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El movimiento al socialismo (mas) denuncia un plan para asesinar a Evo Morales
El Movimiento al Socialismo (MAS)-Instrumento Político por la Soberanía de
los Pueblos (IPSP) y los movimientos sociales de Bolivia, denunciamos que de
acuerdo a informaciones del servicio de inteligencia del propio gobierno, existe
un plan para asesinar al diputado nacional y presidente del MAS, Evo Morales
Aima.
En las últimas horas, fuentes reservadas del servicio de inteligencia del
gobierno nos alertaron que un comando de mercenarios -presumiblemente
colombianos- ingresaron al territorio nacional con el único objetivo de eliminar
a nuestro principal dirigente y a otros del movimiento popular boliviano.
En este macabro plan estaría involucrado el Ministro de Gobierno, junto a
sectores ligados a las transnacionales de los hidrocarburos, los grupos
fascistas y un sector de la oligarquía cruceña.
Además, denunciamos que a través del internet se ha desatado una campaña cobarde
y anónima que ofrece recompensa económica por 'Evo vivo o muerto, mejor, si es
muerto'.
Esta campaña no es nueva, pero en los últimos días, se ha intensificado porque
el objetivo del gobierno de Carlos Mesa y la embajada de Estados Unidos es
criminalizar, satanizar y penalizar al MAS, a los movimientos sociales y a
nuestros dirigentes, principalmente a Evo Morales Aima.
La renuncia -mejor chantaje- del Presidente de la República, el pasado 6 de
marzo, con una serie de mensajes de carácter racista, divisionista y elitista,
tenía ese objetivo de tratar de destruir a nuestro movimiento y sus
representantes. No lo lograron.
Aunque el presidente Mesa aplaudió, en los últimos días, en más de una
oportunidad desde los balcones de Palacio de Gobierno a los funcionarios
públicos que coreaban 'mano dura, mano dura', 'Evo al paredón', 'Muerte a Evo' y
otros adjetivos, el gobierno chantajista no pudo con la fortaleza de los
movimientos sociales y del pueblo boliviano.
La 'renuncia' maquiavélica de Mesa es parte de toda una campaña nacional e
internacional. El 21 de marzo, el editorial del periódico norteamericano
Washington Post señala que 'Evo es una amenaza para la democracia
latinoamericana'.
'Los revoltosos que reclaman ser representantes de la población indígena del
país, echaron del poder a un Presidente democráticamente elegido hace 18 meses
y, ahora se ocupan de su sucesor, Carlos Mesa, quien ha buscado comprometerlos
valerosamente pero sin éxito. Los populistas siguen una onda izquierdista
actualmente pujante en América Latina y tienen el apoyo retórico -y posiblemente
material- del autogobierno denominado 'bolivariano' de Hugo Chávez, presidente
de Venezuela', dice partes salientes de ese editorial que refleja perfectamente
lo que piensa una gran mayoría del actual gobierno.
Es bueno recordar, en esta oportunidad, algunos hechos ocurridos en este año
para comprender la campaña:
- El 15 de enero, un informe del Consejo de Inteligencia de EEUU, denominado
'Mapa del Futuro Global' identifica a Venezuela y Bolivia como dos países que
forman parte del 'eje del mal'. La administración de George W. Bush, bajo el
pretexto de 'terrorismo internacional' puso en la mira al gobierno bolivariano
de Hugo Chávez y al Movimiento al Socialismo (MAS).
- El 20 de enero, mediante medios de comunicación, se conoció que el ex militar
y alto funcionario del Comando de las Fuerzas Armadas para el Conos Sur de los
Estados Unidos, James Hill, acusó a nuestro dirigente de recibir financiamiento
de Hugo Chávez, presidente del gobierno de Venezuela.
- El 22 de enero, el periódico 'Semana' editado en Bogotá-Colombia, en su
sección 'Confidenciales' aseguró que Rodrigo Granda -más conocido como 'el
canciller' de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)- tenía el
teléfono de Evo Morales en una agenda que le fue incautada durante su detención.
- El 17 de febrero, se conoció que la Secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza
Rice, expresó su preocupación sobre el fortalecimiento en este país 'del partido
conformado por cultivadores de coca'. 'Estamos muy preocupados por ese partido
(MAS)', aseguró la 'mano dura' norteamericana.
- A principios de marzo, 'Datos' una revista al servicio del empresariado, el
gobierno y las transnacionales afirma: 'Datos tuvo acceso a documentación
clasificada que asegura que el jefe del MAS, Evo Morales Aima y su par
indigenista Felipe Quispe Huanta, fueron financiados en octubre de 2003 por el
magnate George Soros, hombre ligado a diferentes ONGs, desde donde impulsa la
legalización de la hoja de coca'.
La criminalización, satanización y penalización a los movimientos sociales no es
nueva, esta es una imposición del gobierno de Estados Unidos.
Sin embargo, es bueno recordar que el primer artículo de la Constitución
Política del Estado dice: 'Bolivia, libre, independiente, soberana, multiétnica
y pluricultural, constituida en república unitaria, adopta para su gobierno la
forma democrática representativa, fundada en la unión y la solidaridad de todos
los bolivianos'; por tanto, nosotros -las mayorías nacionales- defenderemos ese
precepto.
Bolivia, tiene a la mayor parte de su población como indígena. Según datos del
último Censo Nacional de Población (INE 2001), el 62 por ciento de los
bolivianos y bolivianas de 15 o más años se identifica con algún pueblo
originario: el 31 por ciento es quechua, el 25 por ciento aymara y el seis por
ciento se identifica con otras etnias; este porcentaje podría ser incluso mayor
porque muchos ocultan su identidad.
A pesar de esta campaña a nivel nacional e internacional, el MAS ratifica que
continuará fortaleciendo el sistema democrático y la unidad en base a los
principios de equilibrio para el pueblo boliviano, defenderá los intereses de
las mayorías nacionales y combatirá para que las justas demandas sean una
realidad.
Todos los movimientos sociales de Bolivia, en torno al Pacto 'Por la Soberanía y
Dignidad Nacional' nos unimos en torno a una agenda popular con las siguientes
demandas:
* La defensa de la unidad del país, entendida como el rechazo a cualquier tipo
de convocatoria de un referéndum sobre autonomías o la aprobación de una ley de
autonomías, por constituir sólo pretextos para dividir el país y evitar la
Asamblea Constituyente.
* La recuperación de los recursos naturales con la aprobación inmediata de la
nueva Ley de Hidrocarburos que garantice la recuperación de todos los
hidrocarburos para el Estado Boliviano, el incremento de las regalías al 50 por
ciento, la refundación de YPFB para que opere en toda la cadena productiva y con
un título de derechos indígenas y originarios y de protección del medio
ambiente.
* La aprobación de la Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente que
garantice una Asamblea Constituyente Soberana, Participativa, Incluyente y
Originaria.
* La expulsión de la ciudad de El Alto de la empresa Aguas del Illimani y la
transnacional Suez y la constitución de la nueva empresa de agua potable en La
Paz y El Alto de carácter social y sin participación privada.
* El rechazo a la aprobación de la inmunidad para soldados y súbditos
norteamericanos, lo mismo que a las negociaciones del país sobre el TLC y el
ALCA hasta que la Asamblea Constituyente defina el nuevo Estado.
* El inmediato procesamiento mediante juicio de responsabilidades a Gonzalo
Sánchez de Lozada y a todos los actores materiales e intelectuales de la masacre
de octubre de 2003.