He tomado mi propia decisión en forma irrevocable y definitiva, presentada ante el consejo superior del Partido Peronista y en presencia de nuestro jefe supremo, el General Perón. Ahora quiero que el pueblo argentino conozca por mí misma las razones de mi renuncia indeclinable. En primer lugar y poniendo estas palabras bajo la invocación de mi dignidad de mujer argentina y peronista y de mí amor por la causa de Perón, de mi patria y de mí pueblo, declaro que esta determinación surge de lo más intimo de mi conciencia y por eso es totalmente libre y tiene toda la fuerza de mi voluntad definitiva.
"Porque el 17 de Octubre formulé mi voto permanente, ante mi propia conciencia: ponerme íntegramente al servicio de los descamisados, que son los humildes y los trabajadores. Tenla una deuda casi infinita que saldar con ellos. Yo creo haber hecho todo lo que estuvo en mis manos para cumplir con mi voto y con mi deuda. No tenía entonces, ni tengo en estos momentos, más que una sola ambición, una sola y gran ambición personal: que de mi se diga, cuando se escriba el capítulo maravilloso que la historia dedicará seguramente a Perón, que hubo al lado de Perón una mujer que se dedicó a llevar al Presidente las esperanzas del pueblo, y que, a esa mujer, el pueblo la llamaba cariñosamente 'Evita'. Eso es lo que quiero ser.