En la próxima semana, del 19 hasta el 21 de noviembre, 34 países de América Latina, Norteamérica y el Caribe se reúnen en Miami para avanzar en la discusión sobre la implementación del Área de Libre Comercio para las Américas (Alca) y quizá marcar la fecha para la concertación del tratado.

Esta cumbre de ministros de comercio exterior pretende no repetir el fracaso de la última reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC), en septiembre último en Cancún, de resultados inocuos. Sin embargo, las manifestaciones de rechazo al Alca están programadas no sólo para la ciudad sede del encuentro, como así también para todo el continente, con el fin de presionar a los gobiernos de los distintos países americanos a retirarse de las negociaciones.

En este lunes, 17 de noviembre, la coordinación de la Campaña Continental en Contra del Alca realizará una reunión en Miami para hacer los últimos ajustes de la participación de las diferentes campañas y articulaciones norteamericanas y continentales en las acciones unitarias durante el evento. Se espera a más de 35 mil manifestantes antiglobalización para la ocasión. En virtud de ello, la Policía de Miami pondrá en las calles más de 2 mil policiales y ya están contratadas más de 40 agencias del orden para asistir directamente a los cerca de mil participantes de la cumbre.

Para Miami, la programación de protestas, que promete ser pacífica pero contundente, tiene el siguiente esbozo: el 19 de noviembre se efectuará un carnaval popular; el 20 de noviembre una marcha pacífica y entrega simbólica de miles de hojas firmadas por ciudadanos e ciudadanas a los ministros de comercio. Además, desde el 17 al 21 de noviembre, se desarrollarán talleres, foros y eventos educativos en los se discutirán, entre otros temas, las alternativas a la globalización neoliberal, la globalización en el mundo africano y la otra cara del Alca.

Sin embargo, todo el continente estará de alerta contra las negociaciones del Alca. En verdad, ya se están realizando en muchos países consultas populares cuyos resultados son rechazos casi unánimes a la firma del acuerdo. También, como acción de la "Campaña No al Alca" en los diversos Estados americanos, se están promoviendo encuentros con parlamentarios para exponer al gobierno la opinión de los movimientos sociales sobre la cuestión e informes educativos sobre el impacto de la validación del tratado para la población.

Por ejemplo, cada año 14 millones de personas mueren a causa de enfermedades infecciosas, muchas de las cuales podrían evitarse si las personas más pobres tuvieran acceso a medicamentos asequibles. Los acuerdos que se están negociando en el marco del Alca harán que los países adopten una legislación sobre patentes más restrictiva y estricta que la acordada recientemente por la OMC. El resultado será el aumento del precio de las medicinas que quedarán totalmente fuera del alcance de los más pobres.

Así, para la próxima semana, varios países están haciendo convocatorias para las actualizaciones nacionales de las manifestaciones que ocurren en Miami por cuenta de la Cumbre Ministerial del Alca. Durante el evento cada versión local del movimiento contra el Área de Libre Comercio de las Américas pretende hacer jornadas, marchas y actividades educativas y así convertirse en una sola voz en repudio a esta especie de integración económica. En el caso del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que aparentemente suspendió las barreras entre los mercados de EE.UU., Canadá y México, son visibles las desventajas del acuerdo para este último país, el más pobre.

En Brasil las movilizaciones serán el día 21 de noviembre. Cada estado contará con programación propia bajo la consigna "por un plebiscito oficial sobre el Alca y contra el acuerdo con el FMI". Las primeras actividades confirmadas son: en Brasilia la manifestación de la marcha de los Sin Tierra a la embajada de EEUU; en São Paulo una manifestación en el Banco Central; en Rio de Janeiro un pitazo delante al consulado estadounidense; en Porto Alegre la marcha de los "Sin", por las calles centrales de la ciudad; y en Paraná un debate sobre militarización y el Alca.