La verdad es que la "putrefacta justicia chilena" no deja de sorprender a la opinión pública chilena e internacional, cuando se trata de unos de los criminales y ladrones chilenos, sobre el cual se han presentado una cantidad significativa de querellas judiciales, como es el caso del ex dictador Augusto Pinochet.
Tres son los últimos hechos que están relacionados con tan ignominioso personaje. El primero de ellos, es devolver la libertad provisional al ex militar, bajo previo pago de alrededor de 3550 dólares de fianza, para "recuperar su libertad". Recordemos que Pinochet a estado detenido en su parcela de Los Boldos, en la localidad de Bucalemu.Y no como suele ocurrir con los presos políticos que aún quedan en las mazmorras de la "democracia" chilena, y que se encuentran en la Cárcel de Alta Seguridad, en donde han estado cumpliendo condenas bastante largas, sin que su situación judicial este completamente clara. Son las paradojas de la vida, de las volteretas de la justicia chilena, de su marcado sentido de clase y de su aplicación de la Ley del embudo.
Todo esto, avalado además por la Constitución elaborada por el propio dictador y con la cual el gobierno de Ricardo Lagos y sus antecesores de la Concertación, han gobernado a muy buen recaudo.
Augusto Pinochet se encontraba detenido, en el marco de la investigación que se lleva a cabo por los crímenes cometidos en la denominada "Operación Cóndor". La resolución judicial fue confirmada unánimemente por la cuarta sala de la Corte de Apelaciones de Santiago. Pinochet permanece "detenido" desde el 5 de enero, después de que la Corte Suprema confirmara su procesamiento por nueve secuestros y un homicidio dictado por el juez Juan Guzmán.
El segundo hecho que llama la atención, es que la misma Corte de Apelaciones, resolvió rechazar la solicitud de la justicia argentina, por un nuevo desafuero, en el marco del crimen del general Carlos Prats, asesinado junto a su esposa, el 30 de septiembre de 1974, en una acción terrorista, de los aparatos represivos de la dictadura, en la ciudad de Buenos Aires. De allí que se desestimó la petición de la jueza argentina, Maria Servini de Cubría, la que esperaba poder interrogar al ex dictador, para así esclarecer el crimen, de manera que éste no quede en la impunidad. Los argumentos de la justicia chilena, fueron que ya existía una investigación a cargo del ministro de fuero Alejandro Solís.
El último hecho, por cierto huele a humor negro, ya que la información nos indica que el criminal y ladrón, "no puede pagar la fianza", así al menos lo argumentó el ex líder del movimiento de extrema derecha Patria y Libertad, Pablo Rodríguez Grez, actual flamante abogado de Pinochet.
Augusto Pinochet, después de robar a través de diversos tipos de manipulaciones y con la complicidad de diversos funcionarios del Ejército, además de mantener cuentas secretas en diversos bancos de los Estados Unidos y otros países, logro un enriquecimiento ilícito que en una primera instancia sería de un poco más de 16 millones de dólares, sin contar otros bienes.
El ex golpista y terrorista Pablo Rodríguez, expresó pomposamente que "no estamos en condiciones de pagar una fianza "tan alta" porque todos los recursos del general Pinochet están embargados o son objeto de medidas precautorias. Tendríamos que buscar entre los admiradores y seguidores del general quien nos pueda prestar ese dinero". Come se puede apreciar la desvergüenza no tiene nombre, pues seguramente el abogado pretenderá que se efectué una nueva campaña de Reconstrucción, para pagar los costos de su defensa, que son patrocinados por este abogado de alcantarilla.
Recordemos que el saqueo de Pinochet, también benefició a su familia, los que perfectamente podrían pagar la mísera fianza. O también lo podría hacer el propio abogado, que hasta el momento no ha contado, cuanto es lo que le cobra al ex dictador, por su defensa ante los tribunales.
Lo cierto, que detrás de todas estas resoluciones de la justicia chilena y de sus inconsecuencias ante las violaciones de los derechos humanos, se encuentra la mano negra de los poderes fácticos, de las presiones de la casta militar y de aquellos que desde los gobiernos de la Concertación, siempre han perseguido la aplicación de las leyes de punto final e impunidad. Es cuestión de seguir la prensa chilena cada día, para darse cuenta de los diversos tipos de manipulaciones que se van ejerciendo desde diversos sectores, en especial del militar, para darle tiempo al tiempo y lograr así, que el criminal y ladrón, muera tranquilo, en paz, y sin haber dado la cara ante la justicia y haber pagado por sus horribles crímenes.