ALCA
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9 de febrero de 2003
James Petras en diálogo con Cronicón
"ALCA es una extensión del neoliberalismo, pero con propósito de dominación política"
Fernando Arellano Ortiz
Cronicón
En América Latina se están comenzando a dar vigorosas luchas sociales que en algunos países ya se reflejan en grandes levantamientos populares y huelgas, como consecuencia del fracaso del modelo económico neoliberal imperante y el dominio hegemónico de los Estados Unidos. Y si no hay un cambio de rumbo económico, las cosas pueden empeorar en esta conflictiva región, advierte el científico social James Petras, quien en forma exclusiva diálogo con CRONICÓN, en la ciudad de Quito, durante las jornadas anti ALCA que se realizaron en la capital ecuatoriana a finales de 2002.
Petras es considerado como uno de los analistas sociales más connotados de Estados Unidos, cuyos ensayos y reflexiones sobre los efectos que ha generado el libre mercado son estudiados y tenidos en cuenta por los diversos centros universitarios e intelectuales más reconocidos a nivel internacional. Actualmente es profesor de ética política de la Universidad de Binghamton en Nueva York y conferencista invitado de los principales centros académicos de Latinoamérica.
En medio de sus múltiples compromisos, aceptó esta invitación a dialogar periodísticamente para expresar sus opiniones sobre la realidad de América Latina y los efectos de la globalización en el mundo.
- El magnate húngaro-norteamericano George Soros ha señalando que el proceso de globalización tal como viene terminará desintegrándose. ¿Usted qué opina, considera que la globalización económica ya cumplió su ciclo?
- Yo creo que lo que llama Soros globalización es un mal concepto y considero que se refiere más bien a las incidencias del imperialismo, porque el problema no es que los capitales simples circulan por el mundo saqueando la riqueza sino que los Estados imperialistas los respaldan e intervengan en su favor cuando hay pérdidas y los bancos se van a la quiebra interviniendo con dólares o euros para salvarlos, y cuando hay conflictos también intervienen y presionan a los gobiernos a través del Fondo Monetario Internacional como ha ocurrido con la Argentina actualmente, entonces tenemos que clarificar que la forma como lo presenta Soros es equivocado, puesto que los intereses imperiales no solo son defendidos por las multinacionales sino por los Estados hegemónicos a partir de las guerras de conquista como está programado ahora en el Medio Oriente por el régimen de George Bush.
- ¿La globalización económica en qué forma está cambiando las condiciones políticas en América Latina?
- El punto a analizar es que especuladores como George Soros entran en los países y especulan contra su moneda causando grandes pérdidas para los ahorradores, fundamentalmente, como ha ocurrido en la Argentina y eso causa una radicalización de los pueblos. Esta situación genera grandes desplazamientos de comunidades campesinas, pero a la vez apropiación de riqueza y las medidas que acompañan este tipo de fenómenos como las privatizaciones terminan por elevar los índices de desocupación y es el caldo de cultivo para que irrumpan movimientos sociales poderosos, grupos armados, sindicatos combativos y la convergencia de todos estos sectores civiles, en algunos casos insurgentes, está ahora confrontando el proyecto hegemónico de los Estados Unidos y creando las condiciones para establecer regímenes autoritarios como sucede en Colombia con el presidente Álvaro Uribe y su política de tierra arrasada.
- ¿Esa crispación social de la que usted habla puede terminar en confrontaciones violentas?
- Lo que yo veo es que en poco tiempo va a ver transformaciones sociales, ya tenemos muchas manifestaciones de rechazo mayoritario a las políticas neoliberales, el caso de los 53 millones de personas que votaron en Brasil contra Cardoso y en favor de Lula, a pesar de que este líder como figura política es pequeño frente a las grandes demandas de esa nación. Pero esa gran votación responde al clamor de las gentes por transformar el sistema y no acomodarlo o suavizarlo. También está el caso del gran respaldo electoral a Evo Morales el combatiente dirigente de los campesinos y trabajadores en Bolivia, quien perdió las elecciones presidenciales por un reducido margen de dos o tres por ciento. Tenemos las grandes movilizaciones indígenas en Ecuador, así como las huelgas generales en Colombia que en medio de la guerra civil sus organizaciones sociales están en pie de lucha y hay muchos otros ejemplos. Incluso algunos conservadores últimamente empiezan a poner distancia frente a las pretensiones imperialistas como, por ejemplo, el hecho de que el ex gerente de Coca-Cola, el presidente de México Vicente Fox haya rechazado la pretensión de Bush de declarar la guerra al Medio Oriente e hizo énfasis en la necesidad de buscar una salida negociada, lo cual enfadó mucho al presidente norteamericano porque consideraba que contaba con el peón mexicano en su gran plantación.
- ¿En su concepto cuáles han sido en esencia las consecuencias del neoliberalismo en América Latina?
- El dominio hegemónico de los Estados Unidos y el neoliberalismo han generado un gran retroceso económico, en los últimos diez años en los países de América Latina se ha producido uno de los peores periodos de crecimiento en toda la historia del siglo XX. Si comparamos las estadísticas es un desastre lo que ha ocurrido y si analizamos lo que ha pasado en la Argentina se puede observar que ese país ya lleva cinco años soportando una gran depresión económica sin encontrar aún ninguna salida. Y qué decir de Uruguay que es un país quebrado, en bancarrota; Brasil está sobreviviendo con un préstamo que fue otorgado antes de su gran caída; Ecuador lo mismo, está viviendo una bomba de tiempo; y Uribe manejando una economía en la peor crisis de Colombia en cien años, entonces el capitalismo no deja ni permite a las fuerzas productivas avanzar.
- ¿Los Estados Unidos no estarán viendo en el ALCA una oportunidad para mejorar sus condiciones de mercado ante una posible crisis económica internacional a mediano o largo plazo?
- ALCA es un proyecto neomercantilista, es una extensión del neoliberalismo hacia una dominación política y no solamente económica, porque no se trata únicamente de bajar las barreras arancelarias puesto que muchos países ya lo hicieron sino que es también la continuidad de las políticas de privatización, aunque en este momento tenemos cuatro mil empresas privatizadas en América Latina. Entonces el ALCA no es más que el traslado del centro de decisión a Miami, desde donde Estados Unidos va a dictar las condiciones de comercio, de privatización de los servicios públicos y las condiciones para la producción. En consecuencia esta transferencia también significa que los gobiernos de Latinoamérica no tienen función económica. De esta manera ALCA terminará copando las funciones estatales, consolidando un poder político cuyo objetivo es la exclusión de Europa y Japón como competidores de Estados Unidos, marginando también a los productores locales de América Latina, absorbiendo además los servicios de salud y educación que quedan en manos de los gobiernos nacionales de los países de esta región y como si esto fuera poco, está la posibilidad de utilizar los ejércitos latinoamericanos más allá de las fronteras como los gurkas en los famosos ejércitos de Inglaterra. Ello además posibilitaría el reclutamiento de soldados de Suramérica a partir de los conflictos mundiales para ponerlos a hacer trabajo bélico. En síntesis podría indicar que el ALCA es una política extremista porque acaba de un tajo con la soberanía de estas naciones, al tiempo que propende por la protección de más de cincuenta sectores de la economía norteamericana que no son competitivos.
- ¿Cómo analiza usted la evolución del Plan Colombia? ¿Considera que se va a seguir exacerbando el conflicto colombiano?
- Absolutamente, la situación colombiana va a llevar a más conflictos generalizados y sin fin porque están muriendo civiles colombianos, soldados e insurgentes. Mientras se siga derramando sangre colombiana, Estados Unidos va a continuar involucrándose en el conflicto porque su meta es destruir a los antagonistas de su proyecto en este país y no les importa el costo económico porque ya la guerra ha desplazado millones de productores, han creado un clima tan conflictivo que ningún inversionista serio se atreve a ir a Colombia, han limitado todas las posibilidades de dirigir el presupuesto nacional hacia la productividad. Entonces hay que señalar con toda claridad que Estados Unidos interviene en Colombia para reestablecer su hegemonía aprovechando no solamente sus recursos económicos sino también adoptando un plan de conquista mediante la destrucción, desechando las posibilidades de reconciliación y producción. Este es un proyecto político-militar que camina independientemente del costo económico para Colombia en todo sentido.