Latinoamérica
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La verdad se vuelve dramática
Apolinar Díaz – Callejas
Las informaciones sobre quebrantamiento de los derechos humanos y del derecho a
la vida o al trabajo siempre son dramáticas para el país por la gravedad de sus
violaciones, muchas veces, con el silencio cómplice de algunos medios de
comunicación. Por ejemplo, en el caso del asesinato de personas de mayor edad y
hasta de niños en San José de Apartadó, la situación de descrédito para Colombia
es aterradora.
Cuando aquí el Ministro de Defensa, Jorge Alberto Uribe, niega la
responsabilidad de la fuerza pública en esos hechos, aunque los testimonios del
padre Javier Giraldo, perteneciente al CINEP, y de la ex alcaldesa Gloria
Cuartas dicen y juran lo contrario, la Corte Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH) ha asumido directamente la investigación de ese crimen, pues desde 1997
venía exigiendo protección a los gobiernos colombianos para esa población. Desde
el 24 de noviembre de 2000 dictó una medida requiriendo al gobierno colombiano
'mantener las medidas necesarias para proteger la vida de los 189 miembros de
esa comunidad' (El Tiempo, 15.03.05). Pese a todo ello, ocurrió la reciente
masacre sobre la que volverá a pronunciarse la Corte Interamericana de Derechos
Humanos.
Mirando ese caso y otros como los de las masacres de Guaitarilla y Cajamarca, en
que el gobierno y las fuerzas militares negaron toda responsabilidad, nos
encontramos con que en Colombia frente a esos hechos ocurre lo mismo que en
Chile, Argentina, Uruguay y otras naciones en las que la salvajes dictaduras que
soportaron incurrieron en toda clase de delitos atroces.
Pero los pueblos siempre son los vencedores finales en la lucha contra la
represión y violación de derechos humanos. Está el caso de resonancia mundial
del dictador chileno Augusto Pinochet, quien durante varios años abrió cuentas
bancarias en el Citigroup y otras instituciones financieras de Estados Unidos.
El propio gobierno norteamericano, que impulsó el golpe de Estado y la dictadura
de Pinochet, ha hecho la investigación y acaba de confirmar la extensa red de
cuentas corrientes chimbas de Pinochet y su familia con fondos mal habidos. El
informe gringo dice que durante los pasados 25 años 'las instituciones
financieras de Estados Unidos permitieron que Pinochet elaborara una red extensa
y en gran parte oculta de cuentas bancarias y de valores (...), involucrando
millones de dólares, los cuales usó para mover fondos y hacer negocios'. El
propio Citigroup identificó 63 cuentas y depósitos en Estados Unidos de Pinochet
y su familia en Nueva York y Miami. El ex dictador se cambiaba el nombre y
aparecía como 'José P. Ugarte'.
En su dictadura fueron asesinados miles de chilenos, incluido el general Prats y
otras figuras importantes como el ex canciller Orlando Letelier. Por eso sigue
procesado con detención domiciliaria. Además de criminal, ahora resultó que
también es ladrón.
Al ser restaurada la democracia en Chile hubo 'perdón' a los criminales, pero el
desmonte de la maquinaria judicial al servicio de Pinochet ha permitido hacer
las investigaciones y aplicar las sanciones. Son muy importantes los militares
miembros de la dictadura que están presos. Pinochet se esconde en el baño de su
casa y finge estar enfermo para que no lo metan a la cárcel. Ese es el destino
final de los dictadores y violadores de los derechos humanos.
Don Juan Manuel Santos, ahora jefe de la campaña reeleccionista del presidente
Uribe Vélez, enemigo implacable del actual gobierno de Venezuela, debe estar
maltratado por las noticias que nos llegan: Avanza en ese país la reforma
agraria como no dejaron hacerla en Colombia. Dos hatos ganaderos con más de
110.000 hectáreas fueron expropiados, 'Serán cultivadas por campesinos pobres',
dice El Tiempo de Bogotá.
* Apolinar Díaz-Callejas es ex Senador de la República de Colombia, ex Ministro
del Gabinete del Presidente Carlos Lleras Restrepo y Miembro actual de la
Comisión Andina de Juristas.