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Latinoam�rica


 

El general brasile�o Augusto Heleno dejar�a el mando de las tropas recrudecen las criticas a la intervenci�n onu en Hait�

Ernesto Carmona

La probable salida del general brasilero Augusto Heleno Pereira Ribeiro del comando de las tropas de Naciones Unidas en Hait� ensombrece el futuro de la intervenci�n militar multinacional. Estados Unidos sac� del poder a Jean Bertrand Aristide sin tener nada mejor que ofrecerle al pueblo haitiano, fabricando as� otro callej�n sin salida -a imagen y semejanza de Irak-.

Al mismo tiempo, la agencia brasilera ADITAL anuncia que la Escuela de Derecho de la Universidad de Harvard y la ONG Centro de Justicia Global sentar� en el banquillo a la Misi�n de la ONU para la Estabilizaci�n de Hait� (Minustah) �l difundir este mi�rcoles un informe que aparecer� simult�neamente en Brasil, Estados Unidos y Suiza y cuyos fragmentos ya comenzaron a publicarse en el pa�s de Heleno.

El documento acusa a la Minustah de prestar cobertura a la 'campa�a de terror de la polic�a en las villas miseria de Puerto Pr�ncipe' cometiendo sus propios abusos de derechos humanos y responsabiliza a balas brasileras de la muerte de un ni�o de dos a�os en el tugurio Bel Air, durante una manifestaci�n acaecida el 14 de febrero. 'Los hechos relatados all� no tienen fundamento y contradicen todo lo que fue dicho hasta ahora, relacionado con la misi�n, bastante elogiada, dicho sea de paso', se quej� Heleno. 'Lamento el informe y todo lo que puedo decir es que, al contrario, ya fuimos criticados porque estar�amos retaceando el uso de la fuerza', le dijo el general a la Agencia Brasil.

'Tenemos que evitar emplear la fuerza y la violencia, pero estamos regidos por el cap�tulo 7 de las misiones de paz, uno de los m�s duros, por el cual est� permitido el uso de la fuerza', subray� Heleno, quien neg� cualquier participaci�n de Brasil en los hechos que ocurrieron de madrugada, antes de la llegada de las tropas de paz. 'La polic�a, por querer actuar a corto plazo, acostumbra ir de operaciones sola y despu�s, llamarnos', coment� el militar al diario O Globo, el 3 de marzo, en un viaje a Brasil para recibir un premio. En esa oportunidad, el general critic� a la polic�a haitiana por actuar violentamente.'Esta semana hubo una manifestaci�n pac�fica en Bel Air. La polic�a aleg� que no estaba legalizada y tir�, matando a tres personas', dijo.

En la entrevista Heleno insisti� que 'en Hait� hay una fuerza de paz, no de ocupaci�n. No va a haber violencia ciega all�. Soy capaz de utilizar la fuerza, estoy preparado para ello, pero, ante la situaci�n del pa�s y principalmente de lo que imagino es la pretensi�n de la ONU, me reh�so a utilizar la fuerza en forma indiscriminada y contra inocentes. Mientras sea el comandante de la fuerza eso no va a ocurrir. Rel�venme del comando, pero no esperen de m� una actitud de �sas', proclam�.

Los primeros combates de verdad

La muerte de dos cascos azules en Hait� este domingo sign� el primer encuentro frontal de la Minustah con las bandas paramilitares armadas por Estados Unidos para desestabilizar a Jean Bertrand Aristide. Tambi�n fueron sus primeras bajas mortales desde que la fuerza internacional se instal� en junio de 2004, tras la intervenci�n militar 'privada' de Estados Unidos, Francia, Canad� y Chile en febrero y marzo 2004.

El primer acto b�lico se produjo mientras Estados Unidos desarrolla su propia 'misi�n' unilateral en Gonaives, con tropas frescas de infanter�a de marina que no est�n subordinadas al mando de Heleno/Minustah, a la vez que insistentes rumores se�alan desde Brasil que el general dejar� la jefatura de las tropas internacionales a partir de mayo por presiones de EEUU, malestar de las clases dominantes haitianas, inconformidad del gobierno de 'transici�n' y cuestionamientos en su propio pa�s.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil aclar� que 'el general Augusto Heleno permanece hasta el d�a 30 de mayo en Hait�, dirigiendo la misi�n de paz de la ONU'. 'Es cuando vence el contrato de un a�o que el militar brasilero firm� con la agencia brasilera de Naciones Unidas', dijo un portavoz. 'Tengo un contrato vigente con Naciones Unidas. Cuando expire, cabe que la ONU decida si va a enviarme un sustituto para el puesto', precis� el general, seg�n Adital. Todav�a no est� claro si Heleno se queda o se va.

El brasilero tampoco goza de la simpat�a de Washington por su estilo dialoguista y no beligerante respecto a los partidarios de Aristide, aunque por varios meses mantuvo una actitud pasiva con los grupos armados. La nueva pol�tica de mano dura de la Minustah contra las bandas paramilitares debut� a pocas horas de la esperada reuni�n financiera de Cayena, Guayana Francesa, entre la Uni�n Europea, el Banco Mundial, el Banco Monetario, el Banco Interamericano de Desarrollo, el gobierno de G�rard Latortue -que sustituy� a Aristide-, la Minustah -encabezada por su jefe, el chileno Gabriel Vald�s-, y los llamados 'pa�ses donantes', es decir, Argentina, Brasil, Canad�, Chile, Espa�a, Estados Unidos, Francia, M�xico y Rep�blica Dominicana.

En su c�nclave de la colonia francesa de Sur Am�rica, conferencistas renovaron sus promesas de ayuda para Hait� por 1.000 millones de d�lares, al parecer m�s convencidos ahora de someter primero a las bandas armadas para restablecer el orden. En el episodio del domingo fallecieron un casco azul de Sri Lanka y otro de Nepal, cuatro resultaron heridos y tambi�n murieron dos miembros de la banda paramilitar que el 30 de agosto 2004 se tom� el poder local en Petit-Go�ve, a 70 km de Puerto Pr�ncipe, en demanda de su reincorporaci�n al Ej�rcito. Diez paramilitares recibieron heridas durante su expulsi�n de la comisar�a que utilizaron como sede de gobierno y cuartel general.

La Minustah ha recibido fuertes cr�ticas por dejar actuar a los paramilitares en sus nueve meses de intervenci�n en Hait�, desde junio de 2004. La banda de Petit-Go�ve formaba parte de la fuerza paramilitar financiada por la National Endowment for Democracy (NED) para promover la lucha armada contra Aristide, desalojado del poder por Estados Unidos y Francia en la madrugada del 29 de febrero 2004.

Los grupos armados reclaman su inclusi�n en la reconstrucci�n del Ej�rcito, disuelto en 1994 por la 'invasi�n democratizadora' de William Clinton, que permiti� el regreso de Ar�stides tras la dictadura del general Raoul Cedras, iniciada en 1991. La Minustah primero intent� negociar con los paramilitares parapetados en la comisar�a, seg�n la t�ctica dise�ada por el general Heleno. El oficial incluy� una participaci�n simb�lica de la polic�a en la operaci�n, a la vez que el gobierno haitiano toma distancia de los paramilitares que antes salud� como 'combatientes por la libertad'.

Despu�s de la expulsi�n de Aristide, las bandas de ex militares y narcos armados se apoderaron de edificios p�blicos de las principales ciudades del pa�s que transformaron en cuarteles de poder local, organizaron patrullajes y se auto designaron fuerza policial sin ning�n control. El gobierno dice hoy que la reconstrucci�n del Ej�rcito ser� tarea del gobierno que saldr� de las elecciones de octubre 2005.

Situaci�n ca�tica

El panorama haitiano muestra hoy la superposici�n de varios poderes que persiguen sus propios objetivos. Lo central es que el colapso del modelo de intervenci�n de Naciones Unidas, que en nueve meses no ha logrado crear una alternativa de poder. EEUU adopt� una postura 'autista' centrada en Gonaives, en tanto el gobierno preferir�a prolongar indefinidamente la situaci�n tal como est�, ...pero con plata. La nueva actitud de la Minustah frente a los paramilitares constituye, adem�s, una derrota para los objetivos asignados a la intervenci�n extranjera por Estados Unidos.

La ruptura del inmovilismo en la situaci�n se debe m�s a las iniciativas del jefe militar de la intervenci�n ONU, el brasile�o Heleno, que a la impotencia de la autoridad pol�tica de la Minustah, el chileno Vald�s. Pero el modelo de intervenci�n sigue las indicaciones del manual, los mismos c�nones de los Balcanes, con los costosos veh�culos de los cascos azules deambulando en medio de la pobreza reinante. A diferencia de Bosnia, en Hait� no existe un ej�rcito, sino bandas armadas y una poblaci�n civil que -mayoritariamente- clama por el regreso de Aristide.

Hasta el enfrentamiento del domingo, Heleno se mostr� blando y poco activo con los paramilitares, al mismo tiempo que en Hait� lo acusaban de proteger a los 'chim�res' -so�adores- , las pandillas juveniles del partido aristidiano Lavalas, que comprende muchos grupos financiados por empresarios y narcotraficantes que buscan prolongar la inestabilidad en el pa�s, en otro signo del caos que gener� el estilo de gobierno de Aristide. Los desembarques y reembarques clandestinos del narcotr�fico hacia EEUU constituye hoy el �nico ingreso real de Hait�, convertido en base de los industriales de la droga de Colombia.

El general Heleno dijo a la prensa haitiana que los aut�nticos terroristas locales, 'los verdaderos enemigos que hay que combatir', son la miseria, la cesant�a y la falta de horizonte de los j�venes de ese pa�s. Habiendo llegado menos del 10% de la ayuda internacional prometida, el brasilero elude reprimir a la poblaci�n civil, sin que hasta hoy se haya producido muerte alguna en las frecuentes manifestaciones pac�ficas pro Aristide, excepto los asesinatos de la polic�a. Heleno promueve 'operaciones de di�logo', puso a sus tropas a recoger la basura y a hablar con una poblaci�n que cada vez desconf�a m�s de las tropas de la ONU.

'Heleno nunca cay� en la provocaci�n de los grupos civiles ultraderechistas que tratan de inducir a la violencia con trucos como 'la Operaci�n Bagdad'', dijo un diplom�tico acreditado en Hait� que pidi� omitir su nombre. La treta consisti� en degollar a dos polic�as para 'revelar' enseguida la existencia de una operaci�n de exterminio fraguada por partidarios de Aristide y justificar la represi�n. Dos senadores fueron detenidos mientras desenmascaraban el montaje por la radio, permaneciendo 4 meses en la c�rcel sin proceso. 'La Operaci�n Bagdad' fue armada por los grupos que le tienen miedo a las elecciones, con gran resonancia en los medios, dijo la fuente.

La Minustah quiere revertir su fracaso

La Minustah perdi� la simpat�a popular inicial. Su despliegue no mejor� las condiciones de vida de la gente hoy en franco deterioro. Se necesitan 40 millones de d�lares s�lo para atenuar la crisis el�ctrica, pero todav�a no llega la ayuda internacional que prometieron Francia y EEUU cuando sacaron a Aristide del poder, hace 13 meses.

La ONU aplica en todas partes un modelo de intervenci�n que ahora est� en crisis en Hait� 'porque no discrimina entre los factores culturales, sociales y coyunturales', explic� una fuente haitiana que tampoco quiso hacer p�blica su identidad. La fuente piensa que hoy la situaci�n reclama destrabar la inmovilidad con acciones de impacto r�pido, apoyando cualitativamente al gobierno de Latortue, intensificar el di�logo nacional y darle prioridad a la construcci�n de infraestructura. Todo esto, de cara a las elecciones.

La ONU vive su propio drama, criticando en sordina el modelo de funcionamiento que le fabric� EEUU, un esquema r�gido que no permite resolver los verdaderos problemas del pa�s intervenido. La Minustah es prisionera de un esquema que ella no cre� y vive el ocaso del papel de Robin Hood con que la recibieron los haitianos al comenzar la intervenci�n. Koffi Anam propuso esta semana una profunda reforma de la organizaci�n, que tampoco gustar� a EEUU

Con habilidad, Aristide pidi� desde su exilio africano ingresar al di�logo nacional. 'Si van a abrir un di�logo pol�tico, tienen que dejarme participar', reclamo desde su exilio africano. Para evitar las elecciones, la derecha instrumenta los montajes del tipo 'Operaci�n Bagdad', con gran resonancia en los medios y sin que nadie diga que se trata de mentiras.

El Llanero Solitario tiene metas propias

Estados Unidos trabaja solo en Gonaives, al margen de la Minustah, con el pretexto de remodelar la ciudad, que est� adscrita al �rea de responsabilidad militar de Argentina. Los gringos operan con 300 marines, de manera independiente, sin consultar ni rendir cuentas a la ONU. 'Se trata de una operaci�n militar secreta para medir reacciones populares en futuras intervenciones, bajo el pretexto de prestar ayuda relevante', coment� un diplom�tico acreditado en Puerto Pr�ncipe.

La Minustah se impuso al gobierno y logr� sacar de la Penitenciaria a los presos pol�ticos m�s importantes, el ex primer ministro Yvon Neptune y el ex ministro del Interior Jocelerme Privert, quienes se encuentran en un hospital militar de Puerto Pr�ncipe bajo jurisdicci�n argentina, tras mantener una prolongada huelga de hambre. Ambos dirigentes est�n presos sin que se les hayan formulado cargos.

La actividad de los marines estadounidenses es uno de los factores m�s preocupantes de la actual situaci�n, junto con la suerte de Neptune y Privert, la eventual salida del general Heleno, el empantanamiento de la llamada 'transici�n' por falta de dinero, el escepticismo y decaimiento de la poblaci�n respecto a la intervenci�n de los cascos azules, el creciente deterioro del gobierno a causa de sus frecuentes cambios de gabinete por acusaciones de corrupci�n, el deterioro de la situaci�n humanitaria reflejada en el caos y la inoperancia de los hospitales y la inacci�n de la justicia ante las violaciones de los derechos humanos a causa de la intervenci�n del gobierno en el aparato judicial. Los jueces viven atemorizados, indecisos, inm�viles, recibiendo presiones de todos lados, no s�lo del gobierno.

Neptune es la figura pol�tica m�s importante en prisi�n, aunque Aristide sigue siendo el �nico l�der pol�tico capaz de movilizar gente sin siquiera estar presente en Hait�. Otro l�der que emerge con gran fuerza es Michel Saint Juste, otro cl�rigo -al igual que Aristide- que ejerce su misi�n entre los pobres del tugurio de Bel Air. La expresi�n pol�tica del aristidismo es el partido Familia Lavalas, con un discurso constante por los despose�dos.

La religi�n disfraza la lucha pol�tica

El apoyo internacional de Lavalas proviene de sectores negros de Estados Unidos, principalmente la organizaci�n 'Black Cocus', que expresa una solidaridad m�s �tnica que pol�tica, imbuida de 'negritud'. El gobierno impidi� este mes de marzo que los estadounidense Ira Kurzban y Maxime Waters, dirigentes del 'Black Cocus', visitaran a Neptune, aplicando su privilegio de decidir quien ingresa o no al territorio. Un comunicado oficial asegur� que no permitir�n la 'explotaci�n pol�tica' de la situaci�n de Neptune, como si su detenci�n ilegal no fuera un hecho pol�tico. Ante los reclamos de Waters de la libertad del preso, el gobierno arguy� 'Yvon Neptune deber� comparecer a la justicia'. Justicia es lo que m�s reclaman por Neptune, incluida la OEA. Da risa, pero as� es la situaci�n.

La lucha pol�tica en Hait� est� fuertemente signada por la religi�n, sin perjuicio de la postura laica de los grupos anti Aristide anta�o progresistas que hoy patrocinan acciones como la 'Operaci�n Bagdad' y en marzo del a�o pasado apoyaron incondicionalmente la intervenci�n extranjera antes que apareciera Naciones Unidas. El catolicismo est� dividido en dos iglesias y de hecho hay dos conferencias episcopales, una gobiernista y otra de oposici�n. Hoy florecen las sectas protestantes totalitarias, estimuladas por el factor electoral y el dinero proveniente de EEUU, ansiosas de crear nuevos l�deres emergentes. La desmoralizaci�n y desesperanza reinantes constituye un caldo de cultivo para las sectas mesi�nicas, al igual que en otras latitudes de Am�rica Latina.

Desde la oscuridad de las bambalinas mueve los hilos una burgues�a peque�a como clase social pero s�per depredadora, desprestigiada, ambivalente en todas sus posturas, carente de un verdadero sentido nacional, en busca est�ril de un l�der que se levante como elemento aglutinador y sea capaz de dorarle la p�ldora a los despose�dos.


* Ernesto Carmona, periodista y escritor chileno.


 

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