24 de septiembre del 2003
El arte de vivir es el arte de seguir naciendo
Homenaje a los luchadores caídos de la Universidad de Chile
Universidad Social Eduardo Galeano
Vivo...en el paraíso
De las amarguras,
Tratando de amar.
Sueño... con revoluciones,
Con cambios violentos,
Buscando ganar.
Río... frente a los rencores
Y a las represiones,
Queriendo llorar.
Busco... con mis pensamientos
Y en el firmamento,
Una gran verdad.
Muero... con mis pensamientos
En el paraíso
En revoluciones
Frente a los rencores
Tratando de amar.
Rodrigo Medina Hernández (Estudiante de Filosofía, 18 años, Detenido Desaparecido)
Nuestro Proyecto Universidad Social Eduardo Galeano surge como iniciativa de estudiantes de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile. En este espacio hemos crecido, en este lugar de propuestas, de luchas, de búsqueda de justicia social. No podíamos seguir habitando este espacio sin hacer justicia a la Historia. El día 4 de septiembre realizamos el lanzamiento del libro "El Arte de Vivir es el Arte de Seguir Naciendo" (Editorial Libertaria, Universidad Social Eduardo Galeano). En él compilamos información sobre la vida de nuestros compañeros víctimas de la represión fascista de la Dictadura. Un pequeño aporte a la recuperación de la memoria. El día 5 de septiembre, inauguramos el Memorial a los estudiantes, funcionarios y académicos ejecutados y desaparecidos de la Universidad de Chile. Fue un acto de gran emoción, en donde el Comité Pro-Memorial -instancia que agrupó e ex estudiantes y organizaciones de Derechos Humanos entre las cuales estábamos nosotros- instaló una placa recordatoria en el Campus Juan Gómez Millas, perteneciente al mítico Cordón Macul.
A continuación presentamos el prólogo al libro que Universidad Social Eduardo Galeano editó y que dedicó a los hijos de luchadores que se encuentran en la Huelga de Hambre Luciano Carrasco. Lego incluimos la nómina completa de estudiantes, funcionarios y académicos caídos en medio de sus sueños y luchas.
UNAS PALABRAS NECESARIAS
Cuando ingresamos a esta Facultad, la de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, muchos veníamos predispuestos a conocer parte de las razones que fama de revolucionaria daban a su historia. La Universidad misma posee un legado de lucha y luchadores que, pese al olvido sistemático promovido por la Dictadura y esta falsa democracia, aparecía en algunas ocasiones para hacernos entender que no todo estaba perdido. Salvo, claro, por las identidades de estos luchadores.
Fue realmente absurdo no hallar en los registros oficiales de esta Universidad nada que nos permitiese acercarnos a los estudiantes desaparecidos o asesinados por la Dictadura. Claro, seguramente a muy pocos le había interesado el tema. "Perdón y Olvido" fue una consigna común, la más fácil para esta renovada intelectualidad seudo progresista.
Tras escarbar en los archivos del Centro de Estudiantes, encontramos unos amarillos y sucios papeles que daban cuenta de nuestros dieciocho compañeros. Un texto mecanografiado, sin autoría, archivado entre panfletos y documentos. Desde entonces, hace cuatro años, hemos procurado hacer que la voz de nuestros compañeros se manifieste en fechas significativas. Dípticos, lienzos, afiches, boletines, todo ha servido para -humildemente- combatir el olvido y el avance del manto de indiferencia snob.
El año 2000 dimos un paso diferente al organizar el Preuniversitario Popular Alfonso Chanfreau, en recuerdo de uno de nuestros compañeros. Durante dos años difundimos a través de la figura de Alfonso las ideas y el legado de quienes lo entregaron todo. Necias disputas de esta izquierda sin norte claro hicieron que esta iniciativa detuviera su andar. Sin embargo, un pequeño grupo de estudiantes de aquellos fundadores del Preuniversitario seguimos trabajando activamente por la memoria, llegando hasta el día de hoy con lo que es el Proyecto Universidad Social Eduardo Galeano.
No ha sido fácil realizar este pequeño trabajo. Más allá de las dificultades materiales (no recibiríamos un peso de la institución que los había olvidado), enfrentarse a las historias personales de cada uno de nuestros compañeros era una dura batalla entre la rabia, la tristeza y el horror. Tal vez por eso, más amor juntamos para llevarlo a cabo. Nos negamos a incluir detalles de las torturas, nos negamos a centrarnos en sus muertes y en la capacidad destructiva de sus asesinos. No les daríamos el gusto de ver a los nuestros humillados. Si están aquí, siendo recordados, es porque son mucho más grandes que esos criminales, porque ellos -los nuestros- sobrevivirán a la estupidez generalizada.
Para no obviar el hecho que la mayor parte de nuestros compañeros eran del MIR, asumimos el desafío que dejase Miguel Enríquez, en el sentido de que el mejor homenaje que se puede hacer a un revolucionario es seguir luchando por las ideas que defendió. Nosotros, nuestro Proyecto, asume el desafío de crear Poder Popular con nuevas herramientas y análisis, con nuevas prácticas y enseñanzas que recogeremos de nuestro trabajo creador y transformador. Ellos no son un antecedente del pasado, son del presente y del futuro, un vestigio de consecuencia y dignidad, valentía y amor.
Años atrás los familiares decían que eran un ejemplo para las generaciones futuras. Por supuesto, no estaban equivocados. Nosotros, esa generación futura, les ha dado su merecido lugar: ellos son y serán fuerza viva, encarnada en nuestra cotidianeidad, en esas luchas que llevamos todos los días, en la búsqueda del socialismo. No es necesario que nuestras actividades lleven sus nombres, sus ideas y fuerzas están vivas, actuales y actuantes, aquí y ahora, han resurgido. No son un recuerdo, son compañeros de lucha, consejeros, compañía en las malas y alegría compartida en las buenas. Seguirán vivos mucho tiempo más porque, por si no lo sabían, como lo dijo el Che: "el futuro es nuestro!"
Septiembre de 2003
A 33 años de la Unidad Popular
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