Entrevista a Abdelhamid Amine, presidente de la
Asociación Marroquí de Derechos Humanos
"Marruecos no será un Estado de Derecho hasta que no tenga una
Constitución democrática"
Agencia de Información Solidaria
Abdelhamid Amine conoce de primera mano las violaciones de derechos humanos en
Marruecos. Acusado de "complot republicano", pasó de 1972 a 1984 entre las
prisiones de Casablanca y Kenitra, donde fue torturado. "Como todos los
detenidos en esos años", dice. La organización que preside, la Asociación
Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), critica el proceso de reconciliación con el
pasado que vive el país, en el que antiguos presos políticos, torturados y
familiares de represaliados narran ante las cámaras de televisión los
sufrimientos que padecieron desde 1956 [independencia del país] hasta 1999
[fallecimiento de Hassan II y ascenso al trono de Mohamed VI]. La prohibición de
citar los nombres de los torturadores, la limitación del tiempo de los
testimonios y el hecho de que no se aborden las violaciones de derechos humanos
durante el reinado de Mohamed VI han llevado a la AMDH a organizar, desde
febrero, una serie de "audiciones paralelas" a las "oficiales" de la Instancia
Equidad y Reconciliación (IER), bajo el lema "Testimonios en toda libertad para
la verdad".
¿Por qué la AMDH decidió poner en marcha estas "audiciones paralelas"?
Para nosotros, lo esencial es aprovechar el interés general en Marruecos por el
tema de las violaciones graves de derechos humanos para tratarlo desde nuestro
punto de vista. Nuestras audiciones se caracterizan por la plena libertad, de
ahí nuestro lema. Aparte de las cuatro sesiones de testimonios, hemos organizado
una sesión expresamente de mujeres víctimas de violaciones graves de derechos
humanos, otra de exiliados o antiguos exiliados políticos en Europa, otra de los
abogados que defendieron a las víctimas de los procesos políticos injustos que
vivió Marruecos y finalizaremos con un proceso simbólico de responsables de
violaciones de derechos humanos. Todo esto es inédito respecto a las audiciones
de la IER.
¿No teme que estas "audiciones paralelas" acaben por desacreditar a la IER?
No es nuestro objetivo. Nosotros queremos presionar al IER para que vaya lo más
lejos posible en la búsqueda de la verdad y de la reparación a las víctimas y a
la sociedad, para que todo esto derive en el fin de la impunidad para los
responsables.
Al citar los nombres de los presuntos torturadores, ¿no se corre el riesgo de
acusar a inocentes?
Yo tengo confianza en que aquellos que citan los nombres de responsables de
violaciones graves actúan con responsabilidad y sólo lo hacen si lo tienen
claro. De todas formas, si alguien se molesta porque se cite su nombre, puede
hacer un desmentido o iniciar un proceso por difamación.
La AMDH querría hablar también de las violaciones de derechos humanos tras 1999…
Por supuesto. Las violaciones de derechos humanos son un todo y no hay motivo
para detenerse en 1999. Lo único que nos va a permitir que no se den estas
violaciones en el futuro es tratarlas en su totalidad y que esto sirva para la
edificación de un Estado de derecho. En nuestras audiciones declara al menos una
persona por violaciones posteriores a 1999. Nos hubiera gustado que fuesen más,
pero la gente tiene miedio, lo que prueba que aún queda mucho por hacer.
¿Qué balance hace del reinado de Mohamed VI en materia de derechos humanos?
Desde principios de los noventa, ya con Hassan II, ha habido una evolución en
este terreno, gracias a la lucha de los demócratas marroquíes, al apoyo que
éstos han recibido de demócratas del exterior y a un cambio en el contexto
internacional. Pero esos cambios han sido parciales y frágiles. Parciales porque
afectan sólo a una parte de los derechos humanos, los políticos y civiles -y ni
siquiera en toda su amplitud-, mientras que se ha paralizado, o incluso
retrocedido, en materia de derechos económicos y sociales, que son fundamentales
para la inmensa mayoría de la población marroquí.
Y frágiles porque estos cambios no se sustentan en fundamentos sólidos, ya que
la Constitución sigue siendo la misma. Es una Constitución que no es
democrática, en la que no se reconoce la soberanía popular, en la que el Rey
acumula el conjunto de poderes esenciales del país, en la que los valores
esenciales de derechos humanos no están realmente reconocidos, etc. Por ejemplo,
no reconoce la igualdad entre hombre y mujer, y además no hay separación de
poderes, no sólo entre Ejecutivo, Legislativo y Judicial, sino también entre
poder religioso y poder político. Hasta que no exista una nueva Constitución,
que sea democrática, no podremos hablar de Estado de derecho, ni de avances
reales en democracia y derechos humanos.
¿Cuales son las principales violaciones de derechos humanos hoy en día en
Marruecos?
Quizás le sorprenda la respuesta, pero creo que las violaciones de derechos
económicos y sociales. Está el problema del paro, los despidos arbitrarios en
fábricas y empresas, el no respeto a la legislación laboral, las encarcelaciones
por ir a la huelga, o el nuevo código de trabajo, que aporta muchos puntos
positivos en temas secundarios, pero una importante regresión en los puntos
importantes, como la estabilidad del empleo o el papel de los sindicatos en el
interior de las empresas, que ha sido totalmente marginado. Todo esto sin hablar
de las violaciones al derecho a la salud, al medio ambiente o de problemas como
el del analfabetismo (que afecta al 50 por ciento de la población) o el de las
viviendas insalubres.
En cuanto a los derechos políticos y civiles, tenemos la falta de igualdad entre
hombres y mujeres. Aunque el Código de Familia supone un avance, la mujer sigue
dominada, sobreexplotada, humillada y está privada de los derechos que se le
reconoce mundialmente. Está también el problema de la tortura, al que ya han
hecho mención varias asociaciones internacionales, como Amnistía Internacional,
Human Rights Watch, el Comité de Derechos Políticos y Civiles de Naciones
Unidas, etc.
¿Existe una verdadera voluntad por parte del Palacio Real de mejorar las
condiciones de vida de los marroquíes y de acabar con las violaciones de
derechos humanos?
Hace quince años, el discurso de los derechos humanos era considerado
subversivo, algo de gente que quería dañar al país. Ahora se ha progresado mucho
en este plano: todo el mundo habla de derechos humanos, de democracia, de
modernidad, etc. Pero en el plano práctico, si se quiere hacer respetar los
derechos humanos, primero hay que levantar las reservas sobre las convenciones
internacionales de derechos humanos, y trasladar su contenido a la legislación
marroquí. Por ello, hay una separación entre el discurso y lo que realmente
sucede.
En primer lugar, Ali Lmrabet (periodista marroquí liberado el pasado año tras
ocho meses en prisión y que actualmente denuncia trabas del Palacio Real para
impedirle sacar una nueva revista en su país]) debería poder tener su
publicación. No es normal que esto pase en un país que se dice democrático. En
segundo lugar, hay una campaña contra Ali Lmrabet por haber visitado Tinduf y
haberse reunido con Mohamed Abdelaziz, el líder del Polisario. Se esté o no de
acuerdo con la posición de Lmrabet, éste tiene derecho a expresar sus opiniones.
Es realmente deplorable que unas asociaciones que se dicen "de derechos humanos
en las Provincias del Sur" (Sáhara Occidental), se hayan manifestado contra Ali
Lmrabet, pero también contra la AMDH, por defender la libertad de opinión.