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Hugo Alberto de Pedro

El Gobierno argentino mostr� la hilacha

 

Exist�a el peligro de las rocas y de aquellas barrancas que, en algunos lados, parec�an verdaderos acantilados rojizos de los cuales emerg�an �rboles batalladores, semejantes a mu�ones verdes. Se produc�an all� rompientes que significaban la destrucci�n del bote y, casi seguro, la muerte.

del libro El Ventisquero y la furia de H�ctor Rodolfo Pe�a

 

por Hugo Alberto de Pedro

http://usuarios.advance.com.ar/hugo-de-pedro/hdp.htm

 

             En anteriores opiniones coment�bamos que en estos tiempos y momentos toda la bater�a de informaci�n p�blica y privada est� batiendo parches para crear el clima propicio en la opini�n sobre el �caos reinante� y que se estaba armando el escenario necesario para desprestigiar a los movimientos de desocupados y en especial a los piqueteros. Sabemos que de ah� a la represi�n hay un corto paso, como quedo demostrado en el puente Pueyrred�n el 26 de junio del 2002 donde las falanges de las fuerzas de seguridad actuaron en consecuencia con el clima que se fue armando en los d�as previos.

 

            Las palabras del presidente N�stor Carlos Kirchner en el mismo d�a que se cumpl�an 20 a�os de la democracia representativa ininterrumpida ha despejado todo tipo de dudas sobre el tema que a �l le preocupa, a sus ministros, al establishment empresario y financiero y a la instituci�n Iglesia. Como tambi�n a los medios de comunicaci�n y comunicadores pagados, que representan a los intereses de los que los mantienen, los que los inventaron y los que desde la publicidad y propaganda p�blica y privada los alimentan.

 

            Cuando el presidente Kirchner afirma �En la Argentina cada vez que se pegaron palos, despu�s lloraron muchos argentinos� es una verdad precisa y terminante que suena a una confesi�n de parte. Tan rotunda que debemos recordar los palos recibidos por los obreros municipales de R�o Gallegos en el corral�n municipal en tiempos que �l era intendente, las intimidaciones y persecuciones hacia los obreros del carb�n de R�o Turbio, los trabajadores del petr�leo y la pesca en la zona norte de la Provincia de Santa Cruz cuando �l era gobernador y tambi�n los palos recibidos por los miembros de la asamblea popular de R�o Gallegos el 26 de abril del 2002 por parte de las huestes y los funcionarios del Frente para la Victoria Santacruce�a que termino con muchos ciudadanos heridos y que la justicia santacruce�a se encarg� de no hacer nada como es habitual por aquellos pagos cuando de investigar y tocar al Poder se trata.

 

            La afirmaci�n del presidente Kirchner de que �Hay sectores que han hecho lo mismo que con las asambleas barriales en la Capital Federal, que las destruyeron� es una demostraci�n de una mirada parcializada e inexacta al momento de avanzar hacia la condena de los sectores de la izquierda nacional, a los que identifica as�: �Cuando los dirigentes de estos sectores van a elecciones, sacan el 2 por ciento, el 1 por ciento de los votos, con suerte, en todo el pa�s�. Debemos aclarar que en la Ciudad Aut�noma de Buenos Aires los partidos de izquierda totalizaron en agosto �ltimo un 15,62% de los votos positivos y en la elecci�n presidencial de abril un 4,45% �en todo el pa�s�. El tema de las asambleas populares merecer�a un an�lisis mayor y queremos dejar establecido que no es verdad que est�n destruidas.

 

Jam�s nos atrever�amos a pensar ni decir �Vienen de los partidos de izquierda tradicional, el Partido Obrero, Izquierda Unida y dem�s, y los usan como base de sustentaci�n de sus pol�ticas� como lo ha hecho el presidente Kirchner, y menos sostener que �En vez de servir a su lucha, est�n sirviendo a los sectores del establishment que quieren volver con las viejas recetas de la econom�a y la pol�tica� como �l lo ha hecho por la sencilla raz�n que no somos mentirosos.

 

            Si comparamos las palabras del presidentes Kirchner con las acciones criminales de Ram�n L. Falc�n contra trabajadores, las represiones y matanzas ordenadas por Hip�lito Yrigoyen contra obreros anarquistas y socialistas en varios puntos de nuestro pa�s, la impronta antisocialista de Juan Domingo Per�n en sus dos primeras presidencias, el legado que nos dej� con las conductas persecutorias y criminales del t�ndem Isabel Mart�nez-Jos� L�pez Rega y la persecuci�n genocida perpetrada por la dictadura militar encontraremos una misma l�nea de coincidencias al momento de establecer quienes deben ser se�alados, perseguidos, reprimidos y asesinados.

 

No queremos volver a esos tiempos, tampoco lo permitiremos, los que realmente sentimos y somos hijos de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo desde siempre y no ahora convertidos oportunistamente.

 

            Cuando el presidente Kirchner define al piqueterismo como �Un fen�meno que emerge de sectores que est�n excluidos pero que no tienen ning�n tipo de conciencia pol�tica� nos viene al recuerdo los miles de ciudadanos que desde el peronismo bonaerense, principalmente, y de otras provincias eran trasladados hacia los actos de campa�a presidencial y que muy poco conoc�an del gobernador Kirchner, solamente al acto de campa�a en el estadio de River Plate llegaron 500 micros pagados por algunos dirigentes que s� entienden de sustentaci�n pol�tica y saben de d�nde sacar el dinero necesario para hacerlo. �Cu�l era la conciencia pol�tica de ellos? Sin embargo formaron parte del 16.59% del padr�n electoral que lo votaron a �l.

 

            Ahora resulta que al calificar a los piqueteros el presidente Kirchner dice �Estos sectores est�n absolutamente equivocados y deslegitimados pol�ticamente. Es necesario que tengan capacidad de autocr�tica, que comprendan, desde la visi�n ideol�gica que tengan, que no es el mecanismo el tratar de extorsionar o perjudicar con su accionar a otros argentinos�.

 

Y ac� nos plantamos de forma clara y vehemente.

 

No se puede tolerar una descalificaci�n gratuita y menos si ella viene de la m�xima autoridad constitucional. Los argentinos conocemos muy bien quienes son los extorsionadores, los que nos perjudicaron, los que han hecho de la pol�tica un negocio, un medio de vida y de fortunas. Justamente han sido los que antes y algunos hoy siguen siendo sus �amigos� y que jam�s fueron los nuestros. Jam�s nos hubi�ramos entendido pol�ticamente y de otras formas tambi�n con Menem, Duhalde, Cavallo, Ju�rez, Insfr�n, Manfredotti, B�liz, Fellner, Rovira, Scioli, Balestrini, Alak, Redrado, Miranda, Quindimil, Curto, Oscar Rodr�guez, D�az Bancalari, Sol�, etc.

 

            Nadie en su sano juicio puede pensar que los desocupados organizados, algunos de ellos piqueteros, sean un peligro para el pa�s cuando solamente representan el 10% de los m�s de 2.200.000 beneficiarios de los miserables subsidios. �Por qu� no analizamos que parte del 90% restante son prisioneros de los gobernadores, intendentes y punteros del peronismo?. Nos llevar�amos todos una gran sorpresa, la que el presidente Kirchner conoce muy bien y sin embargo omite decirla. Como tambi�n lo conocen por dem�s de bien algunos de sus ministros, que enf�ticamente en estos d�as atacan gratuita y ferozmente a los desocupados, como es el caso de An�bal Fern�ndez, Alberto Fern�ndez y Gustavo B�liz. Al analizar de d�nde provienen estos personajes, su historia pol�tica y los cargos p�blicos ocupados nos da una idea cabal de quienes son y a que intereses representan.

 

            Deseamos fervientemente que el Gobierno Nacional, encabezado por el presidente Kirchner, encuentre r�pidamente el camino que libere del empobrecimiento a m�s de 20 millones de habitantes y que establezca las condiciones necesarias e indispensables para que se generen los puestos de trabajo genuino necesarios para los desocupados de hoy y los que se incorporan a la poblaci�n econ�micamente activa d�a tras d�a.

 

            Para el presidente Kirchner �La autoridad no es pegar palos indiscriminadamente�. Nosotros seguiremos sosteniendo que NUNCA M�S permitiremos palos discriminada o indiscriminadamente porque el �pegar palos� es en s� un acto autoritario.

 

            Sabemos que el presidente Kirchner tiene gruesos problemas en fijar su identificaci�n pol�tica, que tiene impresentables aliados pol�ticos transitorios y colaboradores y que no puede fijar un perfil de pertenencia ideol�gica. Ese es un problema que �l debe resolver urgentemente, pero en el mientras tanto deber�a contenerse de poner en peligro a la mism�sima convivencia pac�fica de todos al propiciar enfrentamientos. Desde su responsabilidad ejecutiva no puede realizar una acci�n delatora, subestimar a todos los ciudadanos, tergiversar la realidad y dejar entrever un sesgo macartista que deseamos y exigimos que no lo tenga ni lo ejerza, por lo menos desde la investidura presidencial que el pueblo le otorg�.

 

            Por todo lo expuesto y mucho m�s entendemos que el Gobierno argentino ha mostrado la hilacha.

 

11 de diciembre del 2003

 

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