Medio Oriente - Asia - Africa
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Un cuento de dos manifestaciones
Anteayer, se convocaron dos manifestaciones, separadas tan sólo por unas
docenas de kilómetros.
Una tuvo lugar en el asentamiento de Homesh, no muy lejos de Jenin. Decenas de
miles de colonos y sus simpatizantes se manifestaron en contra de la evacuación
planeada de este asentamiento. Los manifestantes juraron sabotear las decisiones
del gobierno y de la Knesset. Uno de ellos declaró que ellos sólo podrían
sacarlos en ataúdes cubiertos con la bandera nacional.
Ciento de soldados y policías fueron apostados a lo largo de la ruta para
proteger a los manifestantes contra todas las eventualidades. La radio oficial,
La Voz de Israel, les dijo a sus oyentes que la policía de tráfico estaba
actuando de acuerdo a las instrucciones de los líderes del Consejo de
Asentamientos.
Al mismo tiempo, otra manifestación tuvo lugar en Bil'in, al oeste de Ramallah.
Los habitantes de ese y otros pueblos vecinos, junto con los activistas por la
paz israelíes, se manifestaron contra la "Cerca de Separación" que se está
construyendo en sus tierras.
Esta manifestación fue atacada salvajemente por soldados y policías que
asaltaron, pegaron, dañaron y arrestaron a los manifestantes empleando viejas y
nuevas armas. El personal de seguridad, como dice la expresión hebrea, "tenía el
asesinato en sus ojos."
En este área, no hay ni siquiera la pretensión de que la Cerca de Separación
sirva a propósitos de seguridad. El objetivo real es evidente para cualquiera
que visite el lugar: robar a Bil'in y a los otros pueblos su tierra para
agrandar el asentamiento de Kiryat Sefer.
Yo recuerdo ese lugar hace unos diez años. Entonces, estaban expropiándose unos
olivares bien cuidados y fueron destruidos por excavadoras. También, en ese
momento, los lugareños nos pidieron protestar e intentar detener esto.
Ahora, un pueblo grande de judíos ultra-ortodoxos se ha construido allí y ha
estado ampliándose rápidamente. La Cerca de Separación pasará cerca de las
últimas casas de Bil'in y separará al pueblo del resto de sus tierras. En esta
tierra se construirán nuevos barrios de Kiryat Sefer. Junto a los asentamientos
cercanos de Modi'in Ilit y Matitiyahu, éste es uno de los "bloques de
asentamientos" que los gobiernos israelíes (tanto del Likud como Laboristas)
quieren anexionar a Israel, con la bendición del presidente Bush.
El plan de los lugareños era conducir una manifestación pacífica al trazado de
la Cerca y plantar algunos simbólicos plantones de olivos. Pero la experiencia
en este área nos ha enseñado que debe esperarse que las fuerzas de seguridad
reaccionen violentamente. Por consiguiente, se pidió que tomaran parte solamente
los activistas que conocen las condiciones y tienen experiencia en el trato con
las fuerzas de seguridad. Éramos unos 200 israelíes, hombres y mujeres de todas
las edades. Las instrucciones dadas en los autobuses, oralmente y por escrito,
eran de mantener la manifestación en la estricta no-violencia.
Esperábamos que los autobuses fueran detenidos en el trayecto y nos preparamos
para esta eventualidad. Por consiguiente, realmente quedamos sorprendidos cuando
llegamos al pueblo sin incidentes. Sólo después nos dimos cuenta de que era una
trampa.
En el pueblo, nos unimos a unos mil habitantes de este y de los pueblos vecinos,
hombres, mujeres y niños, y nos pusimos en camino hacia la Cerca. A la cabeza
caminaba el anterior ministro palestino Kadura Fares, el candidato presidencial,
Dr. Mustafá Barghouthi, los miembros árabes de la Knesset, Barakeh, Zakhalkeh y
Dahamsheh, los jefes del pueblo y yo. Portábamos ramas de olivo en nuestras
manos, para plantar a lo largo del trazado de la Cerca. Los mozos del pueblo
también llevaban una bandera palestina de 50 m. de larga. Delante de nosotros
una furgoneta decorada conducía despacio, y un activista palestino en ella
anunciaba en hebreo a través de un potente altavoz: "¡Ésta es una manifestación
pacífica y no-violenta!"
Sobre un kilómetro antes de llegar al trazado de la Cerca, una hilera de
personal de las fuerzas de seguridad nos detuvo. No llevaban ninguna insignia,
por lo que no supimos si eran soldados o policías de fronteras.
De repente, sin advertencia alguna, una salva de granadas de gases lacrimógenos
fue lanzada sobre nosotros. En unos segundos, fuimos envueltos por una nube de
gas blanco, con el estruendo de granadas detonantes estallando, que nos venían
desde todas las direcciones.
Los manifestantes, tosiendo y ahogándose, nos dispersamos a los dos lados.
Muchos de ellos flanquearon a los soldados y continuaron avanzando sobre el
terreno rocoso. Fueron detenidos por una segunda fila y también rociados con
gases lacrimógenos.
Nosotros, a la cabeza de la manifestación, seguimos y alcanzamos un punto
aproximadamente a unos 50 metros del trazado de la Cerca, cuando una tercera
línea de soldados nos atacó. El parlamentario de la Knesset, Barakeh, tuvo una
acalorada discusión con un oficial, y mientras estaban discutiendo
apasionadamente un soldado disparó una granada de gas justo entre las piernas de
Barakeh. Resultó levemente herido en la pierna. Otro soldado particularmente
feroz, me arrebató el cartel que estaba sosteniendo con mis manos - el emblema
de Gush Shalom de las banderas de Israel y Palestina - y me empujó salvajemente,
golpeándome además.
En otros lugares, el alboroto era aún peor. Muhammad Hatib, uno de los jefes del
pueblo, se dio cuenta de que un hombre, con la cara cubierta, empezó a tirar
piedras a los soldados. Corrió hacia él y le gritó: "¡ Decidimos no tirar
piedras! ¡Si usted quiere tirar piedras, hágalo en su propio pueblo, no en
nuestro! ¿De qué pueblo viene usted?" El hombre se volvió hacia él y le atacó,
al mismo tiempo que llamaba a sus compañeros; se quitó el pañuelo de la cara y
se puso una gorra de policía.
Así se destapó el secreto y también fue documentado por las cámaras: soldados
"arabizados" secretamente infiltrados habían sido puestos en acción. Éstos
empezaron tirando piedras a las fuerzas de seguridad para proporcionarles un
pretexto para que nos atacaran. En el momento en que fueron descubiertos, se
volvieron contra los manifestantes más cercanos a ellos, blandieron revólveres y
empezaron a arrestarlos. Después, cuando se puso en evidencia que los hechos
habían sido grabados por equipos de las televisiones extranjeras, la policía
confirmó oficialmente que tirar piedras es el método usado por los soldados
secretos "arabizados" para confundirse entre la muchedumbre.
En el transcurso del día, emergieron más detalles sobre los hechos: que era una
unidad que antes nunca se había empleado para semejante acción: la unidad del
Servicio de Prisiones "Massada", cuyo trabajo normal es reprimir motines en las
prisiones. Esta es una unidad especialmente salvaje, quizás la más violenta del
país que fue dotada con nuevos medios "antidisturbios". Entre otros: balas de
sal diseñadas para causar heridas particularmente dolorosas. Muhammad Hatib, el
hombre arriba citado, de 30 años de edad y padre de dos niños, recibió cuatro de
estas balas en su espalda: grandes anillos de cardenales hinchados llenaron todo
lo ancho de la misma.
Estas balas de sal fueron traídas a Israel desde Norteamérica a principios de
los años noventa, pero hasta ahora el ejército se había inhibido de usarlas,
temiendo las protestas del público. Fueron probadas por primera vez en nosotros.
Parece que el ejército preparó la acción entera de antemano como una trampa. La
unidad "Massada" probó sus tácticas y armas en esta marcha pacífica de civiles.
La diferencia chocante del modo en que las dos manifestaciones fueron tratadas
provee de alimentación al pensamiento.
Los colonos están abiertamente preparando e intentando paralizar el estado,
impedir la aplicación de las decisiones del gobierno y de la Knesset, y, en
efecto, derrocar la democracia israelí. Pero Ariel Sharon y su gente llaman
públicamente a "abrazarlos", a "amarlos" y " ver su dolor con comprensión." Esta
es la directiva dada a las fuerzas de seguridad. Para los activistas por la paz,
el tratamiento indicado es bastante diferente.
Esto arroja a la luz un fenómeno mucho más importante que puede determinar el
futuro de Israel. Aquí, la gente se ha acostumbrado tanto a eso que lo acepta
como natural. En el extranjero, la población no tienen conocimiento sobre esto.
El hecho es que todos los días, todos los medios de comunicación israelíes
consagran sus mas importantes noticiarios a la propaganda de los colonos. Cada
programa de noticias de cada uno de los tres canales de televisión, da una
cobertura exhaustiva a los asuntos de los colonos, discursos de los colonos y
entrevistas a colonos. A menudo, estos informes llenan medio programa de las
noticias.
Entre los colonos y los medios de comunicación ha venido a darse un tipo de
simbiosis; trabajan "con una cabeza." Todos los días se preparan varios actos
para los medios de comunicación, que ávidamente les hacen hueco para servir como
órganos de propaganda impagada de los colonos y de la extrema derecha. Una vez
en un tiempo, era usual dar el derecho de replica a la otra parte, por eso del
"equilibrio". Ya no. No hay ninguna otra parte, ningún otro lado.
En los programas de las noticias, ni una palabra - literalmente ni una palabra -
de crítica a los colonos se ha oído jamás. La clase dirigente "izquierdista"
también hablan de la necesidad de "abrazarlos" y "entenderlos", y así, por
supuesto, lo hacen todos los portavoces del gobierno y de los grandes partidos.
A las personas que tienen una opinión opuesta, no se les da ninguna oportunidad
de hablar sobre los colonos en los principales medios de comunicación del país.
De esta manera, la democracia israelí pone todos sus medios de comunicación
exclusivamente a disposición de los enemigos de la democracia. Incluso en la
República de Weimar, la estupidez no llegó tan lejos.
¿Absurdo? Sólo lo parece. En realidad, refleja la situación verdadera: a pesar
de todo lo hablado en voz alta sobre la "desconexión", el corazón de Sharon está
con los colonos. Él piensa anexionar a Israel la mayoría de los asentamientos de
Cisjordania, si no todos ellos.
La controversia actual sobre un manojo de pequeños asentamientos en la Franja de
Gaza es, a sus ojos, un tipo de riña familiar, y pasará rápidamente. Realmente,
Sharon podría estar interesado en alimentar la conmoción, para convencer a los
norteamericanos de que es poco realista esperar que él desmantele los
asentamientos y puestos avanzados de Cisjordania. Hecho: el ejército y la
policía nunca han usado, ni una sola vez, gases lacrimógenos contra los
manifestantes de derechas, incluso cuando físicamente han sido atacados y
dañados por estos (como pasa regularmente en Hebrón, por ejemplo) o cuando los
colonos bloquean carreteras vitales y causan grandes atascos.
Por otro lado, la controversia con nosotros, los activistas por la paz, la
oposición real al gobierno, es una lucha genuina por el futuro de Israel: de si
será un estado dentro de las fronteras de la Línea Verde, un estado, liberal,
democrático que viva en paz con un estado palestino viable a su lado; o un
estado agresivo, nacionalista que confiscará prácticamente toda Cisjordania y
que mantendrá a los palestinos en algunos enclaves aislados.
Si uno lo ve de esta manera, las directrices dadas al ejército son bastante
lógicas: Abracen a los colonos, porque ellos son nuestros hermanos, y peguen a
los activistas por la paz, porque ellos son el enemigo.