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Más de 30 parlamentarios son indígenas
La Paz | La Prensa.-
Los ponchos, las abarcas y las polleras ya no se perderán en medio de trajes y corbatas. Ahora los quechuas y aymaras representan un número importante en el hemiciclo parlamentario.
Si bien la presencia indígena no es nueva en el Congreso Nacional, nunca en la historia del país, los aymaras y quechuas habían conseguido una representación tan numerosa como la que tendrán desde el próximo 6 de agosto.
Doce parlamentarios indígenas dejan la actual legislatura, pero más de 30 entran para hacer escuchar la voz de los pueblos originarios, anteponer su identidad y demandar sus derechos.
La representación indígena no sólo se obtuvo en la parte occidental del país de donde es la mayoría. Santa Cruz también aportó con dos parlamentarios: una de origen quechua residente en esa tierra oriental y el otro un genuino representante de las etnias orientales.
Por primera vez en la historia un indígena oriental de origen chiquitano llega al Parlamento, José Bailaba, presidente de la Coordinadora de Pueblos Etnicos de Santa Cruz, (Cepesc).
La mayoría de los quechuas, aymaras y chiquitanos llegan al Parlamento de la mano de dos partidos nuevos: el MAS de Evo Morales y el MIP de Felipe Quispe. El NFR también los tomó en cuenta en la presentación de sus listas. Mientras que los tradicionales MNR, MIR tienen muy pocos en sus filas.
Identidad
Lo importante de este movimiento indígena en el Parlamento es que no llegan de manera encubierta como en el pasado, sino con una identidad, reconocimiento y demanda de sus derechos, dijo el analista Alvaro García Linera.
Si bien su presencia no es nueva en el Congreso, antes venían de manera escondida de la mano de los partidos tradicionales y sin consignas propias.
Ahora, por primera vez, aparecen con una presencia masiva pero se corre el riesgo de que queden diluidos y sean ahogados por los partidos políticos tradicionales y que recurran al silencio, el clientelismo y la prebenda, dijo el analista.
Añadió que la opción que tiene este movimiento es recurrir a la práctica de costumbres, cosmovisión y calidad de vida de sus pueblos y comunidades como es la rendición de cuentas, calidad moral, consultas en asambleas. Eso es lo que se espera de cada uno de ellos y lo tienen que hacer para no decepcionar.