La Izquierda debate
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Ponencia presentada por el escritor portugués Miguel Urbano
Rodríguez en el IX seminario del PT
"Los partidos y la nueva sociedad"
Miguel Urbano Rodrigues
México, Marzo del 2005
La Revolución Bolivariana avanza, la insurgencia colombiana exhibe su
vitalidad. De Cuba llega el ejemplo de que es posible Resistir. En todo el
Hemisferio emocionantes luchas se dibujan en un horizonte de esperanza La
humanidad se defiende globalizando la solidaridad a los que luchan contra el
imperialismo Miguel Urbano Rodrigues resistir.info El fracaso, inevitable, de la
farsa electoral montada en Iraq configuró una enorme derrota política para el
imperialismo estadounidense.
El enorme poder de desinformación de la gigantesca maquina mediática de los EE
UU no consigue ocultar que 150 000 soldados del ejercito de ocupación estaban en
las calles de las grandes ciudades del centro y del sur donde la comparecencia
en las urnas fue mas elevada. Durante la jornada bombas explotaban por todo el
país. Por la mañana la Embajada de los EE UU fue bombardeada.
Al presentar la farsa como victoria de la democracia y la libertad, George Bush
se comportó como personaje de Kafka.
El rumbo de la historia en los próximos años será enmarcado por una evidencia:
la guerra de Iraq es una guerra perdida para el sistema de poder imperial
neofascista que aspira al dominio perpetuo sobre la humanidad.
Los candidatos marionetas no hicieron siquiera campaña y no hubo observadores
internacionales independientes (los invitados «observaron » desde Jordania),
pero el Pentágono, en iniciativa de humor negro, intervino en la dramática
comedia electoral. En diferentes ciudades, soldados de los EE UU colocaron
posters en las calles con el siguiente llamado: «El voto va a traer la libertad
a Iraq. Votad para salvar a Iraq!» En ciudades del Sur, tarjetas distribuidas
por las tropas de ocupación tenían impresas tres palabras «Amor y familia»...
Una porción cada vez mayor de la humanidad empieza a comprender lo que hace
pocas semanas solamente era perceptible para una pequeña minoría.
Los cambios cosméticos introducidos en la Alta Administración al inicio del
segundo mandato de George Bush fueron acompañados de una ofensiva de propaganda
poco inteligente con el objetivo de persuadir la opinión publica internacional
de que algo de fundamental seria alterado en la estrategia imperial.
Analistas próximos de la Casa Blanca, para difundir la confusión, hablan del
advenimiento de un «Nuevo Bush». Esas maniobras, ridículas, son en realidad una
manifestación de la desesperación de la extrema derecha estadounidense.
Por si solo el discurso de la señorita Condoleezza Rice - sonrisas para los
aliados europeos y amenazas a paises como Cuba,Iran, Siria y Corea del Norte-
confirma que la irracionalidad y el mesianismo persisten en la conducción de la
estrategia de un sistema de poder cuyo símbolo es un político colocado en la
Presidencia de los EEUU precisamente por su indigencia intelectual.
La concepción de solidaridad de los países desarrollados quedó bien iluminada
ante lo que ocurrió en diciembre en el área del Índico. El total de la ayuda
material de los EEUU a los países golpeados por el Tsunami - cuyo saldo fue de
casi 300 000 muertos y destrucciones incalculables- no alcanzó mil millones de
dólares. Semanas después el presidente Bush pedía al Congreso más 60 mil
millones de dólares para suportar los gastos crecientes de la guerra.
En América Latina , sobretodo aquí en México, muchos intelectuales progresistas
continuan alimentando ilusiones sobre la Unión Europea. Hay que enfrentar la
realidad. La Europa de Maastricht es contra-revolucionária.
Está para la Europa pos-socialista como la Europa de la Santa Alianza de
Metternich estava para la Europa post Revolución Francesa.
La reelección de Bush, lejos de atenuar la crisis, contribuyó para su
agravamiento, porque las fuerzas que lo apoyan son precisamente las más
reaccionarias, responsables por la estrategia que está implantando el caos en el
planeta.
Al ver reforzada su posición en el Congreso, George Bush acaba por olvidar su
papel de vocero del sistema y creer que es realmente un estadista con inmenso
poder. Imaginándose ya un emulo de Napoleón o Hitler, su discurso, cuando habla
sin texto escrito, se transforma en arenga caótica con toques paranoicos.
Por si solos los cerca de 800 000 millones de dólares en manos de Japón y China
iluminan la fragilidad del poder financiero de los EE UU. La simple venta de un
lote considerable de los títulos de tesoro norteamericano adquiridos por eses
países seria suficiente para deflagrar una crisis mundial.
James Galbraith, en un articulo reciente, divulgado por