De Tamara a Tania La Guerrillera
Tamara Bunke, la joven que, con su madre, trabajó como traductora de la delegación cubana que el Comandante Ernesto Che Guevara condujo en la República Democrática Alemana, realiza en 1961 su sueño de ir a vivir en Cuba. Forja amistades, entre sus amigas figura Angela Soto:
"Tamara para mi llegó a ser la mejor amiga de esos años, cuando yo tenía 20 años, 22, 23. Era dulce y a la vez fuerte. Era una persona muy compleja pero, sobre todo, muy total, muy completa.
Imagínese, para nosotros, los jóvenes de esta época que abríamos los ojos a la Revolución - en el año 61 , éramos Jóvenes Rebeldes, Federadas de la Federación de Mujeres Cubanas, de los Comités de Defensa de la Revolución y Tamara llega junto a nosotros y también se integra a ese mundo, se hace cederista, se hace federada, se hace combatiente, Joven Rebelde, joven comunista. Ella viene de traductora. Había nacido en Argentina el 19 de noviembre 1937, en Buenos Aires, y cuando tenía 12 años, los padres que eran comunistas, antifascistas - ya se había eliminado la noche negra del fascismo en Alemania - vuelven a la República Democrática Alemana a construir el socialismo.
Tamara nunca se olvida de América Latina, el amor por Argentina, por la América Latina, por la música. Yo tengo fotos de Tamara tocando acordeón, tocando guitarra, ella no pierde su vinculación, su identidad, diríamos así, con América Latina.
Cuando la Revolución estaba en su fase de liberación, de la lucha clandestina y en la Sierra, ella siempre trataba de acercarse a los cubanos que pasaban por la RDA y siempre estaba vinculada a Cuba, quería saber sobre Cuba.
Triunfa la Revolución en el 59 y en el 61... Primero, hay que decir que ella acompaña al Che, uno de los primeros cubanos que llega a negociaciones comerciales y ella es la traductora del Che por hablar perfectamente español y alemán; también Nuñez Jiménez, la Cra Hortensia Gómez que ya falleció, que era dirigente de la Federación Internacional de Mujeres. Tamara le dice a Alicia Alonso, directora del Ballet Nacional de Cuba, que quería venir a Cuba, conocer la Cuba revolucionaria, triunfando la Revolución.
Llega en mayo del 61, se presenta enseguida a ser traductora porque como conocía tantos idiomas, cinco, cuatro idiomas, sabía francés, inglés, alemán, español y un poco de italiano. Entonces sencillamente se acerca al Ministerio de Educación, al Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, despliega una energía tremenda y una gran disposición de trabajar. Empieza a construir una nueva vida porque ya ve que Cuba le da lo que ella soñaba: hacer una Revolución.
Es cuando nosotros la conocemos, en mayo...abril del 61, haciendo trabajo voluntario en una escuela creada por la Unión Internacional de Estudiantes, la UIE. Hacemos trabajo voluntario en la escuela de 11 y 4, en el Vedado. Allí simpatizamos, éramos jóvenes, divertidas, riendonos, haciendo chistes pero a la vez serias. Tamara era muy profunda a pesar de ser tan alegre y, allí, en el trabajo voluntario nos acercamos al Che. El Che estaba haciendo trabajo voluntario ese día - hay una foto que se me ve a mi también al lado de Tamara y el Che, yo bailando rumba - y entonces Tamara dice: "Vamos a ver al Che, está allí, poniendo los ladrillos" y cuando nos acercamos, el Che con esa cosa dura, fuerte, muy disciplinada que tenía, dice: "Si quieren venir aquí, no pueden venir a hablar, tienen que venir a trabajar, no vengan a conversar"! Y Tamara y yo hacemos un gesto: "Vámonos, vámonos que el Che no nos deja estar conversando con él..." Tamara me agarra del brazo y me dice: "Vamos a seguir trabajando, a palear cemento y arena, porque el Comandante Guevara no quiere que nos acerquemos a él conversando."
Después nos volvimos a ver en la Federación de Mujeres Cubanas, en la Dirección Nacional, trabajando junto con Vilma.
Tamara era redactora de un boletín que hacíamos llamado "Vida nueva", escribía como es natural la parte internacional. ¡Una muchacha tan culta que venía de Europa, que nos empezaba a hablar de marxismo! Nosotros nos declaramos socialistas en medio de Girón, del ataque mercenario y sencillamente ella nos empieza a hablar de Lenin, de Carlos Marx, Rosa Luxemburgo, Carlos Liebkniet, Ernst Thäelman... Empezamos a conocer personalidades comunistas, no sabíamos nada, éramos revolucionarios pero no sabíamos nada de socialismo.
Nos hablaba de la liberación de la mujer. Yo llegué entonces a ser su amiga íntima. Tamara decía que la liberación de la mujer no era acostarse con los hombres, ese concepto superficial, vacío... que liberarse no era acostarse por acostarse, hacer el amor. Era liberarse en el aspecto económico, mantenerse, estudiar... que la mujer y el hombre llegaran a amarse en igualdad de condiciones económicas, que la mujer trabajara, estudiara, que se desarrollara a la par del hombre. Para nosotros era descubrir otro mundo, otra concepción de la vida porque todas nosotras veníamos atadas por nuestra mentalidad... Los hombres, casarse señorita, en fin toda esa mentalidad, sino atrasada, la mentalidad de muchachas pueblerinas, la mentalidad española que teníamos.
Tamara me llevaba a su casa los fines de semana y nos quedábamos, cocinábamos malamente porque no sabíamos cocinar, íbamos a la playa al Círculo ferretero. Vivía en la calle 20, en la casa que hace esquina. Conversábamos mucho, de cosas íntimas. Me daba consejos como si hubiera sido persona mayor aunque tenía veintitantos años como nosotras. Tenía una madurez suficiente para aconsejarme en mi vida sentimental como amiga íntima, me decía de no perder tiempo, de medir las personas por su justo valor.
Tamara se inscribió con nosotros en la Escuela de periodismo de la Universidad de La Habana. Al poco tiempo, nos dimos cuenta los alumnos cubanos que Tamara sabía más que nosotros y más que los profesores. Cuando estudiábamos economía política, marxista y filosofía marxista, Tamara sabía más que el profesor, sabía mucho.
Tamara fue una fuente de formación para mi. La formación que me dio contó mucho en mi vida. En los momentos más duros de mi existencia, traigo siempre el pensamiento de Tamara, me pregunto que me diría Tamara, lo que haría. Pienso que una generación como la mía, fue muy marcada por la huella de Tamara.
Nos reuníamos - yo les he contado la alegría de Tamara en los trabajos voluntarios - íbamos a recoger papas, cebollas, ajo al campo y Tamara se aparecía con un acordeón cantando milongas, porque siempre amó a la música argentina, siempre la tuvo presente. Me compró una guitarra que tengo en casa y lo único que me enseño fue los primeros arpegios de un tango. Es lo único que sé tocar.
Los fines de semana que pasaba en su casa, yo le veía las manos y los brazos muy arañados. Yo le preguntaba: "¿Tamara de dónde tu vienes, qué te ha pasado en esas manos?" "Estoy haciendo trabajo voluntario." Es que ella se estaba entrenando en condiciones difíciles. Lo supe más tarde cuando descubrí esa parte clandestina de su vida.
Tamara era revolucionaria y como tal, vivió. Ella logró situarse en las esferas más altas del gobierno boliviano, llegó a introducirse en los medios sociales, intelectuales, artísticos. Tenía una gran cultura que le sirvió para ser especialista en folclor boliviano. Ella se presentó como Laura Gutiérrez Bauer que era folclorista argentino-alemana y que venía hacer estudios. Realmente, son valiosos los estudios de la música autóctona de las diferentes regiones de Bolivia que Tamara hizo. Tengo entendido que también hizo una exposición de trajes bolivianos. Se hizo íntima amiga de los artistas más nombrados de Bolivia, para tener acceso a las fuentes oficiales y así preparar la guerrilla. Ella fue una de los que prepararon el desarrollo de la red urbana de la guerrilla. Llegó en 64 a Bolivia y del 64 al 66 preparó de una forma realmente ejemplar las condiciones para que el Che llegará junto con los demás compañeros.
Su deseo era combatir por la Revolución. Cuando me dijeron que Tamara era Tania, que la Laura Gutiérrez Bauer que estaba en Bolivia junto al Che era Tamara mi amiga, entonces contesté: "No me extraña".
Es en marzo de 1964 que el Comandante Guevara en persona explica a Tamara Bunke cuál es su misión en Bolivia. La recibe en su oficina del Ministerio de Industrias para darle los detalles del plan que debe seguir. A partir de ese momento, Tamara tiene a la vez que mantener su cobertura y asegurar su entrenamiento. Tenía por costumbre de compartimentar sus amistades y esto le hizo más fácil la adaptación a su nueva vida. Debía acostumbrarse a la soledad, alejarse de sus amigos y desinformar no sólo en Cuba sino en América Latina, incluso a sus padres. Tamara se transforma en "Tania", pospone su boda, abandona la idea de tener un hijo, su novio y ella deciden esperarse.
El objetivo de su instalación en Bolivia era relacionarse con altos oficiales de las Fuerzas Armadas y miembros de la burguesía en el poder, viajar por el interior del país, estudiar la situación social y esperar un contacto que le anunciaría que la hora de la acción había llegado.
Antes, tuvo que vivir un tiempo en la República Federal de Alemania para aprender las costumbres de la burguesía. Un día, estuvo a doscientos metros de la casa de sus padres pero no pudo llegar a despedirse y ellos sólo se enteraron mucho después de su muerte.
Después partió para América Latina: Perú, Argentina, Brasil y finalmente Bolivia, lugar de su misión donde llegó el 18 de noviembre de 1964.
Cuando los primeros futuros guerrilleros comenzaron a llegar, su trabajo se hizo más complejo y más peligroso pero ella se quedó fuera de toda sospecha de la policía.
El Che la menciona varias veces en su Diario y siempre en ocasión de contactos importantes. La reserva para actividades de peso tanto en La Paz como en otros lugares.
La ausencia de otra persona que pudiera conducir hasta el campamento guerrillero el francés Régis Debray y el argentino Ciro Bustos, la lleva a cumplir esa misión. Cuando su jeep estacionado en un garaje de Camiri es descubierto, cae su cobertura y tiene que quedarse en la guerrilla.
El Che comenta entonces en su Diario: "Se pierden dos años de un trabajo bueno y paciente". El Comandante Guevara le entrega un fusil M-1 y Tania se transforma en combatiente.
Su conducta de guerrillera es tan ejemplar como su trabajo clandestino. Resiste durante toda la odisea que vive entre finales de marzo y el 31 de agosto el grupo de Joaquín del cual forma parte. Paco, sobreviviente del grupo, señala que su actitud era un aliento para todos. Caminaba a pesar de las terribles heridas que tenía en los pies. El Jefe del grupo que cerraba la marcha detrás de ella para protegerla, buscaba un lugar donde ella pudiera reponerse en compañía de un combatiente cubano gravemente enfermo.
El 31 de agosto, el grupo de Joaquín cae en una emboscada en el Vado de Puerto Mauricio, en el Río Grande. No le dejan a Tania ni el tiempo de empuñar el arma, cae y su cuerpo es arrastrado por la corriente. Lo rescatarán una semana después.
El prólogo del libro "Tania, la guerrillera inolvidable", redactado en la clandestinidad por Inti Peredo, boliviano de la guerrilla, señala:
"¡Murió heroicamente por la libertad de América Latina, pero vivirá siempre como un ejemplo de lo que es capaz de hacer una mujer valiente y revolucionaria de verdad!
Escribiendo una crítica de ese libro en la edición del 28 de octubre del diario "Granma", Graziella Pogolotti, escritora cubana, subraya:"Es de acero el temple de quienes dejaron su huella en la historia. Pudieron hacerlo, sin embargo, porque sus pies estaban sólidamente afincados en la tierra, porque vivieron intensamente en lo cotidiano la existencia de hombres, porque estuvieron unidos a los demás por múltiples y diversos lazos, porque no sintieron, en suma, la Revolución como un conjunto de principios abstractos, sino como acción concreta, heroica sí, pero también construida con el modesto trabajo de cada día, hecho para los hombres y con los hombres, donde la disposición al sacrificio total va unida al anonimato y a la preocupación por la eficacia...
La admiración va creciendo por la estatura moral de la combatiente y, al propio tiempo de ese ejemplo personal se desprenden y consolidan, de manera indirecta, los principios de una ética, de una conducta. No se trata de un conjunto de normas abstractas, impuestas desde a fuera, sino del pleno acuerdo entre la conciencia individual y los requerimientos de la acción revolucionaria. La solidaridad nace de sentirse parte del sufrimiento de otros, del combate y el sacrificio de todos. Surge espontánea cuando se toman las armas para responder a una amenaza directa. Indispensable y más profundamente arraigada tiene que estar en el combatiente solitario instalado en un medio hostil, obligado a llevar a toda hora, una máscara, vigilante siempre de los demás y de si mismo. Ese duro aprendizaje fue el de Tania.
No sólo el de las técnicas de la inteligencia, sino el saber aprisionar su verdadera personalidad, asumir otro nombre, lo que significa comportarse en toda hora de manera diferente. En medio de esa terrible soledad, el espíritu se mantiene, cuando se sabe que ese aislamiento es circunstancial, que otros en la distancia prosiguen en formas diversas el mismo combate.
Internacionalismo revolucionario no es etiqueta que corresponda al aventurero, sediento de nuevas experiencias. Nace de un profundo arraigo, como el de Tania en el recuerdo de su Argentina natal, de un genuino rechazo de la explotación como el de Tania renunciando al camino seguro que le brindaba la RDA , al trabajo creador en la Cuba revolucionaria recién descubierta, al amor y la amistad posponiendo sus proyectos personales por acudir allí donde otros hombres necesitan redención."
(Tomado de Cuba Solidarity Project - Francia)