La eficacia del poder absoluto del Poder genérico se basa -es obvio- en que es
capaz de usar la fuerza bruta, directa o indirecta, en que basa su amenaza. Pero
además, en generar vastísimos estados de opinión a su favor y a favor de las
ventajas que tiene someterse de buen grado al Poder. De esto, de una u otra
manera ser encargan la mayoría de intelectuales, los poderes vicarios y los
medios aunque finjan que lo atacan. Yo hago mi campaña a mi manera, como puedo y
donde puedo. Porque si uno está a favor de la anarquía, no puede abandonar la
contumacia en contra de "el Poder". Lo que ocurre es que hay que ser cautos y
jugar las bazas al mismo nivel y con parecidas estratagemas que aquéllos. Hace
unos días terminaba mi artículo diciendo que en el Estado está "aún" nuestra
esperanza. Con razón más de uno arremetió contra mí en otras webs porque unos
creían que defiendo el Estado totalitario, y otros el Estado fascista. No se
puede decir todo y explicarlo todo en un mismo sitio. Ahora lo intentaré...
No es que confíe en el Estado ni mucho menos ame el poder del Estado. Ya digo
que es todo lo contrario. Es que siendo anarquista también soy posibilista. Y
esto quiere decir que los anarquistas tenemos dos discursos complementarios: uno
el discurso idealista del anarquismo, y otro, en vista de la remotísima
posibilidad de que el anarquismo se instale, el discurso que defiende el Estado
frente a las asechanzas y marcadas intentonas de abolirlo con fines bastardos.
No de abolirlo para el establecimiento de una sociedad de hombres libres y
justos regida por las leyes naturales y el orden espontáneo, que no otra cosa es
el anarquismo, sino en favor exclusivo de grupúsculos fascistas que a sí mismos
se llaman neoliberales...
Algo parecido pero en sentido contrario; es decir, algo que parecía dirigido a
desmitificar a Saramago y a su pensamiento icono de la izquierda, hace unas
semanas contestaba yo (Oda a la utopía) a propósito de la utopía que él parecía
tratar de descabalgar. Yo le contestaba porque, parece mentira, no lo decía con
rotundidad y ni siquiera explícitamente. Había que interpretarle con
condescendencia. Y yo no se la dispenso ni a mi padre cuando se trata de
razonar... Lo que quería decir Saramago es que el exceso de utopía aleja al
pensamiento socialista y a las izquierdas en general del Poder. Ya lo sabía yo
también. Pero si lo hubiera dicho con claridad y no de manera afiligranada y
hasta embrollada, no hubiera habido necesidad de salir al paso de ella ni hacer
un canto elemental a la utopía ni a la postre enredar en el asunto. La idea, a
mi juicio era bien simple. Por eso hablo de "posibilismo". Y cuando se quiere
producir un efecto eficaz no hay que olvidar que la penetración de una idea se
produce en proporción a su simplicidad. En esto se basa la noción simple por
antonomasia: la consigna. Si no, estamos en lo de siempre, en que parece que el
lucimiento personal y la pretendida originalidad, si no la extravangancia, es lo
que mueve al orador o al escritor a pregonarla.
En esta línea discursiva afirmo hoy que la ONU está al servicio del Poder
mundial. También lo sabemos, pero hay que repetirlo cuantas veces haya
oportunidad. La ONU ha funcionado bien como un espacio decorativo donde el Poder
se explaya, bien como una ficción de equilibrio político entre países que no
existe. Ni con la ONU ni antes de la Segunda Guerra Mundial con la Sociedad de
Naciones. La Sociedad de Naciones estaba al servicio de la Alemania de Hitler,
como lo estaba el papado, y la ONU de hoy ha venido estando al servicio de las
veleidades de los cinco países más fuertes, que imponían mal que bien sus puntos
de vista a través del Consejo de Seguridad. Ahora, con Bolton, la ONU lleva
camino, si no lo está ya, de ponerse de rodillas ante los Estados Unidos, si no
lo está ya...
El estadounidense y neoliberal Bolton ha sido nombrado embajador en la ONU para
dar un golpe de Estado definitivo sobre los demás Estados en nombre del país que
representa. Dejémonos en delante de discutir sobre resoluciones cuyo
cumplimiento se demanda y resoluciones que no se cumplen. Y aprestémonos a
vérnoslas con un relativamente "nuevo" Poder mundial, con la ONU de tapadera
transparente. El altar de sacrificios donde, por Decreto, se legalizarán los
crímenes de lesa humanidad, que es lo que únicamente le faltaba a este miserable
mundo.