22 de noviembre del 2003
Miami: Máxima represión, pero acuerdos mínimos
En un día de enfrentamiento en las calles, los ministros se conforman con acuerdos mínimos
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Entre disturbios y un operativo policial jamás visto en esta ciudad, el jueves 21comenzó y terminó la VIII Reunión Ministerial del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que reúne a 34 ministros de países de este hemisferio -excepto Cuba- con el objetivo de derribar las barreras comerciales en forma multilateral.
Por lo menos hubo 36 manifestantes detenidos, que enfrentarán acusaciones que van desde el asalto agravado, reunión ilícita, resistencia al arresto y robo hasta ingreso a propiedad privada. La policía informó que dos policías sufrieron lesiones menores y que por lo menos tres manifestantes fueron atendidos en un hospital por heridas menores.
Una vez terminada la jornada, los representantes de Estados Unidos y Brasil -líderes de la cumbre- demostraron su satisfacción por lo negociado y consideraron que las naciones reunidas dieron un paso más para lograr el acuerdo.
Ante el consenso alcanzado ayer y la decisión de no ir más allá en la negociación de los puntos más conflictivos, los ministros decidieron concluir la reunión un día antes de lo previsto.
Para evitar un fracaso sonado, la VIII Reunión Ministerial del ALCA se inclinó por mantener viva la llama de un ALCA de objetivos limitados con la esperanza de seguir avanzando poco a poco en 2004.
Por parte de Brasil, el ministro de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, remarcó la importante colaboración de todos los países y aventuró un final feliz para estas negociaciones. "Sin duda ha habido muy buena química y estoy seguro que seremos exitosos", sentenció.
Mientras que el representante de Comercio Exterior de Estados Unidos, Robert Zoellick, aunque también conforme con los avances, fue más prudente al señalar que, si bien dieron un paso importante, "aún no se puede subestimar el grado de complejidad de un acuerdo que envuelve los intereses de 34 naciones".
Antes de que comenzaran las negociaciones, las preocupaciones estaban centradas en la posición con la que entrarían a negociar Estados Unidos y Brasil, las dos economías más poderosas del hemisferio, que ya habían mostrado algunas diferencias.
Pero la apertura disolvió toda tensión. En la ceremonia de inauguración del evento tanto Zoellick como Amorim pidieron a los restantes 32 países que avancen en el proceso de creación del bloque comercial más grande del planeta y dijeron haber superado diferencias preexistentes.
Es que ambos países habían tenido varias semanas previas de discusión -no siempre en tono amigable- sobre algunos puntos "calientes" en los que parecían no ponerse de acuerdo. Estados Unidos, por un lado, sostiene que los subsidios agrícolas deben ser negociados en el ámbito de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y Brasil, con el mismo argumento, elude tocar temas conflictivos como la apertura de compras gubernamentales, inversiones, servicios y propiedad intelectual.
Brasil y Estados Unidos copresiden esta etapa final de las negociaciones cuyo objetivo sigue teniendo como plazo enero de 2005 y que, más allá de las protestas que giran en todo este hemisferio, los gobiernos parecen dispuestos a seguir.
La declaración del ALCA, elaborada el miércoles por viceministros, pide un acuerdo central que todos los países deben cumplir, pero permite que cada nación decida si se compromete en temas más controvertidos.
OPERATIVO SIN PRECEDENTE
Mientras los ministros negociaban en el hotel Intercontinental de Miami el futuro del comercio internacional en el continente, miles de manifestantes demostraban su descontento en las calles y algunos cientos combatían con la policía.
Para contener la protesta, evitar los destrozos en la ciudad y preservar la realización de las negociaciones, efectivos policiales de 40 ciudades que habían entrenado especialmente durante seis meses para esta ocasión se concentraron en el corazón económico y financiero de Miami formando una cuadrilla de 2,500 efectivos fuertemente armados que cercaron el perímetro donde se llevaban a cabo las negociaciones.
Pero a pesar de la apabullante demostración de fuerza de la policía floridana, que tiñó por completo las calles de azul, los incidentes no pudieron evitarse y durante la mañana cientos de personas resultaron heridas y detenidas tras violentos enfrentamientos.
Los uniformados no dudaron en contener con violencia durante la mañana a los manifestantes que traspasaban los límites establecidos, logrando que por la tarde los grandes grupos de protesta ya estuvieran desconcentrados; sólo corridas y grupos dispersos podían verse en las calles del centro después del mediodía.
Los manifestantes portaban carteles que decían: "Egoísmo corporativo" y "ALCA contamina el pescado".
El jefe de la policía, John Timoney, señaló que "el inicio difícil" de las manifestaciones del día ocurrió porque la policía trataba de disolver la agrupación de los manifestantes que no tenían permiso de estar en las calles.
Los que finalmente no pudieron expresarse fueron los grupos pacíficos, ya que las marchas fueron quebradas por los hechos de violencia y los gases lacrimógenos que arrojó la policía. La protesta pacífica había reunido a unas 20 mil personas que representaban a los sectores agrícolas e industriales del país, grupos ambientalistas, estudiantes y agrupaciones civiles, entre otros.
(Tomado de La Opinión, noviembre del 2003)