Latinoamérica
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Bandazos de la derecha foxista
Julio Pomar
¡Felicidades hoy a todos los colegas en el Día Internacional de la Libertad
de Prensa!
El desenlace del asunto López Obrador, que para el vocero presidencial Rubén
Aguilar ya está 'zanjado' pues fue producto de una decisión 'de Estado', se
parece en más de un sentido a la renuncia del canciller Luis Ernesto Derbez a
seguir participando en la elección del secretario general de la Organización de
Estados Americanos (OEA), lo cual le abrió la puerta al secretario del Interior
chileno, José Miguel Insulza, para ocupar esa posición. Un asunto no deja al
otro a la zaga porque ambos tienen todos los visos de tratarse de 'bandazos'
políticos, dos virajes que no corresponden a una política coherente o a una
visión de largo plazo, sino que son producto de improvisaciones que en ambos
casos estaban destinadas, una de dos, a naufragar ellas por sí mismas o a hacer
naufragar al país en su proceso de sucesión presidencial y a perjudicar más aún
su imagen hemisférica interamericana.
Ambos 'bandazos' se inscriben, no obstante, entre los hechos positivos, pocos,
muy pocos, que tiene la actual administración foxista; o sea, se inscriben en un
buen camino de la política nacional. Ahora José Murat, ex gobernador de Oaxaca,
que no tolera a los periodistas libres, y es secretario de Asuntos
Internacionales del PRI que dirige Roberto Madrazo, formula severas críticas a
éste y habla de que su partido cayó en una trampa de la derecha, lo cual supone
que esa derecha tuvo una visión de largo plazo suficiente como para urdir la
gran maniobra versus López Obrador, cuando evidentemente se trató sólo de una
persecución ministerial y judicial, apoyada en un endeble caso judicial, que a
cada rato tropezó con sus propias improvisaciones y torpezas jurídicas. En
rigor, si el PRI cayó en una trampa, fue en la trampa de sí mismo, la que
Madrazo en su ambición de llegar le instrumentó para asegurar, por la vía de la
inhabilitación de AMLO, su pase a la Presidencia en el 2006.
Es lo que la ex presidenta del PRI, ahora senadora, Dulce María Sauri, le dijo a
Madrazo (La Jornada, sábado 30 abril), tras las declaraciones del dirigente
priísta, de profundo encono contra la decisión foxista de detener la bronca
contra López Obrador: 'Cualquiera le puede decir a Madrazo: '¿qué querías, que
te lo quitaran de enfrente (a López Obrador) para hacerte más fácil la
elección?'. Pero ninguno de los hechos ocurridos en el diferendo Fox-López
Obrador avalan la versión de una trampa de la derecha, cerebralmente planeada y
ejecutada con precisión germánica. Por el contrario, la derecha foxista armó,
con la connivencia de la cúpula priísta, la persecución contra López Obrador y
ahí se la fueron llevando, atolondradamente, de tumbo en tumbo, hasta que
prevaleció la resistencia del jefe de Gobierno del DF y el repudio de amplísimos
segmentos de la sociedad, y sus persecutores foxistas no tuvieron más remedio
que hacerle caso a la realidad. Al final de cuentas, el PRI quedó colgado de la
brocha, aunque no más que los diputados panistas y otros dirigentes de este
partido, que se la jugaron contra el Peje con el Yunque, sin entender que éste
los habrá de sepultar si le siguen permitiendo que los maneje a placer a través
de Manuel Espino.
Por el lado interamericano, el bandazo y el fracaso fueron también muy claros y
estentóreos. La ocurrencia de Derbez-Fox de lanzarse a competir por la
secretaría general de la OEA, sin haber hecho trabajo político previo, dio por
resultado su fracaso. Pero fue otro bandazo, ya que hasta el viernes pasado
Derbez se mantuvo en la tozudez de seguir pujando por la posición, que hubo de
cambiar cuando la secretaria de Estado de EU, Condoleeza Rice, más realista, no
quiso abrir nuevos frentes de confrontación con los países fuertes del Cono Sur
(Brasil, Argentina, Venezuela, Uruguay y Chile), y acabó convenciendo a Derbez
de no insistir. Fue algo así como la RCA Víctor de hace décadas: 'la voz del
amo' la que dictó la conducta a seguir por Derbez.
Fidel Castro, quien ahora observó con socarronería las andanzas hemisféricas de
los Estados Unidos, a diferencia de anteriores ocasiones, en que las registró
con tensión inocultable, festejó 'la derrota del candidato del imperio', el
'americano-mexicano' Derbez. Es que la auto candidatura de Derbez era un
despropósito tanto para América Latina como para México y nuestra tradición
profunda de una política internacional independiente y no sometida al imperio.
Llevaba al actual gobierno de México a enfrentarse a esos gobiernos
sudamericanos que pujan por revisar las relaciones injustas de todo orden con
los Estados Unidos. Cada uno de esos gobiernos tiene sus matices diversos, pero
están convergiendo en varias coincidencias, entre ellas que es insostenible para
nuestras naciones el modelo económico neoliberal impulsado desde los órganos del
poder financiero-económico-monetario creado y gobernado por los EU y los países
europeos occidentales. México, con Derbez al frente de la OEA, se iba a
convertir en el cancerbero del imperio, acérrimo neoliberal confeso como es. Iba
a hacer realidad plena, vergonzosamente y en el nivel latinoamericano, el
lacayunismo de la derecha mexicana ante los Estados Unidos, al que le dicen
'modernidad'. Por ese lado, resultó ser un buen bandazo la renuncia de Derbez al
cargo de titular del Ministerio de las Colonias, pero no dejó de ser otro
bandazo.