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Medio Oriente - Asia - Africa

Níger: Malditos por la pobreza, diezmados por la hambruna

Gloobal Hoy

Ya superan el millón los nigerinos que necesitan de emergencia ayuda alimentaria. Esto equivale a uno de cada diez nigerinos, de los cuales, como suele suceder, los más vulnerables son los niños. Pero el hambre crónica del país se ha visto acrecentada por la peor invasión de langostas en 15 años y la población incluso está buscando comida en hormigueros.

Cada día que pasa mueren decenas de niños en los centros de nutrición. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA) considera "catastrófica la situación" y anunció ahora que planea triplicar el número de personas a ser alimentadas, cifra que casi alcanzaría el millón.

Quienes se encuentran en riesgo más inmediato son los niños, según señaló un comunicado de la organización Médicos Sin Fronteras (MSF), cuyos centros de alimentación tienen una tasa de admisión tres veces superior a la que, a esta altura, tenían el pasado año.

El país, ubicado en las partes sahelianas y saharianas de África Occidental padece sequías periódicas. Pero investigaciones de nutrición recientes señalan que no este hecho crónico está alcanzando picos de intensidad: se está dando una tasa de malnutrición aguda entre niños de menos de cinco años de 2.4 y 2.9%; en las áreas más afectadas, la tasa alcanza incluso el 6%.

Si bien el año pasado pareció que las cosechas iban a ser positivas este año, la invasión de langostas ocurrida recientemente ha echado a perder las plantaciones de la mayoría de los campesinos. Las lluvias, por otra parte, en extremo escasa, obstaculiza cualquier pronta recuperación en este país poblado, en su gran mayoría, en zonas rurales que dependen de forma directa de los recursos de la tierra.

La crisis alimentaria fue descubierta a inicios de este años por trabajadores de MSF, debido a la estampida de niños desnutridos hacia sus centros de alimentación (lo que llevó a que se introdujera un programa de asistencia alimenticia limitado, poco después, y que diversas organizaciones humanitarias arribaran al país para comenzar programas de nutrición especializados), pero su profundidad recién se entiende ahora.

"Níger necesita ayuda ahora, no mañana", señaló el director para el país de MSF, Gian Carlo Cirri, quien ha venido exigiendo una respuesta rápida a la crisis, que empeora día a día.

Según las autoridades de MSF, la respuesta inicial fue "seriamente entorpecida" por lo tardío de los fondos y las dificultades para comprar alimentos en la región. En las últimas semanas, tras que la crisis fuera difundida por medios de comunicación internacionales, el PMA recibió un poco más de cuatro millones de dólares, para asistir a 465.000 personas (el pedido inicial de la organización). Luego, dada la intensificación de la crisis, la PMA solicita 12 millones de dólares adicionales para cubrir, de forma rápida, los crecientes costos de la operación, que ahora aspira a alimentar a 1.200.000 personas. Sin embargo, hasta ahora sólo llegó la primera partida pedida.

Los signos de la catástrofe.

La hambruna ha llegado a un punto tan crítico que sus pobladores han comenzado a comer raíces y frutas tóxicas, si bien ricas en proteínas. Trevor Rowe, vocero del PMA, ha declarado a distintos medios que, la situación es catastrófica, pero que salvo presta intervención, empeorará pronto, ya que no se trata sólo de que la población carezca de qué comer, sino que también el ganado está muriendo. "Ahora empieza el período de lluvia y, sin alimentos, los niños serán más vulnerables a la malaria y la diarrea".

Por su parte, el coordinador de Asistencia Humanitaria de Naciones Unidas, Jan Egeland, quien responsabilizó a la comunidad internacional por no haber hecho lo suficiente para solucionar la crisis, ha señalado que en rigor son dos millones y medio las personas que necesitan comida; sin ella, por otra parte, 150.000 niños morirán en breve.

Después de culminar una visita de cinco días, Jean Ziegler, relator especial de la ONU para el Derecho a la Alimentación, detalla que quienes podrían verse afectados superaría incluso esa cifra: tres millones y medio de personas, de ellas 800.000 niños que "para sobrevivir, rompen los hormigueros para sacar los granos que almacenan las termitas". Bebés que debieron haber pesado siete kilos, señala Ziegler, sólo alcanzan a pesar 3 kilos. "La mayoría de las células cerebrales de los niños que sobrevivan no se recuperarán jamás", sentenció.

La maldición de la pobreza.

La crisis fue ampliamente pronosticada, después de la escasa cosecha, sequía e invasión de la plaga de langosta el año pasado, y ahora la crisis alimentaria es la peor desde 1984.

Egeland puntualiza que "Níger es el ejemplo de una emergencia descuidada, donde las tempranas advertencias no fueron escuchadas", ya que los primeros llamados fueron realizados por ONU en mayo de 2004 pero no captaron la atención, ni de la comunidad internacional ni del gobierno nigerino, que según Egeland, rechazó las solicitudes de distribuir comida gratis ni hizo lo suficiente para prepararse ante la escasez de alimentos. Muchos nigerinos decidieron trasladarse a países fronterizos con la esperanza de encontrar algún alimento debido a que las raciones repartidas por el gobierno eran escasas y en extremo costosas.

Por su parte, el gobierno responde citando sus pedidos de asistencia, realizados desde noviembre de 2004, e ignorados desde entonces. La pasada semana, los gobiernos de Francia y Canadá se comprometieron a prestar ayuda de emergencia a la situación.

Pero, más allá de la emergencia, la catástrofe es estructural. La desnutrición afecta la tercera parte de los nigerinos, que viven en el país más pobre del mundo, después de Sierra Leona, y no será resuelta por las operaciones que se están llevando a cabo ahora. Incluso en un buen año, las tasas de malnutrición son altas. El 82% de la población depende de la agricultura de subsistencia y el Ganado, pero sólo el 15% del territorio nigerino es apto para el arado la irrigación es escasa, lo que deja a los campesinos a merced de las lluvias.

El 30% de estos "malditos" es nómada y la media de las familias es de 10 personas. Hace apenas dos años, en 2003 se prohibió la esclavitud, una práctica ancestral, muy arraigada en el país. La expectativa de vida no llega a los 46 años.