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El gobierno de Túnez ahoga las organizaciones sociales en vísperas de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información
A falta de dos meses para que se celebre en Túnez la segunda fase de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI), el gobierno de Zine El Abidine Ben Ali ha decidido endurecer aún más su política hacia las organizaciones sociales.
Si el mes pasado el gobierno tunecino decidió privar de su sede a la Asociación de Magistrados Tunecinos, una organización donde se encuentran representados todos los abogados del país, hace unos días impedía al Sindicato de Periodistas Tunecinos llevar a cabo su primer congreso constitutivo.
Y el pasado viernes, la Liga Tunecina de Derechos Humanos (LTDH) sufrió una sentencia judicial en la que le prohibían la realización de su asamblea anual.
El Presidente Ben Ali parece estar llevando a cabo una "represión preventiva", según la denominación usada por Kamel Jendoubi, presidente de la Red EuroMediterránea de los derechos del hombre (REMDH).
Para este líder social el gobierno cuenta con el respaldo internacional, por ello puede poner a prueba "la capacidad de resistencia de las organizaciones" sin temor a reprimendas o a sanciones.
Esta es la razón por la que los abogados en Túnez son acosados y perseguidos sin ningún pudor gubernamental. Decenas de ellos han visto cómo se les retiraban expedientes, para asfixiarlos económicamente, al tiempo que eran sometidos a una constante vigilancia policial.
Privados del apoyo institucional de otros países, las asociaciones tunecinas tratan de conquistar la solidaridad de la opinión pública y de las organizaciones internacionales.
Según declaró Mokhtar Trifi, presidente de la LTDH, "necesitamos apoyo aquí. La situación se degrada para el LTDH, pero también para todas las organizaciones que defienden los derechos civiles en Túnez. Es toda la sociedad la que está bajo presión".
Los periodistas también manifiestan su preocupación por el cariz que toman los acontecimientos a medida que se acerca la CMSI. Denuncian la ausencia de pluralismo informativo, el encarcelamiento de periodistas y la maquinaria propagandística del poder.
Para Khemais Ksila, vicepresidente de la LTDH, lo que está ocurriendo en Túnez es "una guerra contra la inteligencia. El régimen ha arremetido contra los catedráticos de universidad [que se declararon en huelga a finales del curso pasado], los magistrados, los periodistas, y quiere imponer silencio a un gran testigo creíble, la Liga de los derechos del hombre. La sociedad civil está asfixiada, hay más de 500 presos políticos en Túnez, algunos encarcelados desde hace 15 años, decenas murieron bajo la tortura, otras pasaron años en aislamiento total".
Cuando hace unos meses oposición y estudiantes salieron a la calle para protestar por la probable visita de Ariel Sharon con motivo de la Cumbre, se pudo comprobar la disposición del gobierno ante los diversos sectores de la sociedad tunecina: represión y silencio informativo.
Tras cada uno de estos actos se pone más de manifiesto "el silencio insoportable de los gobiernos europeos sobre lo que pasa en Túnez", se queja Michel Tubiana, vicepresidente de la FIDH (Federación Internacional de Derechos Humanos), y al tiempo que añade que "la Unión Europea es uno de los proveedores de fondos de la LTDH pero el dinero duerme en las cajas del Banco Nacional sin que Europa reaccione a este robo a mano armada del Estado. El silencio de Francia es ensordecedor e intolerable. Las relaciones personales entre presidentes sobresalen sobre el respeto de los derechos humanos. El régimen tunecino continúa siendo aceptable para sus valedores, Europa y los Estados Unidos, mientras el pueblo tunecino se coma su hambre".
En medio de este panorama de tensión un grupo de organizaciones, tunecinas e internacionales, hicieron público un comunicado en el que mostraban su "indignación por la rápida degradación del clima general de libertades en Túnez a falta de dos meses para la CMSI".
Las asociaciones firmantes consideran "inconcebible que la Cumbre se celebre en Túnez con un balance tan deplorable en materia de libertades".
Al tiempo que consideran necesario que "el gobierno respete sus compromisos relativos a las libertades fundamentales, particularmente de expresión y asociación, garantizadas por los instrumentos internacionales ratificados" y que los gobiernos que asistan a la Cumbre mundial, entre el 15 y el 18 de noviembre de 2005, "reconozcan la gravedad de esta situación y actúen para que el gobierno tunecino respete por fin sus compromisos internacionales".
Entre los grupos que suscribieron este documento se hallaban la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT),el Consejo Nacional por las Libertades en Túnez (CNLT), la Liga Tunecina de Derechos Humanos (LTDH), la Asociación Tunecina de Mujeres Demócratas (ATFD), Raid-ATTAC Túnez, la Asociación de Lucha contra la Tortura en Túnez (ALTT), el Sindicato de Periodistas Tunecinos y el Centro por la Independencia de la Justicia en Túnez (CIJT), entre otros.