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Cogestión, capitalismo y revolución
Misión Conciencia 
Argenpress 
Después de las definiciones hechas por el Comandante Chávez, donde 
caracteriza a la Revolución Bolivariana como Socialista y antiimperialista, 
después de la afirmación de que no es posible acabar con la pobreza dentro del 
Capitalismo. Se desató una importante pugna ideológica, cuyo resultado definirá 
el futuro de la Revolución, del país y del continente.
En esta lucha por la determinación del rumbo económico del proceso encontramos 
dos corrientes principales:
Una, que enarbola la cogestión como máxima propuesta del camino socialista. La 
otra, la propuesta del Capitalismo, que gana sin mucha estridencia terreno 
dentro de la Revolución Bolivariana. Estos dos proyectos, uno confuso y el otro 
franco, son las dos caras de una misma concepción económica: la defensa del 
Capitalismo, por que las dos tesis postulan mantener intactas las relaciones de 
producción capitalistas, es decir, los medios de producción deben seguir en 
manos privadas. Examinemos:
En el mundo se entiende por cogestión el manejo compartido y la participación 
accionaria de los trabajadores en su empresa. Esta modalidad va desde únicamente 
la participación en la gerencia, hasta la apropiación de la totalidad accionaría 
de la empresa, pasando por diferentes niveles de asociación y de gestión 
gerencial. En Venezuela se ensayan formas de cogestión, que se proponen como un 
camino hacia la nueva forma económica que superará al Capitalismo y conducirá el 
proceso hacia el Socialismo.
El meollo de la discusión es, como la cogestión modifica las relaciones de 
producción, de allí depende que apuntalemos al Capitalismo o caminemos hacia el 
Socialismo. Recordemos que: El socialismo, es la conciencia del deber social, 
interactuando con una economía donde la riqueza socialmente producida es 
distribuida justa y equitativamente por esa sociedad a través del Estado. Para 
realizar esta distribución justa, es necesaria la propiedad social. Aquí está la 
clave, el Socialismo sólo es posible en una economía donde lo determinante sea 
la propiedad social. La cogestión se desarrolla alrededor de fábulas. Veamos:
Primera Fábula: La cogestión, al transferir la propiedad de las empresas a los 
obreros, modifica las relaciones de producción, y por lo tanto es un paso hacia 
la superación del Capitalismo y sendero al Socialismo.
Falso, la realidad, es que la cogestión al transferir propiedad a los obreros 
deja intactas las relaciones de producción, y aquí se origina un espejismo muy 
común, se piensa que la proliferación de los capitalistas, es decir, de los 
dueños de las empresas, cambia la calidad de las relaciones de producción, 
cuando en realidad las deja íntegras. No es relevante si el dueño del capital es 
uno, o son muchos, siempre actuará en la economía como capital que busca 
reproducirse y acumularse, confiriendo de esta manera la marca a esa sociedad. 
Es el caso de los Estados Unidos y de Europa, con una economía llena de 
accionistas, que eligen directiva y dictaminan las líneas principales de las 
empresas, y sin embargo, esas sociedades son paradigmas del Capitalismo salvaje. 
La llamada democratización del capital es un espejismo que apuntala al sistema 
Capitalista.
Segunda Fábula, la cogestión transfiere poder a los trabajadores y a los pobres.
Falso, la realidad es que la cogestión, al transferir la propiedad y la potestad 
Estatal a una ínfima parte de los trabajadores, lo que hace es debilitar al 
Estado revolucionario representante de las mayorías desposeídas, y al debilitar 
al Estado revolucionario, debilita a los trabajadores, y los coloca en manos de 
los capitalistas nacionales y extranjeros. De esa manera la cogestión pone en 
peligro el avance de los trabajadores, de los humildes, y de la sociedad que a 
través del Estado revolucionario ha tomado en sus manos la gestión de su 
destino.
Las fábulas en economía y en política siempre son peligrosas y se pagan caro, la 
fábula de la cogestión lleva implícita algunos riesgos:
Primer peligro: En las condiciones concretas de Venezuela, donde se propone casi 
de forma exclusiva en las empresas del Estado, la cogestión sería un camino 
expedito para privatizar las empresas Estatales, y este proceso inevitablemente 
llevará a la privatización de PDVSA.
Segundo peligro, la cogestión, crea, estimula la conciencia del capitalismo, es 
decir de los valores del egoísmo, y nos aleja de la conciencia del deber social, 
pilar fundamental del Socialismo, y de nuestra Revolución. La cogestión, se 
afianza en valores anclados en lo profundo de la psiquis capitalista: la 
propiedad de los medios de producción, el dinero, el lucro individual, es decir 
todos los valores que se asocian a la riqueza de las minorías privilegiadas. 
Debemos entender que hay otras formas y valores de la riqueza que son propias 
del bienestar de toda la sociedad: trabajo, asistencia social, salud, educación, 
cultura, alimentación, recreación, amor.
Tercer peligro, la cogestión se disfraza de conquista obrera, confundiendo a 
muchos, cuando en realidad, al convertir a los obreros en propietarios, impide 
que la clase obrera realice su papel histórico: transferir la propiedad de los 
medios de producción a la sociedad, acabando de esta manera con la explotación 
del hombre por el hombre. De allí que la cogestión es una válvula de seguridad 
para el sistema Capitalista, ya que impide que la clase obrera cumpla con su 
papel histórico liberador, y así el Capitalismo jamás será superado.
Dejemos de lado la propuesta cogestionaria, para estudiar al proyecto de los 
Capitalistas sin maquillaje, la expresión más claras de estos la encontramos en 
la Misión Vivienda.
Se habla de una alianza estratégica del Estado con la banca privada, y los 
constructores privados, para, con inmensos recursos del Estado, resolver el 
déficit de vivienda. Es una clara propuesta que nutre al Capitalismo: lo que 
está por debajo de ella es la convicción de que la sociedad a través del Estado 
no puede resolver los problemas sociales, es la celebre idea de que el Estado es 
ineficiente y los privados eficientes. De allí se desprende, que la lucha contra 
la pobreza, el hambre, por educación, por salud, deben ser tareas de la misma 
alianza estratégica, de allí se desprende que se puede acabar con la pobreza 
dentro del Capitalismo, en alianza con él. Todo esto nos lleva a la conclusión, 
errada por supuesto, de que el Capitalismo no es malo, sino que esta mal 
implementado, y la Revolución se debe limitar a hacer que los capitalistas se 
porten bien. De esta manera cambiamos Socialismo por el Capitalismo de unos 
supuestos empresarios buena gente que sólo existen en la imaginación.
Hasta aquí todo claro, existen dos versiones económicas restauradoras, una 
oblicua, la cogestión y la otra franca el Capitalismo. Las dos corrientes 
coinciden en que debilitan a la Revolución y por tanto al Comandante Chávez. El 
desarrollo, el fortalecimiento de cualquiera de las dos significa la derrota de 
la Revolución, que es lo mismo que decir, la derrota del pueblo y la derrota de 
Chávez.
De todo esto se desprende la urgencia de construir, de definir con claridad la 
propuesta económica de la Revolución. Los extraordinarios cambios en lo social, 
las misiones, los alfabetizados, la posición digna en lo internacional, los 
adelantos en la alianza cívico militar, todo eso, debe encontrar basamento en un 
proyecto económico revolucionario. Estamos seguros, que discutiendo con 
franqueza y transparencia, y con la guía del Comandante Chávez, conseguiremos, 
como en otras oportunidades, el camino correcto. Ese es el reto.