América Latina se sube al tren de la venta de créditos de emisiones de metano. Activistas critican el modelo
De gas invernadero a estrella de mercado
Diego Cevallos
Tierramerica
Capturar metano, uno de los gases que producen el calentamiento de la Tierra, apunta a ser uno de los más atractivos negocios ambientales para países desarrollados y sus
contrapartes en América Latina. Pero la tendencia produce urticaria entre activistas sociales y ecológicos.
Brasil ya inscribió oficialmente en instancias internacionales el primer proyecto para capturar ese gas, responsable de 20 por ciento de las emisiones que causan efecto invernadero y el desquiciamiento del clima, y usarlo en la producción de electricidad.
Por la implementación de proyectos de ese tipo pagarán países industrializados que han ratificado el Protocolo de Kyoto (1997), para cubrir así parte de la reducción de emisiones de gases invernadero que les impone ese tratado.
Detrás de Brasil, otros países de la región apuestan también a la idea de conseguir financiamiento para atrapar el metano, un gas que emana de basurales, desechos del ganado y algunos vegetales y cuyas emisiones en América Latina y el Caribe son 9,3 por ciento del total mundial, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Y en otro impulso global al uso de este gas, Estados Unidos firmó en noviembre un acuerdo que dio vida al Consorcio para el Mercado de Metano, junto con Argentina, Australia, Brasil, China, Colombia, Gran Bretaña, India, Italia, México, Nigeria, Rusia y Ucrania.
Según sus socios, esa iniciativa puede disminuir emisiones netas de gases invernadero (medidas en unidades de dióxido de carbono) en una cantidad equivalente al retiro en un año de 33 millones de vehículos de las autopistas del mundo.
"Vemos mucho futuro en el mercado" de metano, que beneficia a los países endesarrollo y a los industrializados, dijo a Tierramérica Jorge Barrigh, coordinador del Programa Latinoamericano de Carbono de la Corporación Andina de Fomento (CAF).
Ese organismo regional y otros globales como el Banco Mundial trabajan para que el mundo en desarrollo aproveche la oferta de créditos y la ayuda tecnológica que a su entender abre el llamado Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) previsto en el Protocolo de Kyoto, que entrará en vigencia el 16 de febrero de 2005.
El MDL fue diseñado para ayudar a los países industrializados a cumplir en 2012 con la meta de llevar sus emisiones de gases invernadero a niveles 5,2 por ciento menores que los registrados en 1990.
Compañías del Norte pueden acceder a "créditos de carbono", que las acercan a esa meta, cuando invierten en proyectos de reducción de emisiones en países en desarrollo.
Brasil registró como MDL su plan NovaGerar, que aprovechará el gas metano extraído de la basura de Nueva Iguazú, municipio de un millón de habitantes en la periferia de Río de Janeiro, para alimentar una central termoeléctrica con capacidad de generación de 12 megavatios.
Participa en ese proyecto el Fondo Holandés de Desarrollo Limpio, vinculado con el Banco Mundial.
Los créditos vía MDL incentivan a los gobiernos municipales a disponer mejor de la basura, ya que "la posibilidad de un ingreso y de reducir costos estimulan la implantación de rellenos más adecuados", dijo a Tierramérica Antonio Carlos Delbin, director técnico de Biogás Energía Ambiental, la
empresa que ejecuta el proyecto.
Otro proyecto que Brasil inscribiría oficialmente como MDL en 2005 apunta también a generar electricidad usando metano, pero del relleno sanitario Bandeirantes, en las afueras de Sao Paulo. Está marcha desde enero y ya produce energía.
La reducción de emisiones de metano en Bandeirantes alcanzará 19 millones de toneladas equivalentes de carbono en 21 años, indicó a Tierramérica Helvecio Guimaraes, director técnico de Econergy Brasil, firma que da servicios técnico-financieros a proyectos
de tecnología limpia.
Colombia tiene su propio plan de captura de metano, ubicado en el occidental valle del Cauca, donde la empresa azucarera Ingenio del Cauca (Incauca) utilizará residuos de caña para desplazar al carbón como combustible.
Con el dinero que se obtenga por ese proyecto en el marco del MDL, se aspira a crear un laboratorio escolar empresarial, en el que participen 120 niños y 240 padres de familia, explicó a Tierramérica, Rubén Uchima, Jefe de la planta de generación de energía de Incauca.
Pero no todos están de acuerdo con las bondades del MDL.
Con este mecanismo "los países industrializados desvían sus compromisos de reducir sus emisiones de carbono y evitan invertir en desarrollo de tecnología realmente limpia", alegó la investigadora Nadia Martínez, del Instituto de Estudios Políticos, con sede en Washington.
El MDL "parecía ser una buena idea, pero se ha convertido en un
esquema de transacciones comerciales que beneficia a multinacionales conproyectos no necesariamente adecuados", dijo a Martínez.
Washington retiró en 2001 su firma del Protocolo de Kyoto, con el argumento de que era contrario al interés económico de Estados Unidos, pero ya anunció que destinará 53 millones de dólares en los próximos cinco años al desarrollo del Consorcio de Mercado de Metano.
Eso habla de qué y quiénes están realmente detrás del MDL, comentó Martínez.
Según María Teresa Szauer, directora de medio ambiente de la CAF, "el creciente interés en la captura de metano", tiene relación con que las metodologías de medición y contabilidad de ese gas están ya definidas y desarrolladas, "lo que facilita mucho su inclusión en el mercado".
Sobre las críticas de los ambientalistas, Szauer sostuvo que se trata de posturas "un tanto intransigentes", que no toman en cuenta "el valor agregado que tienen esos proyectos para nuestros países".
La CAF afirma que el MDL debe aprovecharse, pues permite que los países en desarrollo accedan a tecnologías rentables y sustentables, y por eso ayuda a las naciones de América Latina y el Caribe a identificar oportunidades en la materia.
Diego Cevallos
Corresponsal de IPS. Con aportes de Yadira Ferrer (Colombia) y Mario Osava (Brasil).