" En defensa de la humanidad "
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México D.F. Martes 28 de octubre de 2003
La humanidad requiere intelectuales comprometidos:
James Crockcroft
Señala la necesidad de que ese sector recupere su activismo
en pro de causas populares
- Estados Unidos alentó en universidades de AL la formación de
"entreguistas y vendepatrias"
LUIS HERNÁNDEZ NAVARRO
Periódico La jornada
El estadunidense James Cockcroft es un gran conocedor de la historia
de México y América Latina. Durante muchos años, su libro
Los precursores ideológicos de la Revolución Mexicana ha sido
leído como obra de referencia básica del levantamiento armado
de 1910-17. Profesor de estudios latinoamericanos y del Caribe en la Universidad
Estatal de Nueva York, es autor de obras como América Latina y Estados
Unidos: país por país, y Mexico'Hope.
El profesor Cockcroft fue una de las personalidades destacadas que asistieron
al encuentro En defensa de la humanidad, recientemente realizado en la ciudad
de México, al que considera, simultáneamente, un acontecimiento
"humilde pero histórico". Allí conversó con La Jornada
sobre el papel de los intelectuales en las nuevas luchas sociales en América
Latina y el papel que él ha tenido en la lucha e ideas en el continente.
A continuación, el texto íntegro de la entrevista:
-Usted explica en Los precursores ideológicos de la Revolución
Mexicana el papel que algunos intelectuales desempeñaron en la elaboración
de ideas y propuestas políticas que inspiraron el movimiento armado de
1910-17 y los programas de lucha enarbolados por algunos de sus caudillos principales.
¿Cómo ve usted el papel de los intelectuales y el debate ideológico
en América Latina en relación con la resistencia popular e indígena
que se vive allí?
-Creo que los mejores intelectuales del mundo son intelectuales activistas.
Así lo han hecho todos los intelectuales en la historia desde Ricardo
Flores Magón. Pero reconozco que muchos no pueden ser como Ricardo o
como el subcomandante Marcos, o Fidel o el Che, aunque desempeñan un
gran papel hoy en día pronunciándose en solidaridad con las luchas
populares y los movimientos sociales de todas partes del mundo, comenzando por
nuestra América y este encuentro.
"Haremos una petición para que otros intelectuales en el mundo se sumen
a nuestra petición en defensa de la humanidad. Es urgente defenderla
de su propia extinción debida a la ofensiva yanqui y a su pretensión
de dominar el mundo con el fundamentalismo neoliberal. Estados Unidos amenaza
con hacer la guerra en todo el mundo o con desestabilizar a gobiernos democráticos
como el de Venezuela. Lo que está en juego es la supervivencia del género
humano y la del planeta."
-Después de 1968, la figura del intelectual comprometido con causas
sociales cayó en desuso. Fue sustituida por el modelo del intelectual
especializado, políticamente "aséptico". Un acontecimiento como
el encuentro En defensa de la humanidad, ¿mira hacia el pasado o hacia el futuro?
¿Será un ejercicio de nostalgia, o de revaloración del papel del
pensamiento crítico?
-Lo que pasó después del 68 tiene que ver con la guerra fría
y con el imperialismo. Estados Unidos y otros países, en su lucha contra
la revolución cubana, la revolución en Vietnam y muchas otras
rebeliones contra el imperialismo y la propiedad privada, financiaron este cambio
en el papel del intelectual mediante la ayuda económica a universidades
o países pobres en América Latina. Surgió entonces una
serie de intelectuales entreguistas y vendepatrias. Este encuentro no tiene
nada que ver con mirar hacia atrás. Tiene que ver con recuperar el presente.
Recuperar una tradición -existente en las sociedades burguesas- de tener
muchos intelectuales activistas que luchan por los derechos humanos y que, en
casos excepcionales, se convierten en revolucionarios. En las sociedades capitalistas
siempre hemos tenido intelectuales comprometidos con las causas populares. En
este encuentro vemos muchos grandes intelectuales, desde Pablo González
Casanova hasta Evo Morales.
-Una tradición de una parte de la izquierda asignaba a los intelectuales
el papel de "inyectores de la conciencia de clase" o de responsables del esclarecimiento
del futuro de las clases subalternas. ¿Será esa la función de
los intelectuales hoy en día?
-No, los intelectuales siempre tienen que aprender del pueblo, de las clases
bajas. Siempre ha sido así y así será. El intelectual que
cree que él puede ser líder del pueblo o del proletariado o del
campesinado tiene la ilusión de tener la verdad y de poder hacer que
los pobres aprendan de ella. Pero lo que en realidad sucede es distinto. Lo
que se da es un intercambio entre los pueblos y los intelectuales. Nosotros,
los intelectuales, escuchando bien y con respeto, podemos aprender de ellos
y ellas. En muchas de las dedicatorias de mis libros escritos en México
saludo o agradezco a los campesinos y a los obreros de México su ayuda
y enseñanzas. No soy maestro en este sentido, sino alumno de ellos y
ellas. Pero también intercambio las cosas que sé y que ellos desconocen.
-¿Ve usted alguna diferencia importante entre el papel que desempeñan
los intelectuales progresistas en Estados Unidos y el que juegan en América
Latina?
-Hay diferencias y semejanzas culturales. Los intelectuales estadunidenses están
muy bien comprados por el sistema y en muchas partes de América Latina
es igual. El mundo se ha homogeneizado bajo el capitalismo. Pero hay más
tradición de intelectuales activistas en América Latina que en
Estados Unidos. Esto no tiene que ver con el lugar de nacimiento, sino con la
historia y la sociabilización de la juventud en cada sociedad. En Estados
Unidos hay algunas excepciones en comunidades como los afroamericanos, chicanos,
mujeres e indígenas, pero son eso, excepciones.
-¿Cree usted que este encuentro es uno más, o lo ve como el punto
de partida para un proceso de más largo alcance?
-Hay aquí un inicio. Ha habido antes otros encuentros en solidaridad
con Cuba o en contra de la guerra en Irak, pero éste es distinto. Este
es un encuentro internacional, con mucha gente de distintos países, tanto
del Norte como del Sur. Es un inicio para promover redes de redes, para incorporar
a más intelectuales. Para tumbar al imperialismo yanqui hay que crear
más conciencia de la realidad de Estados Unidos. Este es un acontecimiento
humilde, pero somos un intento por levantar la conciencia en el mundo en defensa
de la humanidad. Sin tumbar al imperialismo, la humanidad no puede sobrevivir
al capitalismo. Por eso es también un encuentro histórico.