VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Hugo Alberto de Pedro

El ciudadano argentino todavía no eligió

"Todos sabemos que parte de nuestros dineros aportados vía impuestos nacionales, provinciales y municipales serán profanados e irán a parar a afiches de señoras y señores sonrientes. Avisos. Y seguirán faltando copas de leche, gasas en hospitales y sueldos de maestros"
La clase política ya eligió – Felipe Pigna
Publicado en la Revista Veintitrés Nº 363 del 26-06-2005

por Hugo Alberto de Pedro .

Realmente no resulta sencillo comenzar un artículo con una sentencia tan firme, precisa y verdadera como la del epígrafe elegido. .
Si tenemos en cuenta que faltan algo más de tres meses para las elecciones legislativas, las que el Gobierno Nacional ha pretendido convertirlas en plebiscitarias de su gestión, y aún los ciudadanos desconocemos cuales serán los posible beneficiados con las cocardas de la honorabilidad parlamentaria estamos frente a un serio problema. .
No un problema desde el punto de vista institucional porque los que sean elegidos o reelegidos serán en definitiva "clones legislativos" de los hacedores de leyes, resoluciones y declaraciones que desde hace veintidós años se han juramentado vaciar de contenido político, ético y moral a uno de los poderes del Estado. .
En Argentina no existe paladar ciudadano que no pueda elegir un gusto político entre los cientos de partidos, movimientos, frentes y alianzas que hay a lo ancho y largo del país. Esto es una verdad tan potente como la mismísima existencia de un sentimiento de repulsión hacia todo aquello que sea la política partidaria. .
Si tomamos como cierto, creo que no deberíamos dudarlo desde la mirada echada hacia la realidad, de que existen las más variopintas ofertas políticas debemos entonces pensar en quiénes son los personajes que las encabezan y representan, luego de lo cual comprenderemos el porqué de nuestra "agnóstica" predisposición a brindar nuestro apoyo a tal o cual candidato; o a cual o tal agrupación partidaria. .
Entonces, permitiendo que los lectores hasta aquí opinen de igual forma, una primera conclusión sería que los políticos se han equivocado y que no han sabido tener la capacidad de convencernos sobre las bondades que hubiera tenido él haberlos seguido y acompañado en sus ideas y acciones. .
Claro que ellos, los políticos, no piensan así. Ellos están convencidos que deben seguir agudizando los métodos que vienen aplicando contra viento y marea, contra escraches y piquetes; y contra denuncias y apatías ciudadanas. Porque lo que han deseado desde el mismo momento de incorporarse a las "políticas de los partidos políticos" ha sido justamente espantar al ciudadano, de invitarnos a no revolcarnos en sus entuertos y trapisondas tan banales y decadentes diseñadas para su propio beneficio. .
Todo hasta el límite que obligan al ciudadano a subirse a sus micros proselitistas, a dejar las actividades laborales en la administración pública, a recibir una empanada y una gaseosa o un choripán y un vaso de vino o cerveza para concurrir a sus actos. Por supuesto que no para discutir ideas o escuchar propuestas, sino para llenar estadios o gimnasios para "vivar" a unos pocos "vivos". .
Después, por supuesto, al regresar a los hogares se encuentran con el hambre, la pobreza, el desempleo y la realidad de la situación tergiversada momentos antes desde los palcos colmados de políticos. Para aquellos que no fueron llevados seguramente los medios de comunicación cooptados y pagados se encargarán de hacérselo llegar en vivo y en directo o bien repetidas veces a lo largo del día por la televisión, radios y periódicos. .
Es por lo expuesto que los políticos no hablan del afiliado, del militante o del adherente de una organización política determinada, sencillamente porque han convertido a los ciudadanos en un número al que le han agregado un "%" –tanto por ciento– detrás como si fuese el apellido común de todo un pueblo. Me refiero a las encuestas ordenadas desde el Poder y pagada por todos, o bien de las otras que tratan de formar opinión pública sobre los personeros del ayer. .
Es que somos para ellos solamente un número, tan solo unos 27 millones de votos en juego. Somos los sujetos en cuyo nombre los políticos dicen estar sirviendo a la República Argentina en la representativa democracia. .
No resulta fácil terminar sin sentirse asqueado al pensar que faltan 97 días para tener que ir a los comicios, aunque... a lo mejor sería conveniente quedarnos sin ejercer el derecho de elegir a quienes jamás nos representaron y nunca nos representarán. Eso verdaderamente sería no convertirnos en cómplices de un futuro que conocemos tan bien como nuestro pasado y éste mendaz presente.

18 de julio del 2005