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La Izquierda debate

El poder, anarquismo, Saramago y la ONU

Jaime Richard
Argenpress

La eficacia del poder absoluto del Poder genérico se basa -es obvio- en que es capaz de usar la fuerza bruta, directa o indirecta, en que basa su amenaza. Pero además, en generar vastísimos estados de opinión a su favor y a favor de las ventajas que tiene someterse de buen grado al Poder. De esto, de una u otra manera ser encargan la mayoría de intelectuales, los poderes vicarios y los medios aunque finjan que lo atacan. Yo hago mi campaña a mi manera, como puedo y donde puedo. Porque si uno está a favor de la anarquía, no puede abandonar la contumacia en contra de "el Poder". Lo que ocurre es que hay que ser cautos y jugar las bazas al mismo nivel y con parecidas estratagemas que aquéllos. Hace unos días terminaba mi artículo diciendo que en el Estado está "aún" nuestra esperanza. Con razón más de uno arremetió contra mí en otras webs porque unos creían que defiendo el Estado totalitario, y otros el Estado fascista. No se puede decir todo y explicarlo todo en un mismo sitio. Ahora lo intentaré...

No es que confíe en el Estado ni mucho menos ame el poder del Estado. Ya digo que es todo lo contrario. Es que siendo anarquista también soy posibilista. Y esto quiere decir que los anarquistas tenemos dos discursos complementarios: uno el discurso idealista del anarquismo, y otro, en vista de la remotísima posibilidad de que el anarquismo se instale, el discurso que defiende el Estado frente a las asechanzas y marcadas intentonas de abolirlo con fines bastardos. No de abolirlo para el establecimiento de una sociedad de hombres libres y justos regida por las leyes naturales y el orden espontáneo, que no otra cosa es el anarquismo, sino en favor exclusivo de grupúsculos fascistas que a sí mismos se llaman neoliberales...

Algo parecido pero en sentido contrario; es decir, algo que parecía dirigido a desmitificar a Saramago y a su pensamiento icono de la izquierda, hace unas semanas contestaba yo (Oda a la utopía) a propósito de la utopía que él parecía tratar de descabalgar. Yo le contestaba porque, parece mentira, no lo decía con rotundidad y ni siquiera explícitamente. Había que interpretarle con condescendencia. Y yo no se la dispenso ni a mi padre cuando se trata de razonar... Lo que quería decir Saramago es que el exceso de utopía aleja al pensamiento socialista y a las izquierdas en general del Poder. Ya lo sabía yo también. Pero si lo hubiera dicho con claridad y no de manera afiligranada y hasta embrollada, no hubiera habido necesidad de salir al paso de ella ni hacer un canto elemental a la utopía ni a la postre enredar en el asunto. La idea, a mi juicio era bien simple. Por eso hablo de "posibilismo". Y cuando se quiere producir un efecto eficaz no hay que olvidar que la penetración de una idea se produce en proporción a su simplicidad. En esto se basa la noción simple por antonomasia: la consigna. Si no, estamos en lo de siempre, en que parece que el lucimiento personal y la pretendida originalidad, si no la extravangancia, es lo que mueve al orador o al escritor a pregonarla.

En esta línea discursiva afirmo hoy que la ONU está al servicio del Poder mundial. También lo sabemos, pero hay que repetirlo cuantas veces haya oportunidad. La ONU ha funcionado bien como un espacio decorativo donde el Poder se explaya, bien como una ficción de equilibrio político entre países que no existe. Ni con la ONU ni antes de la Segunda Guerra Mundial con la Sociedad de Naciones. La Sociedad de Naciones estaba al servicio de la Alemania de Hitler, como lo estaba el papado, y la ONU de hoy ha venido estando al servicio de las veleidades de los cinco países más fuertes, que imponían mal que bien sus puntos de vista a través del Consejo de Seguridad. Ahora, con Bolton, la ONU lleva camino, si no lo está ya, de ponerse de rodillas ante los Estados Unidos, si no lo está ya...

El estadounidense y neoliberal Bolton ha sido nombrado embajador en la ONU para dar un golpe de Estado definitivo sobre los demás Estados en nombre del país que representa. Dejémonos en delante de discutir sobre resoluciones cuyo cumplimiento se demanda y resoluciones que no se cumplen. Y aprestémonos a vérnoslas con un relativamente "nuevo" Poder mundial, con la ONU de tapadera transparente. El altar de sacrificios donde, por Decreto, se legalizarán los crímenes de lesa humanidad, que es lo que únicamente le faltaba a este miserable mundo.