Economía
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MERCOSUR, con lentitud, pero avanza
Hedelberto López Blanch
Rebelión
Poco a poco, paso a paso, con contradicciones y problemas pero la integración
del MERCOSUR y de Sudamérica continúa sus adelantos.
A pesar de sus detractores, en su mayoría propulsores del neoliberalismo
encabezados por Estados Unidos, las naciones miembros del Mercado Común del Sur,
Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, junto a los asociados, Ecuador, Colombia,
Perú, Venezuela, Bolivia y Chile, han logrado halagüeños impulsos de
integración.
La recién concluida 28 Cumbre del grupo efectuada en Paraguay alcanzó dos
acuerdos fundamentales para la región: la construcción de un enorme oleoducto y
la creación de un Fondo de Convergencia Estructural (FOCEM) para superar las
desigualdades.
El FOCEM, estructurado por la Comisión de Representantes Permanentes del
MERCOSUR (CRPM), máxima instancia política del bloque, se creó en forma parecida
a los recursos que dispone la Unión Europea (UE) para la cohesión social.
Para el canciller uruguayo Reinaldo Gargano, cuyo país asumió la presidencia pro
témpore de ese organismo, el Fondo constituye el buque insignia de la gestión de
Montevideo durante los seis meses que presidirá el MERCOSUR.
Celso Amorim, canciller de Brasil, destacó que esa decisión es una demostración
de que estamos dispuestos a actuar para resolver las asimetrías y ya se puede
contar con el financiamiento.
El presidente paraguayo, Nicanor Duarte dijo que ese ha sido uno de los
principales logros alcanzados en el cónclave que beneficiará a los dos países
más pequeños de la unión.
El documento rubricado señala que el Fondo contempla programas de desarrollo de
la competitividad, cohesión social, convergencia estructural, fortalecimiento de
las estructuras institucionales y la integración.
El FOCEM distribuirá 50 millones de dólares en el 2006, 75 millones en el 2007 y
100 millones en el 2008. Para ese empeño, Brasil aportará el 70 % de los
recursos, Argentina el 27 %, Uruguay 2 % y Paraguay el 1 %.
A la hora de repartirse, la fórmula será a la inversa pues Paraguay recibirá el
48 %, Uruguay el 32 % y el resto quedará para las regiones más pobres de
Argentina y Brasil.
Un estocada más ambiciosa y osada para la futura integración fue el apoyo para
la construcción de un gasoducto que asegure el abastecimiento de ese combustible
a toda la región
El denominado anillo energético resultó un estratégico punto de unión en el
cónclave y al decir del presidente de la Comisión de Representantes Permanentes
del MERCOSUR, Eduardo Duhalde, la unión energética es parecida a aquella
Comunidad del Carbón y del Acero ocurrida en la Europa naciente hace 50 años y
que dio lugar a la actual UE.
El proyecto inicial estipula la construcción de un gasoducto que iría desde los
yacimientos peruanos de Camisea hasta Tocopilla, norte de Chile, en un recorrido
de unos 1 200 kilómetros de largo y con una capacidad de 30 millones de metros
cúbicos diarios. Una parte del gas se destinaría a Argentina, Brasil y Uruguay
por medio de instalaciones ya existentes.
La concreción del proyecto demandará una inversión de 2 500 millones de dólares
y permitirá reducir la vulnerabilidad de esas naciones que en gran medida
dependen del gas boliviano, país envuelto en profundas crisis debido
fundamentalmente al reclamo de su población para que el gobierno ponga fin a la
explotación indiscriminada de los hidrocarburos por parte de empresas
transnacionales.
El canciller boliviano Armando Loayza, reconoció que la situación en La Paz aún
resulta tensa pero significó que se harán los esfuerzos necesarios para
integrarse al proyecto pues "sería erróneo e impropio marginar a algún país de
esa iniciativa. Bolivia cuenta con la segunda reserva de gas de la región,
después de Venezuela.
El presidente de la República Bolivariana, Hugo Chávez, presente en el cónclave,
lanzó la propuesta de crear Gas del Sur, similar a la Petrosur, sociedad
integrada el pasado año con los aportes de las petroleras estatales Petrobras,
de Brasil, Energía Argentina (Enarsa) y petróleos de Venezuela (PBDSA).
Venezuela dispone del 54 % de las reservas de gas en Sudamérica y con esos
recursos podría abastecer a la región durante 100 años.
Chávez afirmó que para PDVSA sería factible conseguir los financiamientos
necesarios para construir un gasoducto de cerca de 8 000 kilómetros de extensión
que partiendo de El Tablazo, en el estado Zulia llegaría hasta Brasil con
ramificaciones para otros países de América del Sur. Lo cierto es que pese a los
detractores, la integración de Sudamérica avanza ya no solo dentro del MERCOSUR
sino también con los países asociados, los cuales ven más ventajas que peligros
en la realización de una unión plena.
En ese sentido la figura del presidente venezolano Hugo Chávez ha tenido gran
relevancia pues tanto en las cumbres y reuniones del Mercado Común como en las
de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) o las del Caribe, ha planteado
iniciativas para una verdadera integración latinoamericana que pueda enfrentar
la fuerza de un mundo estructurado en bloques, globalizado y con políticas
neoliberales a favor de las transnacionales.